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- rdf:value = " El señor ESCALONA.-
Señor Presidente, los Partidos Socialistas, Por la Democracia, Izquierda Cristiana y Humanista y su representación parlamentaria, manifiestan, por mi intermedio, a este Parlamento y a la opinión pública en general, su irrestricto respaldo al Diputado señor Mario Palestro y al proyecto de acuerdo presentado, ante el desafuero que se ha decretado en su contra por una Corte Marcial.
Falaz resulta, desde nuestro punto de vista, imputar al Diputado señor Palestro el delito de ofensa a las Fuerzas Armadas -que estamos ciertos de que no cometió- en el momento de emitir juicios políticos en un programa periodístico de ese carácter, referentes a las personas que en el instante de formularse ellos estaban en el ejercicio de funciones político-administrativas, tanto en la Jefatura del Estado y del Gobierno como el sui genéris Poder Legislativo de ese momento.
Hemos de advertir, en consecuencia, que asistimos a un intento deliberado de acallar la voz de este Parlamento y, especialmente, de aquellos representantes populares que son relevantes en la lucha democrática, que permitió el desplazamiento de la dictadura. Tal realidad queda plenamente en evidencia si reparamos en la práctica ininterrumpida de descalificaciones, de amenazas y de imputaciones engañosas en que incurrieron permanentemente, a lo largo de más de una década y media, los supuestos agraviados por el Diputado señor Palestro , lapso en el cual usaron y abusaron del control del poder político de la Nación.
No es exagerado afirmar que muchas de esas declaraciones o afirmaciones incitaban, por su implícito contenido, a la violación de los derechos humanos y a atentar en contra de la vida de las personas. Tal es el caso del calificativo "humanoides", que indicaba la existencia de una especie de semichilenos o de subchilenos, o de otros, en los cuales se usaba groseramente la amenaza del empleo de la fuerza en contra de los opositores, como aquella expresión de que "me tienen más arriba del paracaídas", y un sin-número de otras semejantes. El propio objetivo fundacional de la dictadura, destinado a "extirpar de raíz el cáncer marxista", revela en toda su crudeza una concepción antidemocrática de la vida social, de la cultura y de la política, la que, desgraciadamente, fue muchísimo más allá de ser un exceso verbal.
Esa fue la concepción derrotada y rechazada tanto el 5 de octubre de 1988 como el 14 de diciembre de 1989, que ni siquiera sus propios inspiradores, sus propios elaboradores y sus propios responsables fueron capaces de defender. Sin embargo, esa ideología sigue viva en el nudo conceptual -nítidamente despótico y antipopular- que inspira la equívoca doctrina de la Seguridad Nacional, que empuja, como en el caso que nos preocupa, a una Corte Marcial, a involucrarse en un problema esencialmente político.
Como ha señalado el eminente jurista señor Renato Astrosa , "Chile es el país que tiene la jurisdicción penal militar más amplia, no sólo de toda Iberoamérica, sino de todo el mundo occidental".
Hemos de insistir en que, por su propio carácter, la justicia militar no puede ser independiente. El espíritu y la letra de las disposiciones legales que rigen a las Fuerzas Armadas, en particular su Ley Orgánica Constitucional, conceptúan la jerarquía como esencial a la propia función y a la propia estructura de la institución militar, hasta el punto de conceptuarse el mando militar como total, el cual se ejerce en todo momento y en toda circunstancia. En consecuencia, la obediencia que los oficiales que actúan en los tribunales militares deben hacia sus superiores es absoluta, de acuerdo con los propios reglamentos de sus instituciones.
Tal realidad determina que el mundo actual decae y que, incluso, en numerosos países se extingue la existencia de los tribunales militares de tiempos de paz. Sin embargo, en el nuestro, la dictadura hipertrofió sus funciones para asegurar la prolongación de la represión política, disfrazada de métodos jurídicos.
Este resabio del autoritarismo debe ser urgentemente superado, tarea en la cual las autoridades elegidas democráticamente por el pueblo de Chile tienen una decisiva responsabilidad.
Por tal razón, el respaldo irrestricto que damos al Diputado señor Palestro , es, al mismo tiempo, la defensa de la dignidad y de las dificultades, en reconstrucción y recomposición, de este Parlamento.
"
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