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El señor FLORES, don Iván (Presidente).-
Ha terminado su tiempo, señor diputado. Tiene la palabra el diputado Osvaldo Urrutia .
El señor URRUTIA (don Osvaldo).-
Señor Presidente, partamos por decir la verdad: los diputados nunca hemos tenido la facultad para aumentar nuestras dietas ni tampoco para rebajarlas. Las dietas parlamentarias están consignadas en la Constitución y “linkeadas” con el sueldo de un ministro de Estado.
Dicho eso, si bien la rebaja de la dieta por sí sola no es una medida efectiva ni suficiente para combatir la desigualdad, puesto que la desigualdad no tiene solo su origen en el sueldo de los parlamentarios, lo que debatimos hoy es una medida con una carga simbólica importante en cuanto a que todos quienes tengan algún grado de privilegio en nuestra sociedad deben aportar a superar la crisis social que hoy día nos invade.
A mi parecer, la reducción de la dieta parlamentaria dice relación más con una ofuscación de la población frente al trabajo que realizan los congresistas, nosotros los parlamentarios, que con una crítica velada a su remuneración. Tanto es así que la población no tiene grandes reparos respecto de la dieta que percibe un ministro de Estado o un ministro de Corte Suprema.
Es verdad que hay muchos diputados que hacen bien su trabajo, pero hay otros que no hacen bien la pega, que no aportan al debate legislativo, que no se preparan, que no estudian, que ni siquiera saben lo que votan, como dijo hace poco un parlamentario. Hay parlamentarios que se dedican a obstruir la labor del Ejecutivo y no les importa el bien común. Para ello le mienten a la ciudadanía, dicen verdades a medias y abusan del cargo para el cual fueron elegidos, creyendo equivocadamente que son parte de los privilegios que les da el cargo. Son diputados que destinan parte importante de los gastos operacionales para hacer activismo político, que tienen más de diez celulares pagados con asignaciones, que presentan proyectos irrisorios, como el del Día de la Brisca; que manejan a exceso de velocidad o sin carné, y que cuando los multan increpan al carabinero que los detuvo. Son diputados que destinan los gastos operacionales a pagar deudas personales, que se visten y actúan como payasos…
(Manifestaciones en las tribunas)
El señor FLORES, don Iván (Presidente).-
Solicito a las tribunas que guarden silencio.
El señor URRUTIA (don Osvaldo).-
…y que además dicen y piensan payasadas; que presentan proyectos equivocados, como el de los medidores inteligentes, y después ni siquiera tienen el valor de reconocer que cometieron un error; que chocan, se arrancan y luego se niegan a hacerse la alcoholemia.
Tenemos demasiados diputados viajeros, dedicados al turismo legislativo, perseverantes e impenitentes, obstinados, sin arrepentimiento, que no pierden viajes a Europa, Asia o el Caribe.
Señor Presidente, el costo para el Estado de cada parlamentario es cercano a los 21.000.000 de pesos, cifra que se compone de la dieta y las asignaciones parlamentarias. Las asignaciones se destinan a pagar personal de apoyo, arriendo de sedes y asesorías parlamentarias. Nadie dice que no tengamos asesorías parlamentarias. No confundir esto…
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