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El señor LETELIER.-
Señora Presidenta , voy a usar los ocho minutos.
Estamos discutiendo una reforma constitucional que autoriza el retiro del 10 por ciento de los ahorros en las AFP.
Y estamos esencialmente aquí por dos razones.
Primero, un amplísimo sector de nuestro país se encuentra en un estado de necesidad dramático: carencias económicas y sociales serias; angustias e incertidumbres.
Esa es la principal razón por la cual vamos a aprobar esta reforma constitucional.
Pero a lo anterior se suma otra razón: la crisis de legitimidad más absoluta de las AFP como instrumento capaz de garantizar pensiones dignas. Un modelo neoliberal que ha fracasado.
El hecho del porqué estamos discutiendo este proyecto lo reconoce en su última nota informativa la OIT, donde indica que la discusión sobre el retiro del 10 por ciento de los fondos acumulados de los trabajadores se debe entender tanto desde las urgencias de las personas por asegurar ingresos como desde el debate más amplio del sistema que regulará las futuras pensiones en Chile.
Varios nos dirán que reformar la Constitución para autorizar el retiro del 10 por ciento no es correcto. Sí. Es probable que existan otros caminos, sin duda.
Pero se ha recurrido a este camino porque el Gobierno no ha dejado otra alternativa.
Y ello por dos razones.
Primero, porque sus políticas han llegado tarde y mal. La pandemia partió en marzo; estamos en julio.
Estuvo el "bono COVID"; el Ingreso Familiar de Emergencia 1.0 y el 2.0. Ahora estamos discutiendo el 3.0 y sus problemas con el Registro Social de Hogares y otros obstáculos.
Vimos la Ley de Protección del Empleo 1.0; ahora estamos en la 2.0.
Vimos que la solución para quienes se pagan mediante boletas a honorarios fue un saludo a la bandera. No sirvió de nada.
Y recién ahora en julio estamos viendo ayuda para la clase media.
Señora Presidenta, digamos las cosas como son: el Gobierno ha llegado tarde.
Pero esto no lo decimos nosotros, sino la revista The Economist, un medio de comunicación al que nadie podría acusar de Centroizquierda -es bastante conservador- y que, tras la evaluación del Presidente Piñera para enfrentar la crisis, dice: "El gobierno ha sido torpe en proteger a los chilenos. Ha reaccionado con lentitud. Sus medidas, aunque dispuestas a gran escala, no han llegado a quienes las necesitan".
Esta es la primera razón.
La segunda obedece a que la magnitud de la crisis demanda abrir alternativas. Se ha perdido uno de cada cuatro empleos, según un informe de un centro de estudios de la Universidad Católica, y más de 2 millones 100 mil trabajos en los últimos tres meses.
Pero lo peor es que la cantidad de personas en el mercado laboral hoy es menor al número de personas que están en edad de trabajar y que se hallan fuera del mercado laboral.
Esto no ocurría desde la crisis de los años 80.
Señora Presidenta , este proyecto representa una respuesta política ante la ausencia de iniciativas efectivas y eficaces para ayudar a la población en forma directa. Por eso vemos ollas comunes y la gente está tan desesperada.
El Gobierno debe asumir que ha llegado tarde, mal y de manera insuficiente.
Estamos votando esta reforma constitucional, porque el Gobierno no nos deja otro camino.
Varios dirán que retirar los fondos de las AFP no es bueno para las futuras pensiones.
Sí, es probable que no sea el mejor camino en tiempos normales.
Sí, se rompe con la regla sacrosanta de que los ahorros previsionales del sistema de pensiones son para la vejez.
Sí, pero en tiempos normales.
Sin embargo, hoy no vivimos tiempos normales, sino una situación excepcional.
Y esto lo reconocen tanto el Banco Mundial como la OIT, que en su último informe señala: "Si bien sería deseable que los ahorros previsionales sólo atendieran las prestaciones que requerirá el trabajador o la trabajadora en su vejez, ante la emergencia podría utilizarse una modesta parte de los ahorros previsionales para dar respuesta a la necesidad de seguridad económica de los hogares.".
Este no es un problema que afecta solo a Chile, sino que, tal como lo reconoce la OIT, ocurre a nivel planetario.
Estamos votando esta reforma constitucional porque la gente necesita alternativas.
A todo lo anterior se suma que el Gobierno, al insistir en mantener el actual modelo de pensiones como ha quedado plasmado en el proyecto de reforma que sacó adelante en la Cámara de Diputados a principios de este año y en el cual se resistió a avanzar hacia un nuevo modelo de pensiones, ha contribuido a agudizar aún más la crisis de legitimidad que existe hace mucho tiempo con respecto a las AFP.
La mayoría de los chilenos sabe que las pensiones que genera el sistema de las AFP son entre malas, pésimas o miserables para muchos.
La gran mayoría de las personas piensa -y con razón- que si se mantiene el actual modelo de pensiones sus alternativas son elegir entre una pensión mala o una pensión peor.
Aquí no está en discusión sacar este dinero o tener buenas pensiones.
^@#@ ^Fernando , un amigo de La Rinconada de Parral, Coltauco, recordó cómo el año 2008 perdió cuatro millones de pesos en su cuenta, producto de la crisis. En octubre del año pasado perdió dos millones a consecuencia del conflicto social que vivimos. Y hoy él quiere sacar 500 mil pesos como su decisión.
Parece que los chilenos están tomando conciencia de cómo funciona el modelo de pensiones.
Para la gran mayoría de las familias de trabajo y esfuerzo el echar mano a sus ahorros en las AFP no tiene costo de oportunidad significante.
Y que la Derecha asuma su responsabilidad, así como también la industria, porque son ellos los que han sostenido durante años que los ahorros previsionales son propiedad de la gente.
¡Bueno, están cosechando lo que sembraron durante tantos años!
Lo que quiere la gente es lo suyo.
Hoy las chilenas y los chilenos, señora Presidenta , quieren un nuevo modelo de pensiones, quieren un futuro distinto, porque saben que no tienen otra alternativa que retirar sus fondos.
Y este Gobierno tiene gran responsabilidad, porque hasta ahora sigue con su reforma de pensiones que insiste en más de lo mismo: más platas para las cuentas individuales.
Señora Presidenta , necesitamos avanzar hacia una cirugía mayor del sistema de pensiones; establecer un sistema multipilar, para lo cual es fundamental crear un pilar de ahorro colectivo.
Eso es lo que más se necesita: un sistema donde se introduzca la equidad.
Estamos votando esta reforma porque el Gobierno no nos deja otro camino.
Yo personalmente soy partidario de que despachemos el mismo proyecto que aprobó la Cámara de Diputados, porque de esa forma salimos de una vez y le ponemos al Gobierno en sus manos, en su cancha, la decisión política.
La mayoría del Congreso, con un altísimo quorum, quiere el retiro de los fondos y el país, en más de un 80 por ciento, también. Pero lo que necesitamos saber es si el Gobierno escuchará o preferirá un tremendo conflicto con el Congreso Nacional y con la mayoría de los chilenos que están en un estado de necesidad.
El Gobierno tendrá que ver si envía esta reforma al Tribunal Constitucional, si la veta o, si al contrario, se suma a esta alternativa...
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