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El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
En el tiempo del Comité Demócrata Cristiano, tiene la palabra el señor Villouta.
El señor VILLOUTA.-
Señor Presidente, creo interesante comparar los titulares negativos, las declaraciones, las opiniones, las cifras y estadísticas del año pasado, con la realidad de este último tiempo. Así podremos constatar que muchos de los más fieles seguidores de los partidos de la Concertación Democrática difícilmente pudieron imaginar que la situación general del país iba a tener un vuelco tan importante y reconfortante.
Que teníamos confianza en Patricio Aylwin, en su idoneidad, en su capacidad, en su criterio y en su tino. Nadie lo dudaba. Que se le reconocía su ponderación y ecuanimidad. Nadie lo contradice. Pero, de todos modos, hoy tenemos que reconocer que los temores por las condiciones en que recibía el Presidente el país, en algún momento nos hizo titubear que, a pesar de todas esas condiciones suyas, pudiera vencer esas dificultades que hoy ya se han dejado de lado totalmente. Nos parece increíble que muchos de los personeros que visualizaban negros nubarrones en la conducción político-económica y político-social del país, hoy entreguen declaraciones alabando dicho manejo.
Mayor es nuestra satisfacción cuando sabemos de personas que viajan a países de América, Europa o Asia que vuelven comentando elogiosos conceptos que sin cesar se vierten a favor de nuestro país, al cual consideran, además, un lugar seguro para la inversión.
Primero se quejaban porque no se informaban los precios de la banda del trigo en forma rápida. Cuando se hizo el año pasado, como de costumbre se quejaron de que era bajo. Hace poco más de un mes, en cambio, escuchamos a dichos empresarios alabarlos y haciendo notar que por primera vez había molinos que pagaban mejores precios que el de los poderes compradores.
Poco después vaticinaban negros nubarrones por el posible precio del trigo en la próxima cosecha, debido a la baja de hasta un 30 por ciento que se había producido a nivel internacional. Entregados los valores la semana pasada, se vio que el Gobierno, con muy buen criterio, sólo los había rebajado en un promedio de 5 por ciento, considerando especialmente que las tasas de interés de este año son casi un 50 por ciento inferiores a las del año pasado. Nuevamente se lograron aquietar las voces agoreras. Lo anterior sin dejar de recordar el hecho de que en la IX Región se instalaron varios poderes compradores, en circunstancias de que el gobierno anterior no creó ninguno, lo que provocó un reclamo nuestro, en representación de todos los pequeños, medianos y grandes agricultores de la zona afectados por esa negativa medida.
A raíz del problema que se veía venir por la crisis del Golfo Pérsico, se reclamaba que la Enap no subía rápidamente el precio del petróleo, y se decía que se estaba subsidiando el precio al consumidor. En verdad, todos temíamos una inmensa alza en su valor y, en consecuencia, creíamos que se nos dispararía el Indice de Precios al Consumidor y que con ello se llegaría a guarismos indeseables para la economía sana. Cuando tratamos el proyecto de ley sobre el Fondo del Petróleo, se criticó que se había presentado muy tarde y que su efecto no alcanzaría a lograr los impactos deseados. Incluso se llegó a decir que era una jugada más política que económica.
Vino el impacto del I.P.C. en setiembre y octubre y todos vimos con preocupación sus posibles efectos negativos. Con justa razón, escuchamos el clamor de los trabajadores, jubilados, y de los deudores hipotecarios que clamaban por las consecuencias impactantes que iban a sufrir. Sin embargo, con calma, serenidad y percepción objetiva, vimos que las medidas tomadas por el Gobierno estaban dando sus frutos. Ahora vemos con tranquilidad cómo en tres meses de este año apenas tenemos un I.P.C. acumulado inferior al 2 por ciento.
¿Cómo no hacer resaltar la diferencia entre un año atrás y ahora, cuando tenemos que comparar los 900 mil textos escolares entregados con los distribuidos este año, que suman más de 4,5 millones? Es muy conveniente recalcar que ellos se han entregado tanto a las escuelas municipalizadas como a las particulares subvencionadas, y en forma pareja a todos los alumnos.
Como si esto fuera poco, el presente año se aumenta de 900 a cerca de 1.400 el número de escuelas, las que se verán mejoradas junto con los establecimientos particulares subvencionados. Es clara la idea del Gobierno en el sentido de que el mejoramiento de la educación debe servir a los alumnos de todos los sectores y del mayor número posible de establecimientos.
También es digno destacar el importante apoyo que tendrán los 32 liceos técnico-profesionales. Ello, como una medida lógica y rápida, al definirse el año pasado la política educacional de dar la mayor relevancia posible a dichos establecimientos. Es necesario que el mayor número de estudiantes que no acceden a las universidades, egresen de la enseñanza media con conocimientos prácticos y efectivos, para llegar al mundo laboral más preparados y con mejores posibilidades de encontrar trabajo.
Digo esto con satisfacción y en mi condición de mallequino, ya que dentro de las diez comunas de mayor vulnerabilidad social detectadas en nuestra patria lamentablemente tres pertenecen a Malleco: Ercilla, Lumaco y Lonquimay, las que, con este fuerte apoyo para resolver los problemas educacionales de comunas gravemente afectadas se verán especialmente beneficiadas con las implantación de los nuevos programas tendientes a eliminar la lacra social reflejada en índices negativos de sectores tan importantes como la salud, educación y vivienda.
Veo también con agrado cómo los organismos de trabajadores y representantes ministeriales se han venido reuniendo en un ambiente de armonía, digno de mayor elogio, en busca de mejores resultados para definir lo que debe ser el nuevo sueldo mínimo para el trabajador. Creo que, a corto plazo, deberá estudiarse una norma permanente según la cual el sueldo mínimo quede fijado anualmente el Ia de enero, reajustado en el I.P.C. del año anterior, del mismo modo como se hizo en las décadas de los años 40 al 60, cuando existía el sueldo vital por comunas para los empleadores particulares.
Ese era un sistema práctico, de mucha sensibilidad social y bueno tanto para empleados como para empresarios. Con ese mecanismo se evitarían muchos roces e intranquilidad entre los sectores involucrados.
Si bien es cierto nos satisfacen las cifras entregadas hace algunos días por el Ministro señor Sergio Molina, acerca de la notable mejoría de las escalas más bajas de rentas de los trabajadores el año pasado, no lo es menos que debemos recordar que la política económica del "chorreo", con la cual se trató de calmarlos durante varios años, no tuvo otro efecto que desmejorarlos, con un poder adquisitivo que no fue ni social ni económicamente bueno.
He dicho.
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