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La señora CARVAJAL, doña M.a Loreto (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el diputado Gabriel Boric Font .
El señor BORIC.-
Señora Presidenta, hace casi seis años que con Giorgio Jackson y otros parlamentarios y parlamentarias, algunos recién llegados al Parlamento, presentamos este proyecto de reforma constitucional.
Nos dijeron de todo: que no entendíamos nada de cómo funcionaba el mundo; que los parlamentarios merecíamos los 9 millones de pesos porque trabajábamos mucho; que éramos cabros chicos con mesada e, incluso, que no teníamos exesposas a quienes pagarles la pensión, o que si bajábamos los sueldos los parlamentarios seríamos susceptibles de ser corrompidos. Incluso, a pesar de ganar 9 millones de pesos, algunos no tuvieron ningún problema en recibir recursos de Soquimich, de Penta o de Corpesca.
Hoy me gustaría estar contento. Pero es imposible abstraerse en este momento de la noticia desgarradora de que los ojos de Gustavo Gatica se han cerrado para siempre pese a mantener la llama de la vida y de la dignidad firme y en alto.
Por lo tanto, si bien estoy contento, creo que es una sobrealegría ante el contexto que tenemos en el país.
¿Cuáles son los principios que inspiran este proyecto de ley?
Uno, que no seamos los mismos parlamentarios quienes nos fijemos el sueldo, sino un organismo externo y técnico; dos, que la revisión sea para todos los altos sueldos del Estado; tres, que el plazo para operativizar la rebaja sea breve y con sentido de urgencia; cuatro, que la rebaja sea significativa y no simbólica, y, cinco, que todo ahorro producto de esta rebaja vaya al presupuesto de la Nación, para ser destinado a resolver necesidades sociales, no al ítem de asignaciones de los mismos parlamentarios.
Por lo tanto, voy a defender la rebaja transitoria del 50 por ciento que presenté como indicación junto con los diputados Díaz y Hirsch .
¡Qué vergüenza escuchar a algunos diputados, como el señor Molina , decir que no puede vivir con 4 millones de pesos, mientras el promedio de los sueldos en Chile, según el INE, es de 573.964 pesos y la mitad de los chilenos y chilenas gana bajo los 400 mil pesos! Para señalar aquello algunos vuelven a utilizar el argumento de la mesada.
Presentamos este proyecto porque creemos que hay un sentido de urgencia y hay que dar señales claras respecto de cuál es el objetivo de esta rebaja. No hay que patear la pelota al córner y señalar que esto significa una evidente presión para el organismo técnico que deberá analizar esta materia, para que la rebaja no vaya más allá del 50 por ciento, porcentaje que, por lo demás, está por sobre la mitad del promedio de los países de la OCDE.
Además, hemos hecho una distinción entre los cargos de representación popular y de confianza exclusiva con aquellos que son propios de una carrera funcionaria o que existen en razón de características técnicas. Las rebajas se deben aplicar para los primeros, no para los segundos.
Las asignaciones hay que revisarlas seriamente. Ojalá las sedes parlamentarias fueran propiedad de la Cámara, para que no tuvieran que ser arrendadas por cada diputado. Además, se debe terminar con los viáticos excesivos y se requiere bajar los gastos innecesarios en transporte. Sin embargo, no estamos disponibles para perjudicar ni despedir a secretarias, trabajadores sociales, abogados, abogadas o periodistas, que ganan entre 600.000 y 1.500.000 pesos por una indicación presentada a última hora con ánimo de empatar espuriamente este proyecto.
Lo mismo quiero decir respecto de los trabajadores del Congreso Nacional, de la Biblioteca, de las comisiones, de los trabajadores a honorarios o, incluso, de quienes más precarizados están, como los que prestan servicios de alimentación y aseo.
La baja de la dieta no soluciona el problema de la desigualdad, pero es una señal en la dirección correcta, porque parte del problema que tenemos hoy en nuestro país es producto de la profunda y grave desconexión entre la elite dirigente y la mayoría del pueblo, que como consecuencia de los altos ingresos de esa elite dirigente, de la cual hoy soy parte, porque no estoy hablando como outsider, ha vivido demasiado tiempo en un país paralelo y no ha tenido la capacidad de ver la injusticia, la desigualdad y la rabia larvada en nuestro pueblo, porque hay mucha gente que está endeudada en 70 por ciento de sus ingresos y que le cuesta llegar a fin de mes.
Colegas diputados y diputadas -por su intermedio, señora Presidenta-, la paz no se logra por decreto ni por firmarse en un papel. La paz se logra en la medida en que la vida en nuestro país sea digna para todos y todas, y no solo para algunos y algunas, como sucede hoy.
He dicho.
-Aplausos.
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