REPÚBLICA DE CHILE CÁMARA DE DIPUTADOS LEGISLATURA EXTRAORDINARIA Sesión 7a., en miércoles 4 de abril de 1990. (Especial, de 16 a 19.27 horas) Presidencia de los señores Viera-Gallo Quesney, don José Antonio; Dupré Silva, don Carlos, y Coloma Correa, don Juan Antonio. Secretario, el señor Valdés Zeballos, don Ricardo. Prosecretario, el señor Rogat Engel, don Patricio. ÍNDICE GENERAL DE LA SESION I- SUMARIO DEL DEBATE II.- SUMARIO DE DOCUMENTOS III.-DOCUMENTOS DE LA CUENTA IV.-ASISTENCIA V.- TEXTO DEL DEBATE I.- SUMARIO DEL DEBATE 1.- Saludo a personalidades extranjeras presentes en las tribunas. 329 2- Sede del Congreso Nacional. 329 3.-Pareos de señores Diputados. 366 4.- Rechazo de solicitud para votación nominal de proyectos de acuerdo presentados en la sesión. 367 5.- a) Creación de una Comisión Especial para informar a la Sala sobre todo lo atinente al funcionamiento del Congreso Nacional en Valparaíso. Aprobación de proyecto de acuerdo. 367 b) Resolución inmediata y definitiva sobre la sede del Congreso Nacional en Valparaíso. Rechazo de proyecto de acuerdo.367 6.- Desafuero del Diputado señor Mario Palestra Rojas por la Corte Marcial. Proyecto de acuerdo.371 7.- Supresión de la sesión ordinaria del miércoles 11 de abril próximo. Proyecto de acuerdo.372 II.- SUMARIO DE DOCUMENTOS. 1.- Oficio de S.E. el Presidente de la República por el que solicita la urgencia, calificándola de simple, para el proyecto de ley que crea el Ministerio de Planificación y Cooperación, el Fondo de Solidaridad e Inversión Social, y la Agencia de Cooperación Internacional.325 2.- Moción de los Diputados señores Hernán Bosselin Correa, Eliana Caraball Martínez, Eduardo Cerda García, Ramón Elizalde Hevia, Mario Hamuy Berr, Sergio Jara Catalán, Hugo Rodríguez Guerrero, Hernán Rojo Avendaño, Hosain Sabag Castillo y Rodolfo Seguel Molina, por la que se dispone la suspensión de remates de viviendas en los casos que se señalan.325 3.- Moción de los Diputados señora Eliana Caraball Martínez y señores Sergio Elgueta Barrientos, Francisco Huenchümilla Jaramillo y Edmundo Salas de la Fuente, que suspende los lanzamientos y las subastas de bienes raíces habitados personalmente por el deudor.326 IV.ASISTENCIA --Acuña Cisternas, Mario Alberto --Aguiló Meló, Sergio Patricio --Alamos Vásquez, Hugo --Alessandri Balmaceda, Gustavo --Álvarez-Salamanca Buchi, Pedro P. --Arancibia Calderón, Armando --Araya, Nicanor de la Cruz --Aylwin Azocar, Andrés --Bartolucci Johnston, Mario Francisco --Bayo Veloso, Francisco Leandro --Bombal Otaegui, Carlos Ramón --Bosselin Correa, Carlos Hernán --Caminondo Sáez, Carlos --Campos Quiroga, Jaime Alfonso --Cantero Ojeda, Carlos Raúl --Caraball Martínez, Eliana María --Gardemil Alfaro, Gustavo Eleodoro --Carrasco Muñoz, Baldemar --Cerda García, Eduardo Antonio --Coloma Correa, Juan Antonio --Concha Urbina, Juan --Cornejo González, Aldo Vicente --Correa de la Cerda, Sergio Andrés --Cristi Marfil, María Angélica --Chadwick Piñera, Andrés Pío --Devaud Ojeda, Mario Enrique --Dupré Silva, Carlos Emilio --Elgueta Barrientos, Sergio Benedicto --Elizalde Hevia, Ramón Julio --Escalona Medina, Camilo Enrique --Espina Otero, Alberto Miguel --Estévez Valencia, Jaime Luis --Fantuzzi Hernández, Miguel Angel --Faulbaum Mayorga, Dionisio Ventura --Gajardo Chacón, Rubén --Galilea Vidaurre, José Antonio --García García, René Manuel --García Ruminot, José Gilberto --Guzmán Alvarez, José Pedro --Hamuy Berr, Mario --Horvath Kiss, Antonio Carlos --Huenchumilla Jaramillo, Francisco S. --Huepe García, Claudio Humberto --Hurtado Ruiz-Tagle, Gerardo José María --Jara Catalán, Sergio Raúl --Jara Wolff, Octavio Selín --Jeame Barrueto, Víctor --Kuschel Silva, Carlos Ignacio --Kuzmicic Calderón, Vladislav Dusan --La torre Carmóna, Juan Carlos --Leay Morán, Cristian Antonio --Leblanc Valenzuela, Luis Enrique --Letelier Morel, Juan Pablo --Longton Guerrero, Arturo Luis --Longueira Montes, Juan Pablo --Maluenda Campos, María Adela --Martínez Ocamica, Gutenberg A. --Martínez Sepúlveda, Juan Leonel --Masferrer Pellizzari, Juan Alfonso --Matta Aragay, Manuel José --Matthei Fornet, Evelyn Rose --Mekis Martínez, Federico Andrés --Melero Abaroa, Patricio --Molina Valdivieso, Jorge Guillermo --Montes Cisternas, Carlos Eduardo --Morales Adriasola, Jorge Carlos --Munizaga Rodríguez, Eugenio F. --Muñoz Barra, Roberto --Muñoz Dalbora, Adriana Blanca --Naranjo Ortiz, Jaime César --Navarrete Carvacho, Luis Osvaldo --Ojeda Uribe, Sergio Rodrigo --Olivares Solís, Héctor Luis --Orpis Bouchón, Jaime Antonio --Ortega Riquelme, Eugenio Luis --Ortiz Novoa, José Miguel --Palma Irarrázaval, Andrés Jaime --Palma Irarrázaval, Joaquín S. --Peña Meza, José --Pérez Muñoz, Juan Alberto --Pérez Opazo, Ramón Segundo --Pérez Varela, Víctor Claudio --Pizarro Mackay, Bruno Sergio --Pizarro Soto, Jorge Esteban --Prochelle Aguilar, Marina Victoria --Prokurica Prokurica, Baldo Petar --Ramírez Vergara, Gustavo --Rebolledo González, Víctor Manuel --Recondo Lavanderos, Carlos E. --Reyes Alvarado, Víctor Fernando --Ribera Neumann, Teodoro Javier --Ringeling Hunger, Federico José M. --Rocha Manrique, Jaime Fernando --Rodríguez Cataldo, Claudio Julio --Rodríguez del Río, José Alfonso --Rodríguez Guerrero, Hugo F. --Rodríguez Riccomini, Laura Fiora --Rojo Avendaño, Hernán Roberto --Rojos Astorga, Julio Werner --Sabag Castillo, Hosain --Salas de la Fuente, Edmundo S. --Schaulsohn Broosky, Jorge Jaime --Seguel Molina, Rodolfo Samuel --Smok Ubeda, Carlos Iván --Sota Barros, Vicente Agustín --Soto Morales, Juan Akín --Sotomayor Mardones, Andrés --Taladriz García, Juan Enrique --Tohá González, Isidoro Francisco --Ulloa Aguillón, Jorge Iván --Urrutia Avila, Raúl Armando --Valcarce Medina, Carlos Raúl --Valenzuela Herrera, Felipe Ignacio --Velasco de la Cerda, Sergio B. --Viera-Gallo Quesney, José Antonio --Vilches Guzmán, Carlos Alfredo --Vilicic Kamincic, Milenko Antun --Villouta Concha, Edmundo --Yunge Bustamante, Guillermo El secretario, señor Valdés Zeballos, don Ricardo, y el Prosecretario, señor Rogat Engel, don Patricio. Se levantó la sesión a las 19.27 horas. V.- TEXTO DEL DEBATE -Se abrió la sesión a las 16.02 horas. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión. El señor ROGAT (Prosecretario) da cuenta de los asuntos recibidos en Secretaría. 1.- SALUDO A PERSONALIDADES EXTRANJERAS PRESENTES EN LAS TRIBUNAS El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Señores Diputados, antes de entrar al objeto de esta sesión, quiero informarles que se encuentran presentes en las tribunas, en visita protocolar a esta Cámara, el Embajador de España, señor Félix Femández-Shaw; el de Italia, señor Michelangelo Pisani; el de Francia, señor Daniel Leuquertier y el de Inglaterra, señor Alan Wite, además de los señores Dieter Oldekop y Vittorino Allocco, que representan a la Comunidad Económica Europea, para quienes pido un aplauso. -Aplausos en la Sala. 2.- SEDE DEL CONGRESO NACIONAL El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Esta sesión tiene por objeto tratar, exclusivamente, la materia relativa al lugar de funcionamiento del Congreso Nacional, para lo cual regirán las normas de Incidentes, más los acuerdos adicionales adoptados por los Comités en el día de ayer. Entre dichos acuerdos cabe destacar los siguientes. En primer lugar, se acordó prorrogar la hora de término de esta sesión en 45 minutos, los cuales serán distribuidos en forma proporcional entre los distintos Comités. En segundo lugar, se me ha encomendado hacer presente a las personas que están en las tribunas, cosa que reitero -aunque parece ocioso debido a la madurez política existente en el pueblo de Chile- particularmente a los habitantes de esta ciudad, que esta Cámara de Diputados, recientemente reestablecida en su función plenamente democrática, tiene derecho a tratar este tema, como cualquier otro, con plena y total libertad. Por lo tanto, se advierte a las personas que están en las tribunas que se abstengan de hacer cualquier tipo de manifestaciones respecto de las opiniones que se viertan durante esta sesión. De repetirse actos de tal naturaleza, en cumplimiento de lo acordado ayer unánimemente por todos los Comités, me veré en la obligación de tomar medidas que no desearía aplicar y que no hablan bien de cómo debe funcionar el Parlamento, ni de cómo deben comportarse las personas que asisten a sus sesiones. Tiene la palabra el señor Bartolucci. El señor BARTOLUCCI.- Ruego tomar en consideración la siguiente moción. Pienso, y espero, que la Sala no debe ser despejada, porque Su Señoría ha señalado muy bien la maduración del pueblo de Valparaíso. Si por algún motivo de los que sucediese en esta importante sesión Su Señoría debiese tomar la difícil misión de despejar la Sala, solicito que, al hacerlo, esa medida no afecte a la prensa de Valparaíso y pueda ella permanecer en su interior, cualquiera que sea la circunstancia de lo que ocurra en esta sesión, para que así el pueblo de Valparaíso tome conciencia de lo que en ella ocurra. Gracias. -Aplausos en las tribunas. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Se ruega no hacer manifestaciones. Espero que los señores Diputados sean los primeros en dar el ejemplo. -Risas en la Sala y en las tribunas. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Debo informar que entre los acuerdos adoptados por los Comités en el día de ayer, hubo instrucciones precisas en el mismo sentido a que se ha referido el señor Bartolucci, y no sólo respecto de la prensa de Valparaíso, sino respecto de la prensa de todo el país. En consecuencia, ofrezco la palabra al Comité Demócrata Cristiano. El señor HUEPE.- Pido la palabra. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado Claudio Huepe. El señor HUEPE.- Señor Presidente, los Diputados democratacristianos, en conjunto con los Diputados de la Concertación, solicitamos esta sesión especial con el objeto de intentar realizar un debate serio y a fondo sobre el controvertido tema de la ubicación del Congreso Nacional. Hay argumentos legítimos que avalan las diversas posiciones, que están en conocimiento de la opinión pública y que esperamos sean expuestos con claridad, pero con respeto, en el día de hoy. Por desgracia, hasta ahora el debate ha sido muy poco objetivo. Han predominado las calificaciones, la emotividad, el intento de manipular a la opinión pública y la confusión entre los argumentos reales y los ficticios. Al mismo tiempo, hay un debate confuso también en la opinión pública, en general. Creemos que ésta es la peor manera de tomar decisiones, sobre todo, si vemos que sus efectos pueden marcar por muchos años o por muchas décadas el funcionamiento de nuestra democracia. Entendemos la pasión con que la gente de Valparaíso ha tomado este problema. Un puerto abandonado, que ha perdido muchas de sus industrias, que recibió durante años la promesa de que aquí estaría la sede de un ministerio del mar, lo que nunca se concretó, que recientemente ha recuperado la Comandancia en Jefe de la Armada -que funcionó muchos años fuera de este puerto-, ha transformado el tema del debate sobre la ubicación del Congreso en un mito y una esperanza. Se piensa que la sola ubicación del Congreso en este puerto puede traer la solución automática de los problemas que se han acumulado por años. Reconocemos los problemas de Valparaíso y estamos dispuestos a impulsar las medidas necesarias para solucionarlos; pero este problema no está necesariamente ligado al tema de la ubicación del Congreso. Este problema, señor Presidente, tiene muchas facetas que debemos considerar. Está el aspecto constitucional. Hay opiniones legítimas de diversas personas que sostienen y objetan la constitucionalidad del funcionamiento del Congreso Nacional en una ciudad distinta a la de la ubicación del Ejecutivo. Hay otros que plantean la posibilidad de que el Congreso Nacional funcione simultáneamente en Santiago, y se objeta también la posible constitucionalidad de ese aspecto. Es un tema que requiere de seriedad y de consultas para poderlo clarificar. Está el tema de la eficiencia del trabajo legislativo. ¿Será más eficiente trabajar a 120 kilómetros de distancia, o trabajar en Santiago? ¿O será más eficiente, a lo mejor, utilizando las técnicas modernas de comunicación, que siga funcionando aquí? Es una alternativa abierta. Pero éste también es un tema que merece un debate mucho más a fondo. Está el problema de la infraestructura. ¿Está adecuado este Congreso -incluso en su concepción-, o qué modificaciones habría que hacer a un proyecto que no fue consultado en su diseño con gente que tenía experiencia parlamentaria? Porque, realmente, nos hemos encontrado con dificultades que todos los Diputados hemos vivido en este lugar. Está el problema de la regionalización. ¿Puede confundirse el problema de la regionalización con el tema de la existencia del Congreso en Valparaíso? ¿O no es, acaso, nuestro deber legislar seriamente sobre cómo impulsar la regionalización que beneficie a tantas zonas de nuestro país que están postergadas? Está el problema del financiamiento y del presupuesto. ¿Cuánto se ha gastado en este Congreso? ¿Lo saben los señores Diputados? ¿Cuánto queda por gastar? ¿Están los fondos disponibles? ¿Cuánto significa terminarlo? ¿Qué alternativas habría? Todos estos problemas están por solucionarse. Por eso, señor Presidente, como jefe de la bancada democratacristiana, quiero expresar que nosotros pedimos esta sesión especial, en conjunto con los Diputados de la Concertación, y queremos, como conclusión de esta reunión, que se apruebe un proyecto de acuerdo que permita entrar en profundidad en todas estas facetas que he mencionado. Creemos que es la única manera de legislar seriamente hacia, el futuro. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Ofrezco la palabra a algún otro Diputado del Comité Demócrata Cristiano. La señora CARABALL.- Pido la palabra. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra la Diputada señora Eliana Caraball. La señora CARABALL.- Señor Presidente, honorables Diputados, como parlamentarios elegidos democráticamente, nos corresponde cumplir las tareas específicas que nos fijan la Constitución Política y las leyes. La particular circunstancia de ser el primer Parlamento elegido después de 16 años de inexistencia de él nos obliga a asumir, además de las responsabilidades legales, la de proyectar claramente ante la opinión pública cuál es la función del Parlamento y cuál es su importancia en los destinos del país y su institucionalidad. Esta tarde quisiera hacer un llamado a todos mis colegas integrantes de esta Cámara de Diputados para que, en conjunto, y más allá de cualquier consideración de carácter personal, partidista o regionalista -por legítimas que ellas sean-, pudiéramos reflexionar profundamente sobre el tema de la función legislativa, de su vinculación con los otros Poderes del Estado y de la eficacia y eficiencia con que debemos cumplir nuestra responsabilidad. El ámbito de nuestra tarea parte del conocimiento en el terreno de las necesidades de nuestros representados, del estudio de iniciativas legales para responder a ellas y, fundamentalmente, de las que tienen que ver con el desarrollo del país y de su gente. Su papel de colegislador con el Poder Ejecutivo nos obliga a una relación inmediata y directa con las distintas instancias y dependencias de los servicios públicos y organismos del Estado. Tenemos la oportunidad y el desafío histórico de asumir plenamente nuestras atribuciones con absoluta libertad, de' meditar y de reflexionar, con la profundidad que el tema requiere, sobre cómo podemos desempeñar en la mejor forma nuestra calidad de Poder del Estado, legislador y fiscalizador de los otros Poderes del Estado. En este contexto debiéramos desarrollar nuestras reflexiones, y dentro de él considerar otros aspectos que, teniendo importancia, no debieran constituirse en principales o en único elemento de análisis. Me refiero a temas como la descentralización de país, la regionalización y el desarrollo local y, por último, el edificio del Parlamento y su ubicación física. Considero importante resolver inquietudes e interrogantes que muchos parlamentarios tenemos en todos estos aspectos. Por ello, quisiera referirme en esta oportunidad, principalmente, a algunos temores que han surgido sobre el edificio que actualmente ocupamos. Por distintos conductos, los parlamentarios hemos ido recibiendo informaciones sobre el estado de avance de las obras, y dudas sobre los gastos en que se ha incurrido y sobre los gastos que restan por hacer para su terminación definitiva. Sobre este particular, quisiera aportar algunas cifras y algunos datos técnicos que he podido recopilar y que me merecen confianza por la seriedad de las personas consultadas. Ello me llevó a solicitar que se oficiara al señor Ministro de Obras Públicas, con el objeto de que nos enviara un informe técnico financiero sobre el edificio, con fecha 28 de marzo. Por diversas razones internas de la Cámara de Diputados, sólo fue despachado en el día de ayer y recibido hoy por el señor Ministro. La situación de la construcción es la siguiente: 1.- La obra se inició en noviembre de 1988, antes del término de los proyectos, por el escaso tiempo de que se dispuso para realizarla. 2.- Hubo dificultades no previstas en la adquisición y toma de posesión de un predio, correspondiente a un local comercial, que enfrentaba la Plaza O'Higgins y que sólo pudo ser entregado en abril de 1989. 3.- Pese a contar con el apoyo de los consultores especializados en los diferentes rubros, la construcción tuvo las restricciones siguientes: Plazos inadecuados para realizar una obra de la envergadura y complejidad de ésta, de 59.165 metros cuadrados. Inicio de obras sin contar con la totalidad de los antecedentes técnicos necesarios. Esto condiciona la estructura de las propuestas sobre el nivel de especificación de las mismas, lo que lleva a establecer desde la partida a precios fijos hasta fijar solamente una serie de precios para aquéllas cuyas características no son definidas. 4.- Estudios de costos a niveles muy preliminares, lo que no permitió nunca dimensionar el monto real de la inversión. 5.- No se consultó una contraparte con experiencia parlamentaria para la formulación del programa de las necesidades del proyecto de arquitectura. 6.- Pese a lo informado por la prensa por el ingeniero Issa Cort, que fue quien hizo el estudio de las características del subsuelo, los resultados de los análisis de éste fueron óptimos y por eso se autorizó allí su construcción. Hay opiniones técnicas responsables que indican la mala calidad del terreno de fundación y la existencia de una activa napa de agua que obligó en forma permanente al empleo intensivo de sistemas especiales de agotamiento, lo que obviamente debió de haber tenido incidencia en los costos y en los plazos de ejecución de las obras. 7- Quedan pendientes aún las expropiaciones que el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo debe concluir en la manzana sur del edificio, sector Iglesia de los Doce Apóstoles. Respecto de los gastos de la construcción, equipamiento y alojamiento del edificio, puedo informar esta vez con cifras oficiales de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas que la situación es la siguiente: Las cifras han sido actualizadas a pesos de fines de febrero de 1990, porque se entregaron en pesos de cada año, por lo que, respecto de las inversiones de los años 1988 y 1989, pudieran haber pequeñas variaciones, pues no contamos con una información mensual del gasto, sino sólo anual. En el año 1988 se invirtieron $493.621.000; en el año 1989, $9.636.000.000; en el año 1990 y hasta el 30 de marzo de este año, $3.310.908.000, lo que representa una inversión -total en este edificio de $13.340.532.000, que equivale aproximadamente a 43.356.000 dólares. El saldo por invertir entre el 12 de abril al 31 de diciembre de este año para terminar la obra, sin considerar en estas cifras ningún tipo de imprevistos ni una eventual alza del impuesto al valor agregado, asciende a la suma de $9.419.896.000, equivalentes a 30.396.761 dólares. Financiamiento. El presupuesto decretado para el año 1990, debidamente actualizado, es de $10.028.000.000. Los gastos ya realizados, más los anticipos reajustados entregados a los contratistas y el saldo por invertir dan un requerimiento total para este año de $14.374.000.000. Déficit presupuestario para 1990. La necesidad de recursos presupuestarios, ya lo señalamos, es de $14.370.000.000. Presupuesto decretado, $10.028.000.000, lo que representa un total de déficit $4.345.834.000, a lo que hay que restar $351.324.849 de fondos no invertidos del presupuesto del año 1989. Por lo tanto, el suplemento presupuestario asciende a la suma de $3.994.509.151, o sea, el equivalente a 12.903.226 dólares. En conclusión, en mi opinión, sin perjuicio del necesario informe que el Ministerio de Obras Públicas debe entregar a esta Cámara en tomo a estas observaciones e inquietudes, estoy de acuerdo con lo propuesto por el jefe de la bancada nuestra, en el sentido de formar una comisión, compuesta por Diputados y Senadores, que se aboque a este estudio y que se imponga a fondo de lo que corresponde tanto a la función parlamentaria como también a aspectos tales como la construcción del edificio del que nos estamos haciendo cargo. Muchas gracias. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Todavía tiene tiempo la bancada democratacristiana. Tiene la palabra el Diputado señor Cornejo. El señor CORNEJO.- Señor Presidente, hablo como Diputado por Valparaíso y, al mismo tiempo, en representación de mis camaradas parlamentarios de esta Región, señores Cardemil, Velasco, Sergio Jara y Eduardo Cerda. El Gobierno del Presidente Aylwin ha recibido el país con serios problemas que resolver y enfrenta desafíos que requieren del esfuerzo colectivo de todos los chilenos, sin excepciones ni exclusiones de ninguna especie. Los chilenos, especialmente los más postergados, tienen cifradas sus esperanzas en que sus representantes van a volcar sus esfuerzos en conjunto con el Gobierno para concretar los sueños y esperanzas del país. Sin embargo, asistimos con extrañeza a un debate en que una cuestión accesoria ha sido elevada a la categoría de esencial, que ha requerido, entre otras medidas, de una reunión especial de la Cámara de Diputados para tratar el tema del lugar de funcionamiento del Congreso Nacional. ¿Cuáles son los elementos que a nuestro juicio requieren un análisis profundo? En primer lugar, cualquiera que sea la interpretación que se quiera dar a la decisión del Gobierno pasado, en tomo al funcionamiento del Congreso Nacional en Valparaíso, queremos dejar en claro que nosotros rechazamos esa medida tan trascendente adoptada en forma inconsulta y cuyo fundamento para el país aparece difuso, admitiendo, en consecuencia, variadas y diversas interpretaciones. Pero con la misma claridad queremos señalar que adoptar una decisión sobre la base de lo anteriormente expuesto, no está exenta de subjetividad ni cargada de pasiones y prejuicios. El realismo en política quizás sea lo que, contrariando nuestras ideas, nos haya conducido a tener que aceptar, en algunos casos, transitoriamente, la convivencia entre instituciones democráticas y otras heredadas de la dictadura. En segundo lugar, quiero señalar que también es importante analizar con profundidad que esta experiencia de que el Parlamento funcione separado del Ejecutivo es única en el país, y, en consecuencia, constituye para nuestra Región y para Chile un desafío que compromete, creemos nosotros, el esfuerzo de Valparaíso y del resto del país; pero estamos convencidos de que éste es el primer paso conducente a terminar con los problemas que para Chile y los chilenos genera la actual situación de la centralización y concentración en Santiago. En la Región Metropolitana se concentra el mayor gasto, produciendo un fuerte desequilibrio con el resto de las Regiones y no permitiendo un desarrollo armónico y equilibrado de las mismas, generando, por otra parte, un serio problema ambiental y ecológico, que sólo una posición como la que defendemos puede solucionar. En este país se habla siempre de democratización y de regionalización y se permite que el norte, el centro y el sur del país, trabajen y produzcan para Santiago, aumentando la concentración y alimentando falsamente la ilusión de miles de chilenos que, día tras día, emigran a la capital en busca de trabajo y mejores condiciones de vida, encontrando, a veces, sólo frustraciones, pobreza y desesperanza. Por último, dentro de este ámbito -y también requiere analizarse con profundidad-, es preciso señalar que Chile es un país pobre, que para bien o para mal, en la construcción de este edificio se han invertido decenas de millones de dólares, y que su traslado a Santiago significará ineludiblemente más gastos en infraestructura y otras necesidades. A nosotros, los parlamentarios democratacristianos de esta Región, no nos parece congruente el esfuerzo del Supremo Gobierno de contar con más recursos para atender a los más pobres, con una decisión que significa incurrir en más gastos, y, por otra parte, con abandonar este edificio, cuyo destino sería incierto e ineficaz, para albergar a otras instituciones o satisfacer otras necesidades, burlando de este modo la esperanza de un pueblo, como es el de la Quinta Región. En este sentido, compartimos plenamente las expresiones del señor Obispo Auxiliar de Valparaíso, Monseñor Javier Prado, cuando ha dicho que el traslado del Congreso a Santiago constituye un pecado social. Este es un factor que también debe ser analizado con profundidad y sentido de la responsabilidad para con el país. Este análisis breve, no obsta a que el país tenga pleno derecho a conocer cómo se han invertido los recursos en este edificio, cuánto y cómo se ha gastado. Creo que el país tiene derecho, reitero, a conocer la verdad de lo que se ha gastado en la construcción de este edificio. Señor Presidente, nosotros creemos en el Congreso en Valparaíso. Pero, al mismo tiempo, también estimamos que es necesario adoptar una resolución definitiva, porque no es bueno para el país ni para Valparaíso esta incertidumbre. Esta nunca ha sido buena aliada para invertir o realizar planes y proyectos para un país o para una región. Los habitantes de esta ciudad y de esta Región no pueden ni deben sentirse amenazados en lo que consideran sus legítimos derechos. Siempre hemos creído en Valparaíso. Durante muchos años, en silencio y con angustia, hemos visto cómo se destruyó esta ciudad. Hoy, el deber de todos y cada uno de los habitantes de Valparaíso y de la Región es no temerle a la discusión, objetiva y profunda, que queremos que se realice en la comisión que ha propuesto nuestro jefe de la bancada. No le tememos al debate serio, en profundidad y objetivo, porque creemos que si esa comisión propuesta, y a la cual adherimos, cumple debidamente sus objetivos, va a coincidir, en definitiva, con lo que consideramos que es el sentir mayoritario de Valparaíso y del resto del país. Muchas gracias. El señor VIERA GALLO (Presidente).- Hago presente a la bancada democratacristiana que le quedan diez minutos, los cuales puede usar ahora o en un segundo turno. Ofrezco la palabra. Tiene la palabra la bancada de Renovación Nacional. Hará uso de la palabra el Diputado señor Urrutia. El señor URRUTIA.- Señor Presidente, hemos escuchado con estupor la proposición de formar una comisión especial, que tiene, a nuestro juicio, solamente la intención de dilatar un pronunciamiento definitivo sobre esta materia que hoy día estamos tratando. Los chilenos, especialmente los de esta Región, esperan un pronunciamiento nuestro; esperan una decisión de todos los parlamentarios de este país sobre un tema de tanta trascendencia nacional. Esta sesión fue propuesta la semana pasada por Diputados democratacristianos para tomar una decisión definitiva sobre esta materia. Hoy día vemos que esa misma bancada presenta una nueva proposición con el solo propósito de dilatar una definición sobre este punto que ahora tratamos. Aceptamos muchas de las argumentaciones que se dan en contra de la permanencia del Congreso en Valparaíso, pero queremos solicitarles a los parlamentarios que hoy día nos escuchan, que por favor le den una oportunidad al Parlamento en Valparaíso, que le den una oportunidad a este puerto y a esta Región de demostrar que se puede legislar a unos cuantos kilómetros fuera de Santiago, y que ya, en las dos o tres semanas que llevamos funcionando, perfectamente bien lo hemos podido hacer, y hemos contado con la presencia de los señores Ministros y de las personalidades que han llegado hasta nuestra Región, hasta nuestra ciudad y hasta nuestro edificio' para plantearnos las inquietudes y para que nosotros podamos hacerles las consultas pertinentes y necesarias. Todo Chile supo que el Congreso funcionaría en Valparaíso. Lo supo en la campaña electoral pasada. Y cuánta razón tiene el Honorable Diputado señor Cornejo cuando señala que no podría malgastar la cantidad de dinero que la propia señora Diputada Caraball ha señalado, en la construcción de este edificio, porque éste debe ser terminado. Hemos llegado a acuerdos, y pronto votaremos en esta Cámara una decisión sobre una reforma tributaria. Lo estamos haciendo, porque creemos que es fundamental poder solucionar los problemas que tienen hoy muchos chilenos con grandes necesidades. ¿Qué les vamos a decir a esos chilenos? ¿Qué estamos malgastando cincuenta o setenta millones de dólares, porque algunos quieren que este Parlamento funcione en Santiago? Démosle la oportunidad a este edificio, demos la oportunidad para que este Parlamento pueda funcionar fuera de la ciudad de Santiago. Señor Presidente, los chilenos nunca hemos entendido que nuestro destino es marítimo, y siempre hemos legislado y proyectado el país como si éste fuera solamente agrícola o minero, sin contar para nada con este gran océano que tenemos frente a nuestras costas. Quizás hemos perdido grandes oportunidades de poder lograr un mayor desarrollo, si nos hubiésemos preocupado de nuestro destino marítimo. Ahí tenemos ejemplos de otras naciones oceánicas que crecen sin cesar, como Taiwán, Japón, China, Singapur o Australia. Todas ellas legislan con el criterio de que su destino se encuentra en el mar. Se ha dado un cambio fundamental, se ha reaccionado en contra de la antigua mentalidad, porque los chilenos nos hemos dado cuenta de que estamos entrando en la Era del Pacífico, y no podemos seguir desaprovechando este gran recurso que está frente a nosotros. Que el Parlamento continúe en Valparaíso es una de las grandes metas logradas por los chilenos. No desaprovechemos esta gran oportunidad que nos brindamos los chilenos de cambiar esta mentalidad. Miremos con optimismo nuestro futuro desde Valparaíso, y con nuestras mercancías podamos invadir la cuenca del Pacífico, trayendo progreso y desarrollo para Chile. Para ello, es necesaria esta nueva mentalidad, y esta mentalidad debe ser con conciencia de que somos una gran Nación, eminentemente marítima, y que han quedado en el pasado todos los vestigios de centralismo. Chile siempre ha basado su economía, primordialmente, en la agricultura y en la minería; y sólo hoy vemos la importancia de los recursos marítimos. Fuimos una Nación cerrada. Sólo esporádicamente, y gracias a los esfuerzos de grandes personajes de nuestra historia, nos hemos abierto al comercio internacional, aprovechando nuestras costas y nuestro mar. Hoy, la apertura al exterior es irreversible y no podemos desaprovecharla. El Congreso en Valparaíso constituye el primer paso para que quienes tenemos la obligación de legislar, lo hagamos pensando en que nuestro destino histórico y futuro se encuentra en el mar, que nos permitirá transportar nuestras mercancías y abrirnos al comercio con los países de la cuenca del Pacífico. Señor Presidente, no importa quién haya instalado el Congreso en Valparaíso, ni quién construyó una carretera o una escuela. Lo que sí importa es que seamos capaces de entender a Chile como una continuidad histórica por cuyo desarrollo estamos trabajando. Lo demás es mezquindad política. Estoy cierto de que ninguno de nosotros tiene esa mentalidad pequeña que tanto daño hizo al país en el pasado. No se trata de que Valparaíso y la Quinta Región sean las favorecidas, sino de que Chile entero ha tomado realmente el rumbo que siempre debió tener y que no es otro que el Océano Pacífico que baña nuestras costas. ¡Ese es el desafío de Chile! ¡Eso significa el Congreso en Valparaíso! ¡Démosle una oportunidad a esta ciudad! Por ello, nos oponemos a seguir dilatando un pronunciamiento y a formar cualquier comisión. Este edificio debe concluirse y contar con el apoyo irrestricto de todos los parlamentarios y del gobierno de Chile. Así, no recibiremos el repudio ciudadano por no haber sido capaces de darles una oportunidad de progresar a Valparaíso, a esta Región y a las Regiones del país. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado Long- ton. El señor LONGTON.- Señor Presidente, señores Diputados: Admito que la decisión del funcionamiento del Congreso en Valparaíso fue una determinación de un Gobierno autoritario, en el cual los Poderes Ejecutivo y Legislativo actuaban con un solo criterio, el cual, en septiembre de 1987, determinó que la sede del Poder Legislativo se estableciera en Valparaíso. El hecho de que tal medida sea cuestionable, desde el punto de vista democrático, por la forma en que se impuso al país, no significa necesariamente que ella sea desacertada, porque conlleva en su concepción, desde la perspectiva político-administrativa, significativos elementos descentralizadores y regionalizadores. Casi todas las corrientes políticas chilenas concuerdan, en términos generales, en que el territorio nacional debe ser efectivamente descentralizado y regionalizado. Así, por ejemplo, el actual Ministro de Minería afirmó, hace algún tiempo, que el establecimiento del Congreso en Valparaíso era el primer intento serio de regionalización realizado por el régimen anterior. La existencia del edificio del Congreso Nacional en esta Región constituye una realidad. Además, resulta obvio afirmar que el Senado y la Cámara de Diputados ya se encuentran sesionando y funcionando en esta etapa de democratización del país, cumpliendo así con las tareas que el Poder Ejecutivo, en el legítimo ejercicio de sus facultades, le ha encomendado el Legislativo en este período extraordinario, ágil y fluido. Por otra parte, la interrelación de ambos Poderes no ha sufrido deterioro alguno. Hemos contado, en este edificio, con la presencia de Ministros y Subsecretarios para exponer sobre materias de orden legislativo. A su vez, la diferentes Comisiones de este Parlamento ya han sesionado en la ciudad de Valparaíso y desarrollado las tareas propias que, como tales, les corresponden. Estos hechos demuestran que el traslado del Congreso a la Quinta Región no ha provocado un efecto traumático que impida su buen funcionamiento. En efecto, los señores parlamentarios han aceptado, como una situación de hecho, la realidad del funcionamiento del Congreso en esta ciudad. Ninguno de nosotros ignora la enorme suma de dinero invertida en este edificio y la que falta por gastar. Además, debe considerarse el contrato vigente, sometido a fuertes multas en caso de incumplimiento. Esto nos debe llevar a meditar profundamente. Si se están invirtiendo 50 millones de dólares o más, éstos no se pueden despilfarrar dejando abandonado un edificio de estas características para ocuparlo, posteriormente, con otro organismo. Somos un país subdesarrollado que no puede permitirse tales lujos. Sabemos que el Gobierno está empeñado en recaudar alrededor de 700 millones de dólares, para atender las urgentes necesidades sociales de la población. De ahí que aceptar el abandono de este edificio e invertir en habilitar otro en Santiago, resulta incongruente e inconsecuente. Ningún chileno podría entender esto. La ciudadanía espera que nosotros actuemos con equidad, coherencia y justicia, y que no malgastemos los esquivos recursos de que disponemos. Señor Presidente, la misión de todo parlamentario consiste en orientar al país hacia el bien común. Entendemos éste como el conjunto de condiciones básicas que un Estado debe promover y otorgar a sus ciudadanos para lograr su más pleno desarrollo espiritual y material. No promueve el bien común dejar de lado o no entender la realidad de hecho: el Congreso está funcionando en Valparaíso. Lo contrario nos lleva al mal común. En este sentido, concuerdo plenamente con el Diputado señor Cornejo y con Monseñor Prado. Su Santidad Juan Pablo II, en su Encíclica "Reconciliación y Penitencia", nos dice que "el pecado, la culpa o falta, en sentido verdadero y propio, es siempre un acto de la persona, porque es un acto libre de la persona individual, y no precisamente de un grupo o de una comunidad. En cada hombre no existe nada tan personal e intransferible como el mérito de la virtud o la responsabilidad de la culpa". Según ese documento, al no actuar así, se cometerá 'un pecado social, reconociendo que en virtud de una solidaridad humana, tan misteriosa e imperceptible como real y concreta, el pecado de cada uno repercute en cierta manera en los demás. Y continúa Juan Pablo II diciéndonos: "Podrá ser social el pecado de obra u omisión por parte de dirigentes políticos, económicos y sindicales que, aun pudiéndolo, no se empeñan con sabiduría en el mejoramiento o en la transformación de la Sociedad según las exigencias y las posibilidades del momento histórico". Por lo tanto, romper con el centralismo, asentar la regionalización y no seguir gastando dinero en desmedro de los más necesitados, es lo que debemos conseguir, señor Presidente. Finalmente, Su Santidad Juan Pablo II concluye expresando que "hablar de pecado social, aunque sea en sentido analógico, no debe inducir a nadie a disminuir la responsabilidad de los individuos, si no que quiere ser una llamada a las conciencias de todos para que cada uno tome su responsabilidad, con el fin de cambiar seria y valientemente esas nefastas realidades y situaciones intolerables". Estamos por los cambios, señor Presidente. El tema que nos ocupa reviste ese carácter, pues si el Congreso se queda en la Quinta Región, habremos dado un gran paso. Rechazamos la iniciativa de crear una comisión, cuya única finalidad sería la de dilatar una decisión tan importante. Por ello, solicitamos que esto se resuelva hoy, en esta sesión. Lo contrario constituiría un grave error. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Alamos. El señor ALAMOS.- Señor Presidente, éste es un debate elevado en el cual, no dudo, todos los presentes están velando, en especial, por el interés general del país. Las preguntas son: ¿Se puede legislar con eficiencia desde Valparaíso? ¿Con qué costos de tiempo y dinero? Para contestar, debemos suponer que el edificio en el que nos encontramos funciona con toda la implementación proyectada y con el personal idóneo que requiere y posee. En caso de trasladarse a Santiago, habría que pensar en condiciones similares. Cabe, entonces, preguntar: ¿dónde estamos más cerca de conseguirlo? Sin duda, en esta sede, cuyas obras fundamentales, en el transcurso del año, deben entregarse en su totalidad. ¿Qué haríamos en Santiago? ¿Remodelar el antiguo edificio? ¿Construir una torre en el sitio contiguo a él? ¿Otra torre en el centro de Santiago? Sólo el estudio del proyecto demandaría varios meses. También habrá que analizar los costos de funcionamiento. No los conozco. No tengo dudas respecto de las cifras que ha dado la Diputada señora Caraball; pero también hago fe en las muchas cifras entregadas y en los argumentos expuestos por don Modesto Collados, persona ampliamente respetada en todo el ámbito nacional. No tengo ninguna duda de que, si se ocupan todos los sistemas que la técnica moderna pone a disposición de una institución de esta categoría, ellos serán similares. Tal vez, la sala de video-conferencia -que, por lo demás, ya está en uso-, se podría obviar; pero ¿qué puede haber de comparable al costo de desechar lo construido y hacer algo nuevo en Santiago, por reducido que esto sea? Se menciona, como alternativa de uso de este edificio, ocuparlo como sede del Parlamento Latinoamericano. Me gustaría saber qué pensaría el hombre común de trabajo de toda Latinoamérica, en especial el chileno, si se adoptara ese camino. Nuestra gente quiere soluciones pragmáticas a sus problemas. No es el momento de manifestar mi opinión en cuanto al quehacer de esa entidad parlamentaria. El costo de funcionamiento del Congreso tendrá mayor o menor incidencia, según la calidad de la legislación que se dicte. Deseo puntualizar algunos aspectos, entre muchos otros, que me parecen importantes: Se dan diferentes argumentos, los cuales comparto, sobre la importancia que tiene para la regionalización del país el Congreso en Valparaíso. Uno de ellos, muy importante, radica en señalar que tendremos la posibilidad de reunimos, cada vez que sea necesario, los Diputados y los Senadores de una misma Región, para debatir nuestros problemas. Al trasladamos a Santiago, estaremos mucho tiempo en oficinas repartidas en distintos lugares, como fue siempre, donde sólo nos veíamos en las horas de trabajo de Comisiones y de Sala. Al estar el Congreso en Santiago, seguirá la tradicional tendencia de la capital a controlar la situación de muchas necesidades de las Regiones. De ahí que todo lo que hagamos por descentralizar el país es positivo. Las necesidades de las provincias deben ser estudiadas y, ojalá, solucionadas en las Regiones. El Congreso en Valparaíso ayudará en forma positiva a que ello suceda. Resulta interesante, sin duda, la idea, que está surgiendo, de crear oficinas del Congreso en Regiones. Considero mucho más útil, para quienes somos parlamentarios de provincias, abocamos a analizar esa posibilidad y no él gigantesco gasto que significará reinstalamos en Santiago. No tengo tiempo para analizar los muchos y razonables argumentos que se aducen para mantener el Congreso en Valparaíso. Sin duda, trabajar en un medio ambiente sano, en un lugar cómodo y adecuado para ello, donde podamos tener todos los elementos técnicos y modernos necesarios, permitirá, que tanto los parlamentarios como los funcionarios puedan desempeñar su tarea en forma más positiva. Ello posibilitará que la democracia pueda manifestarse en toda su expresión, como es el deseo de quienes estamos en esta Sala. En verdad, estimados colegas, la opinión pública no comprenderá jamás, y con toda razón, que se traslade el Congreso Nacional a Santiago sin haberle dado la oportunidad de que funcione en la Quinta Región. Señor Presidente, ¿cuántos minutos me restan? El señor VIERA-GALLO (Presidente).- A la bancada de Renovación Nacional le quedan diez minutos de su tiempo total. El Comité debe decidir si lo divide o lo utiliza de una sola vez. El señor ESPINA.- El tiempo va a ser dividido. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- En ese caso, ha concluido el tiempo de la primera intervención de la bancada de Renovación Nacional. Corresponde hacer uso de la palabra al grupo parlamentario del Partido Socialista y del Partido por la Democracia. Tiene la palabra el Diputado señor Schaulsohn. El señor SCHAULSOHN.- Señor Presidente, este debate -del cual somos protagonistas hoy en la Cámara de Diputados-, encierra, desde luego, una gran ironía, porque estamos deliberando sobre cuál debe ser la sede del Congreso Nacional. Lo hacemos en el hemiciclo de un edificio que es el del Congreso Nacional, el que está en construcción. Lo hacemos en circunstancias de que hay una ley que fija como sede del Congreso Nacional la ciudad de Valparaíso, y lo hacemos, como señalada con razón el Diputado señor Longton, cuando las Comisiones ya están funcionando aquí, en la ciudad de Valparaíso. Es obvio que el único motivo por el cual nos vemos enfrentados a una situación de esta naturaleza consiste en que llevamos sólo 20 días de democracia, tras un gobierno que durante 16 años no consultó a la opinión ciudadana para medidas ni de pequeña ni de gran envergadura. Es cierto que se ha invertido una gran cantidad de dinero. También comparto la opinión del señor Longton, en el sentido de que el hecho de que la decisión sobre la sede del Congreso haya sido tomada por un gobierno ilegítimo, no nos puede hacer olvidar que estamos frente a una realidad: hoy día el Congreso está funcionando en Valparaíso. Pero el tema de fondo no es en qué ciudad puede funcionar el Congreso, porque puede ser instalado en cualquier lugar: en Santiago, en Concepción, en Arica o en Punta Arenas. El tema de fondo es qué es mejor para el adecuado funcionamiento de un sistema democrático, que hoy día recuperamos tras 16 años de lucha. ¿Dónde debe estar el Parlamento más eficaz? El análisis de ese tema, señor Presidente, no puede efectuarse separando el Legislativo de los otros Poderes del Estado, porque la democracia se administra así, con tres Poderes que, siendo distintos, se "chequean" y se fiscalizan mutuamente. Y no es casualidad, que, con excepción de Sudáfrica, no haya ningún país en el mundo en que el Poder Legislativo esté ubicado a considerable distancia de la sede del Poder Ejecutivo. Siendo así las cosas, debemos debatir -y lo estamos haciendo de buena manera, de lo cual me congratulo-, sobre cuál es la mejor alternativa para que nuestra democracia naciente florezca, porque estoy seguro de que los parlamentarios de todas las bancadas quieren, al igual que nosotros, un Parlamento eficaz. Y me atrevo a establecer un principio, con el cual, probablemente, muchos estarán de acuerdo: lo ideal, lo óptimo, lo deseable, es que el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo funcionen en la misma ciudad. Creo que en ello hay consenso en esta Cámara, y también en el Senado, porque lo ha habido durante decenios en todas las constituciones democráticas del mundo, incluyendo las nuestras de 1925 y de 1980, en las cuales, asimismo, se consagra que los Poderes deben funcionar en una misma ciudad. ¿Y qué hemos propuesto, señor Presidente? También cabe señalar que éste es un debate en el que se han mezclado muchas cosas. Me atrevo a hacer una segunda afirmación. A través del debate de hoy y de los que se han efectuado durante las últimas semanas -a veces con pasión, en otras con amenazas, en algunas con injurias-, sobre la sede del Congreso, lo que trasunta es el grito de una Región abandonada durante 16 años por una dictadura que ha destruido la estabilidad y la prosperidad de Valparaíso. Lo digo con conocimiento de causa, porque viví en este puerto durante los años de mi infancia. ¡No mezclemos las cosas! Me atrevo a hacer una tercera afirmación, señor Presidente. Aquí hay un gran mito para la ciudadanía de la Quinta Región: si la mayoría del Parlamento quiere quedarse en esta ciudad, aquí nos vamos a quedar, y trabajaremos con lealtad para que el Parlamento funcione normalmente. Pero en dos años más los porteños se van a dar cuenta de que las promesas de prosperidad de algunos que, hasta ayer, los ignoraron, no son ciertas, pues no se materializarán. Porque -pensémoslo desapasionadamente-, 120 Diputados, 40 Senadores y un puñado de funcionarios en un edificio grande -no sé si bonito; pero, por lo menos, cómodo cuando esté terminado-, sin duda no darán prosperidad a la Quinta Región. Ese es uno de los antecedentes que debemos estudiar, y de ahí que también propongamos la formación de una comisión. No se trata de dilatar una decisión. Aprendamos a debatir sin ver segundas intenciones. Yo he propuesto un proyecto de acuerdo que rechazaron aquellos que hoy enarbolan la defensa de la Quinta Región. ¿Y qué decía, señor Presidente? No planteaba el traslado de la sede del Congreso a Santiago, sino, sencillamente, agregaba un inciso a la ley vigente -y pensémoslo porque lo estimo razonable-, en virtud del cual se facultaba a las Cámaras para reunirse también en Santiago, mientras la sede del Poder Ejecutivo no se traslada a Valparaíso. Me atrevo a hacer una cuarta afirmación, señor Presidente: yo comprometo a la bancada del Partido por la Democracia, del Partido Socialista, de la Izquierda Cristiana y del Partido Humanista, para luchar con ahínco por traer también a Valparaíso la sede del Poder Ejecutivo, caso en el cual el inciso transitorio que hemos propuesto quedaría automáticamente sin efecto. Porque ése es el problema de fondo. Aquí no estamos debatiendo si el Congreso se queda o si se va. Y se han equivocado aquellos que han pretendido darle al debate ese cariz. En efecto, los Honorables Diputados de la Unión Demócrata Independiente, de Renovación Nacional, del Partido Radical, de la Democracia Cristiana, los Independientes y nosotros, estamos deliberando aquí sobre lo que es mejor para el país. Por último, sostengo que lo mejor para el país es que los Poderes Ejecutivo y Legislativo funcionen en la misma ciudad. Y afirmo que mientras el Ejecutivo no se traslade a Valparaíso, es bueno para Chile, para la Quinta Región, para Punta Arenas, como también para Santiago y Arica, que el Congreso se reúna en el antiguo edificio que poseía; que no cuesta dinero habilitarlo, y que le fue malamente usurpado por las autoridades del régimen anterior. Gracias, señor Presidente. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Habiendo terminado el primer tumo de la bancada del Partido Socialista y del Partido por la Democracia, corresponde el uso de la palabra al Comité de la Unión Demócrata Independiente. Tiene la palabra el Diputado señor Víctor Pérez. El señor PEREZ (don Víctor).- Señor Presidente, desde la primera sesión plenaria de esta Honorable Cámara, los parlamentarios de la Unión Demócrata Independiente manifestamos, en su seno, a la Región y a todo el país que éramos decididos partidarios de que el Congreso Nacional funcionara en la comuna de Valparaíso, en la Quinta Región. Y lo hicimos convencidos de que ésa no es solamente una aspiración de esta Región y de esta comuna, sino que es un anhelo de todos los chilenos que, hoy día, sufren, en mayor o menor grado, los estragos del centralismo: Quienes viven en provincias ven cómo la capital, cómo la Región Metropolitana, crece cada día a costa del esfuerzo de todos y cada uno de los chilenos. El tema de fondo para todos los chilenos, sin duda, es que el país se desarrolle y programe en forma equilibrada. Para ello requiere de Gobiernos, de Parlamentos eficientes que lleven adelante con patriotismo y dedicación sus importantes tareas. La principal tarea que ha concitado el consenso de todas las fuerzas políticas, es el desarrollo equilibrado del país; es profundizar, por medio de nuestros esfuerzos, el proceso de regionalización; es profundizar, mediante nuestra acción, el proceso de descentralización. Eso, señor Presidente, no solamente se logra a través de leyes, de proyectos y de obras. El desarrollo equilibrado del país se obtendrá con la creación de una mentalidad regionalista y descentralizadora; se logrará cuando todos los chilenos estemos conscientes de que la persona que vive en Santiago, en algunas de las comunas de la Región Metropolitana, es tan importante como aquella otra que reside en provincia, en otra Región. Y esa mentalidad se crea con hechos y actitudes. Yo me pregunto aquí, en esta Honorable Cámara, ¿qué mayor hecho, qué mejor actitud, que trasladar un Poder del Estado para hacerlo funcionar en una Región distinta de la de Santiago? Sin duda que será un paso importante el generar esa mentalidad, el plasmar esa conciencia regional, el concretar esa voluntad política, que posibilite que Chile se desarrolle en forma equilibrada. Hará posible que nosotros, los parlamentarios, los representantes de la comunidad nacional, legislemos con la visión de una Región, de una comuna, de un país distinto del país que es Santiago; con la visión que tienen más de siete millones de chilenos -la gran mayoría de la población-, que viven en regiones, en provincias y en comunas distintas de las de la Región Metropolitana, y que, día a día, contribuyen por medio de su trabajo en el mar, en el campo, en las minas, a que el país crezca y se desarrolle; pero que ven con frustración que la metrópoli, la gran capital, es la que, en definitiva, se lleva el beneficio. Es esa mentalidad, esa conciencia, la que nosotros vemos plasmada al instalar el Congreso Nacional en Valparaíso. Es esa voluntad política la que queremos consolidar, manteniendo el Parlamento en esta ciudad. Estimamos que el proyecto de acuerdo presentado por los parlamentarios de la Concertación, sólo dilata el tema, postergando su decisión definitiva, razón por la cual lo rechazaremos. La ley establece que el Congreso Nacional debe funcionar en Valparaíso. En consecuencia, aquellos que quieren modificarla o alterarla deben plantearlo derechamente y no diluir el tema. Ello permitiría, por sobre todas las cosas, definir el tema y la posición de la Cámara de Diputados. El país no admite mayores dilaciones, pues requiere que los parlamentarios nos aboquemos a los temas de fondo, entre los cuales, como decía el Diputado señor Cornejo, éste no es el asunto principal: es accesorio. Despejemos este tema secundario en el día de hoy y aboquémonos al estudio de las materias que realmente le preocupan al chileno, a todos los habitantes de este país, y, principalmente, al problema del desarrollo equilibrado de la Nación, el cual sólo se logra a través de esa conciencia política que he mencionado, materializada -repito- en la instalación del Congreso Nacional en Valparaíso. La actitud de mantenerlo en esta ciudad es la mejor arma, la mejor voluntad, la mejor fuerza, para lograr esa conciencia política que todos anhelamos. Señor Presidente, en nombre de los parlamentarios de la Unión Demócrata Independiente rechazamos el proyecto de acuerdo presentado por la Concertación, cuyas razones no compartimos, y solicitamos que el tema sea resuelto en el día de hoy. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Carlos Recondo. El señor RECONDO.- Señor Presidente, señores Diputados, la insistencia, por parte de algunos señores parlamentarios de los partidos de Gobierno, en negar la posibilidad de que el Congreso Nacional tenga su sede definitiva en la ciudad de Valparaíso, nos ha llevado a discutir el tema más allá del tiempo necesario y prudente, al punto de tener que destinar una sesión especial para su análisis. Los habitantes de las 12 Regiones, del sur y del norte, no comprenden la razón de tan larga discusión, toda vez que existe una ley que determina el lugar de dicha sede. Como Diputado por el distrito quincuagésimo sexto, de la Décima Región de Los Lagos, y en representación de los parlamentarios de la Unión Demócrata Independiente, deseo manifestar el sentimiento de los millones de chilenos que vivimos en Regiones, sobre todo en las más distantes de la capital, que hemos luchado tenazmente no sólo contra los desafíos rigurosos de la naturaleza, sino también contra el enemigo más inclemente, cual es el excesivo centralismo que, reiteradamente, nos ha negado los recursos presupuestarios que requiere el desarrollo económico de nuestras Regiones. El proceso de regionalización, iniciado sólo en los últimos años, debemos acentuarlo en forma decidida, pues es de nuestra responsabilidad cambiar ese espíritu e idiosincrasia centralistas. La instalación del Congreso Nacional en Valparaíso apunta exactamente hacia ese objetivo. Durante la campaña electoral existió consenso, entre los candidatos de los distintos partidos y listas, sobre la necesidad de generar un desarrollo equilibrado del país. Ello se logra profundizando el proceso de regionalización. Por último, señor Presidente, hemos sido elegidos parlamentarios por nuestra vocación de servicio a la comunidad e interés por la solución de sus problemas. Esa vocación de servicio debe ser demostrada nuevamente hoy y manifestada a través de nuestra voluntad de superar incomodidades personales transitorias, en beneficio del gran objetivo nacional que es la regionalización. Meditemos y reflexionemos sobre este hecho. Por lo tanto, la Unión Demócrata Independiente rechaza el proyecto de acuerdo destinado a crear una comisión especial para seguir discutiendo el tema. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Corresponde hacer uso de su tiempo al Comité Radical. Tiene la palabra el Diputado señor Campos. El señor CAMPOS.- Señor Presidente, el Comité de los Diputados radicales y socialdemócratas estima que, por no estar involucradas en la materia en debate cuestiones de principios, no procede que adoptemos acuerdos colectivamente y, por ende, ha entregado a la conciencia de cada uno de sus integrantes la adopción de la decisión que considere más conveniente para los intereses de la Patria y, en particular, del Congreso Nacional. A nuestro modo de ver, el fondo del problema es una cuestión de operatividad y de funcionalidad de la labor parlamentaria. Aquí se trata de determinar en qué lugar se desarrolla en mejor forma la actividad legislativa; o dicho de otro modo, en qué punto de la República, los Diputados podemos cumplir en términos más expeditos e idóneos con nuestra labor parlamentaria. A respecto, debemos tener presentes tres grandes consideraciones: En primer lugar, no hay que olvidar que en nuestro ordenamiento constitucional existe un sistema de colegislación, en que es tan legislador el Poder Ejecutivo como el Congreso Nacional. Este sistema de colegislación exige y requiere de una relación permanente entre ambos Poderes del Estado. Por lo tanto, considero que el funcionamiento del Congreso en un lugar distinto de aquél en que tiene su asiento el Poder Ejecutivo no facilita esta actividad legislativa. En segundo lugar, hay que tener presente que esta Honorable Cámara es, en esencia, fiscalizadora de los actos del Ejecutivo, y es obvio que esta labor también se ve entrabada cuando el Congreso tiene su asiento en un lugar distinto del que tiene el Poder Ejecutivo. Por último, señor Presidente, no hay que olvidar tampoco que la labor parlamentaria no se agota en la actividad legislativa. La mayoría de las iniciativas que cada uno de los señores Diputados aquí presentes pretende desarrollar en favor de sus regiones no la van a obtener legislando desde este hemiciclo. La mayoría de las iniciativas que favorecen a nuestras Regiones y que nos están solicitando las comunas y distritos que representamos necesariamente las vamos a obtener en los Ministerios, en las Subsecretarías y en las Intendencias. Este es, a nuestro modo de ver, el fondo de la cuestión: es un problema de operatividad, en un problema de funcionalidad. De ahí que sea conveniente desprenderse de todas las cargas ideológicas, de todas las cargas emocionales y de todos los prejuicios que han rodeado este debate. Es necesario ir despejando algunos mitos que se han levantado en tomo al tema. Es equivocado decir que detrás de la idea del funcionamiento del Congreso en Valparaíso existe una idea de descentralización. La descentralización es una cosa distinta. Descentralización significa entregarles a las autoridades intermedias, fundamentalmente a las autoridades regionales, una verdadera esfera de competencia para conocer y resolver cuestiones de su interés. Si queremos descentralizar la actividad legislativa, necesariamente tenemos que pensar en la existencia de Parlamentos regionales o, a lo menos, de oficinas del Congreso Nacional en las Regiones. No porque el Poder Ejecutivo esté en Santiago, el Poder Legislativo en Valparaíso y la Corte Suprema en Concepción, el país se va a descentralizar. Continúa tan centralizado como lo ha estado hasta la fecha. Ese es un mito, señor Presidente. N También se debe desechar el mito de que se pretende descalificar la idea de que el Congreso funcione en Valparaíso con el propósito de descalificar al autor de esta iniciativa. Es posible que este edificio sea el fruto de la mente de un César, de un Augusto o de un Cincinato, que quiso que su nombre quedara inmortalizado bajo las planchas de mármol de Carrara; pero no descalifica la iniciativa; no por eso la debemos rechazar. Ese argumento no es válido para descalificar el funcionamiento del Congreso en esta ciudad. Por último, señor Presidente, no podemos jugar con las. esperanzas, con los anhelos o con las frustraciones de la comunidad porteña. Son muchas sus frustraciones; es mucha la postergación a la que ha estado sometida durante estos 16 años, pero bien sabemos que el desarrollo económico de esta Región no depende de que el Congreso funcione en esta ciudad. Por eso, adherimos al proyecto de acuerdo presentado, para que este tema sea analizado y discutido en profundidad por la comisión especial que se ha sugerido. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Corresponde, ahora, hacer uso de la palabra, en su segundo turno, al Comité Demócrata Cristiano, que dispone de 11 minutos. Tiene la palabra el Diputado Latorre. El señor LATORRE.- Señor Presidente, los colegas Diputados de la UDI y de Renovación Nacional han optado por el intento de obtener dividendos políticos al exacerbar en la población de la Quinta Región su obvia y positiva disposición de que la sede del Congreso Nacional permanezca en Valparaíso. Se argumenta que la finalidad del proyecto de acuerdo es dilatar una decisión, sin hacer referencia a la circunstancia de que resolver sobre la sede de funcionamiento del Congreso Nacional es una atribución soberana de los parlamentarios -como siempre la ha sido-, y el hecho evidente es de que la creación de una comisión especial no innova respecto de la norma legal que fija en la actualidad la sede del Congreso Nacional en Valparaíso. La acusación de que pretendemos dilatar la decisión es, en consecuencia, antojadiza, y sólo busca dividendos políticos coyunturales. Se habla de darle una oportunidad a Valparaíso. La comisión cuya constitución proponemos no impide esa oportunidad ni la afecta. Muy por el contrario, busca armonizar todos los aspectos de fondo involucrados en la decisión, a saber: dignidad correspondiente al ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Poder Legislativo; criterios referentes a la necesaria descentralización administrativa y política de la Nación; desarrollo regional armónico, tanto en lo económico como en lo social; evaluación de los costos involucrados en la construcción de la sede del Congreso Nacional en Valparaíso. Por otra parte, el término de la construcción significará un costo total aproximado de 74 millones de dólares. Casi el 13 por ciento de lo que el Gobierno espera recaudar con el total de la Reforma Tributaria. Las aspiraciones y esperanzas de la Quinta Región hubieran sido mucho más viables si esos 74 millones de dólares se hubieran invertido en proyectos productivos. Con todo respeto, pregunto a mi querido Obispo de Valparaíso, Monseñor Prado, ¿quién cometió el pecado social? Cómo me gustaría que a mi distrito, de Colchagua y Cardenal Caro, abandonado durante 16 años y medio, pudiera haber llegado la cincuentava parte de esa cifra. Estoy entre aquellos que dentro de mi bancada y públicamente, han expresado sus dudas sobre las alternativas que hoy día se debaten. Sin embargo, no sólo los Diputados tenemos algo o mucho que decir. Al respecto, considero importante conocer la opinión del Senado. No sirven los acuerdos que después no sean viables. De allí nuestro esfuerzo por lograr en esta materia un acuerdo, unánime en lo posible, de todas las bancadas. El apresuramiento de las decisiones no es hoy necesario ni justificable, salvo lo señalado al comienzo de mi intervención, en el sentido de que los señores parlamentarios de la UDI y de Renovación Nacional han preferido optar por el camino fácil de intentar un dividendo político frente a la comunidad de la Quinta Región. Tendremos muchas oportunidades para demostrar sus inconsecuencias, y lo que hicieron o no hicieron en los casi 16 años y medio de gobierno dictatorial. En consecuencia, reafirmamos nuestro respaldo a la moción unánimemente presentada por los Comités de la Concertación, en el sentido de crear una comisión que, en el plazo de 45 días, emita un informe al plena- rio, en el que se ponderen todos los aspectos de fondo señalados en sus considerandos y que permita objetivar el debate y la decisión que sobre este tema deba adoptarse. En lo posible, esta Comisión que constituye una posibilidad razonable de solución, debe ser conjunta con el Senado, incluyéndose para dicho efecto un número similar de Senadores para conformarla en tal calidad. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Hernán Rojo. El señor ROJO.- Señor Presidente, éste no es un problema de Gobierno o de Oposición. Este es un problema que debemos resolver soberanamente. Por mi parte, no obstante ser Diputado por Santiago Sur, soy partidario de la mantención del Congreso en la ciudad de Valparaíso. Sin embargo, debo manifestar que llegamos a esta sesión sin los antecedentes suficientes para resolver sobre una materia que interesa a todo el país. Era previo conocer en su integridad los antecedentes del proyecto, los dineros invertidos y la forma en que se han efectuado las adjudicaciones de las propuestas. Necesitamos conocer el estado del edificio en Santiago y el valor que representaba la construcción de las oficinas de los parlamentarios, de sus dependencias y de los estacionamientos de vehículos. Hoy, faltando a las normas elementales de todo juicio, debemos resolver. Frente a esta realidad, debo pronunciarme, y como , democratacristiano, donde existe una verdadera democracia que permite actuar y resolver en conciencia, manifiesto que estoy por mantener el Congreso Nacional en Valparaíso y que estoy por constituir una comisión especial. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Eugenio Ortega. El señor ORTEGA.- Señor Presidente, se ha dicho que estamos por dilatar esta decisión. Quiero subrayar que es ésta la primera vez que una rama del Congreso Nacional, la Cámara de Diputados, trata el tema. Para cualquier proyecto se requiere un trabajo de Comisión. En un tema que toca al funcionamiento de un Poder del Estado me parece que no es correcta la posición de la UDI y de Renovación Nacional, de no sumarse unánimemente a un trabajo sereno y reflexivo, que posibilite este análisis en profundidad sobre el importante tema en cuestión. El Diputado señor Alamos ha dicho que él no conoce los costos de funcionamiento del Congreso. Precisamente, de lo que se trata es de analizar ese costo y la eficacia de la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. ¿Cómo deben entonces, actuar los parlamentarios, especialmente de Regiones, para que nuestra función de representación sea cumplida con eficiencia? Sobre el tema de la sede, uno de los argumentos que se han dado para respaldar la actual, es la necesidad de profundizar la regionalización. Nosotros coincidimos en que éste es un tema de primera importancia. La pregunta es clara: ¿cómo el Parlamento puede servir a ese proceso, sin que se contradiga en sus funciones esenciales? Este es un tema urgente y necesario que justifica la creación de la comisión que se propone en el proyecto de acuerdo. Creemos que este análisis tiene aún más justificación cuando estudios de planificadores urbanos consideran que existe una tendencia a la creación de una gran megápolis conformada por la Zona Metropolitana y la Quinta Región. Hay quienes hemos planteado, y ha sido sugerencia de esta bancada, la necesidad de que se regionalice el Parlamento con sedes en todas las cabeceras de las diferentes Regiones. Por lo tanto, nosotros queremos un debate a fondo sobre la regionalización del Parlamento y su relación con otros Poderes. La estructuración de los Poderes del Estado, su necesaria complementación, la urgente necesidad de esta regionalización, es un debate abierto que no se puede definir en una-sesión de este Congreso, sobre todo cuando necesitamos saber la opinión de la otra rama del Congreso, como es el Senado. Por eso, como se trata de un primer debate y hemos recién comenzado nuestra relación mutua entre bancadas distintas, ensayando una creación de confianza mutua, la bancada democratacristiana, solicita el respaldo de todos los señores Diputados, tanto de aquellos que están por la sede de Santiago como los que están por la sede en Valparaíso para aprobar, ojalá por unanimidad, la creación de esta Comisión, a fin de que analice el tema en profundidad. No resulta una proposición dilatoria frente a un lapso de 16 años en que no se produjo debate alguno, lapso en el cual muchos de los que están aquí presentes no promovieron ni dieron argumentos para la creación de las condiciones democráticas que entonces eran urgentes. Ahora en una sesión quieren agotar un tema de importancia nacional. Pero el problema de la regionalización compete a todas las Regiones del país y la sede del Congreso en Valparaíso no agota el problema de la Regionalización. Es un problema de mucho más profundidad, que requiere de un debate sereno, de un análisis objetivo. Eso es lo que proponemos. Nuestra intención, la reiteramos, es acoger en toda su extensión las demandas de Valparaíso, como lo señaló el Diputado Schaulsohn. Creemos que los problemas de esta ciudad son urgentes; pero sabemos que no necesariamente este edificio traerá todo el desarrollo que ella y la Quinta Región requieren. Por eso, señor Presidente, queremos buscar un acuerdo, y buscarlo en profundidad, para que el tema de la sede del Congreso no sea recurrente, sino que genere un gran consenso en el Parlamento, que le dé estabilidad a la decisión definitiva, porque la actual no fue consultada y porque hay preguntas que han sido aquí planteadas y no han sido respondidas precisamente por las bancadas de Renovación Nacional y de la Unión Demócrata Independiente. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Corresponde hacer uso de la palabra, por 10 minutos, a la bancada de Renovación Nacional. Tiene la palabra el Diputado señor Francisco Bayo. El señor BAYO.- Señor Presidente, Honorable Cámara, en la sesión del martes pasado el parlamentario que habla hizo un llamado para que esta Cámara diera ejemplo a la ciudadanía de un proceder pleno de racionalidad, en que se legislara sin ideologismos, en que se emitieran opiniones fundadas, racionales y no emocionales, en que se discrepara con altura de miras, en el marco de las buenas costumbres y de la buena educación. Debemos tener presente ese llamado al decidir sobre la materia que hoy día está en discusión, sin caer en las liviandades con que algunos personeros han enfocado el tema. El tratamiento que Su Señoría y el Presidente del Senado le han dado es la mayor garantía para nuestro mejor resolver. Como uno de los pocos parlamentarios con algo de experiencia en el quehacer legislativo del pasado y, además, representante de un distrito ubicado en el sur del país, el 48, creo estar en buenas condiciones para opinar con la tranquilidad que da el no pertenecer a la Quinta Región ni tampoco a la Región Metropolitana. Puedo decir, por ejemplo, que hay un mundo de diferencias entre un edificio moderno, amplio, estructurado funcionalmente, adecuado para legislar en el siglo XXI, y el hermoso, vetusto y señorial monumento nacional, que es el edificio del Congreso en Santiago. Fuimos testigos de sus deficiencias en 1973. Aquí se ha planteado la conveniencia de sesionar en el antiguo edificio. Pero ya en la década del 40, los parlamentarios de la época expresaban su preocupación por el estado que presentaba. Posteriormente, el ex Senador, don Tomás Pablo, antiguo militante del Partido Demócrata Cristiano y ex Presidente del Senado, en su libro "El Congreso Nacional visto desde la Presidencia", se quejaba amargamente de su estructura, refiriéndose a sus innumerables deficiencias, entre otras, a la estrechez de sus oficinas, y concluía en que el edificio del Congreso no servía a las necesidades legislativas. Planteaba, asimismo, la conveniencia de proceder a su reemplazo o a su complementación. Podemos decir, asimismo, que aquí está el edificio que lo reemplaza, producto de la ley N° 18.678, firmada en la Plaza Victoria en Valparaíso, en septiembre de 1987, por un Gobierno autoritario y no ilegítimo, como lo expresó en esta Sala el Diputado señor Schaulsohn. Podemos decir también que tampoco es comparable la tranquilidad de legislar de cara al mar del futuro, entregados totalmente al estudió, análisis y discusión de las materias sometidas a nuestra consideración, con el trajinar inquieto, presuroso, apremiante y estresante de un quehacer presionado por las gestiones que se realizan diariamente en la capital del país. Ya lo han comprobado innumerables Ministros, Subsecretarios, Embajadores y autoridades que nos han visitado en las dos y media semanas de funcionamiento. Aquí se puede trabajar tranquilamente. Si queremos dignificar nuestra labor, legislemos y no gestionemos. Por último, la fuerza de los hechos nos indica que el Congreso debe funcionar en Valparaíso, no sólo porque así lo dispone una ley, sino porqué esta capital del Pacífico Sur se merece la oportunidad de demostrar que es capaz de permitir el legislar desde ella en beneficio de toda la Nación. Una somera observación nos permite apreciar el avanzado estado de construcción del edificio, con una inversión superior a los 50 millones de dólares. Efectivamente, existen los problemas propios de una obra en vías de terminación, pero ellos son transitorios. El señor Subsecretario de Obras Públicas, después de visitarlo, ha dicho que "el edificio está en condiciones de atender las necesidades de los parlamentarios en forma creciente, y lo estará cada vez más". Las campañas orquestadas, la información distorsionadora, la descalificación de intenciones, el proyecto de acuerdo presentado hoy día por la Concertación, no tienen otro objeto que sembrar confusión. No fuimos nosotros los que pedimos esta sesión especial para debatir el problema. Si las bancadas de Gobierno no disponían de los antecedentes suficientes para decidir, no debían haberla solicitado tan urgentemente. Señor Presidente, los parlamentarios de Renovación Nacional anhelamos el desarrollo armónico del país. Vemos en el perfeccionamiento del proceso de regionalización un objetivo prioritario que materializa la dispersión del poder político, económico, social y administrativo, tradicionalmente centralizado en Santiago. Este proceso, obra trascendente iniciada hace 10 años, debe completarse y, aún más, simbolizarse en la mantención del Poder Legislativo en Valparaíso. Debe ser así, no porque lo pida y exija este puerto, sino porque lo piden y exigen las provincias y Regiones del país. Decidámoslo ahora. Chile así lo espera. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Claudio Rodríguez. El señor RODRIGUEZ (don Claudio).- Señor Presidente, ¿cuánto tiempo le queda a la bancada en esta segunda vuelta? El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Cinco minutos, señor Diputado. El señor RODRIGUEZ (don Claudio).- Señor Presidente, según nos hemos podido enterar a través de un medio de prensa, hace aproximadamente 40 años un grupo de Diputados de nuestra República aprobaba una moción que declaraba que era estrictamente necesario construir un nuevo edificio que albergara el Congreso Nacional, pues el que tenía, no contaba con espacio suficiente para el desempeño de las delicadas funciones legislativas. Para ello, se creó una Comisión especial de Obras Públicas, que en el año 1957 dio su aprobación al proyecto definitivo, que señalaba que el nuevo edificio estaría enclavado en un sector aledaño de la Plaza Almagro. A dicho proyecto le ocurrió lo que en nuestro país resulta usual cuando se trata de grandes inversiones: no contó con la asignación de fondos que permitieran concretarlo. Como se puede apreciar, la idea no es nueva. Algún día había que materializarla y hoy se ha dado esa posibilidad. ¿Cómo despreciar un edificio que no ha tenido la oportunidad de probar su eficiencia? ¿Quién pagará el costo de la inversión si en definitiva se abandona el edificio? Preguntas como éstas aún no tienen respuestas. La antigua aspiración de descentralizar el país es otro factor que se agrega a esta decisión. Por lo tanto, resulta lógico haber decidido su construcción en un lugar distinto de Santiago. Señor Presidente, represento a dos provincias mediterráneas de esta Quinta Región: San Felipe y Los Andes, y no deja de ser importante tener presente que un simple raciocinio debiera conducimos a oponemos a que sea Valparaíso la sede del Poder Legislativo, porque indudablemente absorberá una gran cantidad de recursos del fondo regional, que se traducirán en necesarias obras de infraestructura que adecúen el primer puerto de Chile a su nueva realidad, en contra de las legítimas aspiraciones de desarrollo de las dos provincias ya señaladas. Sin embargo, también hay que tener presente que el egoísmo no es precisamente conciliable con las ideas de desarrollo, y que lo inmediato sólo entorpece el camino al éxito de los grandes objetivos trazados; en este caso, la descentralización efectiva del país. Sabemos que deberemos esforzamos al máximo para conseguir que se sigan ejecutando obras de progreso en el valle del Aconcagua pero también tenemos conocimiento de que nuestra actual posición tendrá sus frutos en el mediano y largo plazo. Sabremos esperar, porque lo hemos hecho durante toda una vida para que se concreten los pasos que conduzcan a una descentralización efectiva, y eficaz, que beneficie a todas las provincias por igual. Que el fruto del desarrollo local quede o vuelva transformado en progreso a cada provincia. Para entender este sentimiento, largamente añorado por las provincias, hay que ser provinciano o, a lo menos, tratar de ponerse en su lugar. Por eso, y sin el menor ánimo de descalificar a nadie, es que no logro entender las posiciones adoptadas por algunos parlamentarios que representan a Regiones, que están en contra de la ubicación definitiva del Poder Legislativo en Valparaíso. Pienso que sus electores también estarán desconcertados. , Creo entender que algunos señores parlamentarios de Santiago estén porque la sede del Congreso vuelva a la capital de Chile. Al fin y al cabo, ellos representan los intereses de la metrópoli. Pero les pediría desde esta tribuna que escuchen el sentir de los habitantes de Santiago, que están mayoritariamente a favor del Congreso en Valparaíso. El centro de la capital de Chile ya no resiste más. Autoridades anteriores y actuales han hecho y hacen grandes esfuerzos por salvar la situación. No agreguemos un problema más a los que soportan los ya contaminados y congestionados santiaguinos. Señor Presidente, Honorables miembros de la Cámara, es cierto que hoy soportamos varias incomodidades, propias de un edificio en construcción. Es verdad, también, que más de algún trastorno o incomodidad nos traerá el que estén separados los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Pero nosotros hemos aceptado antes las reglas del juego y justo es que suframos hoy estas incomodidades en benefició del progreso y desarrollo parejo de toda nuestra Nación. Efectivamente, y tal como lo señaló el Diputado señor Schaulsohn, sólo en Sudáfrica están separados los Poderes Públicos, pero ¿por qué le negamos la oportunidad a que en Chile se pruebe si funciona o no, teniendo presente que las obras del Congreso están por concluir? Por último, deseo afirmar que si hoy hemos sido capaces de trasladar el Poder Legislativo, mañana no nos costará tanto trasladar el Poder Ejecutivo a este primer puerto de Chile, que mira visionario hacia la cuenca del Pacífico. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Gustavo Alessandri. Advierto a su Señoría que le resta un minuto. El señor ALESSANDRI.- Señor Presidente, como parlamentario de la Región Metropolitana y actuando en conciencia, quiero manifestar públicamente mi apoyo para que el Congreso Nacional permanezca en esta ciudad, tan importante para Chile. No quiero .recurrir, para apoyar este planteamiento, al ya muy conocido argumento de la descentralización, que ha sido suficientemente expuesto por diferentes parlamentarios, sino que quiero hacer un llamado de conciencia, por sobre nuestros beneficios personales. Nosotros somos representantes del pueblo de Chile; hemos sido elegidos para transformar su voluntad en leyes; para reservar y fiscalizar el presupuesto público, colaborando con nuestro esfuerzo a engrandecer nuestro país. Por eso, me parece una irresponsabilidad el pensar en dejar esta obra estéril, sabiendo que no contamos con suficientes recursos para damos el lujo de trasladar el Congreso Nacional de esta Región, sin ni siquiera darle la oportunidad de demostrar su buen funcionamiento. ¿Cómo podríamos explicar esta injustificada decisión a nuestros representados, si además estamos pensando en modificar la ley tributaria para resolver los problemas sociales más urgentes? Nuestra obligación es actuar con mucha mesura cuando se trate de nuestra conducta. De esta manera, señor Presidente, contaremos con todo el apoyo y el respeto del país. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Corresponde hacer uso de la palabra, en su segundo tumo, al Comité del Partido por la Democracia. Tiene la palabra el Diputado Jorge Molina. El señor MOLINA.- Señor Presidente, agradezco a la bancada de mi Partido que me otorgue el tiempo necesario para manifestar mi opinión disidente sobre el lugar en que debe quedar ubicada la sede del Congreso. Mi punto de vista es que el Congreso debe mantenerse en Valparaíso. Me parece importante que llevemos a cabo una discusión clarificadora, objetiva y, a la vez, desapasionada, de este tema. Pero considero que, ante los enormes desafíos que nos plantea la democratización de la sociedad chilena y la reconciliación nacional, el problema del lugar en que debe quedar la sede del Congreso, reviste un carácter secundario. El Parlamento en su conjunto tiene ante sí tareas y preocupaciones, más urgentes y de mayor envergadura que la de discutir interminablemente sobre la fijación de su sede. Pienso que es hora de hacer un esfuerzo para concretar nuestra atención en los temas principales de la legislatura extraordinaria, apartándonos de consideraciones que, aun cuando pueden resultar interesantes, no dejan de ser accesorias. Siendo así, creo que nuestra deliberación de hoy debe considerar algunos hechos ya ocurridos que delimitan el campo de nuestras discusiones. Un primer hecho es que la ubicación del Congreso constituye una medida que fue impuesta por el régimen autoritario. En consecuencia, no han sido estos Parlamentarios los que decidieron su ubicación y, por lo mismo, no comete agravio alguno quien en este hemiciclo expresa su desacuerdo con una medida que no le fue consultada. Un segundo hecho consiste en que la sede actual del Congreso está determinada por una ley vigente. En consecuencia, para cambiar el lugar en que celebra sus sesiones nuestra Corporación, sería necesario derogar o modificar esa ley, cosa que, en las circunstancias actuales y dentro de una legislatura extraordinaria, el Congreso no está en condiciones de hacer. Un tercer hecho consiste en que ya se ha realizado una inversión cuantiosa en el edificio del Congreso en Valparaíso y que esta inversión no puede quedar a medio camino. En consecuencia, me parece desde todo punto de vista justificado que los parlamentarios tengan un claro conocimiento de cómo se han invertido los fondos ya gastados y de qué manera deberemos actuar para conseguir los fondos que faltan y la manera en que éstos irán invirtiéndose hasta la completa terminación del edificio. El cuarto hecho consiste en que el Congreso está ubicado en un edificio incompleto. En consecuencia, toda opinión sobre la capacidad real del inmueble para servir de sede al Parlamento, resulta insuficiente y precaria en estos momentos. Una consideración realista de los hechos ya ocurridos y de sus consecuencias nos lleva a desechar argumentos que aquí se han expuesto y que no dicen relación con la esencia del problema. Un argumento se refiere a que el Congreso en Valparaíso promueve la descentralización del país. Pero, según lo entiendo, no estamos discutiendo sobre ese asunto ni sobre el desarrollo de la Quinta Región. Esos son temas que a todos nos interesan, pero cuya complejidad es mayor que la radicación del domicilio del Congreso Nacional. Un segundo argumento que debemos desechar es el que dice relación con la mayor o menor comodidad que el edificio en Valparaíso representa para los Par7 laméntanos. La comodidad es un valor subjetivo que tiene profundas variaciones según sean las personas y que, por lo tanto, no puede servir de base para una discusión seria sobre el problema. Un tercer argumento se refiere a la imprescindible necesidad de que el Congreso funcione en la misma ciudad en que lo hace el Poder Ejecutivo. Pero ése es un argumento que tampoco dice a la esencia de la cuestión, puesto que está determinado por razones de conveniencia que resultan ampliamente discutibles. Todos esos argumentos se apartan del punto central en discusión y que, a mi juicio, consiste en decidir si derogamos o no la ley N° 18.678 para que la sede actual del Congreso sea trasladada a la ciudad de Santiago, o si agregamos a esa ley una norma que permita, en ciertos casos, que las Comisiones o las Salas del Parlamento funcionen esporádicamente en la capital. Soy de opinión que ni la derogación, ni la modificación de la ley N° 18.678 se justifican y que, en consecuencia, el Congreso debe seguir funcionando en Valparaíso. Esta afirmación se refuerza a la luz de las funcionéis que son de la esencia del Congreso. Básicamente, las tareas esenciales del Parlamento son las de legislar y la de fiscalizar los actos del gobierno. Si estos elementos esenciales faltan o si se entorpecen absolutamente al estar radicado el Congreso en Valparaíso, nuestro deber sería trasladarlo de inmediato a Santiago. Pero estoy plenamente convencido de que no existen hoy impedimentos insalvables que obstaculicen las funciones esenciales de este poder del Estado, estando radicada su sede en Valparaíso. Ninguno de los argumentos esgrimidos me parece suficiente para alterar esta situación. Si las funciones de la esencia del Congreso pueden cumplirse sin grave detrimento, es claro que éste debe permanecer en el lugar que le asigna la ley. Sin embargo, éste no es un tema que deba ser resuelto por mayoría ocasionales en la Cámara. Ellas podrían cambiar en cualquier momento, dando un carácter de inestabilidad a los acuerdos que atentaría gravemente contra el prestigio y la eficiencia del Parlamento en su conjunto. Por eso, estimo que luego de estas reflexiones y discusiones, debemos buscar un profundo consenso entre nosotros para que esta discusión no se vuelva recurrente e interminable. Pienso que si están a salvo, como es mi convencimiento, las funciones esenciales del Congreso estando éste radicado en Valparaíso, nuestra decisión de mantenerlo aquí debe ser irrevocable porque nuestra naciente democracia así lo exige. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado Nicanor Araya. El señor ARAYA.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero dejar muy en claro que, en lo referente a la regionalización y a la descentralización del poder, soy regionalista, porque represento a la parte norte de la Segunda Región. Por lo tanto, es un tema que me interesa sobremanera. Pero, cuando se dan argumentos no del todo claros, e, incluso más, cuando se dice que en nuestra bancada éste es un asunto eminentemente político y que nosotros queremos demorar el funcionamiento de la Cámara de Diputados -sea en Santiago o sea acá-, creo que, lo que estamos demostrando es, precisamente, un debate en democracia. Como estas cosas se hicieron durante 16 años sin el acuerdo ni el conocimiento de nadie, hoy día nos encontramos abocados a este debate. Si me dicen que con esto en la Quinta Región habrá desarrollo y se crearán fuentes de trabajo, estoy absolutamente de acuerdo con ello. Pero, los parlamentarios de nuestra bancada han formulado una pregunta a quienes nos contradicen, razón por la cual considero de legítimo derecho que nos demuestren esos antecedentes. Inclusive, se habla de "pecado social", éste no se produce por un edificio más o por un edificio menos. El pecado social se origina cuando hay cesantía, cuando hay injusticias, como sucedió en los 16 años pasados. La Quinta Región necesita desarrollo; necesita inversiones; necesita mayores fuentes de trabajo. Sólo así habrá en ella auge y progreso. Como también se habla de regionalismo, creo que ahí se define lo propuesto por nuestra bancada: formar una comisión para que, en definitiva, emita un informe y mediante él nosotros podamos tomar una decisión. Por lo tanto, apoyo la moción propuesta respecto de esta comisión. Más aún, quiero rendir homenaje a un hombre que, en 1972, si descentralizó el poder y trajo el Ejecutivo a Valparaíso, a la Quinta Región: el Presidente Salvador Allende. -Manifestaciones de desaprobación en las tribunas. El señor ARAYA.- Entiendo que en ninguna parte del mundo el Poder Legislativo está separado del Poder Ejecutivo. Eso es lo que estamos viendo nosotros en este momento. Se trata de un aspecto práctico: que no se entrabe la labor legislativa que estamos sufriendo hoy día los parlamentarios. Hemos sido elegidos para realizar una labor eficaz por el bienestar del pueblo, por el bienestar del país y por el bienestar de todas las Regiones y de todos los electores que votaron por nosotros. Gracias, señor Presidente. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra, por 5 minutos, el Comité de la Unión Demócrata Independiente. Hará uso de ellos el Diputado Andrés Chadwick. El señor CHADWICK.- Señor Presidente, recientemente se ha señalado que al tratar este tema, la intención de las bancadas de Renovación Nacional y de la UDI estaría motivada por una utilización política de él. Frente a tal acusación, deseo precisar lo siguiente. En primer lugar, el martes pasado la bancada democratacristiana solicitó llevar a efecto una sesión especial para tratar el tema de la sede del Congreso en Valparaíso. En segundo lugar, en reunión de Comités, hemos manifestado unánimemente nuestra voluntad de debatir y pronunciamos sobre el tema en esta sesión especial, debido a que múltiples situaciones esperan con urgencia una resolución. En tercer lugar, en la mañana de hoy, hemos conocido un proyecto de acuerdo de la bancada democratacristiana para crear una comisión especial. Sin juzgar intenciones, objetivamente, tal propuesta retrasa el debate y la resolución sobre el tema; destruye el fundamento de la convocatoria a sesión especial para aprobar la creación de una Comisión Especial, no necesitamos de una sesión especial que altera el espíritu de los acuerdos que adoptamos en la reunión de los Comités. Por eso, quienes no hemos solicitado la sesión especial, quienes deseamos mantener el espíritu del acuerdo de los Comités y quienes siempre y reiteradamente, a través de declaraciones oficiales de nuestros partidos, tanto de la Unión Demócrata Independiente como de Renovación Nacional, hemos señalado nuestra voluntad de que la sede del Congreso Nacional permanezca en Valparaíso, no podemos aceptar -porque ello nos parece injusto e ilegítimo- que se nos acuse, en este momento, de estar haciendo una utilización política de este tema. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Juan Masferrer. El señor MASFERRER.- Señor Presidente, Honorable Cámara: El debate acerca de la mantención del Parlamento en Valparaíso no puede circunscribirse a aspectos puramente oportunistas o adjetivos, como la mayor o la menor comodidad de los parlamentarios para desempeñar sus tareas legislativas, o al hecho de que sea rechazable por haber sido obra del ex Presidente Pinochet, como, lamentablemente, se escucha en la feble argumentación de muchos expositores. El funcionamiento del Congreso Nacional en nuestro primer puerto hay que considerarlo plenamente en el ámbito que en realidad le corresponde: un paso decisivo en pos de la consecución de un ideal y de un esquema de gobierno por el que la ciudadanía chilena de provincias ha luchado y que ha anhelado largamente: la descentralización efectiva del poder en Chile. Una breve reseña de nuestra historia constitucional muestra, de manera inequívoca, que a lo largo de los ordenamientos que Chile se ha dado desde sus primeros balbuceos republicanos, el afán descentralizador ha estado siempre presente, y siempre, por desgracia, frustrado por una u otra razón. Cabe recordar que, incluso, se intentó llevar a cabo una experiencia federalista. Asimismo, la Constitución de 1925 contuvo un capítulo completo, el IX, en el cual se sentaron las bases de una amplia descentralización administrativa, las que quedaron como simples normas programáticas, porque nunca se aplicaron. Séanos permitido recordar que las Asambleas Provinciales nunca funcionaron, por no haberse dictado la ley pertinente, y que el centralismo siguió estando fuertemente impulsado por la politiquería y por un afán estatizante que iba depositando en la capital del país un número mayor de facultades administrativas que agobiaban al aparato productivo y a las provincias del país. Nos parece que hoy, en estas augusta sala, que cobijan a la Honorable Cámara de Diputados de la República -señera depositaría de la soberanía nacional- mientras sesiona en Valparaíso, resuenan esas mismas voces que claman por descentralización, que claman por apertura hacia las Regiones, que claman por una amplia libertad, cuyo ejercicio somos los parlamentarios los llamados a asegurar, tutelar y enriquecer. Pido que esas voces, no la mía, sean escuchadas. Son voces que resuenan con extremado vigor a lo largo de todo Chile. El debate que hoy animamos no comenzó el 11 de marzo, al instalarse, en cumplimiento de la ley, el Congreso en Valparaíso. Deviene de largos años; es una constante en nuestra historia republicana. No son sólo los conciudadanos que nos escuchan quienes desean razones valederas y solventes; las exige todo el país, al que nos debemos, porque él nos eligió y nos otorgó el ejercicio de la soberanía nacional. El fin de las frustraciones nacionales, en el tema descentralizador, comenzó cuando, en 1974, el Gobierno de don Augusto Pinochet puso en marcha el proceso regionalizador, consolidado con la incorporación de los articulados pertinentes en la Carta de 1980. Por primera vez, las voces del pueblo de Chile fueron oídas y nacieron las Regiones; se abrieron instancias de participación a través de los Consejos Regionales de Desarrollo; se incrementaron los recursos financieros regionales; se hicieron los estudios tendientes a dar a todos los habitantes de la República la calidad de vida y la igualdad de oportunidades que merecen como ciudadanos de nuestra querida Patria. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Señor Diputado, le hago presente que su tiempo está a punto de concluir. Puede redondear su idea. El señor MASFERRER.- Bien. Organismos de base regional, como el Consejo Económico y Social, se pronunciaron abiertamente y con audacia a favor de esta tesis. Las fuerzas vivas regionales, agrupadas en innumerables corporaciones privadas, que han llevado a cabo jornadas nacionales de regionalización,... El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Desgraciadamente, su tiempo ha concluido. Corresponde, en seguida, en su tercer turno, el uso de la palabra al Comité Demócrata Cristiano, por quince minutos. Tiene la palabra el Diputado Jorge Pizarra. El señor PIZARRO.- Señor Presidente, estimados colegas de la Cámara: Quiero dejar constancia de las razones que nos llevaron, en la semana recién pasada, a solicitar una sesión especial de esta Cámara para debatir el problema de la ubicación del Congreso. La forma y el contenido de este debate la han justificado plenamente, aunque a los Diputados señores Chadwick y Bayo no les haya parecido importante. Dijimos que este tema concitaba la atención especial de la opinión pública del país. Planteamos la necesidad de desarrollar un debate serio, ordenado y con altura de miras respecto del tema. Nos interesaba contar con el máximo de información objetiva, referente al estado de las obras y a la construcción del edificio. Manifestamos la necesidad de objetivizar el debate y de bajarle del nivel de emocionalidad y pasión al de la discusión. Creemos que debemos generar las condiciones objetivas para que cada uno de nosotros pueda resolver sobre la ubicación del Congreso con absoluta libertad y en conciencia. Nos parece que, frente al país, debemos cumplir nuestra función legislativa y fiscalizadora con dignidad y eficiencia. Por eso, la bancada democratacristiana solicitó esta reunión especial de la Cámara, y, acorde con nuestro espíritu y nuestra vocación de buscar acuerdos, hemos sostenido reuniones y conversaciones con todas las bancadas representadas en este Parlamento. Creemos en el diálogo permanente como método de solución para los posibles problemas o conflictos que se susciten entre nosotros. Nos animará siempre la búsqueda de las mejores opciones para el país y, por lógica consecuencia, las más representativas de los distintos sectores políticos y sociales. Hemos escuchado argumentos de todo tipo a favor y en contra de mantener el Congreso en la ciudad de Valparaíso. El conflicto, o problema en cuestión, no es estar a favor o en contra de la regionalización; estar a favor o en contra de la descentralización. El punto, a mi juicio, reside en estar a favor de que sea el propio Parlamento el que desempeñe su papel legislador fiscalizados y en que estas funciones las realice con eficiencia, responsabilidad, creatividad y madurez. El problema es más serio y profundo de lo que muchos de nosotros pensamos. Hay problemas operativos, presupuestarios, de calidad y de funcionamiento del edificio, como tan exactamente lo ha planteado la Diputada señora Eliana Caraball. En consecuencia, y objetivamente hablando, faltan elementos de juicio. Creemos y queremos resolver en conciencia: es lo ético y lo responsable. Debemos entender que estamos frente a una decisión histórica y trascendente. No cometamos el error del Gobierno militar de decidir arbitrariamente sobre un problema que es de todos, y especialmente del propio Congreso. Debemos ser consecuentes; tenemos el mandato soberano del pueblo que nos eligió para legislar con transparencia y participación. Hemos recogido el planteamiento de varios Diputados de las distintas bancadas, ya sean de Gobierno o de Oposición, en el sentido de formar una comisión especial que estudie más a fondo el problema y establezca las condiciones objetivas para decidir lo mejor para Chile. Somos consecuentes con la democracia de los acuerdos. Lamentamos profundamente la intransigencia de las bancadas de la Derecha y las llamamos a integrarse plenamente al trabajo de la comisión especial, la que terminará con la incertidumbre en que nos encontramos. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Hernán Bosselin. El señor BOSSELIN.- Señor Presidente, en un tema tan complejo como éste, es necesario buscar soluciones de consenso, sin confrontaciones inútiles. Hay que entrar en el debate con la disposición de ánimo de convencer, pero también con la de estar dispuesto a ser convencido. En estos momentos, es necesario nombrar una comisión especial que nos proporciones la totalidad de los antecedentes que nos permita adoptar una resolución en conciencia. Se objeta la idea de que el Congreso Nacional funcione en Santiago, argumentando que, con el solo hecho de que esté aquí en Valparaíso, se traería progreso para esta ciudad. Sin embargo, eso no pasa de ser un sofisma. Hay que buscar bases más sólidas de sustentación para el desarrollo de Valparaíso, que le permitan tener una clara presencia en el Pacífico, donde fue señero en el siglo pasado. En la antesala del siglo XXI, todos coincidimos en que la cuenca del Pacífico es y será el escenario del más sorprendente desarrollo impulsado por las tecnologías de avanzada de la informática, de la bioingeniería, de la robótica y de las telecomunicaciones. En esta cuenca florecen complejos industriales poderosos, unos en California y otros en Japón, Corea, Taiwán, Hong Kong y Singapur. En Japón, ejemplo del desarrollo logrado, ha sido el famoso M.I.T.I., Ministerio de Comercio Internacional e Industria, el que ha impulsado gran parte de sus proyectos de inversión. No es la ubicación geográfica de un Congreso el que ha logrado esos efectos. No nos engañemos. Miremos el futuro, pensemos en Valparaíso sin el edificio del Congreso Nacional, pero integrado al mundo de la nueva frontera del Pacífico. Tendrá a su haber un gran edificio reacondicionado, con facilidades de comunicaciones mundiales y, principalmente, con voluntad de ser y de hacer. Proponemos la creación de un Ministerio de Ultramar e Industria, orientado fundamentalmente hacia la búsqueda de nuevos mercados y a la investigación de nuevos proyectos de inversión, para asesorar y apoyar a los nuevos empresarios con los mejores profesionales disponibles en tecnologías de vanguardia. Todo ello supone convertir el edificio destinado al Congreso Nacional en sede de un órgano eminentemente científico y ejecutivo, que impulse y asesore al comercio internacional y a la industria; que organice periódicamente ferias de muestras y convenciones con todos los países interesados,! y que logre de esa forma importantes ingresos de divisas por concepto de transacciones y derechos feriales. Con estos actos, Valparaíso podría atraer a empresarios e industriales de todo el mundo, los que aportarían a su desarrollo más que la sola presencia de equipo parlamentario. En este edificio, símbolo de un despertar, podría reunir a todas las fuerzas vivas de la Quinta Región, organizadas en sus gremios de trabajadores, empresarios y profesionales del mar; en fin, a todos aquéllos con visión de la gran tarea del siglo XXI a la cual se deben integrar. Nadie resolverá los problemas del país como por arte de magia. Para lograrlo, cada cual debe "colocar el hombro". El progreso de una Región no será nunca fruto de la ubicación geográfica de un edificio, sino de una opción de sociedad, de planes y de acciones de fomento y de desarrollo. No podemos dejar de señalar que la situación en la cual se halla Valparaíso es producto de las políticas aplicadas por la dictadura, es producto de la política aplicada por el Gobierno de Pinochet. Los partidarios de Pinochet fueron los que desmantelaron Valparaíso; ellos fueron los que aplicaron una política que condujo al alejamiento de las industrias de esta Región. Pero no han querido asumir su responsabilidad. Tampoco podemos dejar de mencionar que hay un problema de constitucionalidad muy serio de por medio. La Constitución señala que los tres Poderes del Estado representados en el Jefe de Estado, en la Corte Suprema y en el Congreso Nacional, deben funcionar en una misma ciudad. Debemos estudiar ese problema constitucional. Muchas gracias, señor Presidente. -Aplausos en la Sala. -Manifestaciones de desaprobación en las tribunas. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Gutenberg Martínez. El señor MARTINEZ (don Gutenberg).- Señor Presidente en el ejercicio de la palabra, voy a representar también la opinión de mi colega Mario Hamuy. Me corresponde cerrar las intervenciones de la bancada democratacristiana en este importante debate. La verdad es que estoy por Valparaíso; pero también, con la misma franqueza, debo decir que Valparaíso ha sido engañado. Los 73 millones de dólares que cuesta terminar esta magna obra no significan, como se ha dicho un aporte real a Valparaíso ni producirán más trabajo ni más desarrollo. Sí estoy por Valparaíso, lo hago por variadas razones, que incluyen realismo, modernización y voluntad política de descentralizar -hoy día y mañana con una decisión similar-, en términos del Poder Ejecutivo. Pero una decisión de esta especie requiere de un análisis objetivo y responsable. Para ser Diputados honorables y responsables, necesitamos analizar y discutir debidamente las hipótesis constitucionales y legales que están en juego. Nadie puede asegurar hoy día en esta Cámara que una u otra alternativa es enteramente viable. Las cifras dadas por el colega Caraball ¡por Dios que son relevantes! Aquí debe haber una evaluación seria de lo que significa este proyecto. ¿Cuánto cuesta realmente terminar este edificio? ¿Existen los fondos para hacerlo? ¿Está considerada la habilitación para cumplir realmente con nuestra función? ¿Cómo se comprenden ahí los problemas de los funcionarios del Congreso? O, alternativamente, ¿cuánto costaría habilitar la sede en Santiago? Para decidir responsablemente, debe contarse con la evaluación de un proyecto moderno y magnitud. Pero, además, hay un tema muy crucial. La crisis de 1973 en este país, el término de la democracia y su recuperación, que tanto nos ha costado, implican que este Parlamento tenga capacidad para funcionar; que posea eficiencia parlamentaria, eficiencia legislativa; que posea capacidad de fiscalización; y, para los Diputados de la Derecha también implica que tenga capacidad para representar a los chilenos, para estar en contacto con ellos. Y éstas no son cuestiones baladíes. Si nos costó tanto recuperar la democracia, para saber cuidarla y defenderla necesitamos un Parlamento eficiente, que pueda fiscalizar, que pueda representarnos. Señor Presidente, aquí no se trata de probar. No se prueban ni la democracia ni la eficiencia del Parlamento. Este no es un juego. Esta debe ser una decisión que adoptemos muy seria y muy responsablemente. Me temo que aquí pueda haber una cuestión más de fondo. Me extraña que en este debate no se hable de las funciones del Parlamento por quienes defienden, desde las bancadas de la Derecha, la tesis de Valparaíso. Me extraña que no se hable de la necesidad de esta eficiencia. Me cuento entre quienes queremos un régimen político en el cual el Parlamento sea fuerte y sólido. Me inclino más por un sistema parlamentario que por un sistema presidencial. Por lo tanto, si estoy por Valparaíso, quiero estarlo con una decisión madura, responsable, a partir de un debate claro, con antecedentes reales y no con visiones políticas de corto plazo, ni intereses electorales, porque somos Diputados de la República, de todo el país, y nos debemos a la democracia que todos queremos reconstruir. Llamamos a no "partidizar". La Concentración -la bancada socialista, el Partido por la Democracia, los humanistas, los democratacristianos- tenemos distintas opiniones sobre el tema. ¡Y por Dios que nos sentimos orgullosos de ese pluralismo entre nosotros! Este no es síntoma de deficiencias, sino la demostración de una conducta que nos permite intentar representar a los chilenos. Sabemos que, en esta Sala, hay colegas de derecha partidarios de Santiago, como otros lo son de Valparaíso. ¿Por qué "partidizan" el tema? ¿Por qué no discutimos la cuestión de fondo, libres de intereses políticos de corto plazo y con una visión objetiva, en público ante la Quinta Región, pero también cautelando los intereses nacionales? Esta sesión especial se ha realizado en forma muy responsable, porque está permitiendo que, por primera vez, analicemos este tema con esa deseada y necesaria seriedad. El colega Hamuy y yo estamos, en principio, por Valparaíso, pero queremos tomar una decisión responsable y madura. La formación de la comisión que proponemos así lo asegura. Esperamos que, después del análisis de esa comisión -a la que respaldamos enteramente-, adoptemos un acuerdo que nos permita conseguir la capacidad de legislar, de regionalizar, de desarrollar el país, con especial predilección por sus pobres y mirando el futuro de la democracia que tanto nos ha costado recuperar. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Corresponde el uso de la palabra al Comité del Partido Renovación Nacional. Tiene la palabra el Diputado señor Espina. El señor ESPINA.- Señor Presidente, existe consenso en esta Sala acerca de que el tema relativo a la ubicación del Parlamento debe ser abordado con responsabilidad. Ello implica, a lo menos, constatar dos hechos. En primer lugar, lo ideal habría sido que esta discusión se hubiera llevado a efecto antes del inicio de la construcción de este edificio y antes de que se crearan las fundadas expectativas, que los habitantes de la Quinta Región tienen con respecto a lo que, para ellos, representada existencia del Parlamento en la zona. En segundo término, también es evidente que una discusión de esta naturaleza debiera estar fuera de todo ideologismo. Lo razonable es que nuestra decisión no se tome sobre la base de las divisiones políticas que habitualmente tenemos, sino que pudiéramos, libremente, como lo hace la bancada de Renovación Nacional, fijar cada uno de su posición sobre el tema. Precisamente porque creemos que se debe actuar sin ideologismos, me veo en la obligación de responder algunas imputaciones que se han hecho a nuestra bancada respecto a que, con esta decisión estaríamos obteniendo dividendos políticos. Quisiera recordar a los Diputados, La- torre y Bosselin, que fuimos nosotros, cuando el país más lo necesitaba, los que depusimos intereses legítimos -como lo hicieron otros partidos políticos-, y logramos acuerdos sustantivos para el desarrollo de este país., Así ocurrió con la reforma constitucional, con la ley orgánica constitucional de las Fuerzas Armadas y con el principio de acuerdo que existe con respecto a la reforma tributaria. Por lo tanto, no nos vengan a enseñar, a nosotros, qué es servir al país, y cómo ello se consigue y cuándo se actúa con altura de miras. El país recuerda lo que hicimos el 5 de octubre de 1988 y ha visto el comportamiento que hemos tenido posteriormente. Por lo tanto, con el mismo respeto con que aceptamos las posiciones de las otras bancadas, creemos llegada la hora de dejar de usar este Parlamento para que, cada vez que se debata, se impute todo lo ocurrido en los últimos 16 años, suponiendo que Chile, antes de 1973, era la "Isla de la Fantasía" o el "Paraíso Terrenal"., Este Congreso, cuando analiza los temas de fondo, debe hacerlo, en beneficio de las nuevas generaciones, con responsabilidad y no segar la historia. Se han invocado argumentos, señor Presidente, en favor y en contra del funcionamiento del Congreso en la Quinta Región. Según el Diputado Schaulsohn, hay un solo país en el mundo en donde el Parlamento funciona en un lugar distinto de aquél en que lo hace el Ejecutivo. En fin, se han señalado numerosas dificultades que podrían surgir en tomo de este tema. Sin embargo, yo quisiera plantear lo siguiente: ¿Por qué se le niega a este Parlamento la oportunidad de demostrar, con el edificio terminado, que es útil a la función legislativa? ¿Por qué se le prejuzga antes de que esté concluido? Esto es como si a un estudiante de leyes de quinto año se le dijera, antes de que obtenga su título y de que ejerza su profesión, que será un mal abogado. Ese es el derecho que estamos invocando: el que esta Cámara realmente les dé a este edificio y a la Quinta Región, la oportunidad de probar que el Parlamento puede funcionar en forma útil. Ese es el punto central en el cual queremos plantear la discusión. También se ha expresado que, para llegar a esta situación, es necesario crear una comisión especial. Pero la verdad es muy distinta, señor Presidente. Cuando se planteó la necesidad de realizar esta reunión, todos los Comités adujeron, porque las posiciones era conocidas, que lo razonable era resolver este punto para dar estabilidad a la función legislativa. Y ocurre que cuando se suman los votos y, aparentemente, éstos no calzan, entonces, se decide formar una comisión especial para estudiarlo, en circunstancias de que esa función le corresponde en forma permanente a la Comisión de Policía y Régimen Interno, Administración y Reglamento de esta Cámara. Por consiguiente, esa comisión especial cumpliría las mismas funciones de la referida Comisión permanente, a la cual compete, privativamente velar por que el Parlamento funcione en forma adecuada. Esa es la razón por la que nos oponemos a que hoy día, a última hora, cuando los votos no calzan, se arguya que no es conveniente resolver ahora, lo que sólo significa dilatar la decisión. Hemos escuchado una serie de promesas respecto de otras medidas que se adoptarán para mejorar la situación de la Quinta Región. Nosotros nos sumamos a todas ellas, pues nos parecen estupendas, y no dudamos de la buena fe de sus patrocinantes; pero queremos que a ellas se les agregue una más: que hoy día resolvamos que el Parlamento, en conformidad con la ley, está instalado en Valparaíso, porque, si no, estaríamos prejuzgando respecto de la posibilidad de que termine funcionando adecuadamente. Dos alcances finales. Mi amigo y colega Gutenberg Martínez ha sostenido que faltarían 75 millones de dólares para concluir el edificio del Congreso Nacional. Yo quisiera que el señor Diputado, en la próxima sesión, trajera los detalles de esa suma, porque nuestra información es que falta mucho menos. Se ha dicho que deberíamos aprender a representar a las personas de nuestro distrito y a contactamos con ellas. Todos los parlamentarios que están aquí han sabido comunicarse con sus distritos, porque han recibido el apoyo de los ciudadanos y de los electores que ahí votaron por ellos. Por lo tanto, nadie puede arrogarse ni la representación de la ciudadanía ni, mucho menos, el monopolio del contacto con los demás ciudadanos de su distrito. Todos lo hemos hecho; todos hemos perseguido lo mismo, y todos hemos adoptado la decisión de apoyar el Parlamento en Valparaíso; en el caso de la bancada de Renovación Nacional, con responsabilidad, sin pretender buscar dobles intenciones de los que piensan distinto, aceptando su discrepancia; pero, por idéntica razón, es que nosotros, con la misma libertad con que ellos lo han hecho, sostenemos que en esta sesión, definitivamente, se debe resolver este tema, dejando y, aún más, ratificando, que el Congreso Nacional funcione en la Quinta Región. Muchas gracias. -Aplausos en la Sala. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Antonio Horvath. El señor HORVATH.- Señor Presidente, ¿cuánto tiempo resta al Comité de Renovación Nacional? El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Siete minutos señor Diputado. El señor HORVATH.- Muchas gracias. Señor Presidente, esta sesión nació de la petición de un Diputado de la bancada de la Democracia Cristiana para trasladar el Congreso Nacional a Santiago. Posteriormente fue modificada para una sesión especial con el fin de tratar y resolver el problema. En este contexto, quisiéramos desarrollar nuestros argumentos y no enfrentarnos a un aparente remate del edificio o de fórmulas para echarse atrás o salir medianamente parados. Como fundamentos adicionales de regionalización y de la independencia del Poder Legislativo, cabe considerar los que corresponden a la dimensión del futuro y a la dimensión del medio ambiente. La ubicación del Congreso Nacional en Valparaíso no es una decisión que deba tomarse sólo en el corto plazo -menos en un período legislativo de cuatro años en perspectiva-, sino en la perspectiva de la influencia que podrá tener por muchas décadas. Si se tiene en cuenta la situación deprimida del desarrollo del sector costero del país y el cada vez más evidente destino marítimo de Chile, la ubicación del Congreso Nacional en Valparaíso queda insertada como parte de un conjunto integral de proyectos, que podríamos mencionar más adelante. El Congreso Nacional en Valparaíso, dentro de este conjunto de proyectos, adquiere, en esta dimensión de futuro, un aspecto bastante más optimista que los que se obtendrían en una perspectiva de muy corto plazo, los que, además, pueden obviar con buena voluntad. Es también oportuno señalar los aspectos ambientales en los que se ubicaría el Congreso Nacional. Santiago tiene claramente condiciones adversas por todos conocidas, en las que no voy a entrar en detalles. Sus habitantes están expuestos cotidianamente a una atmósfera de densa polución, a intensos ruidos; a una congestión vehicular y a un hacinamiento humano, respecto de lo cual existen numerosos estudios, informes técnicos y científicos. En esta oportunidad, yo también podría, livianamente, proponer que el Congreso funcione en Valparaíso hasta que el Sol llegue a Santiago; pero no es esa la cuestión, señor Presidente. Por todo ello, es conveniente descongestionar Santiago; asegurar que el Congreso Nacional trabaje en un lugar descontaminado, sin las presiones centralistas, por el bien de Santiago, por el bien de las Regiones y por el desarrollo armónico de Chile. En virtud de tales razones, no procede dilatar más un pronunciamiento sobre tan importante tema, habida consideración, además, de que debemos dedicar nuestro esfuerzo y nuestro tiempo a otras materias de interés nacional y regional. Muchas gracias. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Carlos Valcarce. El señor VALCARCE.- Señor Presidente, Honorables Diputados: Los habitantes de la ciudad de Arica, a la cual represento -ubicada a 2.200 kilómetros, aproximadamente, de la metrópoli santiaguina-, constantemente me preguntan qué sucede con el Congreso en Valparaíso; por qué hay parlamentarios que, en forma tajante y furibunda, formulan tantos comentarios negativos sobre la aspiración de que el Congreso Nacional se mantenga en esta ciudad. Hay jóvenes, señor Presidente, tanto en la Universidad como en los sectores laborales y poblacionales, que me han manifestado su inquietud ante la negativa de darle a Valparaíso la oportunidad de que el Congreso funciones en este edificio. Incluso, en sus reuniones juveniles, nos han dicho: ¿por qué ustedes no convencen a sus colegas de que todo joven, como lo es este edificio del Congreso, necesita una ocasión en la vida? Todos estamos conscientes de la gran responsabilidad que tenemos para con nuestra Patria y para con nuestros conciudadanos, especialmente en esta nueva etapa de la política chilena, por el hecho de haber sido elegidos democráticamente como Diputados de la República. Y sabemos también que para cumplir a cabalidad nuestras delicadas funciones, requerimos de un espacio físico vital que dé tranquilidad y tenga las comodidades necesarias para nuestro trabajo. Es probable que, hoy, este edificio no reúna totalmente tales condiciones. Sin embargo, pregunto, así como esos jóvenes ariqueños: ¿por qué no darle una oportunidad al Congreso ubicado en Valparaíso?, ¿por qué, solidariamente, no esperar algunos meses en beneficio de todos aquellos chilenos que ven en este edificio un símbolo de regionalización y un gesto de descentralización del país?. Con pesar, ahora escuchamos a algunos Honorables Diputados de las bancadas parlamentarias oficialistas solicitar que se forme una comisión para estudiar la conveniencia del funcionamiento del Congreso en esta ciudad, lo cual sólo postergaría una decisión que la mayoría de los chilenos espera que hoy sea adoptada: que este Congreso se mantenga aquí donde hoy está. Otro parlamentario ha expuesto varias consideraciones, concluyendo que se sesione en Santiago mientras el Ejecutivo no se traslade a Valparaíso. ¡Qué juego de palabras! ¡Qué dialéctica! Señor Presidente, Valparaíso y las Regiones no desean esperar, y, humildemente, llamo a los parlamentarios oficialistas a retirar su moción. Los regionalistas que representamos la voluntad popular sabremos valorar tan digna decisión. Si así no ocurriese, señor Presidente, la ciudadanía y el país sabrán desde dónde han surgido la voluntad y la iniciativa de provocar la carga centralista que Chile no desea nunca más en su historia. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Habiendo terminado el tiempo del Comité parlamentario del Partido Renovación Nacional, corresponde hacer uso de la palabra al Comité del Partido Socialista y del Partido por la Democracia. Tiene la palabra el Diputado señor Felipe Valenzuela. El señor VALENZUELA.- Señor Presidente, Honorables colegas y Senadores señores Jaime Gazmuri y Carlos Navarrete y señora .Carmen Frei, que nos visitan esta tarde: Represento al 4a Distrito Electoral de Antofagasta, al cual he visitado durante tres semanas -lapso en el cual ha funcionado el Parlamento-, razón por la cual puedo dar fe de que represento también la opinión de aquellos que, de una u otra manera, me ha dado su representación ante esta Honorable Cámara. El 4° Distrito Electoral está formado, fundamentalmente, por los puertos de Antofagasta, Mejillones y Taltal, los que, al igual que Valparaíso, enfrentan una lucha contra la concentración de la población, del poder económico y hasta del desarrollo exclusivo de la capital de nuestro país. En consecuencia, somos profundamente regionalistas, razón por la cual, en conjunto con todos los parlamentarios de la segunda Región, patrocinaremos, y luego apoyaremos, el restablecimiento de la Ley de Zona Franca Alimenticia de nuestra Región, cuerpo legal que permitirá importar, libre de impuestos, productos de primera necesidad a la Región que más aporta al país y que menos recibe de él, y que posee una de las canastas alimentarias más onerosas del país. Somos evidentemente regionalistas y en compañía de los parlamentarios de toda la Segunda Región y de otras zonas mineras, patrocinaremos también la restauración de la norma legal que permitía que las provincias productoras del cobre contaran para financiar planes de verdadero desarrollo, con un porcentaje de las utilidades que ellas generan. Somos intrínsecamente regionalista, aun en nuestra propia zona, como que estamos de acuerdo en que se construya una fundición de cobre en el puerto de Taltal y no en la capital regional, para evitar así la concentración laboral y económica en la ciudad de Antofagasta, donde se encuentra radicado el 90 por ciento de la población de la Región. Del mismo modo, nos interesa desarrollar la industria conservera en el puerto de Mejillones, y no en la capital de la Región, en la cual estaba ubicada en la época de la quiebra de las conserveras anteriores. Todo ello, estimados colegas, porque también existe un extraño centralismo, que, asimismo, rechazamos. Consecuentes con este ideario regionalista, no estamos ni podríamos estar en contra del legítimo derecho de desarrollar la Región de Valparaíso. Sin embargo, creemos que el progreso de los pueblos no se obtiene sólo por el funcionamiento administrativo de algunas funciones públicas, sino que aquél, verdaderamente, se logrará mediante su crecimiento industrial y económico, que, armónicamente, contemple tanto los intereses del centro, como los de todas las zonas periféricas del país. Basados en este principio armónico de funcionamiento y desarrollo del país, somos partidarios de proteger los intereses de Valparaíso, en cuanto ello significa una razonable posibilidad de colaborar para que el funcionamiento del Congreso en este puerto sea un instrumento que ayude a lograr la real regionalización económica y social de esta Región. Pero no somos partidarios de que estas labores se efectúen exclusivamente en este recinto, en la medida en que un funcionamiento alterno de este Poder Legislativo en Santiago permita a los Diputados que representamos a las Regiones, cumplir también con nuestra función fiscalizadora de los actos del Ejecutivo, o gestora en los servicios públicos o Ministerios, en favor de nuestros conciudadanos. En consecuencia, estoy por un funcionamiento alterno del Congreso, tanto en Valparaíso como en Santiago, sin perjuicio de las sesiones que sus diferentes Comisiones acuerden en cualquier lugar de la República, justamente en favor del regionalismo comentado. No obstante, cualquiera que sea la resolución que hoy o en el futuro se tome respecto de este tema, reivindico -como otros parlamentarios lo han hecho en esta Sala-, el legítimo derecho que tiene y debió ejercer solo este mismo Poder Legislativo, de decidir sobre el lugar de su propio funcionamiento. No es bueno aplicar, a otros, principios, procedimientos y criterios que no han sido buenos para uno. Sin perjuicio de mi anterior posición, y como nuestra de la conveniencia de la discusión parlamentaria que diferentes sectores han tenido sobre este tema en ejercicio de las libertades que nos otorgan la democracia alcanzada el 11 de marzo pasado, valorizo, estimados colegas parlamentarios, las conversaciones de los dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores de Valparaíso con quienes hemos sido; en alguna oportunidad dirigentes gremiales y que hoy estamos en la Cámara. Todas ellas tienden a buscar una justa solución al problema planteado, de modo que, favoreciendo a Valparaíso, no perjudique los intereses de las demás Regiones del país.' Pero, del mismo modo, rechazamos comunicaciones -altamente ofensivas e injuriosas para los parlamentarios que no representamos a Valparaíso-, suscritas por ‘don Arturo Castillo Chacón, Presidente de la Cámara de Turismo, y por don Sandro Solari Magnasco, Presidente de Id Asociación de Hoteles y Restaurantes de la Quinta Región, quienes, en forma equivocada, han informado, en declaración pública, que les parece lamentable, por decir lo menos, el hecho de que los parlamentarios deban depender de la ayuda de la comunidad para desempeñar sus funcione legislativas. Estas declaraciones, señor Presidente, ofenden la dignidad parlamentaria, cualquiera que sea la zona en que, en definitiva funciones este Parlamento. Los empresarios mencionados deben también aprender de los trabajadores que representan a la CUT. Ellos se han quedado en la época de las ofensas, ya felizmente superada. He dicho. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Víctor Manuel Rebolledo. El señor REBOLLEDO.- Señor Presidente, estimados colegas, desde el 14 de diciembre pasado -esto es, por un lapso que ya se acerca a los 4 meses-, estamos debatiendo sobre el lugar de emplazamiento del Congreso Nacional. Con absoluta franqueza, expreso que he participado de la opinión según la cual el lugar idealmente adecuado para la sede del Congreso Nacional, es aquél donde funciona el Poder Ejecutivo. Sin embargo, quiero manifestar también que, desde el principio, nos ha parecido necesario abordar este tema evitando una dramatización inadecuada del debate, de modo que éste se desarrollara sobre la base de dos criterios fundamentales. El primero, que la resolución acerca del lugar del funcionamiento del Congreso era competencia instranferible del propio Parlamento. El segundo, que el debate debería desembocar, en el más breve plazo, en una decisión, en un sentido o en otro pero que terminara con la incertidumbre Sobre el tema... El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Ruego a los señores Diputados se sirvan tomar asiento. Está con el uso de la palabra el Diputado señor Rebolledo. El señor REBOLLEDO.- Consecuentemente con esta manera de ver las cosas, en la primera reunión de la Comisión Multipartidaria, en la cual se abordó la problemática de la instalación del Parlamento, propuse la formación de una comisión, integrada por las bancadas de todos los partidos, que acumulara antecedentes que sirvieran de base a una resolución objetiva, bien informada y rápida sobre este tema. Han transcurrido casi cuatro meses desde que se suscitó este debate, por lo que creo indispensable llamar la atención sobre el hecho de que éste no ha sido claro -y esto señalémoslo con precisión-, porque aún no hay formalmente una alternativa planteada en esta Cámara, por la vía de un proyecto de ley o de un proyecto de acuerdo, en cuanto a la instalación del Congreso en la ciudad de Valparaíso. Tal situación nos ha llevado a un debate dramatizado, sobredimensionado y que se ha prolongado por demasiado tiempo. Por ello, es indispensable poner las cosas en su lugar y en sus justos términos. Tengo la convicción más profunda de que no está en juego en este debate el proceso de regionalización, ni la viabilidad del ejercicio de la función parlamentaria, y por consiguiente, creo que estamos abocados fundamentalmente a resolver con rapidez... El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Ha terminado su tiempo, señor Diputado. Corresponde hacer uso de la palabra al Diputado señor Francisco Bartolucci, en nombre del Comité Unión Demócrata Independiente. El señor BARTOLUCCI.- Señor Presidente, ahora es necesario constituir una Comisión. ¡Vaya! ¿Cuánto más tendremos que esperar los porteños para que se termine de una vez por todas esta situación injusta a la que se somete a nuestra ciudad? Más tiempo, todavía, más dilatación. Una comisión que no tiene, señor Presidente, sentido alguno o real. Se ha sostenido que, a través de esta comisión, hay que estudiar elementos de juicio que resultan indispensables para adoptar una decisión. La verdad es que todos estos elementos están en nuestras manos. No se requiere ninguna comisión. Se ha dicho que es para estudiar la constitucionalidad del precepto legal. ¡No!, no hay problema de constitucionalidad. La Corte Suprema, por 5 votos a 0, hace algún tiempo, dirimió esta materia. Se habla de la eficiencia. ¡Vaya! Aquí hemos funcionado varias semanas sin tener realmente contratiempos importantes. Hemos podido hacer nuestro trabajo. Se deduce que habría deficiencias en el futuro. No las habrá... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Pido a los señores Diputados no interrumpir. Puede continuar su Señoría. El señor BARTOLUCCI.- Señor Presidente, sólo el tiempo podrá decimos, y no una comisión, si efectivamente hay deficiencias materiales. Tampoco necesitamos una comisión que nos diga cuáles son los problemas de infraestructura. Sabemos que este edificio está en construcción y en pronta terminación. Lo vemos día a día. No se requiere ningún informe especial. En cuanto a presupuesto, aquí mismo se han dado las cifras consideradas. Todos las conocen. No es necesaria una comisión para estudiar tal aspecto. Por ello, resultaría improcedente una comisión creada para saber cuánto más costaría volver a construir otro edificio en Santiago e incurrir de nuevo en un enorme gasto, que este país no está en condiciones de soportar. ¡No! Este no es asunto de comisiones, señor Presidente. No. Es más, el Diputado Alberto Espina lo ha señalado con absoluta claridad. Para satisfacer cualquier necesidad, responder cualquier pregunta, o solucionar cualquier problema, tenemos la Comisión de Régimen Interior, la cual perfectamente, puede hacerse cargo de todos los problemas que podamos tener. No; no es asunto de comisiones. Lo que hay implícito es algo más que una mera dilatación: aquí existe el propósito, real y efectivo, de iniciar el camino del traslado del Congreso Nacional a la ciudad de Santiago. Esa es la verdadera intención que se está pretendiendo mediante la fórmula de crear una comisión. Señor Presidente, los porteños no queremos seguir esperando indefinidamente en esta materia. No queremos más dilataciones, las cuales sólo entorpecen el funcionamiento de nuestro Congreso y complican a los funcionarios que aquí trabajan, y a los propios parlamentarios. Pedimos que se cumpla la ley que establece el funcionamiento del Congreso en la ciudad de Valparaíso. ¿Cuál es el verdadero sentido de esta comisión? Señalo enfáticamente que no busca otro camino que el de iniciar definitivamente el traslado del Parlamento a Santiago. El propio proyecto de acuerdo señala como una de las funciones de esta comisión la de estudiar las posibilidades reales de alternativas para el funcionamiento del Congreso. Repito: "posibilidades reales de alternativas para él funcionamiento integral y adecuado de la actividad legislativa...". Efectivamente, ése es el asunto, señor Presidente. Estamos en el inicio -y termino- de una tarea,.. -Varios señores DIPUTADOS.- Tiempo. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Ruego al señor Diputado redondear su idea, porque su tiempo está por terminarse. El señor BARTOLUCCL- Así es, Presidente. El señor ESTEVEZ - ¡No! ¡No! ¡Todos los Comités tienen el mismo derecho! El señor BARTOLUCCL- Quiero terminar, señor Presidente, señalando con firmeza... Varios señores DIPUTADOS.- ¡Se le terminó el tiempo! El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Puede continuar el señor Bartolucci hasta terminar su idea. -Manifestaciones en la Sala. El señor BARTOLUCCL- ...que Valparaíso no permitirá que este despojo pueda realizarse, porque estamos efectivamente amparados por la ley. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Terminó su tiempo, señor Bartolucci. -Aplausos en la Sala y en las tribunas. Un señor DIPUTADO.- ¡Que se despejen las tribunas! El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Corresponde hacer uso de la palabra, para terminar el debate, al Diputado señor Roberto Muñoz Barra, de la bancada radical. El señor MUÑOZ BARRA.- Señor Presidente, los Diputados de la bancada radical estimamos que la constitución de la comisión especial mixta obedece a una actitud que tiene un sentido real; a la inversa de lo señalado por el Honorable colega, pues permitirá un análisis profundo, muy distante de la posición eminentemente emocional. La cuestión de fondo, como se ha señalado en este hemiciclo, radica en conseguir el funcionamiento óptimo del Congreso. Aquí digámoslo de una vez por todas -sin otra intención-, no está en juego el progreso de la Quinta Región, sino los intereses de todo el país. Ese es el enfoque que ésta bancada da al análisis de este tema. En este debate se han dado argumentos que parecen correctos. No nos cabe ninguna duda de que la posición de los porteños está en el sendero que a ellos les corresponde. Pero esa posición respetable de los porteños no puede impedir, de manera alguna, que los parlamentarios, que debemos desempeñar con propiedad nuestras funciones, hagamos también un análisis para determinar si están dadas las condiciones para que podamos cumplir eficientemente con nuestra labor legislativa. Por eso, no es justo y nadie puede escandalizarse si en el análisis del problema sostenemos que, a lo mejor, no es conveniente que el Poder Legislativo permanezca lejos de los demás Poderes del Estado. Este es un caso, como lo han planteado algunos, inédito. Se tocan campanas de justificación regional -se ha hecho sistemáticamente-, pero muchos parlamentarios de provincias no percibimos esas mismas condiciones. En la práctica, tenemos dificultades para solucionar los problemas de nuestras Regiones en las cuales nos eligieron para que las representáramos... El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Señor parlamentario, redondee la idea, porque el tiempo se le acaba. El señor MUÑOZ BARRA.- Esta es, entonces, la función que debemos coordinar con el tema que se encuentra en debate. Lamentablemente, mi tiempo se acaba; pero quiero señalar que, al parecer, existen sectores en este país que, cuando analizan el problema de la conveniencia o inconveniencia del funcionamiento del Congreso en el puerto, se asemejan al avecasina, que tiene la particularidad de lanzar los gritos por un lado y poner los huevos por el otro. Creemos que en el debate sobre la permanencia del Congreso en el puerto, o en cualquier ciudad del país, se está manifestando también la intención de algunos sectores que quieren obstaculizar la capacidad fiscalizadora del Congreso Nacional. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Terminó su tiempo, señor Diputado. Ha habido aquí un debate serio, con distintas posiciones. La Presidencia antes de suspender la sesión por quince minutos y convocar a los Comités a su oficina, reitera a las personas que están en las tribunas que ojalá mantengan el comportamiento que, hasta casi el final, habían mantenido. -Aplausos en la Sala y en las tribunas. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Se suspende la sesión por quince minutos. Ruego a los señores Comités pasar a la Presidencia. -Se suspendió la sesión a las 18.36 horas. -Se reanudó a las 19.05 horas. 3.- PAREOS DE SEÑORES DIPUTADOS. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Se reanuda la sesión. El señor Secretario dará cuenta de dos pareos. El señor VALDES (Secretario).- La mesa ha tomado conocimiento de dos pareos, concertados entre los Diputados señores Gustavo Alessandri y Mario Palestro, por una parte,... -Aplausos en la Sala. El señor VALDES (Secretario).- ....y Baldo Prokurica y Sergio Pizarro, por la otra, con las firmas de los respectivos Comités Parlamentarios. 4.- RECHAZO DE SOLICITUD PARA VOTACION NOMINAL DE PROYECTOS DE ACUERDO PRESENTADOS EN LA SESION El señor VIERA-GALLO (Presidente).- El señor Secretario dará lectura al primer proyecto de acuerdo, referente a la forma de votación de los proyectos de los acuerdos presentados en esta sesión. El señor VALDES (Secretario).- El proyecto de acuerdo, suscrito por los Diputados señores Ribera, don Teodoro; Mekis, don Federico; Chadwick, don Andrés, y Espina, don Alberto, dice lo siguiente: "De conformidad con lo dispuesto en el artículo 247 del Reglamento, los Presidentes de Comités abajo firmantes vienen en solicitar de la Honorable Mesa de la Cámara que se efectúe votación nominal en la sesión por realizarse el día miércoles 4 de abril de 1990, a las 16.00 horas". El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Consulto si hay asentimiento sobre la propuesta hecha por los dos Comités. El señor ESTEVEZ.- Pido la palabra. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Jaime Estévez. El señor ESTEVEZ.- Señor Presidente, no hay asentimiento, porque basta con la votación económica. Estamos todos aquí presentes; es más simple y se sabe perfectamente cómo vota cada Diputado. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- En votación económica el proyecto de acuerdo. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Ruego a los señores Diputados guardar silencio. -Durante la votación: -Manifestaciones de desaprobación en la Sala. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Estamos en votación, señores Diputados. -Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 45 votos; por la negativa, 67 votos. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Rechazado el proyecto de acuerdo. 5.- a) CREACION DE UNA COMISION ESPECIAL PARA INFORMAR A LA SALA SOBRE TODO LO ATINENTE AL FUNCIONAMIENTO DEL CONGRESO NACIONAL EN VALPARAISO. APROBACION DE PROYECTO DE ACUERDO, b) RESOLUCION INMEDIATA Y DEFINITIVA SOBRE LA SEDE DEL CONGRESO NACIONAL EN VALPARAISO. RECHAZO DE PROYECTO DE ACUERDO. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Se han presentado dos proyectos de acuerdo. Por ser sus contenidos excluyentes el uno del otro, procede votar el que llegó primero a la Mesa, y, después, el otro. Daré a conocer la idea central de uno y de otro y, en seguida, al señor Secretario procederá a leerlos. El proyecto de acuerdo firmado por los Diputados señores Huepe, La torre, Ramírez, Pizarro, don Jorge; Cornejo, Schaulsohn, Muñoz, doña Adriana; Valenzuela, Estévez y Campos, propone la creación de una Comisión Especial que reúna y analice los antecedentes que sobre la materia se han expuesto y debatido en esta tarde. El proyecto de acuerdo presentado por los Diputados señores Espina y Chadwick propone que se resuelva en definitiva sobre lo tratado, en conformidad con la legislación vigente. Por ser ambos proyectos de acuerdo contradictorios entre sí, corresponde, de acuerdo con el Reglamento, votar primero uno y después el otro. El señor Secretario dará lectura a los dos proyectos de acuerdo. El señor VALDES (Secretario).- El primer proyecto de acuerdo dice como sigue: "Considerando: "a) El legítimo debate suscitado en torno a la sede definitiva del Congreso Nacional y el papel soberano que sobre esta decisión corresponde a los parlamentarios. "b) La necesidad de abordar esta decisión con argumentos y elementos de juicio que consideran todos, los aspectos que, de una u otra forma, están presentes en la discusión, a saber: "-Dignidad correspondiente al ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Poder Legislativo. "-Funcionalidad de la actividad legislativa y su relación con la ubicación de su sede. "-Criterios referidos a la necesaria descentralización administrativa y política de la Nación, así como con vista al fortalecimiento del proceso de desarrollo económico y social de las Regiones. "-Evaluación de los costos involucrados en la construcción de la sede del Congreso Nacional en Valparaíso, compromisos actuales y futuros para su financiamiento, así como el análisis del uso de los fondos ya gastados y el presupuesto extraordinario necesario para terminar las obras. "-Posibilidades reales de alternativas para el funcionamiento integral y adecuado de la actividad legislativa, así como el costo que para el erario conllevan. "-Las aspiraciones y esperanzas con que los habitantes de la Quinta Región asocian la permanencia de la sede del Congreso Nacional en Valparaíso. "-La evidente necesidad de que la decisión sobre este tema considere la opinión de Senadores y Diputados en su conjunto, "Venimos en presentar el siguiente proyecto de acuerdo: "Créase una Comisión Especial de la Cámara de Diputados para que, en el plazo de 45 días, emita al plenario un informe que considere todos los aspectos de fondo señalados en los considerandos y permita objetivar el debate y la decisión que sobre este tema deba adoptarse. "Esta Comisión se conformará por 13 Diputados y, de ser viable, previo acuerdo del Senado sobre este punto, se constituirá como Comisión Conjunta, incluyéndose para dicho efecto un número similar de Senadores para conformarla en tal calidad. "Esta Comisión evaluará todos los aspectos de fondo referentes a esta decisión, solicitará los informes que correspondan de las autoridades pertinentes y realizará las gestiones que para este objeto resulten necesarias. No tendrá carácter resolutivo alguno y sus consideraciones y sugerencias deberán ser sometidas sólo al conocimiento del plenario de la Sala de Diputados, como antecedente previo a la decisión o elaboración del proyecto de acuerdo definitivo sobre el tema". El segundo proyecto de acuerdo, presentado por los señores Alberto Espina y Andrés Chadwick, dice como sigue: "Considerando: "a) El tiempo que ha transcurrido en relación con el debate público que se ha suscitado respecto del lugar de funcionamiento del Congreso Nacional. "b) La incertidumbre que tal discusión ha producido en la comunidad nacional, en los parlamentarios y en los funcionarios del Congreso. "c) Que, por acuerdo unánime de los presidentes de Comités de la Cámara, se convocó a esta sesión especial con el objetivo de discutir y resolver en forma definitiva el tema en cuestión. "d) Que hemos tomado conocimiento de un posible proyecto de acuerdo destinado a formar una Comisión Especial relativa al tema, lo que sólo significará dilatar innecesariamente la resolución de esta materia. "Proponemos a la Honorable Cámara, por intermedio del señor Presidente, el siguiente proyecto de acuerdo: "Que en la sesión especial del día de hoy se resuelva en forma definitiva la discusión suscitada respecto del lugar de funcionamiento del Congreso Nacional, de acuerdo con lo que establece la legislación vigente. "Hacemos presente que la dilatación de este tema obstaculiza el adecuado funcionamiento del Congreso y el estudio acucioso de las materias son de interés nacional". El señor VIERA-GALLO (Presidente).- En votación el primer proyecto de acuerdo, referente a la creación de una Comisión Especial que se aboque al estudio del tema. El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, deseamos argumentar en apoyo de nuestra proposición. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Según el Reglamento, tiene derecho a fundamentar el acuerdo por cinco minutos, un señor Diputado para apoyarlo, y otro señor Diputado para objetarlo, por igual tiempo. No había ofrecido la palabra en el entendido de que se ha debatido desde las 4 de la tarde y ya el tema está definitivamente agotado. Pero, si algún Diputado quiere, por una parte, defender alguno de los proyectos de acuerdo y otro desea objetarlo, entonces, ofrezco la palabra, primero, por cinco minutos, a un Diputado que quiera fundamentar alguno de los proyectos de acuerdo. El señor HUEPE.- Pido la palabra, señor Presidente. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Huepe. El señor HUEPE.- Hay acuerdo unánime de los Comités sobre él, procedimiento. El debate está agotado. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Longueira. El señor LONGUEIRA.- Solicito el tiempo porque, como los dos proyectos de acuerdo son incompatibles, no habrá tiempo para argumentar a favor del nuestro posteriormente. Por lo tanto, como quedará excluida la proposición de Renovación Nacional y de la UDI, solicito que se nos dé el tiempo. Si la bancada que votará favorablemente el primer proyecto de acuerdo no lo quiere usar, nosotros sí deseamos hacerlo. El señor VIERA-GALLO (Presidente) Usted está en su derecho al usar su tiempo de cinco minutos. El señor HUEPE.- Hay acuerdo unánime de los Comités. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- El acuerdo unánime de los comités no se refirió a este punto específico, sino a la forma de votación que se llevará a cabo. Ofrezco la palabra por cinco minutos, a algún señor Diputado que desee fundamentar el primer proyecto de acuerdo sometido a la consideración de la Honorable Cámara. El señor HUEPE.- Señor Presidente, creemos absolutamente innecesaria la fundamentación de los proyectos de acuerdo. Sólo queremos hacer dos observaciones. Las expresamos en la reunión de los Comités. No obstante, la interpretación que Su Señoría le está dando al Reglamento nos obliga a usar de la palabra muy brevemente, y a renunciar al resto de nuestro tiempo. En primer lugar, el proyecto de acuerdo propuesto por las bancadas de la UDI y de Renovación Nacional no tiene sentido, porque explica algo que ya está en la ley. Ellos piden que se apruebe un acuerdo que ratifica una ley existente. Un acuerdo de este tipo es absolutamente irrelevante y superfluo, porque nadie discute que la ley vigente establece que el Congreso funcione en Valparaíso. En segundo lugar, en la reunión de los Comités apreciamos que se habían presentado dos proyectos de acuerdo contradictorios, y acordamos -sin que nadie objetara este procedimiento- que se votaría el que se había presentado primero, que es el relacionado con la creación de la Comisión Especial. De aprobarse ese proyecto de acuerdo, el otro pasa a ser absolutamente improcedente, porque es contradictorio con él. Por eso, lamentamos que se produzca este debate, que es también totalmente improcedente. Vamos a renunciar al resto de nuestro tiempo, porque no tiene sentido argumentar más en tomo de este punto. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Longueira, para fundamentar el rechazo del primer proyecto de acuerdo propuesto. El señor LONGUEIRA.- Señor Presidente, Honorable Cámara: Nosotros vamos a rechazar la formación de la Comisión Especial. Hemos querido usar este tiempo, precisamente, para señalar nuestra última idea frente al tema. La opinión pública y el país deben saber que se ha ideado una muy buena fórmula para generar el camino de retorno del Congreso a Santiago, disfrazándola con la creación de una Comisión Especial. Queremos que el país sepa que todos aquellos que van a votar por esa fórmula serán los responsables si, en el día de mañana, finalmente el Congreso es trasladado a Santiago. El señor PIZÁRRO (don Jorge).- ¡Es una mentira lo que está diciendo! El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Está usando de la palabra el Diputado señor Longueira. El señor LONGUEIRA.- Si fuese mentira, sería muy importante que todos aquellos que hicieron uso de la palabra anteriormente, señalando que el Congreso debiera quedar en Valparaíso, y que, a la vez, son partidarios de la Comisión Especial, se abstuvieran de votar por su formación, porque, ése es un mecanismo que, obviamente, lleva la intencionalidad de trasladar el Congreso a Santiago. Por lo tanto, que el país y que la Quinta Región sepan que los que voten por esta Comisión Especial serán los responsables finales de que el Congreso termine en Santiago. -Aplausos en la Sala y en las tribunas. -Suenan los timbres silenciadores. El señor LONGUEIRA.- El resto de nuestro tiempo lo ocupará el Diputado señor Bartolucci. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- No. Pondré en votación el primer proyecto acuerdo. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor LATORRE.- ¡Señor Presidente,...! El señor VIERA-GALLO (Presidente).- ¡Perdón, Diputado señor Latorre! Se ha fundamentado una posición; se ha fundamentado la otra. Se pueden compartir o no las opiniones que se han vertido; pero ha llegado el momento de decidir. En votación el primer proyecto de acuerdo propuesto, para la creación de la Comisión Especial señalada. -Durante la votación: -Manifestaciones de desaprobación en las tribunas. -Suenan los timbres silenciadores. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Quiero advertir, por última vez, a las personas que asisten a las tribunas que, si no guardan silencio durante la votación, tendré que aplicar el Reglamento, tal como lo dije al iniciar esta sesión. -Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 69 votos; por la negativa, 46 votos. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Queda aprobado el proyecto de acuerdo. 6.- DESAFUERO DEL DIPUTADO SEÑOR MARIO PALESTRO ROJAS POR LA CORTE MARCIAL. PROYECTO DE ACUERDO El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Si hubiera asentimiento unánime de la Sala, se podría votar ahora otro proyecto de acuerdo, que dice lo siguiente: "La Honorable Cámara de Diputados, en conocimiento del fallo de la Corte Marcial, que por mayoría de votos acogió el desafuero del Diputado Mario Palestra Rojas, acuerda: Ia- Representar la inconveniencia de que tribunales militares resuelvan sobre el eventual desafueran de parlamentarios. 2a- Hacer presente que la relación normal entre los Poderes del Estado hace aconsejable que se respete el tradicional fuero que, en la expresión de sus opiniones, la ley confería a los parlamentarios, aun fuera del hemiciclo." Consulto si sobre este punto existe o no existe el asentimiento unánime de la Sala. Varios señores DIPUTADOS - ¡No! El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Al no haber acuerdo, queda para ser votado en la sesión del martes próximo. El señor SCHAULSOHN.- Una pregunta señor Presidente. ¿Podría saber por qué? El señor VIERA-GALLO (Presidente).- No corresponde hacer consultas de ningún tipo. 7.- SUPRESION DE LA SESION ORDINARIA DEL MIERCOLES 11 DE ABRIL PRÓXIMO. PROYECTO DE ACUERDO El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Doy a conocer un acuerdo unánime de los Comités, que dice lo siguiente: "Los Comités que suscriben solicitan que la sesión correspondiente al miércoles 11 de abril próximo se suspenda, por no existir proyectos de ley en el Orden del Día, ni materias que requieran la presencia de los parlamentarios en la Hora de Incidentes". Reitero que está firmado por todos los Comités. El señor MEKIS.- Pido la palabra. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable Diputado señor Federico Mekis. El señor MEKIS.- Señor Presidente, el acuerdo aprobado con los votos de toda la Concertación, en orden a la creación de la Comisión Especial El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Perdone que le interrumpa, señor Mekis. Usted sólo puede referirse a este último acuerdo. Consulto si el proyecto de acuerdo, suscrito por todos los Comités, para suprimir la sesión ordinaria del miércoles 11 de abril cuenta con el asentimiento de esta Sala. El señor MEKIS.- Eso está aprobado. El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Aprobado el proyecto de acuerdo. Como se ha cumplido con su objetivo, se levanta la sesión. -Se levantó la sesión a las 19.27 horas. SERGIO LILLO NILO Jefe de la Redacción de Sesiones. ALBORADA S.A. TELEFONOS: 5518645-5569741