. . . . . . " DIGNIDAD DE LA FUNCI\u00D3N PARLAMENTARIA\n \nEl se\u00F1or VODANOVIC.- \nSe\u00F1or Presidente, durante diecis\u00E9is a\u00F1os el Parlamento dej\u00F3 de funcionar. Quiz\u00E1s esa circunstancia ha influido para que algunos sectores de la opini\u00F3n p\u00FAblica no asuman la cabal comprensi\u00F3n del papel que esta instituci\u00F3n tiene en la democracia.\n \nEs probable tambi\u00E9n que ese largo lapso en que este Poder del Estado tan trascendente no pudo expresarse haya hecho olvidar a otros sectores de la opini\u00F3n p\u00FAblica que s\u00ED vivieron en democracia el papel importante del Congreso Nacional. Y es factible que la situaci\u00F3n menguada en que ambas C\u00E1maras se encuentran como producto de una institucionalidad autoritaria que las priv\u00F3 de sus funciones m\u00E1s esenciales contribuya tambi\u00E9n a este estado de opini\u00F3n p\u00FAblica.\n \nSer\u00EDa importante que la ciudadan\u00EDa supiera que tradicionales atribuciones de las dos C\u00E1maras han desaparecido en la actual Constituci\u00F3n; que se han ampliado enormemente las causales de cesaci\u00F3n en el cargo de los parlamentarios; que las atribuciones del Poder Ejecutivo se han extralimitado -yo dir\u00EDa- hasta el absurdo y que, correlativamente, han disminuido las del Parlamento; que, en s\u00EDntesis, mediante la limitaci\u00F3n del contenido y de la forma de expresarse -de la inviolabilidad parlamentaria, por ejemplo- ha concluido institucionalmente un proceso que no ten\u00EDa otro destino que privar a este \u00F3rgano de expresi\u00F3n p\u00FAblica de su singular trascendencia.\n \nEs posible que, por todas esas razones -y muchas otras-, en el pa\u00EDs tienda a prevalecer la impresi\u00F3n de que el Parlamento carece de la trascendencia que objetivamente debiera tener. Y, en m\u00E9rito de ellas, pudiera parecer excusable que los medios de comunicaci\u00F3n, llamados a orientar a la opini\u00F3n p\u00FAblica, hayan puesto su acento en cuestiones de orden anecd\u00F3tico y no en algunas tan fundamentales como las que acabo de citar. \nOjal\u00E1 estos medios de comunicaci\u00F3n estuvieran centralmente preocupados de hacer una campa\u00F1a para reivindicar los fueros y las atribuciones del Parlamento. Ojal\u00E1 estuvieran particularmente interesados en cu\u00E1l debe ser la proyecci\u00F3n de la C\u00E1mara de Diputados y del Senado en el futuro democr\u00E1tico. Lamentablemente, no lo est\u00E1n, y s\u00ED aparecen concentrados en su atenci\u00F3n hacia algunos aspectos anecd\u00F3ticos que terminan por rebajar la dignidad de un Poder del Estado.\n \nQuiero referirme muy concretamente a lo que, m\u00E1s all\u00E1 de simple manifestaci\u00F3n de la libertad de opinar o de informar, no puede sino ser asumido por este Parlamento como la intenci\u00F3n de configurar en la opini\u00F3n p\u00FAblica prejuicios en su contra. \nCuando se distraen mucho tiempo y muchos escribas en concentrar la atenci\u00F3n sobre lo que ganan o dejan de ganar los parlamentarios, algo anda mal en los medios de comunicaci\u00F3n. Cuando se pone \u00E9nfasis en aspectos secundarios que no dicen relaci\u00F3n con el n\u00FAcleo de lo que es la funci\u00F3n p\u00FAblica, algo tambi\u00E9n anda mal. \nY, sin apelar al esp\u00EDritu de cuerpo, pero s\u00ED, por cierto, a esa comuni\u00F3n que nace de la pertenencia a una instituci\u00F3n tan respetable y que debe ser respetada, como el Senado de la Rep\u00FAblica, quiero llamar la atenci\u00F3n de mis Honorables colegas sobre esto, que me atrevo a calificar como una campa\u00F1a de descr\u00E9dito y de desprestigio en contra del Parlamento.\n \nY me parece \u00FAtil y oportuno que esta Corporaci\u00F3n, a trav\u00E9s de los medios que estime pertinente establecer, p\u00FAblicamente tambi\u00E9n, llame la atenci\u00F3n de esa opini\u00F3n p\u00FAblica sobre la importancia del papel que tiene y en cuanto a la insustituible necesidad de procurarse los medios indispensables para que esa funci\u00F3n pueda cumplirse en forma cabal. \nPorque hoy aparecen muchas personas preocupadas de si un Senador viaja en bus, \"a dedo\" o en auto de Santiago a Valpara\u00EDso. Aparecen muchos otros singularmente concentrados en determinar si los gastos de los parlamentarios deben ser o no deben ser reembolsados. \nAl respecto, quiero afirmar algo que me parece elemental: quienes tenemos un origen y un patrimonio modestos no venimos al Parlamento a enriquecernos, pero tampoco venimos a \u00E9l para terminar presos por deudas; porque con la dieta no es posible financiar todos los gastos que demanda el cumplimiento de nuestra funci\u00F3n. Y a nadie le preocupa que a un Ministro de Estado o a un Subsecretario se le procuren todos los medios materiales para que pueda cumplir esa funci\u00F3n. M\u00E1s a\u00FAn, parece l\u00F3gico y l\u00EDcito. A nadie le preocupa que en cualquier repartici\u00F3n p\u00FAblica -como es de todos sabido- se pongan autom\u00F3viles a disposici\u00F3n, no s\u00F3lo del Ministro, del Subsecretario y del jefe, sino tambi\u00E9n de otros funcionarios, en todos los reg\u00EDmenes; y no se escriben cr\u00F3nicas, ni se urden an\u00E9cdotas para impugnar lo que resulta obvio.\n \nEs obvio que un Ministro de Estado o un magistrado de la Corte Suprema disponga de local de funcionamiento; de medios de locomoci\u00F3n; en definitiva, de los medios materiales m\u00EDnimos para cumplir su funci\u00F3n. Pero tan obvio como eso -y tal vez m\u00E1s, porque (dir\u00EDa yo) en democracia \u00E9ste es el primer Poder del Estado- es que los parlamentarios tambi\u00E9n puedan disponer de los recursos materiales m\u00EDnimos para cumplir su funci\u00F3n.\n \nS\u00E9 que he incursionado en un tema de dif\u00EDcil tratamiento. Porque, cuando se hacen afirmaciones de esta naturaleza, que universalmente se comparten, surge la reacci\u00F3n. Y estimo que, con el objeto de que desde ya comencemos a entendernos en este pa\u00EDs y a decir las cosas en forma clara, es \u00FAtil, necesario y oportuno que en el Senado de la Rep\u00FAblica no rehuyamos vergonzantemente un asunto respecto del cual tenemos el derecho y toda la habilidad moral para pronunciarnos p\u00FAblicamente.\n \nMuchas gracias, se\u00F1or Presidente. \n \n " . . . . .