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El señor COLOMA (Vicepresidente).-
De conformidad con los acuerdos de Comités, corresponde debatir durante 60 minutos, que se distribuirán proporcionalmente entre los distintos Comités parlamentarios, la situación de la hermana República del Perú.
Tiene la palabra el Diputado señor Sergio Pizarro.
El señor PIZARRO (don Sergio).-
Señor Presidente, la bancada de Diputados de la Democracia Cristiana repudia de manera decidida e inequívoca los hechos ocurridos en la noche del 5 de abril en el Perú.
El paso dado por el Presidente Fujimori al desconocer la Constitución, disolver las Cámaras, mantener bajo arresto a magistrados judiciales, Senadores y Diputados, es un procedimiento inaceptable e injustificable.
Al condenar el proceder del señor Fujimori, llamamos a la solidaridad internacional con el pueblo del Perú, para que de la manera más vigorosa exprese ante la opinión pública nacional e internacional su repudio a la condenable aventura que puede conducir al desastre en aquella hermana República.
La OEA debe tomar de inmediato las medidas orientadas al cumplimiento del "Compromiso de Santiago", de julio de 1991, que impone la solidaridad activa de la comunidad continental en preservación y defensa de la democracia.
Es inaceptable que en Perú se hayan desechado las vías del diálogo y los mecanismos de concertación, y que se pretenda cabalgar sobre necesidades sentidas de la población peruana, ofreciendo "cambios" con renuncia y sacrificio del estado de Derecho.
Nuestra bancada manifiesta y proclama su solidaridad con el Partido Demócrata Cristiano del Perú, con el Partido Popular Cristiano y con sus restantes fuerzas democráticas y exhorta a la co-munidad internacional a aislar las actividades e ideologías autoritarias que sobreviven en el hemisferio y se aprovechan de la difícil coyuntura socioeconómica que sufren nuestros pueblos para atentar contra el sistema democrático.
América Latina está viviendo una difícil situación que sólo es posible conjurar aunando voluntades que conduzcan al cambio por la vía institucional.
Mantenerse indiferente ante lo ocurrido en el Perú podría conducir, en breve plazo, a la desaparición del régimen de libertades públicas extendido hoy en América Latina.
No hay duda alguna que en el continente se requieren cambios de carácter ético-político que mejoren los sistemas en vigencia, pero el golpe de Fujimori rompe la necesaria comunicación, el diálogo y la activa participación de todos en la tarea de perfeccionar la democracia.
La violencia y el autoritarismo ni aceleran ni conducen a esos objetivos. Por el contrario, postergan las soluciones y significan evidentes retrocesos históricos.
En consecuencia, nuestra bancada apoyará la declaración de esta Cámara, en el sentido de dirigirse a la Organización de Estados Americanos a fin de solicitar que se tomen las medidas aconsejables para hacer efectiva la "Resolución de Santiago"; protestar por la detención de los dirigentes social-cristianos Felipe Osterling y Roberto Ramírez del Villar, Presidente del Senado y Presidente de la Cámara de Representantes del Perú, respectivamente, y exigir su inmediata libertad.
Manifestamos a los políticos peruanos, y muy especialmente a los Partidos Demócrata Cristiano y Popular Cristiano del Perú, nuestra solidaridad con la posición que ellos han adoptado, de repudio y enfrentamiento a la violación del orden constitucional que ha encabezado el señor Fujimori.
En síntesis, condenamos enfáticamente los sucesos del Perú y propiciamos que se tomen medidas concretas para preservar la legitimidad democrática en aquel país.
He dicho.
El señor COLOMA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Schaulsohn.
El señor SCHAULSOHN.-
Señor Presidente, quiero sumarme a lo expresado por el Honorable señor Diputado que me antecedió en el uso de la palabra.
Creo que no podemos dejar de pronunciamos, con la máxima energía, para condenar el golpe de Estado que lamentablemente está sacudiendo en estos momentos a la hermana República del Perú. Ello nos debe hacer reflexionar sobre un hecho muy desgraciado: que el militarismo no está muerto en América Latina.
Muchos de nosotros, en algún momento, hemos reflexionado en el sentido de que el término de la "guerra fría", la desaparición de la confrontación Este-Oeste, el cese del enfrentamiento entre visiones ideológicas absolutamente contrapuestas, que siempre sirvieron de excusa para la implantación de regímenes dictatoriales de un signo o de otro, podrían haber anunciado una nueva era para nuestro continente y para el mundo.
Pienso que eso es así. Sin embargo, en estos momentos uno tiene derecho a preguntarse de qué manera el militarismo vuelve a plantearse como alternativa en América Latina. Siempre en una sociedad puede encontrar una razón para aflorar, por cuanto hay sectores que no creen en la democracia y estiman que los problemas sociales o económicos pueden abordarse de mejor manera por la vía de la implantación de regímenes autoritarios que a través del perfeccionamiento o la profundización de los sistemas democráticos.
El caso de Perú nos debe hacer meditar profundamente sobre el hecho de que la democracia es un sistema frágil. La democracia es un sistema éticamente muy superior, a cualquier fórmula o forma de autoritarismo, por los valores que la impregnan. Pero su desafío es ser eficiente y proporcionar bienestar a los pueblos, lo cual es un motivo de reflexión para los políticos.
Hay día, cuando no existe la confrontación Este-Oeste y ha desaparecido la "guerra fría", emerge con claridad que los adversarios más profundos de la democracia son la corrupción y la indiferencia de la gente frente al proceso político. En este país, donde estamos tratando de construir un sistema democrático, debemos tener esto siempre presente en nuestras acciones.
Como Partido Por la Democracia, condenamos de la manera más enérgica lo ocurrido en el Perú y llamamos a nuestra Cancillería a adoptar medidas acordes con la gravedad de los hechos. ¡No hay justificación alguna para un golpe de Estado!
En tal sentido, quiero destacar las lamentables declaraciones que en el día de ayer escuché al Senador de Renovación Nacional, señor Miguel Otero, quien en cierto modo -y más que en cierto modo- aparecía justificando el golpe de Estado en el Perú. Me parece que ese comportamiento de un Senador de la República de Chile enluta a nuestro Parlamento, por cuanto aquí no caben vacilaciones: o se está con la democracia o se está en contra de ella. Cualquier excusa que se trate de encontrar, en la profundidad o en la gravedad de los problemas sociales que afectan a un país, para justificar una asonada golpista, me parecen censurables desde todo punto de vista.
Espero que hoy día la Cámara de Diputados adopte en forma unánime una resolución de condena a lo que ocurre en el Perú y que, al mismo tiempo, haga un llamado a la Cancillería a abrir las puertas de nuestra embajada en ese país para acoger a los ciudadanos perseguidos que quieran buscar y acogerse al beneficio del refugio o del asilo político que puede ofrecer en estas circunstancias nuestra república democrática, y que formule votos por que el pueblo peruano sepa revertir la situación y recuperar su tradición y su sistema democrático en el plazo más breve posible.
La pérdida de la democracia en el Perú es algo que nos afecta a todos. Debilita nuestro propio proceso de transición, debilita las democracias de América Latina y, en general, implica un grave retroceso, en el aislamiento de los regímenes militares. Tampoco podemos dejar de hacer abstracción del caso de Venezuela ni de la lamentable situación ocurrida hace poco tiempo en Haití.
De manera que los países democráticos y los sectores políticos comprometidos con la democracia, más allá de nuestra filosofía o ideología política, debemos estar en un cierto estado de alerta y profundizar nuestro compromiso con sus valores. En este momento, eso se logra materializando de la manera más explícita nuestro repudio a lo ocurrido en el Perú.
Señor Presidente, con su venia le concedo una interrupción a los Diputados señores Pizarro y Letelier.
El señor CERDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Pizarro con cargo al tiempo del Comité democratacristiano.
El señor PIZARRO (don Sergio).-
Señor Presidente, quiero confirmarle al Diputado señor Schaulsohn que la Cancillería chilena impartió instrucciones a la embajada en Perú para abrir sus puertas, y que en este momento se encuentran en nuestra sede diplomática las dos hijas del ex Presidente Alan García.
Muchas gracias.
El señor CERDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Letelier.
El señor LETELIER.-
Señor Presidente, condenar lo ocurrido en el Perú es lo menos que podemos hacer. Nuestro continente está viviendo un momento en el cual diversos sectores consideran que los problemas estructurales y reales de algunos países pueden resolverse quebrantando el sistema que garantiza el pluralismo y la expresión de la soberanía nacional.
Con la excusa o argumentación de luchar en contra de la corrupción y la influencia de los narcotraficantes, en Venezuela se intentó derribar una de las democracias más sólidas de Sudamérica. Esta semana hemos visto como un Presidente, representante de una nueva corriente política en el Perú, el Partido Cambio 99, ha echado por el suelo a las instituciones democráticas, en particular las elegidas por voluntad popular, alegando la necesidad de poner fin a la corrupción, a la influencia del narcotráfico y para ordenar un país conmovido por conflictos internos muy profundos.
Esta línea de argumentación que hoy escuchamos en Perú, ayer en Venezuela, y quién sabe si mañana la escucharemos en Brasil o en Argentina, debe llamamos a una reflexión muy profunda respecto del valor de las instituciones democráticas, su papel y la necesidad de que ellas, en particular el Congreso Nacional, sean en toda América Latina el principal instrumento para resolver los conflictos político-sociales y encauzarlos institucionalmente.
Hoy, en Perú, sin duda peligra la vida de destacados dirigentes políticos de diversos sectores de opinión y la posibilidad de enfrentar, en forma consensual e institucional, los graves conflictos que afectan a nuestra hermana nación.
Junto con condenar este golpe y pedir que nuestro Gobierno implemente los mecanismos considerados en la "Declaración de Santiago" -a través de la cual los Gobiernos de la región actúan en conjunto para defender la democracia-, considero que debemos, como Congreso Nacional solicitar al Parlamento Latinoamericano que asuma una posición muy fuerte y decisiva en esta situación.
Es necesario que manifestemos, como Poder del Estado, que lo ocurrido en Perú es inaceptable, y llamemos a todas las fuerzas democráticas de nuestro país y del continente a exigir la restitución de la institucionalidad en Perú. También debemos señalar en este Hemiciclo -sin necesidad de referimos a declaraciones como las formuladas por el Senador Otero, a las cuales ha hecho mención mi colega Schaulsohn-, que es lamentable que colegas de esta Sala justifiquen el golpe dado en Perú, y piensen que por medio del autoritarismo se pueden resolver los problemas que sufre ese país. Me refiero a lo expresado ayer por el colega Bartolucci. En verdad, me produjo una profunda vergüenza pensar que un Diputado justificara un golpe y el autoritarismo como mecanismo para solucionar los problemas profundos del Perú. Mañana, quizás, volverán a invocar estos mismos argumentos para justificar el quebrantamiento de la democracia en Chile, en Brasil, en Argentina o en otro país de América Latina. Por ello, prefiero pensar que estas declaraciones desafortunadas fueron producto de una falta de reflexión o de información.
El Partido Socialista se suma a la condena que hacemos como Cámara y espera que, cuanto antes, se restaure la democracia que el pueblo peruano conquistó y que tanto requiere para enfrentar y resolver los diversos problemas que lo afligen.
He dicho.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el Diputado señor Morales.
El señor MORALES ADRIASOLA (don Jorge).-
Señor Presidente, deploramos el doloroso quiebre de la institucionalidad peruana, particularmente en una hora en que vivimos un sistema de democratización en Latinoamérica y en el mundo. Asimismo, como es obvio, lo condenamos con toda nuestra fuerza.
El Presidente Fujimori justifica su acción y la fundamenta en que la guerrilla ya ha provocado 25 mil muertos en Perú, que la corrupción ha asolado todos los rincones de la sociedad peruana y que el narcotráfico devasta la sociedad de ese país. No obstante, todas estas razones -en la hora presente, tan dolorosas, son sinrazones- existían y eran conocidas en la República hermana cuando Fujimori fue elegido democráticamente. Es decir, el Presidente de facto, Fujimori, cuando fue candidato y electo bajo las mismas condiciones que hoy día denuncia y se queja, se comprometió a resolver estos flagelos en democracia, lo que hoy es el primero en violentar. Por lo tanto, en nuestra opinión, el Presidente Fujimori ha violado su propia promesa y su palabra democrática de hace dos años.
Los hechos ocurridos recientemente en Haití, luego en Venezuela y ahora en Perú, nuestro vecino país, nos obligan y exigen a las naciones latinoamericanas una seria reflexión para evitar que continúe la fragilidad de los regímenes democráticos, con el objeto de que esta asonada de hoy no vuelva a repetirse nunca más, ni en el mundo ni en Latinoamérica.
En consecuencia, los Diputados de Renovación Nacional, conscientes del quiebre que vive hoy un país tan importante para nosotros, un país hermano y tan querido como lo es el Perú, protestamos y levantamos nuestra voz para señalar en esta tribuna que los postulados que hoy exhibe el Presidente peruano para derrocar el régimen institucional, más tarde o más temprano se volverán en su contra. Estamos ciertos de que los ideales que proclama van a ser, en el corto tiempo, sobrepasados, ya sea por las fuerzas militares, por el terrorismo o por la propia sociedad.
Pensamos y creemos firmemente que no hay otra manera de gobernar un país en el mundo que a través del poder constituido, en donde la democracia en plenitud esté afianzada en un Congreso libre, en un Ejecutivo respetuoso de los poderes públicos, en tribunales independientes y, en fin, en donde imperen las libertades públicas e individuales y los derechos humanos, como deseamos que se respeten en el Perú.
Por tanto, termino señalando nuestro rechazo más absoluto y nuestra total condena al quebrantamiento de la institucionalidad en el hermano país del Perú.
Levantamos la voz para señalar que no permitiremos, por motivo alguno, que otro quiebre institucional se lleve adelante como hoy ocurre en Perú. Por eso, invitamos a la Cámara de Diputados, en conjunto con los demás Congresos de Latinoamérica, a hacer una seria reflexión sobre las democracias latinoamericanas para que este hecho doloroso, que lamentamos, nunca más vuelva a suceder en América Latina y en el mundo.
He dicho.
Aplausos.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el Diputado señor Luis Leblanc.
El señor LEBLANC .-
Señor Presidente, no sólo la Cámara, sino Chile y otras naciones lamentan los dolorosos acontecimientos ocurridos en la hermana República del Perú.
Creo ser portador del sentimiento que hoy anima a todos los ariqueños. El distrito que represento, como es bien sabido, se encuentra a minutos de la primera ciudad del Perú. Los ariqueños no sólo convivimos a diario con los hermanos peruanos, sino que compartimos familias, problemas, sinsabores y también felicidad. Parte de nuestra cultura en el extremo norte está unida con la de los hermanos peruanos. Por ello, los ciudadanos del extremo norte, en particular de Arica, sienten pena y dolor por lo que acontece en la República del Perú.
Es inaceptable que hoy, el golpista Fujimori, so pretextos que no tienen mayor fundamento, desconozca la Constitución y la ley, frene las libertades públicas y, junto con ello, desate la represión que ya hemos conocido en otros países de América Latina.
Los principales dirigentes políticos peruanos, los Presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, magistrados, miembros del Poder Judicial, dirigentes sociales, se encuentran arrestados. El ex Presidente Alan García se haya desaparecido.
En definitiva, desgraciadamente, concurrimos una vez más a un espectáculo que, por lo demás, los chilenos conocimos de sobra.
Por ello, se hace necesario que la Cámara de Diputados haga un firme llamado a la solidaridad internacional y que Chile, en todas las instancias en que participa, proclame su protesta más enérgica por este hecho que viola, una vez más, la sana convivencia americana.
Esta aventura golpista tiende a repetir lo que ya vivió Perú con Velasco Alvarado y con Morales Bermúdez, páginas negras de su historia, y no pretende otra cosa que oprimir al pueblo y colocar serias dificultades a la unidad americana, a la cooperación y a la integración, que es lo que hoy proponen todos los gobiernos, compromiso que tiene no sólo el Ejecutivo, sino la totalidad de los parlamentarios que se encuentran en este Hemiciclo.
Señor Presidente, la OEA debe reafirmar, con eficacia -subrayo esto último-, su rol. Muchas veces hemos conversado y discutido respecto de la plena vigencia de la eficacia y la real efectividad de la Organización de Estados Americanos. Por ello, se hace imprescindible que el compromiso de Santiago, firmado en julio de 1991, no concluya en letra muerta, como ha ocurrido con otros de esta importante organización. Sus medidas, tendientes a preservar la democracia en Latinoamérica, deben ser realmente efectivas en esta oportunidad. En ello, nuestros representantes deben poner el máximo de energía.
El restablecimiento del estado de Derecho, de las libertades públicas y el irrestricto respeto de los derechos humanos debe ser la principal solicitud que hagamos en esta oportunidad. El futuro de América Latina se va a construir aunando voluntades. Los cambios, tan necesarios en nuestra América morena, tendrán que hacerse por la vía institucional, no por la del golpe, de la represión y de la muerte, características típicas de las dictaduras militares.
Por eso, la indiferencia que podría surgir si no levantamos nuestra voz con energía, nos conduciría a hechos ya conocidos y a los que se ha hecho referencia en esta mañana. No queremos que se repita lo sucedido en Haití; no queremos la amenaza permanente en Venezuela. Eso debe hacemos pensar que, por desgracia, el fenómeno del militarismo no está ausente de nuestra América.
Por eso, adhiero con toda energía a lo que aquí se ha sostenido y espero haber representado lo que los ciudadanos de Arica hoy sienten por sus hermanos peruanos.
He dicho.
Aplausos.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el Diputado señor Coloma.
El señor COLOMA.-
Señor Presidente, ante los hechos que están sucediendo en la hermana República del Perú, la bancada de la Unión Demócrata Independiente declara lo siguiente:
"1°.- Lamentar profundamente que en el día de ayer se haya quebrado el estado de derecho en la vecina nación, restringiéndose importantes libertades personales y públicas de sus habitantes.
"2°.- Constatar que las argumentaciones entregadas por el Presidente Fujimori para liderar este proceso de cambios en el Perú, amparado en la idea de terminar con la dramática situación política, social, económica y jurídica que se vive desde hace décadas, no se condicen con los mecanismos ideados para ello, en especial, con la prescindencia del Parlamento y suspensión de derechos básicos.
"3°.- Advertir que lo que está sucediendo en el Perú no se puede ni se debe restringir sólo a esta decisión, por equivocada que sea, sino que exige a todo dirigente político adentrarse en sus causas, en especial, a la responsabilidad de todos los actores involucrados en el triste cuadro que hoy presenta esa nación.
"El terrorismo desatado, la corrupción endémica y la demagogia reiterada, encierran una estructura descompuesta que afecta dramáticamente a los más desposeídos y que tiene su origen en años de irresponsabilidad y falta de capacidad de muchos de sus máximos líderes.
'Tensamos que abocarse a la reflexión de esta realidad constituye no sólo el deber de todos quienes tengan responsabilidad pública en el Perú, sino que supone un requerimiento moral para todo dirigente latinoamericano que aspire a encauzar a nuestras naciones por la senda del progreso, de la democracia y del entendimiento mutuo.
"4° - Apoyar firmemente el restablecimiento, a la brevedad, del estado de derecho, manifestando el deseo de que ello vaya aparejado con un profundo cambio de actitud de todos quienes hayan contribuido a la reconocida situación de corrupción, pobreza y terrorismo en la hermana nación.
"Junto con reiterar lo lamentable que resulta lo que está sucediendo a estas horas en Perú, esperamos que la rápida superación de esta triste experiencia que hoy se vive contribuya a que nuevos y mejores horizontes democráticos y de convivencia se puedan vivir hacia adelante en especial beneficio de todos quienes tienen menos.".
He dicho.
Aplausos.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el Diputado don Jorge Pizarro.
El señor PIZARRO (don Jorge).-
Señor Presidente, los Diputados de la Democracia Cristiana condenamos categóricamente el golpe de Estado dado en el Perú por el señor Fujimori en conjunto con las Fuerzas Armadas.
No hay excusas ni argumentos que valgan para justificar, bajo ninguna circunstancia, el quiebre de la institucionalidad democrática.
Es conveniente que en esta ocasión reflexionemos sobre algunos de los argumentos planteados por el dictador Fujimori para justificar este golpe de Estado.
En su mensaje a la nación peruana ha atacado a las otras instituciones básicas de un sistema democrático: al Poder Legislativo, en primer lugar; al Poder Judicial, en segundo lugar; a los partidos políticos. Los argumentos que da es que obstruían la acción del Ejecutivo, que no lo dejaban implementar las decisiones o las políticas que estaba planteando para la nación peruana.
Quiero manifestar que más allá de lo que pueda ser la realidad del Perú de hoy, estos argumentos son los mismos que usan o han usado todos quienes hacen uso de la fuerza y llegan al poder implantando dictaduras.
Es conveniente que en esta Corporación nos detengamos a reflexionar respecto de los roles que en un sistema democrático juegan el Congreso Nacional, los partidos políticos, los otros poderes del Estado y cada uno de nosotros.
El Congreso, señor Presidente, es la instancia donde está representada la voluntad del pueblo, manifestada por los más distintos sectores políticos y sociales que lo integran.
Eso le entrega legitimidad, para los efectos de cumplir con su rol de fiscalizar, de legislar, y de representar los intereses de los distintos sectores ciudadanos. De manera que no se puede argüir que el Congreso, en uso de sus facultades, al tomar decisiones que sean contrarias a las políticas del Ejecutivo, esté desempeñando un rol que tiende a obstruir la labor del Ejecutivo, y por lo tanto, se justifique un golpe de Estado de esta naturaleza.
Es de la esencia de la Democracia que el Congreso sea la instancia de diálogo, de búsqueda de acuerdos, de debates, de generación de consensos y de políticas unitarias. Y si alguien tiene discrepancias, lo lógico es que mediante la razón, las ideas y los planteamientos se hagan valer para buscar las soluciones adecuadas.
Esta instancia, que es el Congreso Nacional, en conjunto con los partidos políticos, quienes juegan un rol dentro de un sistema democrático, no puede ser motivo o argumento que justifique un golpe de Estado de la naturaleza del que hoy día vive la nación peruana.
En todo sistema democrático hay problemas, conflictos sociales, económicos y políticos, pero es la propia democracia la que genera las herramientas y tiene los instrumentos para buscar las soluciones a sus problemas.
Si el tema es la corrupción, si el tema es el enfrentar a los terroristas, no cabe duda de que la única manera eficiente de hacerlo es con un gran acuerdo nacional, con la participación de toda la sociedad, de todos los entes políticos y sociales de un país, y no como hoy día se pretende hacer en el Perú, en que, a mi juicio, a lo único que la nueva situación va a contribuir es a agudizar las tensiones sociales, a profundizar el desmembramiento de esa sociedad, a generar un caldo de cultivo para el terrorismo de Sendero Luminoso y para todo lo involucrado en el problema del narcotráfico.
Ejemplos y experiencias respecto de cómo salir de conflictos como ése tenemos muchos en América Latina. Nosotros mismos estamos saliendo de un período muy largo y difícil. Vivimos un proceso de transición. Nuestra democracia, de la cual estamos todos orgullosos y que está naciendo, requiere todavía de un proceso de consolidación; requiere el aporte de cada uno de los ciudadanos, de los partidos políticos, de las organizaciones sociales, de los sectores empresariales y sindicales; en suma, que toda la gente que conforma el tejido social de este país, aporte a la profundización y a la modernización de nuestra democracia.
Hoy, nuestro Congreso tiene un rol clave que jugar en este proceso de transición. Cada uno de nosotros debe entender que no sólo hemos sido elegidos para legislar; no sólo hemos sido elegidos para fiscalizar; no sólo hemos sido elegidos para representar a los distintos electores de nuestros distritos, sino que también hoy debemos ser ejemplo de responsabilidad en la acción pública; de responsabilidad en nuestras actuaciones políticas; de proceder con seriedad en cada una de nuestras actuaciones en la Cámara y en el ámbito nacional.
Además, señor Presidente, debemos ser siempre ejemplo de consecuencia con los principios democráticos. Sin condicionantes de ninguna especie. Eso es lo que requiere la ciudadanía de nosotros. Y esa es la razón por la cual me alegro y felicito que esta Corporación adopte en forma unánime, un proyecto de acuerdo como el que se ha presentado.
Y me alegro de la condena tan categórica que han hecho los colegas de la Derecha, especialmente de Renovación Nacional, porque refleja que en este país realmente tenemos conciencia de que una democracia se construye entre todos y con el aporte de todos.
Señor Presidente, condenamos el golpe de Estado en Perú. Apoyamos el proyecto de acuerdo presentado y exigimos el restablecimiento de la institucionalidad democrática en la república hermana del Perú.
He dicho.
Aplausos.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el Diputado señor Devaud.
El señor DEVAUD.-
Gracias.
Señor Presidente, estamos en presencia de una situación que amarga a los ciudadanos en América. Hemos visto cómo en estos días, mediante una conspiración cupular prefijada, un Presidente electo democráticamente en la república vecina, en connivencia con las fuerzas armadas peruanas, ha atacado el Poder Legislativo de la vecina nación y ha intervenido el Poder Judicial.
Pretenden justificar su acción en la necesidad de recuperar económicamente a su país, en la moralización de la administración de justicia, en la eficiencia de la administración pública, en la pacificación nacional y en la derrota del narcotráfico y la corrupción.
El señor Fujimori, en democracia, no había logrado ninguno de esos objetivos. Pero tampoco puede pretender aniquilar las instituciones democráticas y utilizar estos argumentos para impedir y coartar el renacimiento democrático de esa nación.
Para emprender esa cruzada, como se ha dado en llamar por los "golpistas" peruanos, Fujimori ha disuelto el Congreso, ha decretado la suspensión de la Constitución Política; ha comenzado a legislar a través de decretos y une en su mano la "summa potestas" con la connivencia cruel y bárbara de las fuerzas armadas peruanas.
Fujimori ha decretado el arresto de los presidentes de ambas Cámaras; ha puesto sitio a la vivienda del ex Presidente Alan García, senador institucional por obra y gracia de la Constitución de la República peruana; ha decretado el arresto de otros legisladores, como es el caso del senador Abel Salinas.
En Perú están suspendidas las garantías individuales; no hay libertad de prensa, no hay derecho de reunión, está suspendida la vigencia de los partidos políticos, por decreto del dictador Fujimori.
Una conspiración en marcha ha detenido el proceso democrático en la vecina nación. Lo lamentable de ello es que, aparte de que todo "golpe" de Estado merece el repudio de los verdaderos demócratas, este autogolpe lo encabeza el propio Presidente de la República; ha sido inventado por él y ha descansado otra vez en la fuerza de las armas.
En Perú, es el fin del estado de derecho. La Cámara de Diputados peruana, en un gesto que la honra, ha respondido con un símbolo, ha cumplido con su deber: ha destituido al Presidente de la República del Perú, al dictador. Es cierto que constituye un acto simbólico, que no produce mayor consecuencia cuando el poder se asienta en la fuerza de las armas, pero es un símbolo necesario que nos hace confiar en la recuperación democrática de la vecina nación.
Es de esperar que esta siniestra aventura en la que se han embarcado Fujimori y los golpistas peruanos termine incruento, con beneficio para la libertad y para la recuperación democrática de la vecina nación.
En nombre de mi partido y del pensamiento socialdemócrata, presentamos nuestra solidaridad al partido hermano en el pensamiento socialista democrático, el Apra, el partido de Raúl Haya de la Torre, que sufre la persecución en estas horas amargas para la vecina República.
He dicho.
Aplausos.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el Diputado señor Horvath.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente, además de sumarme a la condena de lo que está sucediendo en el Perú, quiero entregar algunos antecedentes que me preocupan y que deben tenerse en cuenta como elementos de reflexión.
Fundamento mis palabras, al menos, en cuatro visitas personales al Perú. No nos debe dejar de llamar la atención -como se ha dicho- que la democracia es frágil, al igual que la vida.
En mi concepto, es importante centrarnos en los antecedentes que, de alguna manera, llevan a las intervenciones, a los "golpes", a los quiebres del estado de derecho, ya que no son frutos de la casualidad ni de aventuras: corresponden a condiciones previas que la democracia debe saber prevenir.
Si analizamos las visitas, las publicaciones, todos los anuarios de América Latina, constataremos que la situación en el Perú es realmente complicada. De ahí partió el cólera, tiene los mayores indica-dores de pobreza y un grado de terrorismo verdaderamente alarmante, no sólo por la cifra de las personas muertas, sino por la crueldad con que opera. Tiene una "institución", como Sendero Luminoso, que saca a las autoridades democráticas a las plazas públicas y las ejecuta a vista y paciencia del pueblo. Estas son condiciones previas, que no deben permitirse en un régimen democrático para evitar que estas cosas sucedan.
Después de un breve análisis de algunos de los indicadores del Perú, vemos que su situación es realmente grave.
El crecimiento de su producto interno bruto por habitante es de menos 30,2. Para el mismo período, Chile tiene 9,2. Según el índice de precios al consumidor, en Perú, en 1988, el alza del costo de la vida fue de 667 por ciento; en 1989, de 3.398 por ciento. Para los mismos períodos, Chile tiene 14 y 17. Los hogares en situación de pobreza a nivel nacional, en el Perú, constituyen el 52 por ciento; en el sector urbano, el 45 por ciento. La tasa de consumo privado por habitante, menos 16,9; Chile tiene 9,3. El caso de los médicos por habitantes, en Perú, es al revés: un médico por 1.000 habitantes; en Chile, uno por 2.000, considerando sólo los médicos del Ministerio de Salud. La mortalidad infantil, en el Perú es de 88,2 por cada mil individuos nacidos vivos; en Chile, de un 18,1.
El agua potable tiene una cobertura mínima; carece de ella el 62,1%.
En mi opinión, un régimen democrático como el que hoy tenemos, debe evitar las condiciones previas a las intervenciones, puesto que no nacen del azar.
Por ello, en forma concreta, evitemos los caldos de cultivo en los pueblos de América. Hagamos votos para que el país vecino vuelva a la democracia y pueda ejercerla en forma efectiva.
En consecuencia, me sumo a las declaraciones de condena. En forma concreta, quiero que se restituya el estado de derecho peruano, con los tres poderes, y que no vuelva a ocurrir ni en Perú ni en ningún otro país del mundo.
Gracias.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el señor Valenzuela, don Felipe.
El señor VALENZUELA.-
Señor Presidente, la democracia, como forma de gobierno, se caracteriza porque los clásicos tres poderes públicos - Ejecutivo, Legislativo y Judicial-, son independientes en cuanto a su origen o formación, a su funcionamiento; en cuanto a la delegación de funciones, que suele ocurrir cuando el Parlamento delega en el Ejecutivo su facultad legislativa, con la finalidad de que el Presidente de la República dicte decretos con fuerza de ley sobre materias de-terminadas y sólo durante un plazo previamente establecido.
Cuando un poder del Estado, apoyado por la irracionalidad de la fuerza militar -cualquiera que haya sido el motivo-, se atribuye de manera arbitraria facultades para clausurar el funcionamiento de alguno de los otros dos poderes, ya sea el Legislativo o el Judicial, desaparece la democracia como forma de Gobierno y se establece, simplemente, una dictadura, que es la forma más impropia de gobernar, porque el dictador asume atribuciones que ni la Constitución ni el pueblo, único soberano, le han entregado como mandato.
Por desgracia, esto ocurrió en el Perú el domingo pasado, por la noche, hecho que la bancada del Partido Por la Democracia, Partido Socialista y Partido Humanista condena y repudia en forma enérgica, toda vez que consideramos que la institucionalidad democrática, derivada del funcionamiento armónico de los tres poderes públicos antes señalados, es el único mecanismo válido para la solución de los problemas contingentes de los pueblos.
Ayer, los dictadores de América, incluido el Capitán General, justificaban su intromisión con el cáncer marxista, con el caos económico o con las exigencias sociales de los trabajadores.
Hoy, el dictador peruano Fujimori ha dado un golpe a la organización de su Estado, porque desea, por la vía del decreto ley, reestructurar económicamente el país, combatir el terrorismo y el tráfico de drogas.
Son infundios; nada justifica la implantación de una dictadura en ningún país. Como hemos repetido muchas veces en la Sala, ésta es mucho más dañina que los males que a veces se pretende remediar. Los problemas sociales suelen subsistir al término de las dictaduras.
Al respecto, ya se anuncian atropellos a los derechos fundamentales de la persona humana, en Lima y en otras ciudades; restricción a la libertad de prensa información; arrestos y otras acciones privativas de la libertad, que afectan a dirigentes políticos y sociales y, en especial, a los Presidentes del Senado, don Felipe Osterling, y de la Cámara de Diputados, don Roberto Ramírez del Valle, hechos que toda institución civilizada debe rechazar.
Por fortuna, los sistemas democráticos americanos han creado mecanismos para evitar que los Estados miembros de la OEA vean alterada su institucionalidad democrática, mecanismos establecidos en el llamado "Compromiso de Santiago" y que deben ponerse en práctica.
Distinguidos y Honorables colegas, el cólera se desarrolló en el Perú y desde allí se expandió en menor o mayor grado, hacia toda América Latina. La historia nos ha demostrado que las ideas políticas y las doctrinas de manejo del Estado también cruzan las fronteras y "encolerizan" a algunos fanáticos.
Hago votos para que ello no ocurra y, sobre todo, para que pronto en la República del Perú se recupere la institucionalidad democrática quebrantada.
He dicho.
Aplausos.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el Diputado señor Yunge.
El señor YUNGE.-
Señor Presidente, todo golpe de Estado es extraordinariamente negativo y repudiable. En ese contexto, el que hoy analizamos constituye un hecho de la mayor gravedad y lo condenamos.
Un Presidente elegido democráticamente traiciona el mandato popular -que emanó del pueblo-, atropella el estado de derecho e implanta un sistema dictatorial de manera injustificable. Es agraviante pretender realizar el proceso de reconstrucción del Perú a través de la eliminación del derecho elemental de los peruanos de participar en las decisiones sobre su propio destino. Esto ha generado la acción de las más brutales dictaduras en el mundo y en América Latina.
Es necesario tener presente que quienes inicialmente sumieron al Perú en la delicada situación que hoy padece, fueron las dictaduras de carácter militar. Por lo tanto, es imposible que un grupo de militares, escudándose en Fujimori, pueda reparar el daño que ocasionaron esas dictaduras.
Chile debe adoptar las medidas necesarias para entregar solidaridad y refugio a los perseguidos en el Perú. Soy partidario de que nuestro Gobierno solicite la marginación de ese país del Grupo de Río, mientras la democracia no sea restablecida en la hermana República.
La acción en contra de la democracia, que afecta en particular al Parlamento del Perú, debe terminar y restituirse los valores y principios democráticos. Exigimos la libertad de las personas detenidas; responsabilizamos de su integridad física al gobierno de facto, encabezado por el dictador Fujimori.
El Congreso de la República hermana ha cumplido con su responsabilidad. A manera de homenaje a la consecuencia y al compromiso democrático de los parlamentarios peruanos, me voy a permitir leer el acuerdo que adoptaron: Dice lo siguiente:
"El Congreso de la República:
"Considerando
"Que el ciudadano Alberto Fujimori Fujimori ha incurrido en violación flagrante de la Constitución al pretender subvertir el orden democrático en su exposición pública propalada el día 5 de abril de 1992, siendo su primera obligación la de cumplir y hacer cumplir la Constitución;
"Que ello lo incapacita moralmente para ejercer la Presidencia de la República, que el Congreso debe declarar:
"De conformidad con el inciso primero del artículo 206 de la Constitución Política del Estado,
"ACUERDA:
"Primero.- Declarar que el ciudadano Alberto Fujimori Fujimori está incapacitado moralmente para ejercer la Presidencia de la República, sin perjuicio de las acciones legales a las que hubiere lugar.
"Segundo.- Declarar la vacancia de la Presidencia de la República.
"Tercero - Convocar al llamado por la Constitución para que asuma las funciones de Presidente de la República.
"Cuarto.- Disponer el juzgamiento de los responsables y cómplices de la violación constitucional producida, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 307 de la Constitución.".
El acuerdo fue firmado por la mayoría absoluta de los Diputados y Senadores de la República del Perú.
Para terminar, el esfuerzo nacional de los chilenos, con el fin de fortalecer nuestro proceso y sistema democráticos, es la mejor manera de solidarizar con el pueblo y las instituciones democráticas del Perú.
He dicho.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Ha terminado el tiempo de la Democracia Cristiana.
El Diputado señor Muñoz Barra ha pedido tiempo para una breve intervención, porque desgraciadamente terminó el tiempo del Comité Radical.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Es sólo un minuto, señor Presidente.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente, en tan escaso tiempo, únicamente deseo expresar que el epitafio de este doloroso hecho ocurrido en América Latina lo ha puesto Vargas Llosa, prestigioso hombre de letras, quien manifestó que Fujimori "ha cometido un crimen contra la democracia.".
La fundamentación del nuevo dictador sólo es el fracaso de los dos años del gobierno que administró y desempeño, que llegó al extremo de que su propio grupo familiar denunció que familiares cercanos a la hasta ayer autoridad democrática, estarían involucrados en hechos delictuales, como el tráfico de drogas en el Perú.
Agradezco el breve tiempo que se me otorgó y termino mi intervención señalando que me preocupa tremendamente una declaración que aparece hoy en el diario "La Nación" y que dice que "El Comandante en Jefe Subrogante del Ejército, General Jorge Lucar, dijo ayer que Perú hace uso de sus facultades...".
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Perdón, señor Diputado, ha terminado el minuto que por acuerdo unánime de la Sala le fue concedido.
El señor Secretario dará lectura al proyecto de acuerdo.
EL señor LOYOLA (Secretario).-
Proyecto de acuerdo de los señores Cerda, Pizarro, don Jorge, Urrutia, Valenzuela, Coloma, Devaud, Vilches, Tohá, Seguel, Cardemil y Acuña.
"Considerando:
"Los hechos acaecidos en la hermana República del Perú, que constituyen un quebrantamiento de las bases esenciales de su sistema institucional, la Honorable Cámara de Diputados de Chile acuerda:
"1°.- Condenar la ruptura de la institucionalidad democrática en el Perú, dado que significa una alteración violenta del ordenamiento constitucional, mecanismo válido para la solución de los problemas contingentes de los pueblos.
"2°.- Requerir de las autoridades peruanas el irrestricto respeto a los derechos fundamentales de la persona humana y de las libertades públicas y, al efecto, que se alce cualquier medida que represente la transgresión de éstos.
"3°- Demandar el inmediato cese de los arrestos y otras acciones privativas de libertad que afectan a los parlamentarios, y muy especialmente a los Presidente del Senado, don Felipe Osterling, y de la
Cámara de Diputados, don Roberto Ramírez del Valle, como asimismo de los magistrados judiciales y personalidades políticas.
"4°.- Apoyar la puesta en marcha de los mecanismos acordados en el "Compromiso de Santiago", en el seno de la Organización de Estados Americanos, en pos de la defensa del sistema democrático en el Perú, y
"5°.- Reclamar del gobierno peruano el restablecimiento de la institucionalidad hoy quebrantada.".
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará con el asentimiento unánime de la Sala.
Aprobado.
Aplausos.
El señor CERDA (Presidente en ejercicio).-
Si le parece a la Honorable Cámara, se acordará transcribir este acuerdo a todos los parlamentos americanos y al Parlamento Latinoamericano.
Acordado.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670506/seccion/akn670506-po1
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670506