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- rdf:value = " El señor UNDURRAGA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Camila Vallejo .
La señorita VALLEJO (doña Camila) .-
Señor Presidente, desde que yo al menos puedo votar, lo he hecho y he participado en todas las elecciones en que he podido.
Recuerdo que en 2013, cuando me preguntaban, en el contexto -si mal no recuerdo de una primaria municipal, si estaba de acuerdo con volver al voto obligatorio, dije que por supuesto.
Estoy convencida de que Chile debe tener inscripción automática y voto obligatorio. Y me alegra que hoy, al parecer, seamos mayoría los que creemos en el voto obligatorio, porque la última vez, lamentablemente, se rechazó el proyecto que intentó reponerlo.
Más allá del argumento sobre la legitimidad o no de las instituciones, esto tiene que ver con un principio. Creo en el voto obligatorio por razones de principios, porque tengo la convicción de que la democracia no es un juego, no es una opción; la democracia es un deber y una responsabilidad, sobre todo una responsabilidad de todos los ciudadanos y ciudadanas y no solamente de las autoridades elegidas.
Me parece que es una responsabilidad, porque cuando uno dice que cree en la democracia, que hay que fortalecerla, que cree en una democracia participativa, en una democracia ciudadana y popular que realmente involucre a todos y todas, entonces finalmente tiene, al igual que cada ciudadano y ciudadana, la responsabilidad de levantar, construir y consolidar esa democracia. Y la democracia no depende, evidentemente, solo del sufragio, aunque el sufragio es un derecho que costó conquistar -es cosa de pensar en el movimiento sufragista, por ejemplo, para las mujeres; muchas de ellas lucharon y murieron por el derecho al sufragio-, sino también de la participación, en el amplio sentido de la palabra, y de la organización.
Es decir, la democracia también implica, además de votar, organizarse, opinar de manera informada y, muchas veces, dedicar tiempo a leer y estudiar para saber sobre las distintas opciones y posiciones políticas que existen en una democracia.
Me parece que, por principio, el voto tiene que ser obligatorio, por una cuestión de responsabilidad. Es como cuando uno piensa en el derecho a la educación. La educación escolar es un derecho, pero también es un deber, es una obligación, porque una sociedad y una democracia no se pueden pensar sin educación. Va de la mano ese derecho con ese deber. De lo contrario, es muy difícil construir democracia, sobre todo cuando uno piensa que el derecho a la educación -así está establecido es un derecho habilitante para otros derechos. Porque si no tienes educación, difícilmente puedes exigir otros derechos, pero, además, hacer uso de otros derechos. Es un derecho habilitante. Lo mismo ocurre con la participación en la democracia, pues habilita también para otros derechos. No digo que sea un requisito, pero sí facilita el ejercicio de otros derechos.
Por eso me parece que es importante -insisto por principio. No sé si estaremos haciéndole un guiño a la ciudadanía con la aprobación de este proyecto y si es una cuestión de popularidad. Más bien creo que puede ser que no y que algunos saldrán reclamando: “¡Cómo van a volver al voto obligatorio!”. No sé si es popular esto, pero tiene que ver -insisto con principios. Siempre he creído que tiene que ser así: con voto obligatorio. Y no es obligar a nadie a votar por una opción u otra. Probablemente, lo que empiece a pasar es que aumenten los votos nulos y blancos; pero es importante conocer esa radiografía, porque uno tiene la duda de por qué no votaron los que no lo hicieron, y se empieza a especular. Al parecer en la última elección la mayoría no lo hizo por miedo a la pandemia.
Que el voto sea obligatorio nos permite decir: aquí había opciones políticas claras, pero también otra opción política, como es la de anular, la de poner mensajes o la de dejar el voto en blanco. Ello también demuestra algo: una posición política, lo que permite que, a mediano y largo plazo, vayamos haciendo las correcciones que necesita nuestra democracia para involucrar a muchas más personas.
Estoy de acuerdo con lo que dice el diputado Bernales en términos de que el voto obligatorio implica dar otras facilidades, como disponer de transporte público, de lugares de votación, etcétera. O sea, también tenemos que avanzar en mejores condiciones para que se pueda ejercer ese voto.
Y sobre el proceso constituyente, creo que no estamos sustituyendo a la Convención Constitucional. Al final, esta puede determinar que volvamos al voto voluntario, y, si es así, tendremos que respetarlo, porque ahí está el poder constituyente originario; el Congreso es solo derivado. Si aprobamos este proyecto y la Convención Constitucional determina lo contrario, tendremos que adecuarnos a esa determinación soberana. Pero por ahora, si nuestro principio y convicción es el voto obligatorio, creo que hay que aprobarlo.
Por eso, nuestra bancada va a aprobar este proyecto.
He dicho.
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