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- rdf:value = " El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente, antes que corra el tiempo, quiero consultar cuántos minutos tenemos para intervenir.
El señor FLORES, don Iván (Presidente).-
Se mantuvo el tiempo de seis minutos para intervenir respecto de este proyecto calificado con discusión inmediata.
El señor SAFFIRIO.-
Muchas gracias.
Señor Presidente, voy a plantear una decisión, dos declaraciones, siete argumentos y una conclusión.
Mi decisión es no entrar al análisis exegético del texto del proyecto de ley propuesto por el Senado, sino entrar más bien al análisis del contexto en que este proyecto se debate.
Dos declaraciones: mi más profundo y absoluto rechazo al uso de la violencia como método de acción política y mi más profundo y absoluto rechazo a cualquier intento o acción que implique violaciones a derechos humanos cometidas por cualquier agente del Estado.
Paso a los argumentos.
El contexto nos dice que estamos frente a un gobierno cuestionado, nacional e internacionalmente, por su compromiso en violaciones a derechos humanos cometidas precisamente por agentes del Estado. Nos dice ese contexto que hay un Ministerio del Interior que respalda a los agentes del Estado que cometen violaciones a los derechos humanos, que cometen acciones ilegales; que permite que civiles practiquen detenciones sin identificación, sin hacer presente los derechos de los detenidos, que son secuestrados incluso en automóviles o vehículos privados.
El contexto nos dice que tenemos un Ministerio Público, el encargado de la persecución criminal, que es absolutamente obsecuente e ineficaz en la persecución de los delitos, quienquiera que sea el que los cometa.
Ese mismo contexto nos dice que estamos en presencia de una policía de Carabineros absoluta y completamente fuera de control, sin mando institucional, dividida internamente después del descabezamiento sistemático durante a lo menos los últimos tres años, con mandos informales de generales en retiro, pero, además, con su inteligencia institucional fuertemente comprometida con el crimen organizado; con un alto mando que avala, que normaliza que sus subalternos cometan delitos, a los que además se les garantiza por el jefe institucional que no obstante lo hagan, ninguno de ellos va a ser sancionado por esas infracciones.
El último argumento es que los delitos que se proponen, todos, sin excepción, se encuentran tipificados en el Código Penal. En consecuencia, si los delitos se encuentran tipificados en el Código Penal, lo que se busca es incrementar las penas por vía indirecta, haciendo más específicos aquellos que tienen que ver con la crisis social, económica, política e institucional que estamos viviendo. No se puede legislar en materia penal bajo estas circunstancias.
Quiero plantear una conclusión. Yo estoy disponible para crear nuevos tipos delictivos, para aumentar penas si fuera necesario; pero lo estoy inmediatamente después de que aprobemos el proyecto de ley, con las modificaciones que haya que formular, que reestructura la institución de Carabineros, que es la más cuestionada en este proceso que se ha denominado “estallido social”, que, desde mi punto de vista, ya no puede llamarse así. Un estallido es un acto que comienza y concluye, es el símil de un fuego artificial, que se enciende, estalla, ilumina, se apaga y se transforma en humo. El estado de cosas que estamos viviendo hoy día es un estado más bien permanente de convulsión social, de confrontación, de violencia, que no necesita incremento de penas ni delitos nuevos para ser resuelto.
Ya lo dije en alguna ocasión con motivo de otro proyecto: están cometiendo -¡por favor! el mismo error que se ha cometido durante cincuenta años en La Araucanía, tratando de resolver por la vía judicial y policial un problema que es político, cual es la falta de reconocimiento a nuestros pueblos originarios. La misma receta que han aplicado en La Araucanía, y que ha fracasado, la quieren aplicar hoy día a través de estas normas a lo largo del país para criminalizar el movimiento social.
Entonces, cuando exista una policía de Carabineros que sea profesional, que actúe conforme a los requerimientos de la democracia y los derechos humanos yo estaré disponible para aprobar este proyecto. Ello no ocurre hoy día, por eso hablo del contexto. Como no ocurre hoy día, lo voy a rechazar, señor Presidente.
He dicho.
-Aplausos.
"
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