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- rdf:value = " MODIFICACIONES ARANCELARIAS Y TRIBUTARIAS Y POSTERGACIÓN DE VIGENCIA DE REAVALUOS NO AGRÍCOLAS. PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Corresponde tratar, en primer trámite constitucional, el proyecto de ley que rebaja la tasa de los aranceles a las importaciones, introduce modificaciones a otras normas de carácter tributario y posterga la vigencia del reavalúo de bienes raíces no agrícolas, informado por la Comisión de Hacienda.
Diputado informante es el señor Claudio Huepe.
El proyecto de ley impreso en el boletín N° 382-05, figura en el N°4 de los documentos de la Cuenta de esta sesión.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Huepe.
El señor HUEPE.-
Señor Presidente, me corresponde informar el proyecto de ley que rebaja la tasa de los aranceles a las importaciones, introduce modificaciones a otras normas de carácter tributario y posterga la vigencia del reavalúo de bienes raíces no agrícolas.
Como la Honorable Cámara sabe, el proyecto fue calificado con urgencia de "discusión inmediata", razón por la cual, en el día de ayer, la Comisión de Hacienda destinó 8 horas para su estudio. Contó con la presencia de los señores Alejandro Foxley, Ministro de Hacienda; Carlos Ominami, Ministro de Economía; Andrés Bianchi, Presidente del Directorio del Banco Central de Chile; Roberto Zahler, Vicepresidente de dicha entidad; José Pablo Arellano, Director de Presupuestos; Manuel Marfán, Coordinador de la Política Económica del Ministerio de Hacienda, y Nicolás Eyzaguirre, Director de Estudios del Banco Central.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
¿Me permite una interrupción, señor Diputado?
El señor Ministro de Hacienda ha solicitado a la Mesa autorización para que ingresen a la Sala el Director de Presupuestos, don José Pablo Arellano, y el Coordinador de Política Macroeconómica, don Manuel Marfán.
Un señor DIPUTADO.-
No hay acuerdo.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
No hay acuerdo.
Continúa con el uso de la palabra el Diputado señor Huepe.
El señor SOTA.-
¡Señor Presidente, esto es increíble! Estoy seguro de que el Diputado que se opone no se atreve a expresarlo públicamente.
El señor HUEPE.-
Señor Presidente, debido al poco tiempo con que se cursaron las citaciones, sólo concurrieron especialmente invitados los representantes de la Sociedad de Fomento Fabril, don Hernán Briones, Vicepresidente, y don Gustavo Gallardo, Gerente de Estudios. Enviaron antecedentes y opiniones a la Comisión, vía fax, la Asociación de Exportadores de Chile, A. G., que preside el señor Ronald Bown; la Central Unitaria de Trabajadores, y la Asociación de Distribuidores de Combustibles de Chile, ADICOA. G.
Debo informar a los señores Diputados que el proyecto trata de dos materias totalmente distintas. Una es el paquete de medidas macroeconómicas; la otra está referida a la postergación de la vigencia del reavalúo de bienes raíces no agrícolas.
En la Comisión primeramente se votaron los artículos 8° y 9°, que fueron aprobados por unanimidad y que tienen que ver con la postergación de la vigencia del reavalúo de bienes no agrícolas. Posteriormente, se entró en el análisis de las medidas macroeconómicas.
Quisiera continuar con el mismo orden, para despejar el problema de la postergación de la vigencia del reavalúo de bienes raíces no agrícolas y dar a conocer a esta Corporación los antecedentes que se tuvieron en cuenta para aprobar estas disposiciones por unanimidad.
Los artículos 8° y 9° plantean dicha postergación, modificando los artículos 2° y 3° de la ley N° 19.000; fijan el 31 de diciembre de 1992 como fecha de término de la aplicación de la tasa adicional del 30 por ciento, y establecen que el reavalúo qué practicará el Servicio de Impuestos Internos entrará a regir el 1 de enero de 1993, en vez del 1 de julio de 1991. Mediante el artículo 9° se repone la facultad entregada al Presidente de la República en el artículo 4° de la ley N° 19.000, aprobada en relación con el reavalúo que debía regir al 1 de julio de 1991, en iguales términos y con la misma finalidad, ya que este artículo establece la posibilidad de que el Presidente de la República pueda morigerar el impacto que, eventualmente, significaré el resultado de la nueva tasación de los bienes raíces no agrícolas, cuando el aumento del avalúo exceda de una determinada cifra.
Este es el contenido central de los artículos 8° y 9°, que –reitero- no tienen que ver directamente con el paquete de medidas macroeconómicas.
Algunos señores Diputados plantearon su preocupación por el financiamiento municipal. Sin embargo, dado que en el mismo mensaje se plantea que, en breve plazo, esta Corporación estudiará el proyecto de ley sobre Rentas Municipales que el Ejecutivo enviará próximamente a trámite legislativo y que en esa iniciativa se estudia la posibilidad de introducir modificaciones a la Ley de Impuesto Territorial, cuya recaudación es a beneficio municipal, se pensó, obviamente, que la situación amerita un estudio global de todos los aspectos vinculados al tema del financiamiento municipal. Como lo único que se pretende por esta ley es postergar la vigencia del reavalúo y no se introduce ninguna modificación de fondo y, en la práctica, lo que hacemos es otorgar tiempo para que esta Corporación pueda analizar con más calma la Ley de Rentas Municipales, la Comisión acordó, por unanimidad, despachar los referidos artículos 8° y 9°, relacionados, reitero, con la idea matriz de postergación de la vigencia del reavalúo de bienes raíces no agrícolas.
Paso, enseguida, a referirme a las medidas macroeconómicas que deben ser aprobadas a través de un proyecto de ley, porque las otras que adoptó el Banco Central no necesitan ratificación por esta Cámara, como explicaré posteriormente.
El su mensaje el Gobierno señala que, desde el punto de vista de la estrategia de desarrollo planteada, hay dos pilares fundamentales: la mantención de los equilibrios macroeconómicos y una creciente apertura de nuestra economía. Dicha estrategia, a juicio de los Ministros de Hacienda y de Economía, ha sido exitosa, pero, paradójicamente, ese mismo éxito es el que la ha colocado en riesgo. Creo que es interesante, en lugar de analizar artículo por artículo, tratar de transmitir a los señores Diputados el análisis de la coyuntura económica en que vivimos los problemas que advierten las distintas autoridades que concurrieron a la Comisión y el contexto en el cual se aprueban estas disposiciones legales. ¿Cuál es el diagnóstico que se hace de la situación coyuntural que vivimos? Después del proceso de ajuste inicial, realizado durante 1990, la economía, de acuerdo con las cifras analizadas en la Comisión, aparece en un proceso de clara expansión y con proyecciones bastante alentadoras en el mediano y largo plazos, sobre todo para el sector exportador. Pero, paradójicamente, este aumento de las exportaciones implica riesgos, y el Banco Central ha observado un fenómeno inédito en la economía chilena: abundancia de dólares que produce algunos efectos peligrosos en los equilibrios macroeconómicos. En cuanto a este fenómeno se señala el hecho de que las reservas ascienden a alrededor de 6 mil millones de dólares, y que las estimaciones de la balanza de pagos para este año son muy superiores a las de fines del año pasado, cuando se analizó el Presupuesto Nacional. Por ejemplo, la Balanza Comercial presenta un excedente mucho mayor que el presupuestado, y el antecedente que se dio fue que las exportaciones no tradicionales -o sea, aquellas en las que se incluyen los 15 productos de mayor significación y con mayor tradición exportadora- han crecido en un 25 por ciento. Como a su vez esas exportaciones no tradicionales superan los 2 mil millones de dólares, sobre un saldo de 8 mil millones -o sea, dichas exportaciones, a su vez, son del orden del 25 por ciento- su crecimiento significará el impacto de un aumento de los ingresos por ese concepto superior al 6.25 por ciento. Es decir, un 25 por ciento de crecimiento de un 25 por ciento, a su vez, que constituye la participación del total de las exportaciones. Se observa también un ingreso de capitales de mediano y largo plazos más alto que el presupuestado.
Otro elemento importante de analizar, y tal vez el que más debe tenerse en cuenta, en función de las medidas adoptadas, es el ingreso especulativo de capitales de corto plazo, estimulado por las diferencias de interés. O sea, es buen negocio traer dólares, comprar pesos, colocarlos a interés, recoger ese interés y remitirlo al exterior. Da tasas de rentabilidad muy superiores a las que se pueden obtener en otros países. ¿Por qué ese negocio no se hace con más frecuencia en todos los países que tienen estas diferenciales, que a veces son transitorias? Obviamente, para los que traen los dólares, los cambian en pesos para invertirlos y obtener la rentabilidad suficiente, hay siempre un fantasma y un temor, el de la devaluación. Sin embargo, como hay un signo de confianza de que no habrá devaluación, el aumento del ingreso de los capitales especulativos ha sido muy alto, y, para evitarlo, una alternativa sería bajar la tasa de interés.
Quiero tratar de reproducir un poco los dilemas en que se ve la autoridad económica respecto de las opciones que debe tomar, las que siempre conllevan riesgos y que hay que escoger en un momento determinado.
Habría que bajar la tasa de interés, pero esa medida sería un estímulo para la inflación. El resultado práctico del ingreso de capital especulativo, del superávit de la balanza de pagos, es un tipo de cambio que permanentemente tiende a la baja. Ello complica la política monetaria que debe aplicar el Banco Central, puesto que debe salir al mercado a comprar dólares para que no baje el nivel inferior de la banda, como se dice normalmente, para que "rebote" en el piso de la banda, lo cual significa emisión. Como ustedes saben, actualmente el precio del dólar se fija sobre la base del dólar acuerdo, que es el centro de una banda que oscila en más o menos 5 por ciento, y que cada vez que ese dólar está en el piso de la banda, el Banco Central se ve obligado a comprar dólares en el mercado, para impedir que baje de ese piso, lo que se traduce en emisión, con el riesgo consecuente de inflación.
Según los antecedentes entregados por el Presidente del Banco Central, la emisión no ha significado hasta ahora impacto inflacionario, porque ha habido éxito en otro instrumento de la política del Banco Central, en la esterilización de la emisión de dinero en pesos utilizado para la compra de dólares mediante la colocación de papeles que recogen del mercado esa misma emisión. Eso, hasta el momento, ha sido exitoso, pero es obvio que esta situación no puede mantenerse durante mucho tiempo.
Para ilustrar a los estimados colegas, leeré un párrafo del análisis que hizo "El Mercurio", en su página editorial el domingo pasado, donde, incluso, plantea este problema con anticipación. Es un artículo elaborado, aparentemente, antes de que se conocieran las medidas económicas aplicadas y que resume la situación que estamos viviendo. Leo textualmente:
"Una segunda duda estructural tiene que ver con el comportamiento del tipo de cambio y sus efectos colaterales en la política monetaria del .Banco Central. Como es sabido, durante ya muchos meses el dólar observado se ha mantenido pegado en el piso de la banda dentro de la cual puede variar.
Esto ha provocado una caída del tipo de cambio real, perjudicándose el sector exportador. Paralelamente, la abundancia de dólares ha obligado al instituto emisor a comprarlos, aumentando así la emisión de dinero, lo que le complica sus objetivos de política monetaria. En este campo las dudas se centran en cómo la autoridad resolverá esta sobreoferta de dólares".
Ese es, precisamente, el problema que se pretende enfrentar con estas medidas.
Frente a esta situación, que describe tan gráficamente "El Mercurio" como el dilema de la política económica, desde el punto de vista general, hay varias alternativas.
Una es la revaluación pura y simple: dar mayor amplitud a la banda. El tipo de cambio, obviamente, podría bajar; pero eso afectaría a las exportaciones.
Otra alternativa es reducir la tasa de interés, lo que permitiría una expansión del gasto que podría compensarse eventualmente mediante la reducción del gasto público. Pero ése es un problema del debate que no me corresponde como Diputado informante, porque el gasto, según las informaciones, presenta importantes rigideces.
Otra alternativa es la baja de aranceles, con lo cual tenemos un estímulo para importar más. Ello aumenta la demanda de dólares y el tipo de cambio. El Gobierno optó por esta última alternativa. El proyecto de ley se refiere fundamentalmente a esa baja de aranceles y a las medidas compensatorias que ellos exigen.
Según la información que entregaron a la Comisión, el Ministro de Hacienda y sus asesores, la disminución de aranceles cumple un doble objetivo. Primero, responde a esa situación de coyuntura que analizaba y, segundo -y esto es muy importante-, es consistente con una política de largo plazo orientada a generar condiciones de competitividad a nuestros industriales. Si, como país, queremos mantener la competitividad en el largo plazo, independiente del problema coyuntural del dólar, en algún momento deben bajarse los aranceles. Por lo demás, es la tendencia en los acuerdos que se negocian con México y Venezuela, y en las conversaciones iniciales con Estados Unidos, país que después de concretar acuerdos con México, ha expresado su voluntad de negociar eventualmente con Chile.
Una primera medida establecida en el proyecto de ley es la disminución de aranceles del 15 por ciento al 11 por ciento. Esta disminución de aranceles significa, a su vez, una disminución de los ingresos fiscales que debe ser compensada con otros ingresos, a fin de mantener los equilibrios presupuestarios, y para esa compensación se han planteado dos medidas.
La primera consiste en hacer extensivo el impuesto de timbres y estampillas a los créditos externos que actualmente afecta a los préstamos que se realizan en el interior del país. Con esta medida se elimina una discriminación en contra de los capitales nacionales y se grava el movimiento de capitales, producto de las diferencias entre las tasas de interés interna y externa.
La forma de operar de este impuesto, implica que los créditos externos afectados serán, básicamente, los de corto plazo. ¿Por qué razón? Esta materia figura en detalle en el artículo l°, números 1 a 5, del informe que está a disposición de los señores Diputados. Se plantea que la forma de aplicación del impuesto es de 0.1 por ciento mensual, pero con un tope de 1.2. Eso significa que créditos de un año hacia arriba tienen la misma tasa que aquellos de un año. Ese es el tope. A créditos de dos o tres, por ejemplo, se les aplicará igualmente el impuesto de 1.2 por ciento, que, obviamente, tiene una incidencia mucho menor, en términos proporcionales, en los créditos de mediano y largo plazos.
La segunda medida consiste en aumentar la tasa del impuesto específico a la gasolina, de 2,58 unidades tributarias mensuales por metro cúbico a 3,88 unidades tributarias mensuales por metro cúbico. En este sentido hubo consultas sobre la incidencia de dicho aumento en el precio de la gasolina, y el Ministro de Hacienda informó que no tendrá un impacto en los costos de la industria, desde luego, porque ésta no consume gasolina, sino diesel, que, en gran parte, se importa, y que la baja de aranceles influirá en ello en un menor costo. Agregó, asimismo, que la expectativa del Gobierno en relación con la evaluación del precio de la gasolina en el mercado mundial es que en los próximos meses habrá una tendencia a la baja, incluso, por razones estacionales, si se analiza en el tiempo el ciclo de los precios de éste. Esa es una duda que preocupó a algunos parlamentarios de la Comisión.
Estas son las medidas adoptadas que requieren ratificación del Congreso. Obviamente, no las podríamos aprobar sin conocer otras que, si bien no requieren ratificación, es necesario tenerlas presentes, porque son complementarias, adoptadas por el Banco Central. Si bien no le compete a la Cámara aprobarlas, se deben considerar como una referencia importante, pues son un complemento esencial para enfrentar la situación macroeconómica de manera coherente.
El Presidente del Banco Central nos informó del conjunto de medidas adoptadas para enfrentar este problema. Fundamentalmente son tres:
Primero, desestimular los movimientos de capitales de corto plazo, exigiendo la constitución de un encaje de 20 por ciento a los créditos externos, cuya incidencia sobre su costo será decreciente para aquellas operaciones que excedan el plazo de un año. La modalidad con que esto se aplica es similar al caso anterior, en el sentido de que se hace de manera discriminatoria. De manera que cuando las operaciones son inferiores al plazo de un año el impacto, en términos relativos, es bastante más alto que cuando exceden ese lapso.
Segundo, flexibilizar el uso de recursos en moneda extranjera de la banca nacional, autorizándola para firmar operaciones de comercio exterior entre terceros países, acogidos al convenio de pagos de créditos recíprocos de la ALADI.
Es importante considerar que la información dada por el Presidente del Banco Central fue muy categórica para decir que esta flexibilización se hizo pensando en dos elementos: uno, que no corresponden a operaciones riesgosas, porque todas cuentan con el respaldo de los respectivos bancos centrales, y dos, que se está favoreciendo la exportación de servicios de la banca por el hecho de que también tiene una cierta ventaja comparativa por la manera en que opera, lo que puede ser una manera de salir al exterior no sólo con bienes, sino también con servicios.
Tercero, modificar el valor del tipo de cambio acuerdo, que corresponde al "dólar acuerdo", considerando el impacto favorable de la rebaja arancelaria sobre los costos de los productos de exportación, con lo cual se mantiene la posición competitiva de los exportadores. El argumento radica en que si hay disminución de aranceles, mejora la posición competitiva de los exportadores, porque los insumos importados que forman parte de sus costos también van a tener una reducción en el precio. Entonces, la posición competitiva de los exportadores no se altera al reducir el valor del tipo de cambio acuerdo en 2 por ciento.
Aquí nos encontramos frente a un tema debatible en el que, quizás, los señores Diputados quieran opinar.
Se le consultó al Presidente del Banco Central si esto puede ser calificado de revaluación, y técnicamente no lo es.
Quisiera explicar el punto con mayor claridad. Lo que ocurre es que se baja el promedio de la banda. Por lo tanto, puede haber una revaluación, porque si el medio baja, el piso de la banda también baja 2 puntos. Como el sistema de fijación de precio del dólar tiene una oscilación de más o menos 5 por ciento, en la práctica el nivel en que ha estado el precio del dólar -que es el piso de la banda-, de acuerdo al comportamiento de los agentes económicos, podría subir, incluso, 8 por ciento, porque todavía queda un margen para subir del fondo del piso en que estaba.
Este punto deberá ser analizado, porque hubo posiciones distintas en la Comisión. En todo caso, se dio un antecedente práctico. Hasta el día de ayer, después de haber bajado, el valor del dólar comenzó a repuntar y estaba exactamente al nivel que tenía antes de adoptarse estas medidas.
Estas tres medidas, en conjunto, tienden a subir el tipo de cambio observado, que es el que importa.
Este tema hizo que los miembros de la Comisión destinaran bastante tiempo al análisis de la situación macroeconómica. Se les preguntó a los representantes del Banco Central por qué no se habían tomado antes estas medidas. Se nos contestó que se había actuado pensando en que la respuesta de los agentes económicos sería distinta. De hecho, ha habido una reducción significativa de las tasas de interés en los últimos meses. Se pensó que eso haría disminuir el ingreso especulativo de capitales de corto plazo. Sin embargo, ello no se produjo, entre otras razones que allí se dieron, porque también hubo una disminución de la tasa de interés en el exterior, con lo cual, si bien la diferencial se redujo, de todas maneras se mantuvo en cierto nivel. Además, los signos de confianza hicieron que algunos inversionistas, operadores financieros extranjeros que no temen a la devaluación, aprovechen cualquiera diferencia de tasa de interés, aunque sea menor, para seguir operando con ese capital especulativo.
Los estudios del Banco Central de Chile y los antecedentes reunidos demuestran que el ingreso de dólares de las últimas semanas que se pensó sería una situación coyuntural, se transformó en permanente. Ello indujo a adoptar las medidas que he señalado.
Algunos Diputados de la Comisión plantearon la eventual analogía que esta situación podría tener con otras vividas a principios de la década del ochenta. Tanto el Ministro de Hacienda como el Presidente del Banco Central fueron muy categóricos en señalar que ésta es una situación radicalmente distinta, fundamentalmente porque el tipo de cambio real, hoy día, es doble del de 1982. Además, en ese momento el estado de la balanza de pagos era muy distinta y la deuda mucho mayor; o sea, a juicio de ambos personeros se trata de situaciones imposibles de comparar.
Finalmente, debo informar que entre las medidas complementarias anunciadas por el Ministro de Economía está el programa de promoción de inversiones, cuyos antecedentes, por razones de tiempo, no voy a entregar en esta oportunidad. Se trata de medidas que –reitero- no requieren de la ratificación del Congreso, aunque deben analizarse dentro del contexto.
En resumen, se adoptarán tres tipos de medidas: primero, las que son materia de este proyecto de ley, propuestas por el Ministro de Hacienda, relacionadas con la disminución de los aranceles, y el aumento de los impuestos que compensan la caída de los ingresos fiscales que eso significa; segundo, las adoptadas por el Banco Central, que he explicado, y tercero, las de tipo económico, para promover las inversiones en nuestro país.
Los artículos 1° al 7° se refieren a las siguientes materias: el 1°, modifica el decreto ley N° 3.475, de 1980, sobre Ley de Timbres y Estampillas.
Su N° 1 elimina la posibilidad de que las importaciones financiadas con cartas de crédito queden afectas a doble tributación.
Su N° 2 incorpora al decreto ley N° 3.475 un nuevo artículo 3°, con el fin de establecer un impuesto único a la documentación necesaria para efectuar una importación o ingresar mercaderías del exterior a zonas francas. Dicho en otros términos, se trata de gravar operaciones en que existe un crédito externo implícito en la postergación del pago, en relación con la recepción de mercaderías. Es decir, aunque no exista una operación crediticia formal, el solo hecho de haber un desfase en el tiempo desde el momento de la internación de la mercadería y el pago efectivo de ella se considera como un crédito implícito. Eso es lo que grava el N° 2 del artículo 1°.
El segundo inciso de este número establece la tasa del impuesto, de 0.1 por ciento mensual, la que no podrá exceder del 1.2 por ciento, con lo cual hay una ventaja relativa para aquellos créditos a plazos más largos.
En el inciso tercero se señala cuál es el documento gravado y la operatoria del impuesto.
En el N° 3 se incorpora un artículo 10 nuevo al decreto ley N° 3.475, que establece el momento en que se devenga el impuesto y quién lo paga. En el N° 4 se dispone el momento en que se devenga el impuesto, y en el N° 5, la oportunidad en que ingresa a arcas fiscales.
Ese es el sentido de los cinco números del artículo 1°, que modifican el decreto ley N° 3.475, de 1980. Es decir, se refieren a esta concepción de considerar los pagos diferidos de importaciones como créditos y, por lo tanto, susceptibles de impuesto.
El N° 6 se refiere a las operaciones de crédito corriente y al pago diferido de importaciones.
La aprobación de este artículo tuvo 7 votos a favor, 4 en contra y una abstención.
El artículo 2° rebaja el arancel aduanero de 15 a 11 por ciento.
Por indicación del Diputado señor Andrés Palma se cambió la redacción primitiva, con lo cual se modificaron en la ley vigente, la N° 18.687, los guarismos 15 y 20 por 11 y 15. O sea, una ley decía que los aranceles anteriores, que eran del 20 por ciento, se rebajan al 15, y ahora se plantea que se rebajan al 11 por ciento.
El artículo 2° se aprobó con 8 votos a favor, ninguno en contra y 4 abstenciones.
Los artículos 3°, 4° y 5° modifican diversas disposiciones legales para hacerlas concordantes con la rebaja de aranceles del 15 al 11 por ciento.
Según los acuerdos del GATT, Chile aceptó un límite de aranceles del 35 por ciento; si antes era el 15 por ciento, la diferencia de veinte puntos debe lograrse con una sobretasa. Si los aranceles son ahora del 11 por ciento, se produce una diferencia de veinticuatro puntos para llegar al 35 por ciento. Por lo tanto, el artículo 3° del proyecto tiene por objeto reemplazar el guarismo 20 por 24 en la ley N° 18.525, que en su artículo 10° contempla esta sobretasa arancelaria.
El artículo 4° aborda materias relacionadas con el Estatuto Automotor actualmente vigente y no con el proyecto pendiente en el Senado. Se sustituyen guarismos, para hacerlos concordantes con la reducción arancelaria del 15 al 11 por ciento.
El artículo 5° se refiere a los bienes de capital adquiridos en el mercado nacional, en que existía un subsidio del 11 por ciento del precio neto de factura, que se reemplaza por 73 por ciento del arancel aduanero vigente determinado sobre el precio neto de factura, equivaliendo, si se analiza la sustitución, a la rebaja arancelaria, en su proporción, del 15 al 11 por ciento.
En relación con esta materia, es conveniente señalar que la Sofofa planteó una observación en la Comisión, con el objeto de que esta norma se aplicara con un desfase de ciento ochenta días, para evitar una eventual retroactividad de ella. El Ministro de Hacienda se comprometió a estudiar esta situación. Se aprobó el artículo con 7 votos a favor, 2 en contra y 2 abstenciones.
El artículo 6° modifica el inciso quinto del artículo 6° de la ley N° 18.502, que contempla un impuesto especial a la gasolina, elevándose éste en un 50 por ciento. Este artículo se aprobó con 7 votos a favor, 3 en contra y 2 abstenciones.
El artículo 7° establece la entrada en vigencia de las normas del proyecto de ley, disposición que fue aprobada por 7 votos a favor, uno en contra y 4 abstenciones.
El último punto, que es necesario explicar para completar la información. Es que la aplicación integral de estas medidas consideran algunas variaciones en la estructura de ingresos del país. La rebaja de los aranceles del 15 al 11 por ciento representa un menor rendimiento de 80 mil millones de pesos; la aplicación del impuesto de timbres y estampillas significará un rendimiento de 7.600 millones, y el aumento del impuesto específico a la gasolina tendrá un mayor rendimiento de 35 mil millones de pesos.
Además, habría que tener presente el efecto financiero sobre los resultados del Banco Central. Por la aplicación del encaje, sólo en los créditos externos se estima un ingreso anual de 20 mil millones de pesos. O sea, aquí se compensa, todavía subsistiendo un cierto déficit, la rebaja de los aranceles por la aplicación de estos impuestos.
Sin embargo, y esta es la última reflexión, que es necesario tener en cuenta, hay que distinguir el problema macroeconómico de la situación fiscal.
El paquete de medidas propuesto está concebido de manera tal que sea neutro, desde el punto de vista macroeconómico. ¿Qué quiere decir esto? Que los mayores ingresos, ya sea para el Fisco o el Banco Central, se compensen con los menores ingresos, es decir, que estas medidas no sean un factor de expansión monetaria. Sin embargo, si lo miramos desde la perspectiva de la caja fiscal, hay un déficit, porque los fondos que recibe el Banco Central no pueden ser considerados como ingresos. Es un problema que deberá ser analizado en el proyecto de Ley de Presupuestos que verá esta Corporación a fines de este año, oportunidad en que habrá que estudiar el problema de transferencia entre el Fisco y el Banco Central. Es claro que la aplicación de esta medida, durante este año, producirá un excedente en el Banco Central.
Es todo cuanto puedo informar al respecto.
El señor VIERA GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra don Eugenio Munizaga.
El señor MUNIZAGA.-
Señor Presidente, la materia que analizamos hoy en verdad corresponde a dos proyectos. Los artículos 8° y 9° se separan totalmente de la idea matriz del resto de la iniciativa. En consecuencia, se puede decir que éste es un proyecto misceláneo.
Los parlamentarios de Renovación Nacional solicitamos en la Comisión de Hacienda que los artículos relativos a la postergación de los reavalúos de bienes raíces no agrícolas se votaran aparte. Y así fue. Nuestra posición respecto de estos dos artículos, a pesar de que tenemos grandes aprensiones en torno del tema del financiamiento municipal, es aprobarlos.
Ahora bien, en relación con la otra parte del proyecto -el tema fuerte- cabe señalar que el Ejecutivo ha enviado para la discusión del Parlamento un texto con propuestas para implementar una serie de medidas económicas destinadas a evitar que continúen en los próximos meses tasas de inflación como las que ya se están registrando en los indicadores económicos y que afectan el bolsillo de muchos chilenos. Con este proyecto el Gobierno quiere regular el flujo de dólares a raíz del superávit que ha registradora balanza de pagos en forma sostenida.
El proyecto en estudio contiene disposiciones que, estudiadas por separado, pueden ser aceptables, pero que analizadas en su conjunto y tomando en consideración las últimas medidas adoptadas por la autoridad económica hacen que el denominado paquete de medidas sea tremendamente pernicioso para las principales actividades económicas y, por consiguiente, para el país entero.
Es lamentable que para afrontar un problema como el de la inflación, como muchas otras veces, se pretenda imponer obligaciones al sector productivo, cuando el Gobierno no da señal alguna de querer disminuir el gasto público. Esto constituye una antigua costumbre que le hace mucho daño al país. El mismo Gobierno ha señalado que el "paquete" es un conjunto de medidas que deben ser analizadas globalmente, porque forman parte de una misma intención. ¿Cuál es ella? A nuestro judo, única y exclusivamente mostrar un índice de inflación no superior al promedio prometido por el Gobierno, Pero si es un conjunto, manifestamos en forma categórica que el proyecto contiene muchas medidas que no nos parecen adecuadas y que se pretenden camuflar con una, en particular, que va por el camino correcto: la rebaja de los aranceles.
Pero, ¿por qué el Gobierno habla de "paquete"? ¿Qué sucede con la rebaja de aranceles, analizando este mismo "paquete"? En definitiva, esta rebaja unida a una revaluación del peso, significa para los agricultores que producen carne, trigo, remolacha, y para los medianos y pequeños industriales, una carga difícil de llevar.
¿Dónde repercutirán estas medidas? Repercutirán en forma negativa en los sectores productivos e igualmente afectarán el empleo y los ingresos de los trabajadores y empleados. ¿Por qué el Gobierno golpea a la gente y no restringe el gasto público? Es la pregunta que formulo.
Hace mucho tiempo que venimos insistiendo en aranceles bajos y parejos. El Gobierno se equivoca si cree que con esto nos obligará a aceptar otras medidas que propone de contrabando, como el aumento de los impuestos. Todos saben cuánto costó imponer reglas claras en el país y dar seguridad a los actores económicos para que desarrollaran con confianza su labor. Todos los sectores reconocen los beneficios que esta medida trajo aparejados. Después de muchos esfuerzos se logró poner a Chile a la cabeza de los países latinoamericanos y hoy el actual Gobierno se siente orgulloso de ello.
Sin embargo, vemos con tristeza que el Gobierno está dispuesto a despilfarrar todo con tal de dar la sensación al país de que él cumple. En realidad, de alguna manera se está faltando al compromiso de no aplicar nuevos impuestos asumido por el Gobierno el año pasado al aprobarse la Reforma Tributaria. No obstante, vemos que a través de la aplicación del impuesto de timbres y estampillas a los créditos externos y el aumento del impuesto específico de la gasolina no se cumple con la promesa. No olvidemos que el impuesto a la gasolina afectará a muchos chilenos. Hoy son miles y miles las personas que tienen su automóvil para desplazarse y trabajar. Se ha sostenido que este impuesto no modificará el precio en el corto plazo, debido a un efecto temporal de los precios de los combustibles en la época de verano en el hemisferio norte, pero pasado este período el público usuario sentirá este impuesto en sus propios bolsillos, porque se aumenta en un 50 por ciento.
Comprendemos que el Gobierno quiera compensar los menores ingresos que tendrá con la rebaja de los aranceles, pero, ¿estudió con detención fórmulas alternativas a las que propone? Tal vez una reducción del gasto en consumos del sector público o una disminución de la tasa de interés, u otras fórmulas. Estaríamos dispuestos a apoyar un proyecto de este tipo que sea, en verdad coherente. Creemos que no se estudiaron otras fórmulas y se optó por el camino que, a simple vista, resulta más fácil: el de los impuestos. Pero no olvidemos que ya se dio la posibilidad al Gobierno para que a través de la Reforma Tributaria del año pasado administrara los dineros que aportan todos los chilenos mediante el pago de sus impuestos.
Hoy existen muchas aprensiones en cuanto a la utilización que se dio a esos mayores ingresos. Se suponía que el país iba a tener menos enfermos y allegados, que disminuiría la delincuencia y, por otro lado, que habría más hospitales, un incremento en la construcción de viviendas y mayor seguridad. A la fecha se puede decir que ha aumentado la burocracia, hay mayor número de planes en los ministerios, más plantas y menos mejoramientos efectivos de la calidad de vida de nuestra población.
Renovación Nacional exige el cumplimiento de lo manifestado por el Gobierno, en orden a no crear y aumentar impuestos.
Por estas consideraciones, los Diputados de Renovación Nacional nos abstendremos en la votación general de este proyecto.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Estévez. Después están inscritos los señores Longueira, Palma, don Andrés, Fantuzzi, Devaud, Rodríguez, García, Pizarro, Pérez y Huenchumilla.
El señor ESTEVEZ.-
Señor Presidente, el proyecto que hemos empezado a discutir, por el cual se propone la rebaja de los aranceles del país, está vinculado a opciones de fondo de la estrategia de desarrollo que queremos propugnar para nuestra economía.
Esta iniciativa de ley busca reafirmar la opción exportadora y competitiva de la economía chilena, a partir de reconocer los cambios que el progreso ha traído, que no podemos ver como problemas u obstáculos, con una mentalidad conservadora, sino, por el contrario, tenemos el desafío de transformarlos en oportunidades para el futuro.
Si el país ha mejorado, ¿cómo nos adecuamos frente a ello? Esa es la pregunta que hoy debemos responder. ¿A qué responde este proyecto? En nuestra opinión, a un cambio estructural en nuestra economía y también a dificultades a corto plazo que aquí se han mencionado. Pero ellas no son válidas en sí mismas, no son la motivación propia y no se pueden manejar sólo con pequeños afinamientos de corto plazo, porque están surgiendo como señales, como signos de algo más profundo de nuestra economía, cual es la falta de adecuación de nuestras normas a cambios que ya se produjeron en el mercado. El cambio principal es que la moneda de Chile se ha valorado. Ese es un hecho que todos podemos constatar. La moneda chilena, comparada con la de otros países, se ha fortalecido, tanto por razones económicas -es decir, porque ha habido un sostenido dinamismo exportador de nuestra economía- como por motivos de tipo político, porque el país aparece más sólido y más creíble. Si nuestra moneda vale más hoy es porque exportamos más, porque nos creen y porque el país se ve con confianza y solidez; además, porque el capital y los créditos vienen a Chile. Eso no podemos entenderlo -así lo consideran algunos colegas- como un drama, una dificultad o algo que nos atemoriza, porque rompe determinado equilibrio tradicional del pasado o un modo de funcionamiento, ya que tenemos el desafío de convertirlo en algo que nos sirva para construir la economía.
Entiendo que muchas veces las posiciones están adoptadas, ya sea por intereses de partes o por compromisos de tipo ideológico. Pero también quisiera creer que, ante el hecho inédito en la historia de la Patria de que se discutan aranceles y un conjunto de medidas económicas en el Congreso Nacional, tendremos la posibilidad de escuchamos, para sostener un diálogo y asumir el compromiso de todos en la gestión de nuestra economía, porque no podemos desentendemos y decir que no somos responsables o, simplemente, hacer propuestas de carácter demagógico o poco pensadas, ya que, finalmente, lo que este Congreso haga o deje de hacer posibilitará u obstaculizará el desarrollo económico del país. Por ello quiero insistir en un primer punto clave, cual es entender que hay un hecho real: la valoración de nuestra moneda -la apreciación de la moneda chilena es una tendencia secular, histórica- que es el resultado natural del robustecimiento de nuestras exportaciones y del fortalecimiento político y económico que el país tiene.
Frente a este hecho, ¿qué podemos hacer? ¿Negarlo por decreto? ¿Sacar un papel que diga: "Mire, no es así", y prohibir por ley a la economía que valore nuestra moneda? Naturalmente que no, porque si pretendiéramos tapar simplemente sobre la base de decretos o de debates la autenticidad de la propia transformación económica del país, estaríamos falseando la realidad, la que nos cobraría muy caro ese falseamiento.
Entonces, ¿o aceptamos la revaluación de la moneda y trasladamos los beneficios de la mayor riqueza en cuanto a que se pueden comprar más cosas con la misma moneda de antes, pero con costo para los exportadores y también para los productores internos, o buscamos nuevas opciones económicas a este hecho fundamental?
¿Cuál es esa opción económica? La baja de aranceles, porque al hacerlo estamos asumiendo el hecho de que nuestras exportaciones han tenido un buen éxito y estamos permitiendo o facilitando la importación de productos de capital o de consumo, sin producir, como en la revaluación, un costo para nuestros exportadores. Es decir, la baja de aranceles, por la vía de promover o facilitar la importación de bienes de capital o el consumo de bienes desde el exterior, busca evitar el tener que reconocer en el tipo de cambio la modificación estructural de la economía. Es la opción a una revaluación de 10 puntos, o quizás más, que, en caso contrario, tendríamos que hacer en nuestra moneda; o sea, es una opción para defender la orientación exportadora del país.
Ahora, si no queremos aceptar que el país, para ser económicamente más fuerte, debe competir, y también nos negamos a revaluar y a bajar los aranceles, ¿qué opción nos queda? Sólo una: bajar drásticamente el consumo. Sólo la posibilidad de disminuirlo en 2 mil millones o en 3 mil millones de dólares es una alternativa a la revaluación del 10 por ciento de nuestra moneda o a la baja de 4 puntos en los aranceles que hoy estamos proponiendo.
De estas tres alternativas económicas, en las bancadas del Partido Socialista y del Partido por la Democracia rechazan del modo más tajante la vía de comprimir el consumo, como la solución para los nuevos cambios económicos que el país tiene, vía de la cual ya se hizo uso exageradamente en el pasado. Nos quedamos con la propuesta de bajar los aranceles, porque entendemos que ella acepta los cambios estructurales producidos en nuestro país y, al mismo tiempo, permite proteger nuestro dinamismo exportador.
El segundo tema apunta al efecto de estas medidas sobre la realidad de nuestra economía.
Al respecto, quiero empezar despejando un aspecto sicológico, diría yo. El país está traumatizado por la forma en que se bajaron los aranceles y se enfrentaron estos problemas durante el régimen militar. Cuando a la gente le dicen que bajan los aranceles eso lo asocia a la quiebra masiva de empresas que se produjo cuando este tipo de instrumento fue usado en un contexto distinto, con un criterio disímil y por otro Gobierno. Se nos quiere hacer una analogía fácil entre los efectos que tuvo para los productores locales la rebaja de aranceles durante el régimen de Pinochet y los efectos que esa medida puede tener ahora.
Trataré de explicar la diferencia, diciendo que hay dos tipos distintos de situaciones económicas. Por ejemplo, fabrico un bien cualquiera, un maletín, por mencionar algo, y vendo cien maletines al mes en 10 mil pesos cada uno. Si en esta situación se abre la economía, y llegan 40 o 50 maletines importados a competir conmigo, tengo que bajar mis precios y perder o debo disminuir mis ventas y posiblemente bajar el empleo, como se teme. Eso es lo que sucedió en el pasado.
Pongámonos ahora en otra situación posible. Vendo los cien maletines a 10 mil pesos cada uno, pero bruscamente sube la demanda y en vez de esa cantidad me quieren comprar 140 unidades, al mismo precio. ¿Qué sucede? Si no importo, seguiré vendiendo los mismos cien maletines, aunque ya no a 10 mil pesos, sino a 12, 14 o 15 mil pesos. Cobraré más caro por ellos. Si importo 20, 30 o 40 satisfaré la demanda y venderé 120, 130 o 140 maletines. Es decir, seguiré vendiendo los mismos 100, a los mismos 10 mil pesos, porque lo que estoy importando es para complementar la demanda.
Este tema es clave para analizar el efecto que tendrá en la economía. Entonces, ¿cuál es la situación que vivimos hoy? ¿Hay estancamiento en las ventas? ¿Tenemos un exceso de producción que no se puede vender? ¿O será que los indicadores económicos muestran persistentemente que crecen las ventas, sin que reaccione la producción? ¿Será que en el mes anterior, o en el antepasado, las ventas subieron casi 5 por ciento en el país y la producción, virtualmente, no creció? ¿O que en el mes recién pasado las ventas crecieron 8 por ciento y la producción empezó a crecer en dos o tres puntos? ¿Cuál es el efecto de este empuje de ventas reactivador frente a la lentitud en la reacción nacional? Lo que ha aumentado son los márgenes de comercio. O sea, se ha producido el siguiente caso: se siguen vendiendo los mismos cien maletines, pero subió el precio de los mismos.
El señor DUPRE (Vicepresidente).-
Hago presente a Su Señoría que está haciendo uso del tiempo de su segundo discurso.
El señor ESTEVEZ.-
Gracias, señor Presidente.
Si una persona va a comprar una camioneta nueva y ese modelo no se encuentra en el mercado debe esperar un tiempo y, además, pagar un 20 por ciento de sobreprecio, en circunstancias que en el país hay dólares, compradores dispuestos y personas dispuestas a vender.
Entonces, esta situación es completamente distinta de la existente cuando se abrió la economía en el pasado. Ahora hay fuerte demanda, un nivel de producción que no alcanza a satisfacer esa demanda y la mayor importación por 180 millones o 200 millones de dólares que permitirá este proyecto no afectará ni detendrá este crecimiento exportador.
Por eso respaldamos la medida central de rebajar los aranceles. Producida esta rebaja, se nos plantea la siguiente pregunta: ¿Cómo compensar los 200 millones de dólares de menor ingreso fiscal que significa esta medida? Naturalmente, aquí hay distintas opciones. Se nos ha planteado la opción de rebajar el gasto fiscal, la cual estamos dispuestos a analizar. El gasto fiscal hoy está creciendo y lo está haciendo más allá del presupuesto, porque hemos acogido, entre otras cosas, la proposición de devolverle el 10.6 por ciento a los pensionados. Esto implica un crecimiento mayor, porque también hemos aprobado la ayuda para paliar los efectos de la sequía y también, ahora, de la inundación; igualmente, para afrontar el problema derivado del cólera. Entonces, ¿de qué se trata? ¿Qué gastos disminuiremos en 200 millones de dólares? ¿Tres o cuatro funcionarios del Instituto de la Juventud, como se nos propone? Naturalmente ése es un mal chiste. ¿Rebajaremos el monto de las pensiones de los jubilados? ¿Detendremos el plan de vivienda o paralizaremos las obras públicas? ¿No reaccionaremos frente a las inundaciones? ¿Rebajaremos el presupuesto de Carabineros, el de Investigaciones o el de las Fuerzas Armadas? ¿Qué haremos?
Si se quiere lograr un acuerdo que implique restar 200 millones de dólares a la vivienda, a Carabineros o a los pensionados no contarán con nuestros votos.
Si llegamos a un acuerdo para modificar la Ley Orgánica de Defensa y se establece que el país no necesita 200 millones de dólares en defensa, naturalmente que sí aceptaremos ahorrar lo que significaba este gasto.
Pero seamos serios. Cuando se sugiere reducir el gasto público por bancadas, que ahora se acuerdan de lo que no consideraron cuando gobernaban y, con justa razón, todo el día plantean los graves problemas sociales que el país tiene, les respondemos que no estamos dispuestos a cercenarlo.
Por esta razón proponemos compensar la baja de aranceles con un impuesto a los excesivos créditos externos de corto plazo, porque ése es un segundo elemento que ataca al tipo de cambio.
Ayer se nos expresó: "Ustedes con ese impuesto disminuirán los créditos externos para Chile". Precisamente de eso se trata. Buscamos que lleguen menos créditos de corto plazo, dado que el exceso de dinero originado de este tipo de operaciones echa para abajo el tipo de cambio.
En síntesis, con estas medidas queremos defender el valor del dólar y tratar de que no se reavalúe, como el mercado lo ha solicitado. Para ello debemos establecer impuestos y encaje a los créditos financieros de corto plazo y modificar los aranceles.
Si no se imponen tributos a los créditos financieros especulativos de corto plazo, o no hay encaje para ellos, mayor es la caída de aranceles y la necesidad de reavaluar que tendría la economía. Por el contrario, si existen estos gravámenes se produce el cambio.
Erróneamente se sostuvo acá -se ha incurrido en una falla técnica- que se reavaluado nuestra moneda. Eso no es efectivo. Lo que se ha hecho es modificar la banda de flotación de 10 por ciento, haciéndola caer en dos puntos.
Si la moneda se reavalúa o no, será un hecho que el mercado indicará, según las medidas que proponemos en este paquete. Durante meses hemos tenido al dólar pegado al piso de la banda, y al Gobierno comprando dólares y emitiendo moneda, porque teníamos una banda artificial e irreal.
Lo que hemos hecho es modificar levemente la banda; pero, fundamentalmente, plantearle al país un paquete serio y riguroso de política económica que busca mantener la exportación, bajar los aranceles y detener los créditos de corto plazo. Ya tenemos el resultado sobre la mesa.
En efecto, hoy el dólar ha crecido fuertemente, se ha despegado del piso de la banda y se ha anulado la eventual reavaluación de nuestra moneda. Esto demuestra que teníamos razón -mucho antes de lo que incluso nosotros mismos pensábamos- al sostener que el paquete propuesto por el Gobierno, reitero, defiende al dólar, fortalece la posición exportadora, detiene la caída del tipo de cambio, y que para ello no se requieren milagros ni decretos, sino medidas económicas.
Por último, cabe destacar que este conjunto de medidas tiene un efecto socialmente positivo, porque se cambia el impuesto a las importaciones, las que todo el mundo consume, por uno al crédito externo, al que no todos los chilenos tienen acceso, y por un impuesto a la gasolina, que no todos los chilenos usan. Por tanto, tiene, obviamente un efecto fiscal socialmente progresivo.
Las medidas propuestas fomentan la producción, más que la especulación financiera. Un objetivo central de nuestro Gobierno es que la ganancia no se haga con el tipo de cambio, ni con la especulación financiera, ni con el "dinero dulce" o fácil de corto plazo, sino con la producción, con el trabajo y con el empleo. Por ello, este conjunto de medidas se asocia a la importación de bienes de capital, maquinaria y equipos, tanto para la gran empresa como para la pequeña y la mediana. Así lo anunciará hoy el Presidente de la República.
Además, como se sabe, la inversión tiene un componente importado mucho más alto que el consumo, por lo que ya, de un modo natural y de mercado, se está beneficiando más a la primera que al segundo.
El Parlamento, por primera vez en su historia, discute la política de aranceles; mientras la debatimos, esta afecta a los mercados de la economía chilena. Nosotros como parlamentarios de Gobierno, respaldamos la propuesta seria y rigurosa que se nos hace, de un conjunto equilibrado de medidas económicas. Mal se podría tomar lo de dulce y dejar lo de agraz; mal se podría tomar el fácil camino de decir: "Me gusta el pedacito dulce, pero no quiero la parte compensación", o "Apruebo una parte, pero rechazo la otra". Eso significaría un déficit fiscal, un desbalance en la economía chilena y un desequilibrio, lo que haría imposible aceptar la rebaja de aranceles sin la compensación fiscal. Estaríamos obligados a desechar el proyecto y a que el país enfrentara el hecho de que el Congreso de la República se ha negado a la modernización, a la competitividad y al fortalecimiento de las exportaciones.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).-
Solicito el asentimiento de la Sala para autorizar el ingreso, a ella, de don José Pablo Arellano, Director de Presupuestos, y de don Manuel Marfán, Coordinador de Política Macroeconómica del Ministerio de Hacienda.
Si le parece a la Sala, así se acordará.
Acordado.
Tiene la palabra el Diputado señor Longueira.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente, este proyecto de ley contempla una serie de normas bastante distintas entre sí, que se nos ha tratado de "vender" como un solo paquete. Y se nos dice que si no se aprueba en esa forma, estaríamos impidiendo la modernización del país.
Debemos tener absolutamente claro que existen en esta materia, dos cuestiones específicas. Una, que celebramos, es la rebaja de aranceles, que disminuye del 15 al 11 por ciento. Pero no compartimos el juicio antes mencionado, en cuanto a que sea una caída traumática. El cambio que debió hacer el Gobierno de las Fuerzas Armadas, evidentemente, fue traumático, porque cuando existen aranceles de más de mil por ciento para una serie de artículos y se quiere llegar a aranceles razonables para que el país se modernice, obviamente eso tiene un costo. Hoy todos celebramos contar con una economía moderna, con aranceles que han permitido que Chile compita en los mercados externos, y todos estamos orgullosos del grado de exportaciones que ha alcanzado el país.
En consecuencia, una disminución de cuatro puntos no será traumática para la industria nacional. Sin duda, tendrá costos en algunos sectores que deberán adecuarse. En muchos casos significará una disminución en las ventas y, finalmente, desempleo. Pero cuando la economía ha logrado una competitividad como la actual, con aranceles de un 15 por ciento parejo para todos los sectores productivos del país, la rebaja de cuatro puntos es una medida muy saludable y contribuirá a mejorar ese aspecto de nuestra economía.
Lo que está en discusión en este paquete de medidas, es cómo se financiará la caída de esos cuatro puntos. Se nos ha dicho que si no la financiamos como el Gobierno nos propone, impediremos que el país siga por esta senda de desarrollo, progreso y modernización, como señalaba el Diputado señor Estévez. Eso es una falacia.
Desde hace mucho tiempo, dirigentes políticos de la Oposición y destacados economistas de varios sectores, venían sosteniendo que había un problema estructural en la macroeconomía. Cuando argumentaban de esa forma eran descalificados personalmente, incluso tildando a algunos de "terroristas económicos", por anunciar este desequilibrio que se observaba, el cual finalmente, conduciría a una inflación muy superior al 18 por ciento estimado por el Gobierno para el presente año. Por lo tanto, nos complace que las autoridades económicas hayan dado este paso y reconocido que existía un desequilibrio macroeconómico que requería actuar con un paquete que armonizara la situación.
Sin embargo, no compartimos el equilibrio macroeconómico fijado por el Gobierno, en los términos señalados por el Diputado señor Estévez. Se ha optado por no reducir el nivel de consumo, del gasto fiscal, por mantener el tipo de cambio real alto. Todo eso tiene que ser acompañado de tasas de interés altas, lo que atrae un flujo de capitales externos, porque nuestras tasas son más altas que las extranjeras. Pero todo ese equilibrio es coherente, desde el punto" de vista del equilibrio macroeconómico que la autoridad ha decidido conservar, pero que reitero, no compartimos. Se eligió un equilibrio macroeconómico que castiga la inversión.
Celebramos la medida de rebajar los aranceles; la veníamos planteando hace bastante tiempo. El problema surge en el financiamiento de los 200 millones de dólares que implica la caída. No estamos de acuerdo con la proposición del Ejecutivo.
Hace pocos días conocimos la política de privatización del Gobierno, que obviamente es una posibilidad de obtener fondos para el Fisco. Sin embargo, se nos dice: "No, señores; financiaremos esto con una extensión de impuestos de timbres y estampillas.", lo que grava a la inversión y, finalmente, introduce un costo financiero a los créditos que utiliza el sector productivo. Es decir, se afecta directamente a la inversión. Por esa vía, se pretende obtener una recaudación fiscal, que, según informaciones que nos entregaron las autoridades económicas, asciende a 17.600 millones de pesos. Como eso no es suficiente, dado que la caída de cuatro puntos significa 80.070 millones de pesos, se recurrió a un camino muy fácil: "Adicionalmente, subamos el impuesto a la gasolina".
Para enfrentar la situación de desequilibrio macroeconómico, el Gobierno nos ofrece medidas y propone, paralelamente, el financiamiento, que no compartimos. Aprobamos las normas que mejoran la competitividad de nuestra economía, que van en el sentido correcto para que el país siga en la senda del desarrollo, pero rechazamos el criterio establecido para financiarlo.
Por ello, la votación general de un proyecto de esta naturaleza, prácticamente misceláneo, resulta muy compleja. Se propone la disminución de los aranceles, la extensión del impuesto de timbres y estampillas a los créditos externos de corto plazo, el incremento de la tasa específica de la gasolina y, paralelamente, se introducen dos artículos, el 8° y el 9°, que disponen la prórroga de los reavalúos de los bienes raíces no agrícolas.
Por lo tanto, frente a la disyuntiva de despachar el proyecto en discusión, la UDI lo votará, en general, favorablemente, porque en este conjunto hay una medida trascendental para la economía chilena, como es la disminución de los aranceles. Sin embargo, rechazaremos categóricamente los artículos que nos proponen para financiar la caída en cuatro puntos de la tasa arancelaria.
Por último, quiero hacer presente que no hay ninguna contribución del Fisco para aliviar esta disminución de las tasas arancelarias, sino que se cuadra todo y se presentan normas legislativas que aumentarán los impuestos, aunque efectivamente sean neutros fiscalmente. El país conoce claramente la posición que tuvimos cuando se aprobó en el Congreso la reforma tributaria. Consecuentes con eso, no contribuiremos a apoyar y a aumentar los impuestos, como sucede en el caso de la gasolina y en la extensión del impuesto de timbres y estampillas.
Aquí hay un mecanismo muy claro. El Gobierno, en una política estatista, que no compartimos, decidió no privatizar empresas que hoy maneja el Estado, las que pueden ser una fuente de ingresos mucho mayor que la caída que tendrán por la disminución de cuatro puntos de los aranceles.
Por lo tanto, si el Gobierno ha decidido financiar este paquete de medidas subiendo impuestos, no tenemos porqué sentimos responsables o casi "chantajeados" por el hecho de que, si no aprobamos estas proposiciones para financiar la caída de recursos que tendrá el Fisco por la disminución de los aranceles, estaríamos entorpeciendo la modernización y el camino de crecimiento del país y afectando la política de desarrollo.
El Gobierno fijó un equilibrio macroeconómico que permitirá un crecimiento de alrededor de 24 por ciento, lo que no compartimos. Evidentemente, las medidas que propone son coherentes para el crecimiento que desea de la economía chilena; pero preferimos un equilibrio macroeconómico con un crecimiento superior.
Por eso, cuando llegue el momento, rechazaremos los artículos que sugieren el método de financiamiento de la caída de los aranceles por la vía del aumento de los impuestos, independientemente, tal como lo señalé, de que aprobemos el proyecto en general.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Andrés Palma.
El señor PALMA (don Andrés).-
Señor Presidente, hoy hemos visto y escuchado cosas insólitas. Un Honorable Senador ha venido a esta Corporación a hablar por teléfono. Como es algo inusual deberíamos recomendar al Senado que instale teléfonos, para evitar que los Honorables Senadores vengan a esta Sala para ese efecto.
Pero hemos escuchado cosas mucho más insólitas.
La afirmación del Diputado Longueira, como punto central de su intervención, es perfectamente válida. El Gobierno y el Banco Central -que no es parte de aquel-, han propuesto al país un nuevo equilibrio macroeconómico. Han confirmado y compartido la tesis de muchos economistas -como él decía, algunos de Gobierno y otros de Oposición-, de que los desequilibrios que se estaban manifestando en la economía, sobre todo en los mercados monetario y cambiario, que se reflejaban en los enormes excedentes de la cuenta de capitales, de la balanza comercial y de la balanza de pagos, no eran transitorios, como se discutió y sostuvo, en particular por el Banco Central, por largo tiempo, sino que constituían una modificación de fondo de las condiciones de la economía.
Nadie afirma hoy que la economía chilena no es atractiva para los inversionistas nacionales e internacionales. Esto ha hecho que la balanza de pagos tenga un comportamiento único en nuestra historia. Por primera vez, tenemos un superávit comercial permanente, y las proyecciones son que éste va a continuar.
Por primera vez, además, tenemos un superávit de la cuenta de capitales.
En el pasado, hubo un gran superávit de la cuenta de capitales, pero fue para financiar un déficit muy grande de la balanza comercial.
Hoy, las dos cosas se dan simultáneamente. Por lo tanto, si no se adoptan medidas que corrijan esta situación, el dólar caerá de manera sostenida y afectará de diversas maneras a la economía, en particular al dinamismo del sector exportador.
Eso ha ocurrido en otros países. Por ejemplo, en España, la relación entre la peseta y el dólar ha significado que el cambio sea más bajo que hace 12 años, después de sucesivas devaluaciones. Pero la apertura de España hacia el mercado europeo ha significado que el valor del tipo de cambio haya caído a la mitad en los últimos cinco años. Esta opción del Gobierno español ha consolidado al sector exportador.
Sin duda, en Chile, si permitiéramos la caída del tipo de cambio, modificaríamos la estrategia que el actual Gobierno y la mayor parte de los economistas de la Oposición, por lo menos, los más serios, sostienen que debe ser el camino de desarrollo del país: un camino de inserción en los mercados internacionales y de desarrollo del sector exportador.
Por lo tanto, la afirmación de que el sector exportador debe ser el motor del desarrollo del país, requiere corregir el desequilibrio existente en la economía. Para esto, es necesario apuntar hacia un nuevo equilibrio macroeconómico.
Para el actual Gobierno y para quienes lo respaldamos, ese nuevo equilibrio económico no puede ser con los mismos contenidos de los equilibrios económicos del pasado, obtenidos a costa de grandes tasas de desocupación; de altas tasas de inflación; de mantener artificialmente un tipo de cambio, y de no corregir los comportamientos de fondo de la economía. Eso trajo graves crisis, caídas de la producción, incrementos del desempleo y, en algunos momentos, una caída del 15 por ciento del producto. Y no queremos que esto se vuelva a repetir.
Por estas razones, el Gobierno ha planteado un conjunto coherente de medidas de política económica. No sólo él ha tomado la iniciativa. Ha habido coincidencia con el Banco Central, que fue establecido como una institución autónoma. Sus consejeros no representan mayoritariamente al Gobierno pues existe equilibrio de fuerzas con la Oposición.
El consejo del Banco Central, por unanimidad, adoptó las medidas de su responsabilidad y competencia y respaldó, también por unanimidad, el conjunto de medidas de competencia del Ejecutivo, propuestas para ser ratificadas por el Congreso Nacional, como corresponde constitucionalmente.
Por lo tanto, no hay ligereza ni incoherencia en las proposiciones formuladas. Tampoco hay irresponsabilidad respecto de sus consecuencias.
Ningún economista serio para aquellos que gustan de la tecnocracia, ni ningún político serio, para aquellos que nos complacemos en respetar la soberanía popular, puede afirmar que el conjunto de medidas es perjudicial para el país.
Algunos podrán decir que se perjudicarán ciertos sectores, pero será así en la fase de transición, porque el país debe adecuarse al conjunto de medidas. Por lo tanto, en la transición al nuevo equilibrio macroeconómico se van a pagar costos.
Por su parte, el Gobierno ha manifestado -y está contenida en la iniciativa legislativa- su voluntad de paliar con medidas transitorias de protección o programas de asistencia, los costos por pagar en determinados sectores.
De todas maneras, es evidente que van a existir costos. La economía no es algo en que se pueda corregir un desequilibrio sin que nadie pierda, sin que nadie tenga que ajustarse o alterar su situación anterior.
En este sentido en nombre de la bancada democracristiana sostengo que el paquete de medidas económicas debe ser entendido en su conjunto y, como tal, no puede aprobarse parcialmente, pues ello generaría desequilibrios peores.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Terminó el tiempo de su primer discurso, señor Palma.
El señor PALMA (don Andrés).-
Gracias, señor Presidente.
Este conjunto de medidas no ha recibido críticas convincentes de parte de los parlamentarios de la Oposición. Particularmente, resultan increíbles las afirmaciones formuladas en la Sala por el Diputado señor Munizaga. Se contradicen en todo con los planteamientos de Renovación Nacional, hechos de manera pública y sostenida, respecto del comportamiento del Gobierno y de las medidas que ese partido aprobó en el pasado, las cuales llevaron a una reforma tributaria.
Se ha afirmado que el único ajuste consistiría en reducir el gasto público. Sin embargo, durante muchos meses, por ejemplo, el señor Galilea y las señoras Cristi y Matthei, parlamentarios de Renovación Nacional, han sostenido que el Gobierno no ha incrementado el gasto público social como debía. Hoy, nos dicen que para resolver los problemas macroeconómicos, producto del sector externo, tenemos que reducir el gasto público. Bien saben ellos, porque fueron parte del Gobierno anterior y ahora son del Parlamento, que discutió la Ley de Presupuestos y la reforma tributaria, que no hay posibilidad de reducir el gasto público, sino sólo en aquellos gastos que no están "amarrados". Entre los no "amarrados", figura el gasto social, que va en beneficio de los más pobres.
El equilibrio macroeconómico que Renovación Nacional quiere en el país, es el mismo que tuvieron en el pasado, en el cual el costo de las políticas macroeconómicas lo pagaron los más pobres. ¡Esto es lo que no desea el actual Gobierno ni aprobaremos nosotros!
Hay que realizar un ajuste, hay que llevar a efecto una compensación de los nuevos equilibrios macroeconómicos; pero no vamos a aceptar que este ajuste lo paguen nuevamente los más pobres. El conjunto de medidas propuestas por el Gobierno apunta, exactamente, en el sentido de que no lo paguen los más pobres. El Gobierno se hará cargo de un porcentaje importante, porque tendrá menos ingresos. Ayer se nos informó que la cuarta parte de la diferencia será de cargo del Gobierno; el resto, se tendrá que pagar con menor consumo de parte de los automovilistas, particularmente.
En el conjunto de medidas adoptadas hay una señal positiva, en términos del consumo y de la inversión. El impuesto a la gasolina significa menor gasto en automóviles y estimular al país a resolver el problema de transportes existente. El impuesto a los timbres y estampillas, al hacerlo extensivo al sector externo, implica desestimular el ingreso de capitales especulativos de corto plazo, con una consecuencia directa en la inversión y en la balanza de pagos. Justamente, el objeto de ellas es resolver el problema.
Por lo tanto, las medidas propuestas son coherentes, tienen lógica y nosotros las vamos a respaldar, ya que apuntan a resolver el actual problema de fondo de la economía, que se produce por la llegada de capitales especulativos. Se va a detener por la baja de aranceles, por el encaje dispuesto por el Banco Central de Chile y por el impuesto a los timbres y estampillas, que hace menor el diferencial de tasas de interés entre créditos del mercado internacional y del mercado doméstico. Además, las medidas compensatorias significan aplicar políticas impositivas con un sentido claramente redistributivo.
Por las razones señaladas, aprobaremos todas las medidas propuestas por el Gobierno.
He dicho.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Fantuzzi.
El señor FANTUZZI.-
Señor Presidente, no quisiera gastar mi tiempo en contestar algunas insolencias del señor Andrés Palma, al tratarnos de políticos poco serios a quienes no compartimos su posición. A lo mejor, si él hubiera trabajado alguna vez en su vida, podría tener una opinión distinta...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FANTUZZI..., pero trataré de no entrar en este terreno.
Tampoco le contestaré al Diputado señor Estévez por no entender cómo funciona el libre mercado en el ejemplo de los maletines.
El señor PALESTRO.-
¡Malo el ejemplo!
El señor FANTUZZI.-
A lo mejor, esto se debe a que viene de un sistema en que existían quince tipos de dólares. Por eso, le costará un poco entenderlo, porque si hubiera un mayor mercado para maletines, ya se habrían importado.
Para ser muy honrado, no me gusta ninguna de las medidas que establece este proyecto.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
¡Ruego a los señores Diputados guardar silencio!
El señor FANTUZZI.-
Hay varias razones por las cuales este proyecto no es coherente ni oportuno.
Primero, no crea un desarrollo armónico.
Al bajar los aranceles en un 4 por ciento y revaluar el peso en un 2 por ciento, se perjudica a un gran sector de la economía formado por los pequeños y medianos empresarios, los cuales tendrán que rebajar sus productos en un 5,5 por ciento, lo que no están en condiciones de hacer, porque muchos ni siquiera han cumplido sus obligaciones con los bancos, con la Corfo, o Sercotec.
Nadie puede negar que hay otros sectores, fuera de los pequeños y medianos empresarios, que también se verán afectados, como los productores agrícolas, en especial los que se dedican al rubro del trigo, de la leche, y de la carne. No sé qué haremos con las bandas de precios del azúcar y del trigo, porque, indudablemente, los precios internacionales bajarán como consecuencia de los menores aranceles. Por lo tanto, habría que entrar a regular nuevamente estas bandas de precios. Al aplicar aranceles inferiores en un 4 por ciento y una tasa de dólar de un 2 por ciento más baja se producirá cesantía. Es decir, sufrirán tanto los empresarios como los trabajadores.
Hoy leía en el diario que continúa el aumento del empleo y de los salarios; pero, pareciera que estuviéramos descontentos de esta realidad cuando trata de cambiar las reglas del juego.
Por otro lado, los exportadores no se benefician con la baja de aranceles. Por uno u otro mecanismo se les devuelven los valores arancelarios incluidos en sus materias primas importadas. En esta misma Sala, hemos aprobado mecanismos de reintegro automático de estos valores, que tendríamos que entrar a corregir, porque en este momento, al bajar los aranceles, les estamos entregando un subsidio que será reclamado por el GATT.
Por lo tanto, también deberíamos corregir ese tipo de medidas.
El éxito de la política económica con un dólar alto y un arancel de 15 por ciento, que se sostiene que es alto -yo lo encuentro bajo- ha traído como consecuencia que hoy a Chile le sobran los dólares. Como no tenemos ingenio para hacer algo interesante para seguir creciendo, hay que gastarlos en productos manufacturados importados, perjudicando a nuestros trabajadores.
Si una política ha dado resultados, no entiendo cómo podemos tener ganas de echarla a perder. Su éxito se ha debido, justamente, a un dólar alto y a aranceles que protejan adecuadamente y en forma responsable a la empresa y a las industrias chilenas, y también al productor.
Hay países que han aplicado políticas similares a la nuestra. Por ejemplo, Taiwán tenía una política de cambio alto y aranceles prohibitivos para los productos manufacturados; hoy tiene 70 mil millones de reserva en dólares y no ha tenido que tomar una medida como la señalada. Nos ha faltado ingenio para tomar medidas que no vayan en contra de nuestra productividad.
Estamos negociando con países vecinos algunos convenios de comercio exterior. Bajar los aranceles nos deja en desventaja para negociar; y no lo digo yo: lo ha dicho el Ministro de Hacienda el 19 de abril de este año, cuando señaló: "Chile no bajará unilateralmente sus aranceles". Así se dijo. No lo digo yo. Por eso, a veces hay crisis de confianza.
En esta oportunidad, daré a conocer mi posición.
En el gobierno pasado, discutí este tema durante largo tiempo y estuve en contra de la rebaja de aranceles, medida que significó la cesantía de más de un millón de trabajadores. No quiero que hoy pese sobre nuestras espaldas esa misma responsabilidad. Si bien es cierto que la situación es distinta, va en la misma dirección tomada el año 82, que causó en Chile problemas gravísimos de cesantía y de quiebra de empresas.
En una oportunidad en que me dieron un espacio, escribí un artículo, que decía: "El socialismo por la otra punta".
A veces, sospecho que la bancada del frente tiene la estrategia de los "chicagos" para apoderarse de toda la productividad del país. Porque antes he peleado con los "chicagos", y, ahora, tengo que discutir con los socialistas -libremercadistas, como son ahora- los mismos temas que llevaron al país a una situación, realmente, espantosa.
El señor PALESTRO.-
¡Usted los conoce bastante!
El señor FANTUZZI.-
Parece. A unos los conozco; a otros, no tanto.
Señor Presidente, anuncio que me retiraré de la Sala durante la votación, con el objeto de que no se interprete como que participo en ella por intereses creados. Pero mi posición es negativa frente al proyecto.
El señor PEREZ (don Ramón).-
Señor Presidente, por su intermedio, le solicito una interrupción al Diputado señor Fantuzzi.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Pérez.
El señor PEREZ (don Ramón).-
Señor Presidente, Honorables colegas, las zonas extremas de nuestro país se hicieron acreedoras a un sistema aduanero especial, denominado zona franca, de acuerdo con lo dispuesto por el decreto con fuerza de ley N° 1.055 de 1975. Esto, como una compensación a lo difícil que significa hacer soberanía en territorios tan alejados del centro del país, de los mercados consumidores, de la salud moderna y de la educación superior con mayor especialización.
La ley N° 18.211 estipuló que la importación de mercancías extranjeras a la zona franca de extensión estará afecta al pago de un impuesto único de 10 por ciento sobre su valor CIF, el que ingresará a rentas generales de la nación.
En esa época el país pagaba un 20 por ciento de arancel. El actual impuesto del 9 por ciento a las ventas de mercancías extranjeras en la zona franca de extensión se estableció como eminentemente transitorio, para superar una situación de crisis económica nacional. Aun cuando gravadas, las operaciones de zona franca mantenían el diferencial del 10 por ciento, entre el régimen general y la zona franca de extensión. En diciembre de 1984, cuando correspondía aplicar la rebaja de dicho impuesto del 9 al 8 por ciento, no se materializó.
El sábado pasado, el Ministro de Hacienda, don Alejandro Foxley, informó a la opinión pública sobre la rebaja de aranceles de un 15 a un 11 por ciento, lo que significa acercar en dos puntos los diferenciales de las zonas francas de extensión de las regiones extremas y del resto del país.
Obviamente, esto significa que, para los usuarios, seguir operando en las zonas francas deja de ser atractivo, especialmente en el norte y, en particular, en la ciudad de Arica, que compite con la zona franca de Tacna, donde, según informes de prensa, las mercancías están en un 40 por ciento más baratas que en Arica, puesto que el gobierno del Presidente Fujimori, junto con decretar esa zona liberada, eximió del pago de todos los impuestos a las mercancías que ingresan a la zona de tratamiento especial, que es toda la ciudad de Tacna.
Esto significa que para los habitantes de las regiones extremas, este diferencial del 2 por ciento en los aranceles, de ninguna manera compensa el mayor costo que implica residir en ellas, por las razones ya conocidas.
¿Dónde está la falta de equidad? En el resto del país bajarán los precios de los productos importados por la baja de aranceles; sin embargo, en las regiones extremas no la hay, pero sí hay aumento del impuesto a los combustibles y a la Ley de Timbres y Estampillas.
Por esto, solicito al Presidente de la República, a través del Ministro de Hacienda, don Alejandro Foxley, aquí presente, que elimine el impuesto único del 9 por ciento que afecta a las zonas francas de extensión de Iquique y Punta Arenas, a fin de que estos centros de comercio exterior cumplan el cometido para el que fueron creados, y, principalmente, mantengan los beneficios de los residentes en ellas. Debe incorporarse esta petición al articulado del proyecto en discusión, por ser de iniciativa del Ejecutivo.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Devaud.
El señor DEVAUD.-
Señor Presidente, como éste proyecto es de discusión inmediata y se debate en general y en particular a la vez, formularé algunas observaciones a su articulado.
En primer lugar, revisaré las ideas matrices que lo informan. La rebaja de la tasa arancelaria, que es, a mi juicio, la idea matriz más importante, está contenida en el artículo 2°, que sustituye, a su vez, el artículo l° de la ley N° 18.687, ley que, en su oportunidad, modificó el arancel aduanero. Fija en un 11 por ciento, en lugar de un 15 por ciento, los derechos de aduana de las mercancías que se internan en el país, a contar del 17 de junio de 1991, cuyo efecto financiero -como ya se ha señalado reiteradamente en esta Sala- significa un menor ingreso de 200 millones de dólares al Fisco de Chile.
Desde el punto de vista del desarrollo económico, en la fórmula asumida por el Gobierno, en virtud de los resultados de la balanza comercial, la rebaja de aranceles es, a mi entender, un buen mecanismo de apertura de la economía, que sigue siendo un pilar fundamental de la estrategia de desarrollo a largo plazo. Por esa razón, la apoyamos. La apoyamos también porque, a su vez, existen medidas de equilibrio fiscal, que están contenidas en los artículos siguientes, y desarrolladas en las otras medidas del proyecto.
La extensión del impuesto establecido en la Ley de Timbres y Estampillas a los créditos externos nos parece una fórmula complementaria y componente del conjunto de medidas asumidas por los Ministerios del área económica y el Banco Central. Modifica los artículos pertinentes del decreto ley N° 3.465 que lo estableció, cuyo efecto general es sobre la base del principio de igualdad ante la ley y de equidad tributaria, y que extiende este gravamen a los documentos que reflejan las operaciones de comercio exterior en la tasa común de 0,1 por ciento del monto de la operación, por cada mes o fracción de mes, con un tope máximo de 1,2 por ciento del monto de la operación, lo que es idéntico al impuesto que grava los documentos que consignan operaciones de crédito interno. De tal manera que no vemos una gran dificultad en la aplicación de este impuesto, particularmente, porque se trata de una medida complementaria que mantiene los equilibrios fiscales.
Respecto de la tercera idea matriz, el aumento del impuesto especial a la gasolina, también la calificamos como una medida complementaria y competente de las medidas económicas, que tiende fundamentalmente a mantener los equilibrios fiscales, que no afecta, en lo principal, según se ha señalado en la discusión y en el debate en la Comisión de Hacienda, a uno de los más importantes agentes económicos: la empresa. Se trata de un mecanismo correcto, según lo han señalado una serie de economistas, de quienes hacemos fe.
La cuarta idea matriz es la postergación del reavalúo de los bienes raíces no agrícolas. Esta medida hay que entenderla como independiente y autónoma de las anteriormente señaladas. No requiere mayor comentario por tratarse de una idea sobre la que existe unanimidad en la Cámara, salvo destacar que el estudio de las próximas modificaciones a la Ley de Rentas Municipales debe necesariamente contemplar un estudio profundo de esta fuente de financiamiento de los municipios.
En cuanto a las rebajas arancelarias, la salvaguarda proteccionista sectorial, aún con este proyecto, se mantiene excepcionalmente y con mayor fuerza con la modificación propuesta al artículo 10 de ley N° 18.525, sobre importación de mercancías al país, en cuanto establece sobretasas arancelarias posibles de hasta un 24 por ciento, ad valórem, y derechos compensatorios para la importación de mercancías cuyo ingreso al país origina grave daño actual o inminente a la producción nacional, al importarse con precios disminuidos debido a efectos artificiales en sus respectivos mercados. Para este caso debe existir un informe previo de la Comisión Nacional de Distorsión de Precios del mercado internacional. En la actualidad, aun cuando se apruebe este proyecto, mediante la aplicación del artículo 12 de la referida ley, existen derechos específicos que protegen los precios internos del trigo, de las semillas oleaginosas, de los aceites vegetales comestibles y del azúcar.
Es obvio que la preocupación de los Diputados, especialmente los del sur, es, en particular, la situación de la leche. Sin embargo, en mi concepto, la mantención de los principios de protección del artículo 10 de la ley N° 18.525, con el posible aumento de sobretasas arancelarias de hasta un 24 por ciento que puede sugerir la Comisión a que hacía referencia, en caso de competencia internacional desleal, es un mecanismo adecuado para impedir la distorsión que puede ocasionar la importación de productos con precios artificiales en su país de origen.
Hago esta observación puesto que hoy día la Derecha ha manifestado dos posturas antagónicas, muy contradictorias. La representada por el Diputado señor Munizaga, que eleva a la categoría de principio la rebaja arancelaria y que nosotros -como hemos señalado- compartimos y votaremos favorablemente; y la manifestada y representada en la Sala por el Diputado señor Fantuzzi, quien se opone a dicha rebaja, en abierta contradicción con la posición del señor Munizaga, lo que probablemente explique al país la fuerte tendencia a la abstención de la bancada de Renovación Nacional en la votación de este proyecto de ley.
Por nuestra parte, anuncio que lo votaremos favorablemente en su integridad.
He dicho.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
El Comité Radical ha pedido la clausura del debate.
Si le parece a la Sala, así se procederá.
Varios señores DIPUTADOS.-
No, señor Presidente.
El señor ESPINA.
- Pido la palabra para plantear un problema reglamentario.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ESPINA.-
Quisiera que me aclarara la norma reglamentaria que permite votar la clausura del debate cuando han hablado dos parlamentarios por el rechazo del proyecto.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Así es, y así ha ocurrido.
El señor ESPINA.-
¿Quiénes son los dos parlamentarios?
El Diputado señor Fantuzzi no ha hablado en contra del proyecto.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
El Reglamento dice: "que hayan manifestado opiniones distintas". La Mesa entiende que existen opiniones distintas cuando se manifiesta que se rechazará una parte -podríamos decir- no secundaria del proyecto.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente, eso rige para la discusión en particular.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
No es así.
El señor ESPINA.-
Es así. Su Señoría está equivocado.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
El artículo 138 del Reglamento indica que "En la discusión de los proyectos calificados de suma urgencia o discusión inmediata, se podrá pedir la clausura del debate cuando hayan hablado cuatro Diputados, dos de los cuales emitieren opiniones distintas." Aquí han intervenido más de dos Diputados que han emitido opiniones distintas.
El señor ESPINA.-
¿Quiénes?
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Es el criterio de la Mesa.
El señor ESPINA.-
Pero señor Presidente, estoy preguntando quiénes, porque realmente no escuché.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Los Diputados señores Longueira y Fantuzzi, además de otros que han intervenido, como el señor Munizaga. De lo contrario, quiere decir que el debate no ha tenido sentido.
Entiendo que algunos señores Diputados votarán en contra de una parte del proyecto -así lo han anunciado-, y otros a favor. Si todos hubieran expresado que lo van a votar a favor, sería distinto.
En votación la clausura del debate.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 45 votos; por la negativa, 27 votos. Hubo 5 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Clausurado el debate.
El señor ALESSANDRI BALMACEDA.-
Pido la palabra.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ALESSANDRI BALMACEDA.-
Señor Presidente, invito al Diputado Peña a sumarse al acuerdo existente de los Comités, puesto, que no lo conoce por ser Comité nuevo, en el sentido de que antes de solicitar el cierre del debate, converse e intercambie opiniones con las diferentes bancadas a fin de llegar a un acuerdo justo.
El señor PALESTRO.-
¡La Sala es soberana, señor!
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Corresponde votar en general el proyecto. Según el Reglamento, se entenderán también aprobadas en particular todas aquellas disposiciones que no han sido objeto de indicaciones. El señor Secretario dará a conocer los artículos que han sido objeto de indicaciones.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).-
Son los artículos 3°, 7°, 8° y 9°.
El señor LONGUEIRA.-
Pido la palabra.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente, solicito que se someta a votación cada uno de los artículos por separado.
El señor PIZARRO (don Jorge).-
Tenemos que aprobarlo en general primero, señor Presidente.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Para ello tendría que formular una indicación, porque el Reglamento dispone que al votarse en general un proyecto de despacho inmediato, de aprobarse se entiende que se aprueban, asimismo, todos los artículos que no han sido objeto de indicaciones, salvo en este caso, los que ha indicado el señor Secretario. Entonces, si se quiere una votación dividida de los artículos, basta con que se formule indicación a todos ellos.
El señor ORPIS.-
Pido la palabra.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ORPIS.-
Señor Presidente, en la práctica, cuando en la Comisión se ha votado en forma unánime ocurre eso; pero cuando no ha sido así, se vota artículo por artículo.
El señor MELERO.-
Pido la palabra.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor MELERO.-
Señor Presidente, ese criterio, si bien reglamentariamente puede ser correcto, nos induce a una aberración legislativa.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
El problema está solucionado porque se han presentado indicaciones a todos los artículos.
El señor ELIZALDE.-
Pido la palabra.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ELIZALDE. -
Su Señoría acepta esta posibilidad, pero, reglamentariamente, cerrado el debate, no puede haber indicaciones. Lo lamento pero es así.
El señor ESTEVEZ.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ESTEVEZ.-
Señor Presidente, creo que tenemos una situación reglamentaria fácil de solucionar si hay buen ánimo. Lo que se quiere es separar la aprobación o rechazo de la votación de los distintos artículos, porque hay Diputados que quieren expresar una votación discrepante en algunos. Sugiero que, por acuerdo unánime de la Sala, se permita votar en general, y que luego se voten, a favor o en contra, pero sin discusión, aquellos artículos sin indicaciones al momento del cierre del debate, y que se voten con discusión los que han tenido indicaciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
En todo caso, no hay discusión ni siquiera en los que han sido objeto de indicaciones.
Si le parece a la Sala, se procedería como lo solicita el Diputado señor Estévez.
Un señor DIPUTADO.-
No corresponde.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
No existe acuerdo.
Tiene la palabra el Diputado señor Jorge Pizarro.
El señor PIZARRO (don Jorge).-
Señor Presidente, sólo para aclarar la situación planteada por el colega Elizalde. Hace poco más de un mes tuvimos un problema similar, en que la Mesa, en el momento de la votación, no acogió indicaciones hechas con posterioridad. De manera que, en rigor, hasta el momento tendríamos sólo indicaciones presentadas con anterioridad a la clausura, y ninguna otra más.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Así es. Reglamentariamente, sólo pueden hacerse indicaciones hasta antes de la clausura del debate. Por tanto, la indicación presentada a la Mesa con posterioridad no es admisible.
El señor PIZARRO (don Jorge).-
Exactamente. Por eso, le ruego que nos aclare cuáles son las únicas indicaciones admisibles.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Está claro. Son las que se leyeron en primer lugar.
Hay un planteamiento del Diputado Estévez. Para que las cosas se hagan en una forma adecuada...
El señor URRUTIA.-
¡Democrática!
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
No, el Reglamento es democrático. Lo que pasa es que no se le conoce bien, porque de lo contrario las indicaciones se habrían presentado antes. Pero, para que haya más instrucción sobre él y podamos actuar conforme a normas precisas, el Diputado Estévez plantea que se acuerde, por la unanimidad de los presentes, el desglose de la votación, en el sentido de votar, primero en general y después cada artículo, pero sin discusión.
Si le parece a la Sala, se votará el proyecto en general, y después, en particular.
Varios señores DIPUTADOS.-
De acuerdo.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Acordado.
En votación general el proyecto.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 67 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 26 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado en general el proyecto.
En votación el artículo 1°.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 56 votos; por la negativa, 36 votos. No hubo abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo 1°.
En votación el artículo 2°.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 65 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 26 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo 2°.
En votación el artículo 3°
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 61 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 27 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo 3°.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente, pido la palabra por un asunto de Reglamento.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Ruego a los señores Diputados guardar silencio, porque hay un problema con los micrófonos.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Les solicito un mínimo de responsabilidad, porque si este proyecto no se despacha a las 13:30 horas, no será posible tratarlo hoy en el Senado, y el acuerdo de Comités, logrado entre la Cámara y el Senado, queda sin efecto.
Tiene la palabra el Diputado señor Espina.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente, estoy planteando que el artículo 191 no contiene ninguna disposición legal que impida el debate respecto de los artículos cuando estamos en votación en particular. La única referencia figura en el inciso tercero cuando señala que lo dispuesto en el N° 3 deberá entenderse sin perjuicio de lo establecido en el inciso penúltimo del artículo 130, el cual se refiere a los acuerdos de Comités en que se renuncia al tiempo. No veo la razón por la cual Su Señoría no ha permitido la discusión en particular del proyecto.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
E1 inciso final del artículo 191 dice: "La discusión de estos proyectos se hará en general y particular a la vez".
El señor ESPINA.-
¿Qué tiene que ver eso?
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Eso quiere decir que se discute en general y en particular. Después se vota en general y en particular, porque la discusión ya está hecha.
El señor ESPINA.-
Cuando Su Señoría sometió el proyecto a consideración de la Sala, no lo puso en discusión particular, sino sólo en general.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Y en particular. Todos saben que los proyectos de discusión inmediata se discuten y se votan en general y en particular.
El señor ESPINA.-
No es posible que en un proyecto de esta importancia, se impida a los parlamentarios dar a conocer sus puntos de vista respecto de los artículos que se están votando.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
En votación el artículo 4°, que no ha sido objeto de indicación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 66 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 26 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo 4°.
En votación el artículo 5°, que no tiene indicaciones.
Si le parece a la Sala, se aplicará la misma votación.
El señor ULLOA.-
¡No!
El señor LEAY.-
¡No!
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 58 votos; por la negativa, 37 votos. No hubo abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo 5°.
En votación el artículo 6°.
Si le parece a la Sala, se aprobará con la votación anterior.
Varios señores DIPUTADOS.-
¡No!
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
No hay acuerdo.
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 60 votos; por la negativa, 36 votos. No hubo abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo 6°.
El señor Secretario dará lectura a las indicaciones formuladas al artículo 7°.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).-
Las indicaciones son del señor Pizarro, don Jorge, y tienen por objeto: agregar en el número 3 del artículo 7°, luego de la expresión "Servicio de Tesorerías", la frase: "a solicitud de los afectados, en un plazo máximo de seis meses", y reemplazar, en el número 3 del artículo 7°, la frase "Para estos efectos, el monto pagado deberá expresarse en unidades tributarias mensuales a dicha fecha", por la frase "Para estos efectos, el monto pagado deberá expresarse en dólares de los Estados Unidos de América, y la suma a devolver se determinará con el tipo de cambio vigente a la fecha de devolución que, con carácter general, fije el Banco Central de Chile.".
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
En votación el artículo 7° con las indicaciones.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 51 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 38 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo 7° con las indicaciones.
En votación el artículo 8°, que tiene indicaciones, a las cuales dará lectura él señor Secretario.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).-
Las indicaciones son de los señores García, don José; Munizaga, Estévez,Palma, don Andrés; Melero, Recondo, Orpis, Ulloa y Pérez, don Víctor.
"Artículo 8°.- Introdúcense las siguientes modificaciones a la ley N° 19.000, de 26 de septiembre de 1990.
"a) Intercálese, en el inciso tercero de su artículo 2°, la expresión "y hasta el plazo que se fije en la Ley de Rentas Municipales para su entrada en vigencia o, a más tardar, el 31 de diciembre de 1992", y
b) Sustitúyese, en su artículo 3°, la expresión "el 1° de julio de 1991" por "el plazo que entre en vigencia la nueva Ley de Rentas Municipales o, en todo caso, el 1° de enero de 1993".
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
En votación el artículo con las indicaciones.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 87 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 6 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo con las indicaciones.
En votación el artículo 9°, que tiene indicaciones, a las cuales el señor Secretario dará lectura.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).-
Las indicaciones son de los mismos diputados señores García, don José, Munizaga, Estévez, Palma, Andrés, Melero, Recondo, Orpis, Ulloa y Víctor Pérez.
"Reemplazar, en el inciso primero del artículo 9°, la expresión final "del primer semestre de 1993" por "del plazo que se fije en la nueva Ley de Rentas Municipales o, en todo caso, el primer semestre de 1993", y
En el inciso final del artículo 9°, reemplazar la expresión final "a partir de la primera cuota de contribuciones de los bienes raíces no agrícolas para 1993" por "a partir de la cuota de contribuciones de los bienes raíces no agrícolas siguiente al plazo que se fije en la nueva Ley de Rentas Municipales, para su entrada en vigencia o, en todo caso, a la primera cuota de contribuciones correspondiente a 1993".
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
En votación el artículo con las indicaciones.
Durante la votación.
El señor MONTES.-
¡Es inadmisible!
El señor CERDA.-
No existe la nueva Ley de Rentas Municipales.
Un señor DIPUTADO.-
¡La habrá!
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 62 votos; por la negativa, 28 votos. Hubo 1 abstención.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Aprobado el artículo 9° con las indicaciones.
Despachado el proyecto en general y en particular.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670615
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670615/seccion/akn670615-po1
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