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- rdf:value = " CONSIDERACIONES SOBRE EL PROYECTO DE LEY RELATIVO AL INGRESO MINIMO MENSUAL DESDE UN PUNTO DE VISTA REGIONAL. OFICIO.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Corresponde el tumo del Comité del Partido Socialista, Partido por la Democracia y Partido Humanista.
Tiene la palabra el señor Smok.
El señor SMOK.-
Señor Presidente, quiero referirme al proyecto de ley sobre ingreso mínimo mensual, que aprobó la Cámara de Diputados en el curso de esta tarde, toda vez que no tuve la oportunidad de hacerlo durante su debate.
Compartiendo la opinión unánime de esta Sala, yo también valoro el proyecto, tanto por el mecanismo en que se generó el acuerdo que permite reajustar el salario mínimo, como por el elemento evidente que beneficia a los trabajadores mediante la recuperación del poder adquisitivo, que tanto ha retrocedido en el curso de las últimas dos décadas.
Sin embargo, debo insistir en que constituye una ficción pensar que existe un ingreso mínimo mensual de índole nacional, ya que no corresponde ni considera las evidentes realidades de cada región o grupo de regiones.
Son dos los elementos básicos en los cuales se genera el debate sobre el salario mínimo: uno, es el costo de la "canasta básica familiar", que comprende las necesidades alimentarias y de consumo de una familia, y, el otro, la variación que tiene esta "canasta" mes a mes, con lo que se establece el IPC. Estos son elementos que se han considerado tanto para reajustarla, como para fijar la base de este salario.
La Cámara y el país deben estar conscientes de que la encuesta con que se configura este cálculo, fue diseñada en función de 17 comunas del Gran Santiago, y que las variaciones mensuales para establecer el IPC, que grava, por cierto, las condiciones nacionales de la economía, sólo se miden en unas escasas comunas del mismo.
Por lo tanto, es obvio que aquí estamos en presencia de un criterio absolutamente centralista, con el cual se quiere representar una realidad nacional que, en verdad, no existe.
Tan diferentes son los consumos y su valoración a nivel del país, que, en la región que represento -Magallanes- el agua vale más del doble que en Santiago, sin que exista una razón evidente para ello; o que cada familia de mi región debe gastar no menos de 6 mil pesos mensuales en calefacción durante los doce meses del año para mantenerse mínimamente abrigada. También se insiste en que el retroceso estacional de las variaciones del IPC, justifica los bajos índices que se miden en los meses de verano. No obstante ello, aun en esos meses, en mi zona la uva en ninguna oportunidad costó menos de 600 pesos el kilogramo, y los tomates, menos de 800 pesos el kilo durante este año, lo cual demuestra que no existe esa desactivación del índice en aquellos meses.
Entonces, resulta evidente que, en un momento en que el país asume el ánimo de regionalizar y de concretar un proceso de participación y de conocimiento de las realidades regionales, no es posible seguir insistiendo en un salario mínimo nacional, sin asumir el desafío de las regiones. No estoy pensando en trece salarios mínimos nacionales, sino precisando que, en este país, existen megarregiones o grupos de regiones que tienen realidades comunes. Ello sucede en el Norte Grande, en la Undécima Región y en la Patagonia, como en toda la Duodécima Región.
Entonces, no acepta el más mínimo rigor científico el seguir aplicando a nivel nacional, cuando se trata de decisiones políticas un índice generado, estudiado y medido sólo para Santiago.
Los Diputados Schaulsohn y Estévez han señalado, en sus intervenciones, elementos críticos a estos planteamientos, los que deben ser asumidos. Por ejemplo, se han insinuado que el salario mínimo debe estar basado en los índices de productividad de las regiones, lo cual me parece, en primer lugar, un error conceptual, porque dicho salario tiene una base teórica en la necesidad mínima de un grupo familiar para subsistir. Aun así, si el desafío fuera enfrentarlo con la productividad, sería interesante que este país volviera a tener las cuentas nacionales desagregadas por región. En ese evento, descubriríamos que Santiago no es el gran generador de recursos y bienes en este país, sino el gran consumidor de éstos, en desmedro de muchas regiones.
Por lo tanto, sostener que el salario mínimo debe basarse en la productividad, me parece un craso error conceptual.
Otro Diputado estimó que es malo para el debate nacional seguir planteando -sobre la base de las realidades locales- esta dicotomía y presunto enfrentamiento entre Santiago y las regiones. No existe ánimo belicoso hacia Santiago ni interés en desmejorar aún más sus condiciones de vida, sino que hay, en la medida en que intentemos reforzar el desarrollo regional, una clara y nítida intención de salvar a Santiago. Así deberían entenderlo los Diputados metropolitanos. Se está enfrentando en la capital una muy mala calidad de vida y exigiendo del país un nivel de gastos para mantenerla, lo que no se condice con ningún proyecto de desarrollo nacional medianamente armónico.
En esta Cámara no venimos a atacar a Santiago, sino a pedir un desarrollo regional adecuado que permita salvarlo.
Tampoco queremos asumir criterios de productividad o economicistas puros para el debate del salario mínimo.
Por lo tanto, anuncio que en ninguna circunstancia votaré en el próximo año, como parece posible, una nueva ley de reajuste del salario mínimo si se sigue sosteniendo que existe un salario mínimo nacional único, sin tener en consideración las realidades regionales.
Por las mismas razones, solicito que se oficie al señor Director del Instituto Nacional de Estadísticas para que explique con qué base y rigor científicos conforma un índice nacional de precios al consumidor y una canasta básica sólo medida en Santiago y obligatoriamente aplicada al país y, en consecuencia, qué gestiones y proyectos tiene dicho Instituto para hacer tal medición en las regiones o grupos de éstas, para que asumamos definitivamente las realidades diversas que, por fortuna, tiene este país.
He dicho.
Señor Presidente, le ruego me permita conceder una interrupción al Diputado don Carlos Cantero.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Se enviará el oficio solicitado por el señor Smok.
Tiene la palabra el Diputado señor Carlos Cantero.
El señor CANTERO.-
Gracias, señor Presidente y Diputado Smok.
Comparto el planteamiento expresado por mi Honorable colega, de buscar mecanismos que contemplen, analicen y verifiquen la diversidad geográfica de nuestro país y las distintas realidades que afectan a las regiones.
Por tal razón, solicito que se incluya mi nombre en la petición del Diputado señor Smok.
Varios señores DIPUTADOS.-
El mío también.El señor VIERA-GALLO (Presidente).-Yo haría lo mismo, sobre la base de que el Diputado Smok no tiene inconveniente. ’
Se enviará el oficio en nombre de todos los Diputados presentes, que son de regiones: señores Smok, Cantero, Gajardo, Bayo, Prokurica, Munizaga y el que habla
"
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