-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/696123/seccion/akn696123-po1-ds23-ds30
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/339
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- rdf:value = "
El señor ARAYA.-
Gracias, Presidenta.
Lamentablemente, nuestro país vive por estos días un alza sostenida en el número de personas contagiadas por COVID-19. Este aumento ha seguido un patrón de comportamiento similar al observado en el hemisferio norte al término del verano, lo que se ha conocido como "segunda ola" de la pandemia.
En nuestro caso, se ha hablado de una segunda e incluso de una tercera ola, lo que da un poco lo mismo; pero lo que sí importa es que las cifras están al alza y dan cuenta de un fenómeno cuyos efectos todavía no se han expresado completamente.
A manera de ejemplo, les puedo señalar que, en la Región de Antofagasta, que me honro en representar en este Senado, al día 9 de marzo se habían contagiado de COVID-19 39.314 personas, de las cuales 798 han fallecido. Además, la ocupación de camas UCI en la red de salud hospitalaria de Antofagasta llega al 97 por ciento, quedando disponibles solo 4 camas para toda la región.
El aumento de los contagios y del número de personas fallecidas por COVID-19 nos ha retrotraído a los días más duros de la crisis del año pasado, y ha llevado a que la autoridad sanitaria adopte nuevamente medidas extraordinarias de restricción a la movilidad de las personas para una proporción muy significativa de la población nacional, ya sea a través de cuarentenas totales o de fines de semana, junto con ampliar al máximo la capacidad de atención de camas críticas, tanto en la red pública como privada, suspendiendo las cirugías programadas, que no son consideradas esenciales.
En forma paralela, ha funcionado correctamente el plan de vacunación, mostrando la fortaleza de la red de atención primaria del sistema público de salud. Sin embargo, este proceso de vacunación no producirá efectos de manera inmediata.
Vistos estos antecedentes, se mantienen casi inalterables los presupuestos que sustentaron la declaración del Presidente de la República , de estado de excepción constitucional de catástrofe por calamidad pública, en marzo del 2020, a consecuencia del brote del virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad COVID-19, la cual fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud.
La permanencia de la pandemia y sus efectos en la economía, en el mercado laboral, en el sistema educacional, en las familias, en la salud mental de las personas, y en un sinnúmero de otros ámbitos, han sido estudiados y acreditados en Chile y en el mundo. Estos efectos están ocurriendo y su huella nos acompañará por largo tiempo.
De este modo, mi convicción personal es que el Presidente de la República , las autoridades sanitarias y el Gobierno en su conjunto requieren estar dotados de facultades extraordinarias, propias del estado de excepción constitucional, para enfrentar una situación grave, excepcional y extraordinaria como la que nos afecta, especialmente en el ámbito de la contratación pública, la gestión sanitaria, el uso de medios militares para tareas que no son propias de la Defensa, y la restricción de algunas libertades individuales.
En este sentido, concurriré con mi voto favorable a la autorización requerida para la extensión del estado de excepción constitucional de catástrofe por calamidad pública hasta el 30 de junio de 2021.
No obstante lo anterior, quisiera dejar sentado un punto.
Dentro de las facultades extraordinarias que la Constitución otorga a la autoridad, está permitido limitar la libertad de locomoción o de desplazamiento de las personas. En virtud de esta facultad, la autoridad ha dispuesto por casi un año el toque de queda en todo el país.
El toque de queda es una medida extraordinaria; implica una restricción severa a la libertad de las personas, así como un esfuerzo significativo del Estado para velar por su cumplimiento. Un toque de queda que no se cumple banaliza la medida y a las instituciones encargadas de hacerlo cumplir.
Corresponde al Presidente de la República evaluar la pertinencia de mantener el toque de queda, su extensión y la modalidad de la medida. Para adoptar esta decisión, deberá considerar qué tan eficaz ha resultado hasta ahora, qué capacidad real existe para hacerlo cumplir, y con cuánta legitimidad social cuenta esta herramienta.
El toque de queda, de ser prorrogado nuevamente, debe ir acompañado, a mi juicio, de manera explícita y transparente, de los fundamentos de la decisión, los recursos involucrados, y los resultados que se han obtenido hasta ahora. En caso contrario, nuevamente estaremos en presencia de un acto meramente performativo.
Finalmente, quiero hacer presente que frente a los argumentos que se han esgrimido en cuanto a que el toque de queda se prestaría para abusos por parte de la autoridad, o que sería una suerte de control social para evitar las protestas, conviene recordar que el estado de excepción constitucional no exime de responsabilidad a ninguna autoridad o funcionario público de los posibles delitos, faltas o abusos que pueda cometer en el ejercicio de sus funciones, aun cuando actúe al amparo del estado de excepción constitucional, por lo que los derechos de los ciudadanos se mantienen a resguardo frente a las ilegalidades que se pudieren cometer, existiendo en nuestra legislación diversos mecanismos para garantizar la adecuada y oportuna protección de los derechos de las personas.
Por todas las razones precedentemente expuestas, votaré a favor de autorizar la prórroga de la vigencia del estado de excepción constitucional de catástrofe por calamidad pública hasta el 30 de junio de 2021.
He dicho, Presidenta .
Muchas gracias.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/696123/seccion/akn696123-po1-ds23
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/696123