-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds23
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds20
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds22
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds21
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds29
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds28
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds30
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds27
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds19
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds26
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds25
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds18
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14-ds17-ds24
- bcnres:tieneTramiteConstitucional = bcnbills:SegundoTramiteConstitucional
- rdf:type = bcnses:SeccionProyectoDeLey
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- dc:title = "INCENTIVOS PARA DONACIÓN DE ÓRGANOS (SEGUNDO TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETINES NOS 11849-11, 11872-11 Y 11893-11)"^^xsd:string
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4582
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4605
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4526
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4569
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4559
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4547
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4580
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3399
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4583
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4586
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1782
- bcnres:tieneTramiteReglamentario = bcnbills:DiscusionGeneral
- bcnres:tieneResultadoDebate = bcnres:seApruebaEnGeneralYParticularConModificaciones
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/686771/seccion/akn686771-ds14
- rdf:value = " INCENTIVOS PARA DONACIÓN DE ÓRGANOS (SEGUNDO TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETINES NOS 11849-11, 11872-11 Y 11893-11)
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
Corresponde tratar el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, iniciado en mensaje y mociones, refundidos, que modifica la ley N° 19.451, con el objeto de incentivar la donación de órganos.
De conformidad con los acuerdos adoptados por los Comités Parlamentarios, para la discusión de este proyecto se otorgarán cinco minutos a cada bancada.
Diputado informante de la Comisión de Salud es el señor Juan Luis Castro .
Antecedentes:
-Proyecto del Senado, sesión 126ª de la presente legislatura, en 16 de enero de 2019. Documentos de la Cuenta N° 5.
-Informe de la Comisión de Salud, sesión 129ª de la presente legislatura, en 22 de enero de 2019. Documentos de la Cuenta N° 11.
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el diputado informante.
El señor CASTRO, don Juan Luis (de pie).-
Señor Presidente, en nombre de la Comisión de Salud, paso a informar sobre el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, iniciado en mensaje y mociones, refundidos, que incentiva la donación de órganos.
Este proyecto, que fue discutido por la Comisión de Salud en la sesión de ayer, atendida su urgencia de discusión inmediata, tiene por objeto hacerse cargo del grave problema actual que significa la baja cantidad de donantes de órganos en Chile y, sobre todo, la alta cantidad de personas -más de 4.000.000que están inscritas como no donantes.
Para el logro de este objetivo, el proyecto que propone el Senado:
Fortalece el respeto a la voluntad de quienes han manifestado su intención en ser donantes.
Especifica en qué consiste la duda razonable en cuanto a si el sujeto es o no donante de órganos.
Dispone obligaciones hacia los médicos, en cuanto deben notificar al registro de donantes los casos en que los pacientes se encuentren en situación de ser donantes.
Iguala la condición de los cónyuges con la de los convivientes civiles como sujetos a consultar en caso de existir duda fundada de si se trata o no de un donante de órganos.
Finalmente, establece un plazo de dos años para que el ministerio consulte a quienes han manifestado su deseo de no ser donantes, si acaso perseveran en tal decisión, pues de lo contrario se les presumirá donantes.
No obstante lo anterior, la Comisión de Salud introdujo tres modificaciones al texto del Senado que, a juicio de los miembros de la comisión, permitirían perfeccionar la norma y obtener con mayor eficacia y celeridad el objetivo del proyecto de ley.
1) En caso de existir duda fundada respecto de la renuncia a la condición de donante o a la vigencia de ella, se deberá consultar en forma previa sobre la extracción de uno o más órganos del fallecido a la familia, pero por un orden de prelación, a las siguientes personas: al cónyuge, al conviviente civil, y se agrega también al conviviente de hecho. Este último se incorpora, pues muchas veces ocurre que una persona, no obstante encontrarse casada, puede estar separada de hecho desde hace muchos años y haber formado otra familia, cuyo conviviente puede estar más al tanto de la última voluntad del donante, cuando no esté clara tal circunstancia.
2) El médico que incumpla la obligación de notificar a la respectiva Unidad de Coordinación de Procuramiento de Órganos y Tejidos acerca del estado de muerte encefálica de un paciente será responsable administrativa y/o civilmente, según fuera el caso, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 491 del Código Penal, frase última que se agrega para remarcar que procederá la responsabilidad penal establecida en la ley cuando ello sea pertinente.
3) Rebajar, de dos a un año, el plazo para definir la situación de las personas que han manifestado su intención de no ser donantes. Ello, por cuanto las personas que hubiesen manifestado su voluntad de no ser donantes conforme a las normas establecidas en la ley Nº 20.413, actualmente vigente, deberán ratificar dicha manifestación mediante declaración prestada ante el Servicio de Registro Civil e Identificación, ante un notario público o ante el funcionario respectivo al momento de solicitar la renovación de la cédula de identidad o de la licencia de conducir. Para tal efecto, el Ministerio de Salud deberá informar, mediante carta certificada o cualquier otro medio de comunicación efectivo, a cada una de las personas que se encuentren en esa situación, que están obligadas a ratificar su condición de no donante, lo que deberán hacer dentro del plazo de un año, conforme a la modificación propuesta por la comisión, contado desde la entrada en vigencia de esta ley en proyecto. Si transcurrido dicho plazo no han manifestado voluntad alguna, se entenderá que son donantes universales de órganos para todos los efectos legales.
Finalmente, los miembros de la comisión hicieron presente su convicción acerca de la necesidad de promover un cambio cultural tanto a nivel social como en los médicos, quienes tradicionalmente han sido renuentes a respetar la voluntad de quien señaló querer ser donante, y han hecho primar la voluntad de las familias, pues a veces dejan sin efecto la voluntad de quien sí quería donar. Dichas campañas debieran promover la donación de órganos y explicar cómo y por qué ello sucede y se hace necesario, con la finalidad de que se despejen las desconfianzas que ocurren en las familias.
Votación general del proyecto
El proyecto fue aprobado en general por la unanimidad de los diputados presentes: Jaime Bellolio , Karol Cariola, Juan Luis Castro , Andrés Celis , Ricardo Celis , Miguel Crispi , Eduardo Durán , Claudia Mix , Érika Olivera , Patricio Rosas y Daniel Verdessi .
Es cuanto puedo informar.
He dicho.
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
En discusión el proyecto.
Recuerdo a lo colegas que cada bancada tiene hasta cinco minutos para intervenir. Tiene la palabra la diputada Virginia Troncoso .
La señora TRONCOSO (doña Virginia).-
Señor Presidente, la donación de órganos representa una temática de nuestra vida que, sin dudas, debe ser reforzada, con el objeto de dar a las personas que lo necesitan las herramientas indispensables que les permitan mejorar su vida y su salud, y, en casos más extremos, la posibilidad de salvar su vida.
La legislación que regula la materia, principalmente la ley N° 20.413, que establece el principio de la donación universal, todavía parece confusa, toda vez que no garantiza el incremento del número de donantes. En efecto, según cifras del Ministerio de Salud, en 2017 existían alrededor de diez donantes por cada millón de habitantes en nuestro país, cifra paupérrima que, en definitiva, muestra que el problema de salud pública que existía antes de la dictación de la ley de 2010 todavía no ha sido superado.
En consecuencia, nos encontramos con serias carencias legales en lo que se refiere a la donación de órganos, especialmente en lo que dice relación con la pesquisa y procuración.
Por otra parte, la ley vigente permite que los parientes de un fallecido tengan la facultad de decidir no donar sus órganos, aun si aparecen antecedentes o documentación de los cuales se desprenda la intención de donar del fallecido. Asimismo, se permite a los parientes negarse a donar los órganos del fallecido sin expresión de causa.
Así las cosas, nos encontramos ante un problema de orden cultural o religioso que dificulta gravemente el desarrollo del sistema nacional de donación de órganos, situación que está generando muerte y desesperanza en miles o en millones de chilenos a lo largo de todo el país.
Por lo expuesto, requerimos una norma que incentive, de una vez por todas, el mecanismo de donación, a efectos de hacerlo más eficiente, protector y seguro para los pacientes.
Nos encontramos ante un problema de fondo que tiene que ver con aspectos educacionales y de mayor sensibilización social; pero, en lo inmediato, se requieren normas legales y reglamentarias aptas para elevar nuestra institucionalidad en la materia.
Así las cosas, estamos en presencia de una iniciativa con rostro humano, y, en este orden, es nuestro deber fomentarla y, con ello, proteger la salud y la vida de miles de personas mediante la resolución de lagunas y trabas que dificultan la aplicación efectiva del principio de donación universal.
He dicho.
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el diputado Miguel Crispi .
El señor CRISPI.-
Señor Presidente, la historia de los trasplantes y las donaciones en Chile parte en 1996, con la primera ley de donación de órganos, en la cual todos aparecíamos como no donantes y lo que había que hacer era declarase donante. Esa fue, quizá, la primera gran discusión sobre esta materia, en la cual es posible que haya participado algunos de los diputados presentes.
En 2010 se cambió el enfoque, ya que se aprobó una modificación a la ley, que establece que todos somos donantes. Nos acercamos así al paradigma del donante universal, y los no donantes debían explicitarlo.
El problema es que ese mecanismo de explicitación de quienes no deseaban ser donantes, primero, incluyó a una cantidad importante de personas que, sin decirlo, aparecieron en el listado de no donantes, y, segundo, la ausencia de información al momento de hacer el trámite, cuando sacabas una licencia o cuando ibas a una oficina del Servicio de Registro Civil e Identificación. Te preguntaban si querías ser donante, y mucha gente, sin información, decía que no, porque tenían incertezas de lo que podía pasar.
Eso generó que en Chile hubiera un listado de no donantes integrado por 3.899.000 personas, lo que nos situó en la tasa que tenemos hasta el día de hoy, de diez donantes por cada millón de habitantes.
En 2013 se generó el trámite para declarase no donante y que obliga a que se haga ante notario. Es decir, se pone una nueva barrera, para hacer más efectivo el incentivo a que todas y todos seamos donantes, y se establece la duda fundada respecto de que solo los que eran donantes al momento de generar una cirugía podían señalar lo contrario.
Con eso se sumaron 12.000 nuevos registros al listado de no donantes. ¿Cuál fue el problema? La ausencia de tacto, de “chispeza”, podríamos decir, porque el registro no partió de cero, sino de 3.900.000 personas, a las que se agregaron 12.000 más.
Por lo tanto, nos quedamos con más de 4 millones de personas no donantes. Frente a eso, ocurrió que los médicos de los doscientos centros hospitalarios del país, cuando había una persona con muerte cerebral, empezaron a preguntar a los familiares si estaban disponibles para sacar al difunto del registro de no donantes, para poder así entregar sus órganos en donación.
Entonces entró la Contraloría y se generó un debate respecto de si era posible, si era legal que se hiciera esa pregunta, a pesar de que la persona estaba en el registro de no donantes.
Finalmente, la Contraloría dijo que no se podía. Eso generó que en el primer semestre de 2018 se produjera una disminución de donantes del 40 por ciento; es decir, hubo 40 por ciento menos respecto de la tasa de 10 donantes por cada millón de habitantes, que nos tenía al final del ranking de países con menores donaciones.
Se generó la modificación en la Contraloría, a través del trabajo que desarrolló el Colegio Médico, entre otros actores, con el ente contralor, porque aquello no tenía ning��n sentido. Ahora estamos tramitando un proyecto que busca que promociona ser donante universal y no nos entrampemos en reglamentos burocráticos. No queremos que un tercero, en el último momento y sin fundamentos, pueda dar vuelta una decisión. Ahora, si un familiar dice que en el testamento del fallecido se señala que no quiere ser donante, hay que respetar esa decisión de no donar sus órganos.
Vamos a apoyar esta iniciativa, pero aún no es suficiente, porque parte importante de la política pública tiene es ir acompañando. Básicamente, se debe terminar con el registro de no donantes, para que todos seamos donantes. Si no tenemos una coordinadora nacional de trasplantes fortalecida será una tarea imposible lograr la donación universal.
La coordinadora, que depende del Ministerio de Salud, existe desde 2010, y desde esa fecha no se ha establecido el perfil ni se ha hecho el concurso público para determinar quién será la persona que tome las decisiones.
Los trasplantes y las donaciones de órganos no están inscritos en el Plan Nacional de Salud, y no necesitamos una ley para que el Ministerio de Salud lo ponga como un objetivo central.
Por último, quiero referirme a las unidades de procuramiento, conformadas por profesionales que conversan con los familiares de las personas que sufren muerte cerebral para convencerlos de entregar los órganos a personas que lo necesitan. Hoy tenemos 80 unidades de procuramiento para un total de 200 establecimientos hospitalarios; por consiguiente, necesitamos mayores compromisos del ministerio.
Por las razones expuestas vamos a apoyar esta iniciativa.
He dicho.
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
Tiene palabra la diputada Andrea Parra .
La señora PARRA (doña Andrea).-
Señor Presidente, según cifras del Ministerio de Salud, durante 2017 se registraron 173 donantes efectivos, provocando que el número de trasplantes alcanzara los 457 casos en el mismo período.
En 2017, la cantidad de donantes efectivos por mes llegó a una cifra histórica de dos dígitos por cada millón de habitantes. Sin embargo, esos datos, que parecían positivos, se transformaron en una verdadera pesadilla en 2018.
¿Cómo podemos quedarnos inmóviles si en 2018 tuvimos la peor tasa de donantes de los últimos veinte años? ¿Cómo no acelerar esta nueva legislación cuando, a la fecha, casi 3.000 personas esperan por un trasplante, la mayoría de ellos de cornea y de riñón?
La ley que aprobó el Congreso Nacional hace unos años no pudo resolver el problema de fondo, pues cerca de 4 millones de personas quedaron en el registro de no donantes tras declarar su negativa al momento de obtener o renovar la cédula de identidad o la licencia de conducir. Ese vacío terminó siendo un verdadero obstáculo para una política pública que tenía como principal objetivo aumentar la donación y la cifra de trasplantes.
Parece poco pertinente e ilógico que una decisión tan relevante y que requiere una profunda reflexión tuviera que materializarse durante la realización de un trámite.
Donar órganos significa extender y salvar vidas; en consecuencia, es labor del Ejecutivo y de los legisladores debatir y modificar las normas que dificultan el procedimiento.
Ahora bien, el presente proyecto, iniciado en moción, viene justamente a corregir el mecanismo previsto en la legislación vigente. El procedimiento debe ser ágil porque hay vidas en juego, por lo tanto, es indispensable dotar al texto legal de un efectivo y profundo principio de solidaridad que nos permita reemplazar la angustia por la esperanza.
El Senado demoró bastante en consensuar el tiempo de que disponían las personas para ratificar su decisión de permanecer en el registro de no donantes. La idea original eran seis meses, pero la Sala terminó por aprobar dos años y así llegó a la Comisión de Salud de la Cámara.
A todas luces, los dos años era un tiempo excesivo si consideramos la delicada situación en que nos encontramos como sociedad. Y digo era, porque la Comisión de Salud decidió, por la unanimidad de sus miembros, rebajar acertadamente el período a un año. De esta manera, el número de potenciales donantes aumentará significativamente.
Lo anterior se verá reforzado con la disposición que establece respetar la voluntad, tanto de quienes en vida decidieron…
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
Ha terminado su tiempo, señora diputada. Tiene la palabra el diputado Andrés Longton .
El señor LONGTON.-
Señor Presidente, agradezco la presencia del ministro de Salud, quien recogió las mociones que presentamos varios diputados, principalmente de Renovación Nacional, y las incorporó en el mensaje presidencial.
Me cuesta imaginar acto más noble que salvar una vida, sobre todo si esto implica desprenderse de una parte de un ser querido, que si bien ya no está, el profundo apego a la vida hace que aquel acto sea aun más bondadoso y de un amor a la vida que es inmedible, ya que en un momento de profundo dolor no es fácil visualizar el sufrimiento que están viviendo miles de familias cuyas historias de vida son realmente desgarradoras.
Pongámonos un segundo, solo un segundo, en el lugar de aquellos que tienen que convivir con el dolor diario de un ser querido cuya vida depende de un tercero, y donde cada segundo transcurrido es una eternidad que poco a poco nos roba la esperanza que solo el amor puede seguir manteniendo.
En un país en que nos caracterizamos por ser solidarios con quienes más lo necesitan, no lo somos cuando se trata de salvar una vida mediante la donación, según indican claramente las cifras. Tenemos más de 2.000 personas que esperan un órgano y registramos una de las tasas más bajas del cono sur en cuanto a donantes.
¿Por qué? Entre otras razones -ya lo mencionó el diputado Miguel Crispi -, porque entre el 2010 y el 2013 uno podía declararse no donante mediante una manifestación de voluntad que, a veces, no era reflexiva o era poco clara en el trámite de obtención de la cédula de identidad o de la licencia de conducir. Ello produjo que más de 4 millones de personas quedaran registrados como no donantes.
Posteriormente, la contraloría determinó que un familiar no puede tomar la decisión por la persona que falleció, que quizá no fue clara en su manifestación de donar sus órganos. Eso implicó –reitero que tuviéramos 4 millones de personas menos como potenciales donantes de órganos, lo que nos impide subir la tasa de donaciones.
Eso era absolutamente injusto, pero fue modificado por la contraloría. Sin embargo, ocurre que hoy, para poder salir de ese registro de no donantes, se establece el plazo de un año.
Agradezco a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados que bajó el plazo de dos años a un año, porque, de lo contrario, íbamos a tener dos años más a 4 millones de personas en el registro de no donantes. Hasta el 2017, solo 11.000 personas habían decidido salir de ese registro.
Por lo tanto, dos años era claramente un plazo absolutamente excesivo y aunque personalmente lo habría dejado en seis meses, la decisión final fue dejar un año de plazo.
Se entiende que en un momento de dolor, de aflicción, cuando se pierde a un ser querido, los familiares señalen que no quieren donar los órganos de su familiar fallecido. Sin embargo, eso era absolutamente injusto y no respetaba la voluntad manifestada en vida por el donante.
Por eso, me parece muy positiva la indicación que se aprobó en la Comisión de Salud, y que no consideró el Senado. Me refiero a las declaraciones. Hasta el día de hoy, solo con meras declaraciones de familiares se podía torcer la voluntad del donante. Hoy queda muy claro que son documentos contradictorios. No se consideraban los documentos que el fallecido suscribió en vida -declaración jurada u otro documento-, en que señalaba su voluntad de ser donante. Claramente, se torcía la voluntad del donante. Hoy se trata de sincerar y de transparentar el registro de no donantes, que no da cuenta de la realidad actual.
Lamentablemente, el 2018 fue uno de los peores años que tuvimos respecto de la donación de órganos. El último trimestre dicha cifra mejoró, a mi juicio, por el dictamen de la contraloría que permitió a los casi 4 millones de personas poder salirse del registro de no donantes y manifestar su voluntad de serlo.
Aplaudo este proyecto y felicito a la Comisión de Salud por lograr introducir esta modificación de reducir el plazo de dos años a uno, aunque hubiese preferido seis meses. Sin perjuicio de aquello, este es un gran proyecto, y espero que incentive la donación de órganos, porque donar órganos implica salvar vidas.
He dicho.
-Aplausos.
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Karim Bianchi .
El señor BIANCHI.-
Señor Presidente, la donación enfrenta a la vida con la muerte, en ese lugar donde la ciencia y la solidaridad humana dan la posibilidad de producir un milagro después de la vida. Alguien nos deja, pero puede dar tranquilidad, felicidad y esperanza a una persona y a una familia de prolongar su existencia a través de la voluntad del donante. Pero a la vez, la donación de órganos nos pone en una circunstancia, en un momento difícil, porque quizás la persona o sus mismas familias no quieren hablarlo. Si se hubiese sabido la verdadera voluntad de una persona fallecida, en muchos casos la suerte o el destino de quienes necesitaron un órgano podría haber sido otro.
Por eso, este no solamente es un tema legislativo, como lo hemos hablado acá, sino también se trata de un cambio cultural. La vida no termina con la muerte, porque se puede prolongar de una u otra manera. Y debemos concientizar sobre el particular.
Acá hay dos caras de la misma moneda: el que dice no quiero ser donante, pero si a esa misma persona le tocara ser receptor de una donación de órganos quizás no pensaría de esa manera.
Por eso, este cambio cultural nos enfrenta, en esta sociedad que tiene desconfianza, a un desafío que tenemos que abordar desde, por ejemplo, el aula, los liceos, los colegios, pues se trata de un bien superior, a pesar de todo el dolor que la donación de órganos puede causar. Incluso se puede empezar por incluir el tema en la malla escolar para conversar y eliminar el desconocimiento que hay sobre la materia. Quizás la desconfianza de la ciudadanía es consecuencia del desconocimiento. En los países que tienen mejores tasas de donación de órganos el trabajo viene desde el aula.
Por otra parte, siempre vemos titulares de periódicos, o nos enteramos por televisión o radio de casos de personas que son emblemáticos; sin embargo, pasa el tiempo y el sistema de salud no es capaz de dar cobertura.
Este proyecto de ley cambia la forma en que las personas notifican su negativa a ser donantes, pues deben concurrir a una notaría y expresar allí su voluntad contraria a donar órganos. Esto es positivo, porque se debe respetar la voluntad de la persona que ha fallecido, más allá de la contrariedad que pueda existir en el círculo familiar en ese momento difícil.
Otros colegas han mencionado lo que ha pasado en los últimos años. 2018 fue un año muy difícil, porque hubo muy pocas personas que donaron órganos. Quizás fue el año más crítico. Pudo haber influido lo que pasó con un fallo de la contraloría, o el hecho de que había más de 4 millones de personas que aparecían en la nómina de no donantes de órganos. Esto se da porque esa nómina se confeccionó con personas que quería renovar su cédula de identidad o su licencia de conducir, a las cuales muchas veces ni siquiera les preguntaban si querían ser donantes.
Una vez solucionado el problema de fondo, esto es, contar con los órganos, surge otro problema: la logística, es decir, cómo hacemos para que esta futura ley se cumpla.
¿Por qué lo menciono? Mucha gente se muere, pero ni siquiera preguntan en los hospitales si las personas que fallecen son donantes. No sé si los médicos hacen operar los protocolos. Lo digo no solamente respecto de las personas que atienden en los hospitales del centro del país, sino también en las localidades aisladas. Probablemente es en esos lugares donde no opera el protocolo; es allí donde quizás esta logística y toda la voluntad que ponemos para sacar adelante esta norma no se va a cumplir.
La realidad es que los hospitales rurales, los hospitales alejados, muchas veces no cuentan ni con protocolos de traslado ni con especialistas para atender ciertas enfermedades. Si es así, mucho menos encontraremos personas que puedan efectuar trasplantes de órganos. Por eso, es necesario que todo este cuerpo normativo no solo se sostenga en la voluntad de las personas y en entregarles la carga de que digan que son donantes. El sistema de salud debe ser capaz de contar con un sistema logístico capaz de captar a esos donantes. De lo contrario, nos quedaremos con un eslogan que suena bien, pero que sonaría mucho más bonito si el sistema cumple y funciona.
Por lo tanto, llamo a que no solamente nos quedemos con la voluntad de las personas de ser donantes, sino también que verifiquemos que efectivamente se cumplan los procedimientos de donación. Si este proyecto de ley no discrimina por raza, sexo, color o sistema de salud, tampoco puede hacerlo respecto de las personas que se encuentran más alejadas del centro del país.
He dicho.
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Luciano Cruz-Coke .
El señor CRUZ-COKE.-
Señor Presidente, qué importante proyecto es este que vamos a votar; qué notable ejemplo de cómo a veces la ley puede generar incentivos que cambian la conducta de las personas, promoviendo y favoreciendo la toma de decisiones beneficiosas para la sociedad. Pero la historia de la regulación de la donación de órganos nos muestra cómo, también, lamentablemente, una mala regulación puede causar efectos catastróficos que pueden impedirnos salvar vidas.
En 2010, durante la tramitación de una nueva e innovadora ley de donación universal de órganos, se incorporó una mala norma en la que se indicó que al momento de renovar la cédula de identidad o de conducir, o de hacer un trámite ante el Servicio de Registro Civil, se podía consultar si se quería o no ser donante.
Comprenderán, honorables colegas, que quien es sorprendido con una pregunta de ese calibre, y de imprevisto, careciendo de información y sin una opinión formada, difícilmente tomará la decisión de donar. Así, se perdió toda la eficacia del principio de donación universal que estábamos consagrando.
Los resultados fueron tremendos. En 2013 existían 4 millones de no donantes que tomaron la decisión de manera irreflexiva y sin estar debidamente informados y preparados para tomar esa decisión.
Es evidente que esto fue causado por una mala regulación, pues cuando en 2013 se eliminó la posibilidad de hacer preguntas de forma extemporánea, el resultado fue que muy pocas personas decidieron inscribirse como no donantes.
¡Qué importante puede ser una buena norma y qué peligroso puede resultar una mala!
Por eso, me alegro de que la Comisión de Salud de esta Cámara haya disminuido el plazo para ratificar la decisión de no donar de dos años a un año. Nos hubiera gustado que se mantuviera el plazo inicial que estipulaba la moción, que, como señalaba el colega Longton hace pocos minutos, era de seis meses. Lamento la decisión de algunos senadores de haber mantenido la posibilidad de ratificar la decisión de no ser donantes al momento de renovar cédulas o de hacer otros trámites que no guardan relación con el tema. Parece que a veces no aprendemos de nuestros errores. Una mala indicación puede echar a perder un proyecto de ley.
Agradezco, en particular, al senador Felipe Kast por esta iniciativa. Al respecto, puedo dar fe de que se ha quemado las pestañas trabajado en esta iniciativa.
Agradezco también al Gobierno y al ministro de Salud, aquí presente, por darle prioridad e importancia al proyecto, así como a los senadores que participaron en la moción.
Es importante que la Cámara dé una señal y apruebe un proyecto tan urgente para salvar vidas. La idea es que no sigan muriendo personas. Con una buena regulación en esta materia ellas pueden ser salvadas a través de un acto que, por lo demás, implica una enorme de generosidad.
He dicho.
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Patricio Rosas .
El señor ROSAS.-
Señor Presidente, mucho se ha conversado en la Cámara de Diputados sobre la solidaridad de nuestro país en diversas fechas. Creo que esta legislación, que se ha expuesto latamente, impide que los chilenos seamos lo suficientemente solidarios.
Esta noticia de que tengamos 4 millones de no donantes, producto de errores administrativos y de una legislación no adecuada a un sistema de salud que quiere efectuar más trasplantes, que quiere recuperar más personas, es un tema que tenemos que corregir. Hoy, con este proyecto, estamos recuperando un poco de ello.
Me imagino que esos 4 millones de no donantes por cierto no son 4 millones de personas que no quieran ser receptoras de órganos. Por supuesto, todos los chilenos debemos ser donantes para poder también ser receptores de órganos. Esa debe ser la norma en materia de salud.
Soy partidario de que el plazo para que las personas que hubiesen manifestado su voluntad de no ser donantes ratifiquen dicha declaración sea de seis meses, no de un año. Es un tema que deberemos resolver, junto con otras medidas que deberemos tomar respecto de los trasplantes en la Cámara de Diputados y en el Ministerio de Salud.
El tema de los trasplantes es complejo. La persona que fallece no beneficia a una sola persona, sino a muchas, porque hay riñones, hígado, corazón, páncreas, córneas, pulmones. Por eso es tan importante que la muerte cerebral del paciente sea dictaminada por decisiones independientes de dos médicos distintos: generalmente, el médico de urgencia, con un informe de un electroencefalograma plano, y el jefe de la UCI o el jefe de turno de la UCI; dos personas opinan en forma independiente lo mismo respecto de un paciente.
Por lo tanto, en Chile tenemos un sistema muy seguro para diagnosticar la muerte cerebral, y una vez diagnosticada lo importante es el tiempo. Este entrampamiento administrativo que hemos generado en nuestro país ha impedido a quienes hemos trabajado en salud tener mejores cifras de trasplantes. Se ha perdido tiempo en el consentimiento, en preguntar a una y otra persona, en las dudas y también -por qué no decirlo en la mala propaganda de la prensa.
La muerte cerebral es un hecho irreversible, y si es dictaminado por la opinión de dos personas independientes, es un hecho imposible de dudar. Sin embargo, aquí se ha sembrado una especie caza de brujas al respecto.
Vamos a apoyar este proyecto porque la esperanza es, primero, recuperar la tasa de donaciones de órganos que tuvimos en 2017 e, incluso, aumentarla. Para ello tendremos que seguir impulsando otras medidas para reforzar los equipos de procura de órganos con el propósito de que puedan moverse por el país. La idea es que los equipos quirúrgicos que van a obtener los órganos puedan disponer de un sistema de traslado aéreo en todo nuestro país.
Además, se debe reforzar el personal y los recursos que tienen los equipos de procura de órganos que funcionan dentro de las UCI. También necesitamos recursos para futuras campañas de educación y que el Ministerio de Salud tome cartas en el asunto para desmitificar el tema del trasplante, de manera que la gente que tiene dudas respecto de cómo opera el sistema entienda que existen muchos filtros de seguridad.
Con toda la fuerza y la convicción, nuestra bancada apoyará este proyecto de ley. Sabemos que es el primer paso y que todavía tenemos que dar muchos más.
He dicho.
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Karol Cariola .
La señorita CARIOLA (doña Karol) .-
Señor Presidente, accedimos a la solicitud del Ejecutivo de tramitar rápidamente un proyecto de ley que, sin lugar a dudas, nos pone contentos, porque, además, logra generar un acuerdo. ¿Quién podría estar en desacuerdo con esta iniciativa, considerando la necesidad que hoy tenemos en Chile de incentivar la donación de órganos?
Señor Presidente, por su intermedio quiero saludar al ministro de Salud y decirle que si bien en algunos temas tenemos varias diferencias, en este tema tiene muchos aliados y aliadas. Por supuesto, la bancada del Partido Comunista y del Partido Progresista es una aliada en este objetivo que nos hemos propuesto para mejorar una situación dramática en nuestro país.
En ese sentido, es necesario poner sobre la mesa algunos datos que son bastante impactantes: a septiembre de 2018 se habían incorporado 118 donantes de órganos, es decir, 32 por ciento menos que los 173 donantes de 2017. Ese es un dato duro que nos muestra que tenemos una situación compleja para dar solución a la larga lista de espera de personas que necesitan un trasplante, y también voy a dar algunos datos al respecto: de corazón, 22 personas; de pulmón, 29 personas; de hígado, 144 personas; de páncreas, 24 personas, de córneas, 698 personas, y de riñón, 1.800 personas.
No es posible que en nuestro país haya personas que necesiten un donante y no lo podamos poner a su disposición, porque no hemos tomado, hasta ahora -lo bueno hay que reconocerlo-, medidas para mejorar las condiciones en la actual normativa para desarrollar una acción realmente efectiva.
Tal como señaló un colega, hay muchas inseguridades. En la población se han generado muchos mitos respecto de cómo se llevan a cabo los procedimientos, y eso genera temor. No es casualidad que la cantidad de personas que están en el Registro Nacional de No Donantes, en 2018, llegue a 3.900.000. Ese es el dato que tenemos hoy. Por consiguiente, son muchos más los que están en el Registro Nacional de No Donantes que quienes se han inscrito para ser donantes de órganos en este proceso.
Este proyecto de ley busca solucionar algunos de esos problemas. Primero, solo se podrá consultar a familiares en un orden de prelación excluyente cuando realmente haya dudas fundadas sobre si la persona fallecida renunció a su condición de donante. En la actualidad, muchas veces ocurre que las personas determinan su disposición a ser donantes, pero cuando llega el momento de llevar a cabo el procedimiento, los familiares se oponen sin siquiera tener certeza de la voluntad de la persona que se declaró donante, y eso causa un perjuicio.
Partimos desde la exclusión y no desde la inclusión de que todos debiésemos ser potencialmente donantes y quienes quieran determinar lo contrario deben hacer un esfuerzo para ello. Eso es lo que cambia este proyecto de ley, y me parece un elemento fundamental.
Además, se entenderá que hay dudas fundadas solo si la persona pertenece al Registro Nacional de No Donantes o cuando se presenten documentos contradictorios al médico que va a determinar el procedimiento.
También se establece que cuando no existan parientes que puedan aclarar la condición de no donante, se presumirá que sí es donante. Lo mismo pasará con las personas que no estén inscritas en el Registro Nacional de No Donantes, ya que siempre se presumirá que son donantes y se dispondrá de sus órganos para la donación.
Siempre se respetará la última voluntad de la persona fallecida, tanto para donar como para no ser donante cuando conste de conformidad con la ley.
Además, el médico tratante está obligado a notificar a la respectiva unidad de coordinación de procuramiento de órganos y tejidos respecto de la muerte encefálica del paciente. Aquí se establece la responsabilidad del médico que no notifica, la cual, producto de una indicación nuestra, podrá ser administrativa y civil, según fuere el caso, sin perjuicio de la posibilidad de que haya responsabilidad penal por negligencia médica.
Nos parece que esas medidas son absolutamente necesarias para hacer que la donación de órganos en Chile sea efectiva.
Aprovecho esta instancia para hacer un llamado a todo el país, en el sentido de que donar es vida para los niños, las niñas y todas las personas que lo necesiten.
He dicho.
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Víctor Torres .
El señor TORRES.-
Señor Presidente, por su intermedio saludo al ministro de Salud. Respecto de este proyecto de ley, quiero clarificar algunas cosas. Me correspondió ser autor del proyecto de ley que, en 2013, permitió un cambio en la creación del Registro Nacional de No Donantes, a propósito de la modificación que tuvo la ley sobre donantes de órganos en 2010, que estableció que todos los chilenos mayores de dieciocho años éramos, por el solo ministerio de la ley, donantes universales.
Pero esa ley bien intencionada tuvo un problema práctico: el hecho de establecer de manera vinculante la decisión que supuestamente se habría adoptado respecto de no ser donante al ejercicio de sacar algún tipo de documento de identificación, sea la cédula de identidad o la licencia de conducir.
¿Qué ocurrió durante todos los años en que rigió esa legislación? Cuando una persona iba al Servicio de Registro Civil a hacer el trámite para sacar su carné de identidad, el funcionario que lo atendía le preguntaba si era donante, a lo cual, en un acto que no era de conciencia, la persona respondía que no lo era.
Si la ley establece que todos los chilenos y chilenas mayores de 18 años somos donantes universales por el solo ministerio de la ley, lo que hacen aquellos que se declaran no donantes es ejercer objeción de conciencia. Por tanto, la ley tenía que garantizar que la declaración de no donante fuera un acto de conciencia, cuestión que no ocurría con el procedimiento que estableció la ley en 2010.
Por ello, en 2013 presentamos una modificación que generó una discusión, porque eliminaba el trámite del Registro Civil y de las municipalidades, y establecía un mecanismo único, distinto, que consistía en efectuar una declaración en una notaría. El efecto que tuvo esa modificación fue el que se buscaba, que no era necesariamente el aumento directo de donantes, sino más bien poner un límite al crecimiento exponencial que había tenido el registro de no donantes, sobre la base de decir “desde aquí en adelante estas son las condiciones”. Dicha modificación surtió efecto, porque luego de esa ley la cantidad de no donantes que se generó fue bastante menor. Incluso, fueron menos de 15.000, contra los casi cuatro millones de no donantes que se habían generado con la legislación anterior.
Pero ¿qué ocurrió? Quedó un período de tiempo, entre 2010 y 2013, en el que se generó un boom explosivo de no donantes, que llegó casi a los cuatro millones de personas, lo que no se pudo resolver, no por falta de lucidez al momento de la discusión, porque fue un tema debatido, sino porque en ese momento no existían las condiciones para avanzar en una legislación que resolviera esa situación, ya que una legislación en ese sentido podía llegar a ser cuestionada en su constitucionalidad, pues implicaría legislar de manera retroactiva.
Hoy las condiciones políticas han permitido que nos hagamos cargo de aquello de lo que no pudimos hacernos cargo en ese momento, y perfeccionar otras materias. Por ejemplo, lo relativo a la duda fundada respecto de la condición de donante, y la correlación de los familiares del fallecido que pueden tomar la decisión respecto de la donación de órganos en aquellos casos en que así se requiera. Al respecto hubo algunas modificaciones. No obstante, debo decir que la legislación de 2013 siempre reconoció que ante una duda fundada, eran exclusivamente los familiares del fallecido quienes podían tomar la decisión. De ahí surge el dictamen que en su momento emitió la Contraloría al respecto.
En el ejercicio de la medicina es muy difícil que un equipo médico, aun cuando la ley así lo establezca, no consulte en algún momento a la familia a propósito de lo que implica una intervención para materializar la donación, que consiste en extraer uno o más órganos para entregárselos a un receptor.
Ahora, surge un segundo asunto a considerar, que es tanto o más importante que la ley aprovecho la presencia del ministro de Salud para plantearlo, porque en esto es fundamental la acción del ministerio-: no es la ley la que va a permitir mejorar o aumentar la cantidad de donantes, sino las políticas públicas que genere el ministerio para educar y promover la conciencia donante en toda la población del país.
Por lo tanto, hay un desafío que es fundamental, del cual espero que el ministerio se haga cargo.
He dicho.
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Ricardo Celis .
El señor CELIS (don Ricardo).-
Señor Presidente, espero que don Pedro Adasme , padre de Joaquín Adasme, quien falleció a la espera de un trasplante este mes de enero, esté contento cuando se apruebe este proyecto, porque sentirá que la muerte de su hijo no ha sido en vano, pues va a colaborar, tal vez, a salvar muchas vidas. Nos removió la conciencia a los chilenos la muerte de Joaquín, así como la de muchas otras personas, niños y jóvenes, que han muerto a la espera de un trasplante, el que no pudieron obtener porque no había donantes o porque los mecanismos para ser donante eran demasiados engorrosos.
Durante este debate se han explicado varios de esos mecanismos engorrosos, particularmente aquel que consistía en la inscripción en el registro de no donantes cuando se solicitaba el carné de identidad o la licencia de conducir. Este mecanismo condujo a que haya cerca de cuatro millones de personas inscritas en el registro de no donantes.
Creo que Chile es más generoso que eso. Creo que los chilenos somos más generosos que eso. Obviamente, existe la disposición para cambiar el curso de esa situación y dar las facilidades para la donación de órganos. Este proyecto apunta en el sentido correcto.
En los hechos, todos somos donantes desde los 18 años, salvo que la persona haya explicitado ante un notario que no quiere ser donante o figure inscrita en el registro de no donantes.
El proyecto aprobado ayer en la Comisión de Salud establece cambios importantes. Por ejemplo, dispone que para continuar en el registro de no donantes, las personas inscritas en él tendrán un año como plazo para ratificar su decisión.
Tal como lo explicó el diputado Torres, las personas que expresan voluntariamente su condición de no donante son muy pocas. Son pocos los que toman la decisión de ir a una notaría y expresar su condición de no donante. La mayoría de las personas tiene la voluntad de ser donante.
Insisto: no son donantes quienes así lo expresaron en una notaría y quienes figuren inscritos en el registro de no donantes. Pero con esta iniciativa, las personas que figuran en el registro de no donantes tendrán el plazo de un año para expresar su voluntad de continuar detentando la calidad de no donantes. Si lo ratifican, continuarán engrosando la cifra de personas que, legítima y respetablemente, han tomado la decisión de permanecer en su condición de no donantes. Pero el resto, es decir, quienes no hagan ese trámite, se entenderá que son donantes, lo cual es una muy buena noticia.
Inicialmente, se presentó una propuesta que buscaba que el registro de no donantes se corrigiera dentro de dos años, pero ayer se acordó que el plazo fuera solo de un año, tiempo suficiente para llevar a cabo el trámite. Además, el Registro Civil va a tener un plazo de 180 días para informar y elaborar un registro a nivel nacional. O sea, en un año más 180 días vamos a contar con un registro de donantes grande e importante.
En Chile somos generosos. Cada donante puede salvar doce vidas, a lo menos, o puede mejorar la vida de muchas personas, porque la donación de órganos no solo está vinculada a evitar la muerte, sino también a mejorar la calidad de vida de las personas, como ocurre con los trasplantes de córneas.
Este proyecto y los perfeccionamientos efectuados por el Senado también van en el sentido correcto para que no quede en la ambigüedad la dolorosa decisión de la familia de cambiar o ratificar la voluntad de su ser querido cuando este fallece.
El Ministerio de Salud tiene dos tareas: la primera es hacer una importante campaña nacional de difusión, porque detrás de esta normativa hay un tema cultural que el ministerio puede abordar junto con otros ministerios. La idea es que se generen instancias para dar a conocer a la población en qué consisten la nueva ley y las correcciones que se hicieron a la normativa anterior, y para invitarla a ser donante, a donar vida o mejor calidad de vida.
La segunda tarea -la mencionó el diputado Crispi tiene que ver con el procuramiento. Debe ser parte de la labor de gestión del ministerio generar más equipos de procuramiento, de modo que no falle la posibilidad de que alguien reciba un órgano porque no había un anestesista o porque no estaba el cirujano o porque no existían las capacidades de transporte, etcétera. Eso no puede ocurrir.
Con esta iniciativa va a mejorar la cantidad de personas que expresará su voluntad de ser donantes. Lo que corresponde a continuación, además de hacer una campaña de difusión en esta materia, es que se generen todas las condiciones, desde el punto de vista de la gestión del Ministerio de Salud, para contar con equipos de procuramiento activos importantes que sean capaces de dar sentido a esta futura ley, y ese es el objeto de las modificaciones introducidas al proyecto, las que de seguro serán aprobadas por la Sala.
He dicho.
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, hasta por 2 minutos y 45 segundos, el diputado Jaime Bellolio .
El señor BELLOLIO.-
Señor Presidente, agradezco a la bancada de Evópoli el tiempo que me ha cedido para referirme a una materia que nos une, relacionada con la vida y la dignidad de las personas.
Tal como se ha dicho, no tengo duda alguna de que en Chile hay muchas personas que si padecieran una enfermedad que requiriera un trasplante querrían ser todas receptoras de esa donación. Sin embargo, muchas de ellas no están disponibles a ser donantes. ¿Cómo se explica esa incoherencia?
Algunas personas tienen legítimas objeciones para negarse a la donación de sus órganos, así como para ser receptoras, y ambas decisiones son absolutamente legítimas. Sin embargo, la primera ley que se estableció sobre la materia dispuso, por definición, que las personas no eran donantes. No obstante, algunos manifestamos nuestra voluntad de serlo, tal como se consigna en mi licencia de conducir. Lamentablemente, a muchos ni siquiera se les preguntaba si eran donantes, sino que se asumía lo contrario y se les agregaba al registro de no donantes. Por ello, en tres años la ley acumuló unos 4 millones de personas no donantes.
Cuando se cambió la fuerza de la prueba y se estableció que todos éramos donantes, salvo aquellos que tuvieran una objeción legítima, solo 11.600 personas, en 5 años, se inscribieron como no donantes, lo que demuestra que la decisión adoptada era la más razonable, la más lógica.
Actualmente, Chile es uno de los países que tiene menos donantes por habitante, y lo que ocurrió a partir del cambio dejó en evidencia que el problema no eran los chilenos y su mentalidad, sino el sistema creado, que presentaba una falla grave, la que hoy se propone cambiar a través de este proyecto.
Hoy somos donantes tanto los que manifestamos nuestra voluntad de serlo como los que no lo han expresado y no quieren ser donantes, pero también es fundamental que las familias entiendan que no se debe revertir la decisión de alguno de sus integrantes. Antes, la familia podía revertir la decisión de una persona solo si era donante, pero si no lo era, no podía hacerlo. Hoy, esa situación fue adecuada en este proyecto de ley.
Por lo tanto, ¿qué hacemos con esos 4 millones de personas declaradas como no donantes? Gracias a una indicación que presenté -agradezco al resto de los miembros de la Comisión de Salud que la hayan apoyado-, que tenía por objeto disminuir de dos años a un año, a partir de la entrada en vigencia de la presente ley, la obligación de ratificar la condición de no donante, podremos salvar más vidas, desmitificar los aspectos relacionados con la donación de órganos y comprometernos realmente con las demás personas.
He dicho
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre este proyecto de ley en los siguientes términos:
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
Corresponde votar en general el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, iniciado en mensaje y mociones, refundidos, que modifica la ley N° 19.451, con el objeto de incentivar la donación de órganos.
Hago presente a la Sala que el proyecto trata materias propias de ley simple o común. En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 116 votos; por la negativa, 1 voto. No hubo abstenciones.
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Alessandri Vergara, Jorge ; Alinco Bustos, René ; Álvarez Ramírez, Sebastián ; Álvarez Vera, Jenny ; Amar Mancilla, Sandra ; Ascencio Mansilla, Gabriel ; Auth Stewart, Pepe ; Baltolu Rasera, Nino ; Barrera Moreno, Boris ; Bellolio Avaria, Jaime ; Berger Fett, Bernardo ; Bernales Maldonado, Alejandro ; Bianchi Retamales, Karim ; Bobadilla Muñoz, Sergio ; Boric Font, Gabriel ; Brito Hasbún, Jorge ; Calisto Águila , Miguel Ángel ; Cariola Oliva, Karol ; Carvajal Ambiado, Loreto ; Castillo Muñoz, Natalia ; Castro Bascuñán, José Miguel ; Castro González, Juan Luis ; Celis Araya, Ricardo ; Celis Montt, Andrés ; Cicardini Milla, Daniella ; Cid Versalovic, Sofía ; Crispi Serrano, Miguel ; Cruz-Coke Carvallo, Luciano ; Díaz Díaz, Marcelo ; Durán Espinoza, Jorge ; Durán Salinas, Eduardo ; Espinoza Sandoval, Fidel ; Flores García, Iván ; Flores Oporto, Camila ; Fuenzalida Figueroa, Gonzalo ; Gahona Salazar, Sergio ; Galleguillos Castillo, Ramón ; García García, René Manuel ; Garín González, Renato ; González Gatica, Félix ; González Torres, Rodrigo ; Gutiérrez Gálvez, Hugo ; Hernández Hernández, Javier ; Hernando Pérez, Marcela ; Hoffmann Opazo , María José ; Ibáñez Cotroneo, Diego ; Ilabaca Cerda, Marcos ; Jackson Drago, Giorgio ; Jarpa Wevar, Carlos Abel ; Jiles Moreno, Pamela ; Jiménez Fuentes, Tucapel ; Jürgensen Rundshagen, Harry ; Kast Sommerhoff, Pablo ; Keitel Bianchi, Sebastián ; Kuschel Silva, Carlos ; Labra Sepúlveda , Amaro ; Leuquén Uribe, Aracely ; Longton Herrera, Andrés ; Luck Urban, Karin ; Macaya Danús, Javier ; Melero Abaroa, Patricio ; Mellado Suazo, Miguel ; Meza Moncada, Fernando ; Mix Jiménez, Claudia ; Molina Magofke, Andrés ; Morales Muñoz, Celso ; Moreira Barros, Cristhian ; Mulet Martínez, Jaime ; Muñoz González, Francesca ; Naranjo Ortiz, Jaime ; Norambuena Farías, Iván ; Núñez Arancibia, Daniel ; Nuyado Ancapichún, Emilia ; Olivera De La Fuente, Erika ; Orsini Pascal, Maite ; Ortiz Novoa, José Miguel ; Ossandón Irarrázabal, Ximena ; Parra Sauterel, Andrea ; Paulsen Kehr, Diego ; Pérez Lahsen, Leopoldo ; Pérez Olea, Joanna ; Pérez Salinas, Catalina ; Ramírez Diez, Guillermo ; Rathgeb Schifferli, Jorge ; Rentería Moller, Rolando ; Rey Martínez, Hugo ; Rocafull López, Luis ; Rojas Valderrama, Camila ; Romero Sáez, Leonidas ; Rosas Barrientos, Patricio ; Saavedra Chandía, Gastón ; Sabag Villalobos, Jorge ; Saffirio Espinoza, René ; Saldívar Auger, Raúl ; Sanhueza Dueñas, Gustavo ; Santana Tirachini, Alejandro ; Sauerbaum Muñoz, Frank ; Schilling Rodríguez, Marcelo ; Sepúlveda Orbenes, Alejandra ; Soto Ferrada, Leonardo ; Soto Mardones, Raúl ; Teillier Del Valle, Guillermo ; Tohá González, Jaime ; Torrealba Alvarado, Sebastián ; Torres Jeldes, Víctor ; Trisotti Martínez, Renzo ; Troncoso Hellman, Virginia ; Undurraga Gazitúa, Francisco ; Urrutia Soto, Osvaldo ; Vallejo Dowling, Camila ; Van Rysselberghe Herrera, Enrique ; Velásquez Seguel, Pedro ; Venegas Cárdenas, Mario ; Von Mühlenbrock Zamora, Gastón ; Winter Etcheberry, Gonzalo ; Yeomans Araya, Gael .
-Votó por la negativa el diputado señor Schalper Sepúlveda , Diego .
-Aplausos.
El señor MULET (Presidente en ejercicio).-
Por no haber sido objeto de indicaciones, se da por aprobado también en particular, con la misma votación.
Despachado el proyecto al Senado.
"
- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/11849-11