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- rdf:value = " HOMENAJE EN MEMORIA DEL ESCRITOR Y POETA DON ANDRES SABELLA.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).-
Corresponde rendir homenaje en memoria del escritor y periodista, don Andrés Sabella , en el aniversario de su nacimiento.
Tiene la palabra el Diputado Rubén Gajardo.
El señor GAJARDO (de pie).-
Hoy, en Antofagasta, se recuerda con diversos actos el natalicio de Andrés Sabellla , el poeta del norte.
Me asiste la convicción más profunda de que nadie se ha identificado tanto con su tierra, su querida Antofagasta , ni la ha representado mejor que Andrés Sabella.
Bautizó el Norte Grande. Desde la publicación de su famosa novela titulada "Norte Grande", así se denomina la porción del territorio nacional que comprende las regiones de Tarapacá y Antofagasta.
Hombre múltiple, de variadas y contradictorias facetas, Sabella compartió siempre las mejores expresiones de la nortinidad y vivió con pasión los anhelos y aspiraciones de su gente.
Guillermo Blanco destacó en él la circunstancia de haber sido profeta en su tierra. Habitualmente no ocurre así. La razón no es que las provincias sean reacias a reconocer los méritos de sus hijos, sino la poca frecuencia con que hombres destacados en el área de la cultura y del saber, cuando han sobrepasado los límites estrechos del ámbito local, resuelvan perseverar -como lo hizo Sabella- en vivir y trabajar con y entre los suyos, en la periferia intelectual, lejos de los grandes centros culturales, optando por hacer cultura en su tierra y con su gente.
Este "Hombre de Cuatro Rumbos" definió así su quehacer al agradecer el grado de Doctor Honoris Causa que le confirió la Universidad del Norte:
"Soy hombre del norte y me siento, sin mentir ni mentirme, un obrero que trabaja en el bellísimo y tremendo material de la palabra humana. Trabajo para el norte porque es mi lar, pero ansio que mi esfuerzo toque a Chile y, en seguida, salte al mundo, pues persigo el equilibrio de mi tierra y de las tierras de mi corazón".
Sabella le escribió al salitre, a la pampa, al desierto, al mar, a los pueblos abandonados que permanecen como mudos y fantasmales testigos de una época que se fue, igual como se fueron las riquezas extraídas del suelo nortino.
Pero su pasión era el hombre pampino. Escribió:
"En esta pampa fatigué las manos.
Me tutearon el combo y la barreta.
Era mía la boca de la grieta mío el viento de labios casi humanos. En los montes reconocía hermanos, nitrato y sol cargaba en mi carreta".
El " Hermano Andrés ", como le decían sus amigos de la Hermandad de la Costa, fue, ante todo, un hombre de paz, al extremo de conciliar en sí mismo sus ideas marxistas con su pensamiento cristiano. Síntesis intelectual y de la praxis, que hizo compatible su militancia comunista con su condición de católico observante.
Escribió:
"El Cristo de los mendrugos tiene el cuerpo de pan duro.
Cristo vestido de fuego con nimbo de frutos secos.
El Cristo de los mendrugos llora en los platos desnudos.
Cristo en los filos del Verbo cuyo Gólgota es el viento.
El Cristo de los mendrugos Construye con su madero la mesa de los hambrientos".
Sabella es conocido como poeta. También incursionó, con éxito, en el campo del dibujo y la pintura. Se constituyó, además, en sin par animador de toda clase de actividades culturales, tanto que era difícil concebir un evento de esa naturaleza sin su participación, siempre generosa.
No menos de 60 himnos de sindicatos, gremios, cofradías religiosas, asociaciones, clubes, llevan letra de Sabella. Tal vez su último aporte en la especie, haya sido la letra de la Canción de Antofagasta a Su Santidad Juan Pablo II , con motivo de su histórica visita.
Señor Presidente, muchos reconocimientos recibió Sabella de los suyos. Fue Caballero del Ancla, máxima distinción que Antofagasta otorga a sus hijos más selectos. Pero el centralismo, asociado al ideologismo, le negaron el Premio Nacional de Literatura, que tanto mereció.
Como alguien dijera, su ausencia es más notoria que muchas presencias.
Con todo, hay un galardón que nadie le quitará jamás: el profundo cariño de su pueblo.
En este Parlamento, la casa de la democracia, haciéndome intérprete, estoy cierto, de todos mis conterráneos, alzo mi voz para rendirle a Andrés Sabella , el poeta que me honró con su amistad, este modesto homenaje de admiración, afecto y gratitud.
He dicho.
Aplausos en la Sala.
"