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El señor SOTO, don Raúl (Presidente).-
Iniciando el Orden del Día, corresponde continuar la discusión del proyecto de ley, iniciado en moción, que promueve, resguarda y garantiza los derechos de las personas menstruantes.
Para la discusión de este proyecto se otorgarán cinco minutos a cada diputada o diputado que se inscriba para hacer uso de la palabra.
Antecedentes:
-El debate del proyecto de ley se inició en la sesión 8ª de la presente legislatura, en miércoles 6 de abril de 2022, oportunidad en que se rindió el informe de la Comisión de Mujeres y Equidad de Género.
El señor SOTO, don Raúl (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Jaime Mulet .
El señor MULET.-
Señor Presidente, continuando la discusión de este proyecto de ley, quiero decir que vamos a aprobarlo. Creo que es una muy buena moción, iniciada por un conjunto de parlamentarias, que busca fundamentalmente el reconocimiento expreso de los derechos asociados a la menstruación -se llaman derechos menstruales- para todas las personas menstruantes, estableciendo, al mismo tiempo, el deber del Estado de promover, resguardar y facilitar el ejercicio de estos derechos, con una debida mirada integral de la temática y con propuestas de políticas públicas que abarquen no solo el ámbito social, sino también los ámbitos cultural, sanitario y económico.
Se modifican el Código Sanitario y otros cuerpos legales para reconocer los productos necesarios para la gestión menstrual, sentando las bases regulatorias para su producción y distribución segura al interior de nuestro país, de modo que se pueda avanzar en un compromiso estatal para garantizar el acceso a ellos y avanzar en la lucha en contra de esta discriminación, la más de las veces invisibilizada, basada en una condición biológica.
También debemos tener en cuenta que esta iniciativa es un anticipo de la búsqueda de la eliminación de los llamados impuestos determinados en razón del sexo, también reconocidos por los consumidores y consumidoras como impuestos rosa, y, eventualmente, de un subsidio para reducir sus costos.
El Sernac ha encontrado diferencias de precios en productos exclusivamente por su empaque destinado a “mujeres”. Se estima que una persona menstruante puede gastar hasta 120.000 pesos adicionales en productos para su higiene, sin contar que parten con una brecha salarial en su contra.
Todos estos hechos revelan una organización de la sociedad de la que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta, lo que, con toda lógica, forma parte de las reivindicaciones feministas.
Por eso, este proyecto de ley contempla el derecho a una gestión menstrual libre y digna; el fomento de una buena salud y gestión menstrual para contribuir así al bienestar de las personas con capacidad para menstruar y promover, de esta manera, la equidad de género; fomentar la implementación de programas de acceso a conocimiento e información veraz y adecuada sobre la menstruación y sus vínculos con la salud, a toda la población; propender a la erradicación de ideas preconcebidas que puedan dar lugar a tabúes y sesgos en relación con la menstruación; promover el uso de productos de gestión menstrual sustentables, etcétera.
Por eso, con el mayor gusto, vamos a apoyar este proyecto de ley.
He dicho.
El señor SOTO, don Raúl (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada Natalia Romero .
La señora ROMERO (doña Natalia).-
Señor Presidente, aunque la mayoría de las mujeres adultas y jóvenes del país tendrán un ciclo menstrual todos los meses de su vida, en su primera menstruación y su menopausia este tema no deja de ser tabú ni deja de estar rodeado de prejuicios y desconocimiento.
A menudo el impacto de la importancia del ciclo menstrual parece no ser entendido a cabalidad. Esto puede verse reflejado en un cierto sesgo en nuestra legislación, al no ser ni siquiera mencionado este hecho en la vida de nuestras compatriotas en ninguna de las normas sanitarias ni tampoco en las de salud.
Estimados colegas, humildemente, creo que esta materia es más compleja aún si nos referimos a los sectores más vulnerables, donde la pandemia y la pobreza socavan la posibilidad de que nuestras mujeres adultas y jóvenes puedan acceder a productos de primera necesidad que hacen posible enfrentar el ciclo menstrual con dignidad y libertad.
Esto se torna más dificultoso si a esta ecuación agregamos cuestiones asociadas a una adecuada educación sexual y la transparencia con que se tratan estos temas en nuestras aulas, al ser muchas veces estigmatizados.
En ese sentido, y teniendo claro que el ciclo menstrual no deja de ser un tema privado y de salud personal, debido a su importancia pasa a ser una materia que debe ser abordada desde una mirada social y nacional, pero principalmente de salud pública y educacional, lo cual nos anima a votar favorablemente el proyecto.
Diputadas y diputados, sé que este tema puede ser abordado desde una perspectiva ideológica y no desconozco las legítimas diferencias que pueda haber acerca de este proyecto, pero por las mujeres y jóvenes de mi región, me veo en la necesidad de abordar esta problemática de manera neutral, libre de sesgos, poniendo mis esperanzas en que este proyecto sea perfeccionado en los siguientes pasos de su tramitación, de manera de permitir el fortalecimiento de la dignidad y la libertad efectiva para nuestras mujeres.
Por eso, votaré a favor la idea de legislar este proyecto.
He dicho.
El señor SOTO, don Raúl (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada María Candelaria Acevedo .
La señora ACEVEDO (doña María Candelaria).-
Señor Presidente, es lamentable escuchar a algunos honorables referirse con tanto desprecio a este proyecto, porque el discurso se torna de odio, como me tocó escuchar hace unos días cuando subí al ascensor: “Estas mujeres comunistas no valen nada”.
Cuestionan este proyecto porque les parece que hay un trasfondo ideológico, pero se equivocan. De fondo, hay una razón humanitaria, vinculada a los derechos humanos y al reconocimiento de un proceso fisiológico que viven mes a mes millones de personas en el mundo. Celebro la precisión hecha por las autoras de este proyecto al referirse a personas menstruantes y no exclusiva y excluyentemente a mujeres.
Por eso, este reconocimiento requiere ser incorporado como una política pública, porque quizás algunos nunca han ido al consultorio, pero quienes sí lo hemos hecho sabemos que no se entregan toallas higiénicas y, menos aún, otros productos asociados.
En este caso, estos discursos con falta de empatía nos asombran. En febrero de este año, durante la administración del Presidente Sebastián Piñera , se viralizó por redes sociales un mensaje que contenía la firma de un funcionario de la Seremi de Obras Públicas de Ñuble, que decía textualmente: “Si andas en tus días, a nadie le interesa saber… Sé más cuidadosa”.
Este mensaje desató una serie de reacciones a favor y en contra, pero, más allá de las opiniones divergentes, abre el debate a una discusión de lo que poco y nada se ha hablado, pero que gracias al movimiento feminista se ha expuesto en el marco del proceso constituyente y, evidentemente, en este proyecto que ingresó en enero del presente año.
Es necesario comprender que reconocer derechos detrás de esto significa el reconocimiento de un derecho humano y, por ende, de la dignidad humana. De no garantizarlo, hace visible, en la niñez y adolescencia, cuando se produce la menarquia, una de las primeras señales de discriminación y descuido por parte del Estado, porque la falta de acceso a productos de higiene y de salubridad enrostra a las personas más pobres, literalmente, la necesidad de elegir entre comer o comprar toallas higiénicas.
Por todo lo anterior, sin duda, votaré favorablemente este proyecto, como una mujer y como comunista, cuyo voto tiene el mismo valor que el de cualquier otro honorable de esta Sala; lo contrario a lo que algunos creen: que no valemos nada.
He dicho.
-Aplausos.
El señor SEPÚLVEDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Gonzalo de la Carrera.
El señor DE LA CARRERA.-
Señor Presidente, preliminarmente, quiero destacar que considero del todo plausible el artículo 2 del presente proyecto de ley, mediante el cual se modifica el Código Sanitario para regular y definir los productos de gestión menstrual. Sin lugar a dudas, me parece un gran aporte para la salud de las mujeres que estos productos, en atención a la naturaleza de su uso, sean fabricados o importados bajo la mirada atenta de la autoridad sanitaria.
Ahora quiero hacer presente en esta discusión que no estoy de acuerdo con el tono de la redacción ni con el contenido del resto del proyecto.
En primer lugar, por su intermedio, señor Presidente, quiero preguntar a las autoras de este proyecto, las diputadas Orsini y Olivera , quién les ha quitado el derecho a una menstruación digna. Eso sería una barbarie.
Segundo, el proyecto se denomina “Proyecto que garantiza los derechos de las personas menstruantes”. Siendo consecuente con el uso del idioma que quieren obligarnos a utilizar, el proyecto debería titularse como el “Derecho a las personas menstruantas”, y no menstruantes. De lo contrario, mal podrían exigir llamarles presidentas y no presidentes.
En tercer lugar, frases como “propender a la erradicación de ideas preconcebidas que puedan dar lugar a tabúes y sesgos en relación a la menstruación” para mí suenan sumamente retóricas, inexactas y, por qué no decirlo, francamente impositivas.
De la simple lectura de esa frase me surgen distintas preguntas, como: ¿cuáles son las ideas preconcebidas que dan lugar a tabúes y sesgos en la menstruación?, ¿cuáles son los límites y presupuestos para considerar que una idea es correcta o, de lo contrario, es un tabú o un sesgo?, ¿cuáles son los obstáculos que les impiden a las mujeres menstruantas menstruar?
Algunos de ustedes pueden pensar que estoy exagerando, pero no lo estoy, ya que si este proyecto de ley estuviese basado en términos biológicos o fisiológicos, las preguntas que me hice anteriormente tendrían una respuesta clara y única. Pero, en el caso de este proyecto, los conceptos son tan vagos y subjetivos que solo abren un abanico de interpretaciones. Por ejemplo, la voz “propender a la erradicación de ideas preconcebidas” puede transformarse en un perfecto comodín para que la ideología del gobierno de turno pueda correr el cerco y limitar artificiosamente la libertad de emitir opinión y de informar sin censura previa de todos aquellos que no comparten sus ideas.
Si bien este proyecto tiene aciertos, no puedo desconocer que, de manera evidente y flagrante, se le han introducido conceptos altamente ideologizados, dejando fuera datos objetivos y conceptos relevantes, como aquellos que se refieren a los aspectos biológicos o fisiológicos.
En la redacción de este proyecto queda en evidencia que se está legislando solo en atención a cierta ideología de género, lo que queda evidenciado en el hecho de que el texto final del proyecto no utiliza en ningún momento el término “mujer” o “mujeres”, por considerar que hablar de mujeres es inadecuado.
Pero, ¿acaso el espíritu de este proyecto no es visibilizar los problemas que afectan a las personas cuyo sexo al nacer tiene características biológicas y fisiológicas que las definen como mujeres? ¿Es lógico que por incluir a las minorías seamos inexactos en las definiciones que utilicemos al momento de legislar y, además, excluyamos o invisibilicemos a la mayoría conformada por las mujeres, a quienes toca esta iniciativa?
Para mí, y específicamente en este caso, la negación de los términos “mujer” o “mujeres” se debe a la recurrida práctica de imponer un lenguaje que supuestamente es más inclusivo y políticamente correcto; pero, al final del día, solo impone a la fuerza un discurso retórico, inexacto, tremendamente vago, que oculta tanto a mayorías como minorías, y que evita hablar de cosas abiertamente por su nombre.
Por los motivos antedichos, solicito que se reestudie el presente proyecto y se realicen indicaciones, con miras a, uno, definir y clarificar de mejor manera cuáles son las implicancias de las obligaciones que se le impondrán al Estado, cómo se ejecutarán programáticamente y cómo afectan el presupuesto de la nación, y, dos, que se replantee a los sujetos beneficiarios de esta ley, incorporando definiciones precisas, comprobables y medibles científicamente.
He dicho.
-Aplausos.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra la diputada Emilia Schneider .
La señorita SCHNEIDER (doña Emilia) .-
Señora Presidenta, aprobaré este proyecto.
Con todo, quiero hacer un llamado a este Congreso Nacional a no irnos por las ramas. No puede ser posible que por un debate meramente lingüístico, meramente semántico, vayamos a rechazar un derecho por una cuestión de estas características. Me parece que eso es irse por las ramas y no poner atención en lo que realmente importa: garantizar derechos para que las personas que estén menstruando puedan acceder a la higiene y a la salud sexual que corresponden, para vivir dignamente estos procesos.
Ningún debate, ningún pataleo que se haga en este Congreso Nacional va a evitar la realidad de que los hombres trans existen, menstrúan y también merecen derechos, al igual que las mujeres y toda persona que cumpla con estas características biológicas.
No nos vayamos por las ramas. Esta conversación, una vez más, evidencia la falta de educación sexual integral que hay en nuestra sociedad.
Hago el llamado a que, por favor, pongamos en el centro no las consideraciones conservadoras ni morales de cada uno y cada una, sino los derechos de las personas que requieren que este Congreso esté a la altura de legislar por sus necesidades.
He dicho.
-Aplausos.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra la diputada Ana María Bravo .
La señora BRAVO (doña Ana María).-
Señora Presidenta, en primer término, no podemos olvidar que la discusión de este proyecto corresponde a la de una iniciativa con perspectiva de género.
En nuestro país casi el 30 por ciento de la población cada mes pasa por los días del proceso fisiológicamente obligatorio de la menstruación, que en algunas personas dura hasta los 40 años, con todo el costo económico, físico, social y cultural que conlleva.
Como siempre, actualmente el período menstrual en Chile se enfrenta como un factor que profundiza las variadas brechas de género que existen en nuestro país y en el mundo, específicamente en las áreas de la salud, la educación y el empleo, entre otras.
En el estudio del Sernac titulado Informe Estudio Gestión Menstrual, de agosto de 2021, realizado durante el gobierno anterior, el de Sebastián Piñera , podemos encontrar información significativa, como, por ejemplo, que en Chile la Fundación Gente de la Calle en el año 2020 comenzó una campaña que busca visibilizar y sensibilizar a la población general sobre cómo viven la menstruación quienes se encuentran en situación de calle, y, además, facilitar el acceso a productos de higiene menstrual y a información sobre salud sexual y reproductiva a quienes se encuentren en situación de vulnerabilidad social; que durante la pandemia se observaron aún más los problemas de quienes cuentan con menos recursos al momento de gestionar su menstruación.
De acuerdo con estudios de organismos internacionales, como la Asociación Mundial de Niñas Guías Scouts y la Unicef, se detectó que el 25 por ciento de las personas que menstrúan entre los 13 y los 35 años declaró haber tenido más dificultades para gestionar su menstruación luego de la pandemia.
El informe del Sernac sobre la materia señala que el 40 por ciento de la población menstruante indica tener dolores muy intensos o extremos durante el ciclo menstrual; el 66 por ciento admite que utiliza algún tratamiento para aliviar los dolores menstruales, como antinflamatorios o anticonceptivos, y el 47 por ciento señala que nunca se realizó una charla sobre higiene, salud y educación menstrual en sus colegios.
Además, es importante destacar que esta iniciativa fue levantada por distintas organizaciones, como La Mancha de Chile, Mundo Apoya Mujer, entre otras, y fue votada favorablemente en forma unánime en la Comisión de Mujeres y Equidad de Género.
Por razones como estas, hoy es el momento de votar a favor este proyecto y, de esta manera, de disminuir el estigma que sufrimos las mujeres y las personas menstruantes desde la menarquia, que no solo genera problemas desde la etapa escolar, sino que puede convertirse en una barrera para el ejercicio pleno de los derechos a lo largo de la vida.
Desde una perspectiva de derechos humanos, se deben establecer con fuerza los principios de igualdad y no discriminación, y esta debe buscar la igualdad en la diferencia. Por ello, casi el 30 por ciento de la población, que es la que menstrúa mensualmente en Chile, requiere la adopción de medidas especiales de equiparación.
Existe una violencia sistemática en el hecho de que no se hable de estos temas y de que exista omisión de políticas públicas sobre la materia. Somos personas las que menstruamos, no entes, como dijeron algunos parlamentarios en redes sociales y medios de comunicación.
Por igualdad en la diferencia, porque nuestros temas son importantes, porque debemos disminuir las brechas que frenan el goce pleno de los derechos de las personas menstruantes y porque queremos un Estado que elimine toda la violencia sistemática de género, votaré a favor este proyecto de ley.
He dicho.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el diputado Cristián Araya .
El señor ARAYA (don Cristián).-
Señora Presidente, no quisiéramos convertirnos en la bancada del uso correcto del lenguaje y del sentido común ni tener que estar permanentemente haciendo puntos como este, pero este proyecto de ley, desde su título en adelante, desvirtúa el lenguaje y contraría el sentido común, poniendo en entredicho la definición de un concepto que todos consideramos sumamente importante, incluso sagrado, que es la palabra mujer, al incorporar un concepto forzado y ficticio, el de persona menstruante, como si esto fuese posible separarlo de la mujer.
Considerando que hoy en la discusión pública la reivindicación de los derechos de la mujer es, tal vez, una de las luchas políticas que más visibilidad tiene en la ciudadanía, no podemos permitir que un proyecto como este las invisibilice y las reduzca tan absurdamente.
“Misógino: Que siente aversión hacia las mujeres”. Pues bien, este proyecto es misógino, señora Presidente, ya que es incapaz de siquiera mencionar la palabra mujer y crea una ficción, un invento denominado persona menstruante. ¿Qué es eso? Tratemos las cosas por su nombre. ¿Por qué les cuesta tanto? No existen hombres menstruantes. Quienes pueden menstruar son las mujeres y punto.
Señora Presidente, ser mujer no es un concepto abstracto que puedo adjudicarme por gusto o mera voluntad; una identidad que uno pueda usar o desechar, de la que cualquiera se puede apropiar u obviar, como en este proyecto. ¡No, señora Presidente!
Sé que rápidamente los doctorandos en victimización saldrán en las redes sociales, o incluso ahora mismo, acusando fobias con tal de generar victipuntos y desviar el debate, pero no dejaremos de levantar la voz para decir la verdad, tratar las cosas por su nombre y reivindicar el valor sagrado de ser mujer.
Personas menstruantes y no mujeres. ¿Realmente vamos a consagrar esto a nivel legal?
Les pido a todos, por favor, que abandonemos este tipo de cosas profundamente ideologizadas, que intentan moldear la realidad mediante el lenguaje. El lenguaje es un sistema para describir la realidad, y es la realidad la que fija los límites del lenguaje, no al revés.
Honorables diputados, hombres y mujeres, abandonemos estos jueguitos ideológicos, ocupémonos de las verdaderas necesidades de los chilenos y, muy especialmente, de las chilenas, y busquemos soluciones reales, como lo hizo la doctora Cordero con Carmen en el hospital.
Quienes presentan este proyecto son mujeres y lo fundan desde la realidad que viven las mujeres, tras haber sostenido reuniones con mujeres, considerando estudios y programas realizados en mujeres. ¿Por qué el proyecto de ley que presentaron no habla ni menciona en ningún artículo a las mujeres? ¡Explíquenselo a las mujeres!
He dicho.
-Aplausos.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra la diputada Mercedes Bulnes .
La señora BULNES (doña Mercedes).-
Señora Presidenta, lamento profundamente las palabras del diputado Araya , las que rechazo en todas sus partes.
Refiriéndome al proyecto, quiero señalar que la materia que trata también ha sido objeto de estudio en derecho comparado. La importancia de la protección, la promoción y el resguardo de los derechos menstruales de las personas que menstrúan es tan importante que, por ejemplo, la doctora Diana Mason , del Centro de Políticas de Salud y Compromiso con los Medios de la Escuela de Enfermería de la Universidad George Washington, Estados Unidos, señala que la evidencia de países de bajos y altos recursos muestra que las niñas en edad escolar, las adolescentes desplazadas y las mujeres, así como las mujeres en el lugar de trabajo enfrentan importantes desafíos relacionados con la menstruación, disparidades que se intensificaron con la pandemia.
Los datos adicionales destacan cómo las personas sin hogar enfrentan problemas que van más allá del acceso a los productos y cómo encuentran barreras para manejar sus períodos con dignidad.
Agreguemos a las palabras de la doctora Mason los problemas que enfrentan las mujeres que están privadas de libertad, porque la falta de higiene, de condiciones dignas durante sus períodos, la falta de productos higiénicos, así como las mujeres en los hospitales y en los centros de salud, es una realidad tremenda en nuestro país.
En ese sentido, resulta escandalosa la falta de acceso a productos menstruales en las cárceles, en los hospitales, en las poblaciones de extrema pobreza y en los recintos psiquiátricos. Por ello, se necesita un acceso a productos menstruales gratuitos y asegurar que todas las personas con el período tengan acceso a espacios seguros y privados que tengan agua y jabón, para cambiar sus productos menstruales con comodidad.
Asimismo, los productos menstruales de alta calidad deben estar disponibles de forma gratuita en las escuelas, en las prisiones, en los refugios para personas sin hogar y en los centros de atención médica. En este sentido, la ley y el Estado deben asegurar el agua para la higiene, otros procesos que protejan a las personas menstruantes frente a la menopausia y a la premenopausia, y los materiales con que se hacen y se fabrican los productos higiénicos.
Este proyecto nos recuerda que el 51 por ciento de la población menstrúa: hombres transexuales y mujeres, de manera que quienes lo hacen están en todas las dimensiones de nuestra sociedad, como en el trabajo, en las escuelas, en las universidades y en los hospitales, porque las enfermas también menstrúan, pese a sus dolencias.
En las cárceles, las reas no pueden salir a elegir sus productos de higiene y deben esperar una visita para que se los provea. ¿Y si esa visita no existe?
En los colegios deberían existir insumos para las estudiantes. Para quienes no lo saben, la menstruación no tiene horarios definidos.
Recuerdo, en mi bastante lejana juventud, las angustias que sufríamos las alumnas cuando nos llegaba el período sin haberlo podido prever. No avisa el lugar, la hora ni la situación en la que llegará.
¿Cómo podemos tener igualdad en las aulas si mientras hay clases, pruebas o exámenes muchas deben pensar de qué manera pueden solucionar un problema que no debiese ser problema? Salvo que no se tome como algo normal que debe haber productos de higiene y espacios habilitados para la higiene y confort, de ser necesario.
Junto con los productos de higiene hay otro factor que es necesario tener en cuenta: la necesidad del agua. ¿Qué pasa con la higiene de las mujeres en lugares en que no hay agua? ¿Cómo podemos cuidar los derechos menstruales si no podemos otorgar lo básico para la higiene, que es el agua?
Por las razones señaladas, estimo que este proyecto es indispensable para todas las personas menstruantes, de modo que ciertamente lo voy a apoyar.
He dicho.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra la diputada Flor Weisse .
La señora WEISSE (doña Flor).-
Señorita Presidenta, he leído este proyecto, y, sin duda, el propender a una gestión menstrual y digna es un tema al que adhiero. Sin embargo, creo que este proyecto es susceptible de ser perfeccionado, ya que si bien las obligaciones que este señala están todas en verbos tales como “fomentar”, “propender”, “facilitar”, “promover”, no aseguran que se entreguen materiales y productos de calidad. Es decir, la iniciativa carece de recursos para que pueda tener realmente un efecto en las personas que menstrúan y que deje de ser una iniciativa de carácter meramente declarativo.
Por lo tanto, solicito que el gobierno presente una indicación para que el Ministerio de Salud inyecte recursos, a fin de que podamos asegurar que esta gestión menstrual digna y segura sea realmente una realidad.
Voy a votar a favor el proyecto, no porque me lo pidan, sino porque creo y tengo la convicción de que claramente ayuda a la salud y a la dignidad de las personas. Pero también creo que es muy importante que eso se pueda asegurar, y para ello debe contar con recursos.
Quiero reiterar que este proyecto se puede mejorar, y por eso hago esta petición en la Sala.
He dicho.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el diputado Daniel Melo .
El señor MELO.-
Señora Presidenta, el proyecto de ley sobre la promoción y garantía de los derechos de las personas menstruantes viene a reconocer una situación que, por muchas décadas, se ha tratado en forma silenciosa y discriminatoria, reproduciendo incluso creencias erróneas y falaces.
A partir de este proyecto, el Estado de Chile reconoce que todas las personas con capacidad para menstruar, independiente de su condición, son titulares del derecho a una gestión menstrual libre y digna. Por esto, quiero reconocer el trabajo de las organizaciones de mujeres en Chile y de la red latinoamericana que impulsaron este proyecto de ley, en especial a Catalina Rubilar y a las parlamentarias que transversalmente apoyaron desde un inicio esta tramitación.
Este es un proyecto que va a la vanguardia y es el primero en esta materia. Dejemos atrás las visiones excluyentes y reaccionarias que buscan oponerse a cambios tan importantes para la dignidad del ser humano.
Para las y los socialistas, este proyecto es también una respuesta a la lucha material de la sociedad chilena. En el fondo, lo que pone de relevancia es la desigualdad en el acceso y la necesidad de garantizar este derecho para todas y todos.
Los adalides del conservadurismo hoy se opondrán a esta iniciativa. En ellos persiste, una vez más, una visión estrecha, dogmática y maniquea de la realidad. No obstante, este proyecto busca, entre otras cosas, primero, fomentar una buena salud y gestión menstrual, para de esta manera promover la equidad de género; facilitar el derecho al acceso a productos de gestión menstrual, que sean sometidos a un estricto control de calidad; fomentar la implementación de programas de acceso, para toda la población, a conocimiento e información veraz; propender a la erradicación de ideas preconcebidas que puedan dar lugar a tabúes y sesgos en relación con la menstruación; promover el uso de productos de gestión menstrual sustentables; facilitar la capacidad de las y los profesionales de la educación sobre los distintos elementos de la salud y la gestión menstrual.
Por ello, este proyecto de ley es importante, porque hace el reconocimiento a una cuestión que, si bien es biológica, tiene connotaciones sociales que requieren ser abordadas a través de la educación, haciéndose cargo de las implicancias que conlleva, facilitando la entrega de implementos higiénicos que permitan, desde una lógica integral, dar el acceso a estos.
El Estado debe tener un rol activo en la generación de esta política pública, con el fin de promover medidas que permitan un ejercicio pleno de estos derechos.
Este proyecto de ley cuenta con derechos y garantías en torno a este fenómeno biológico, con el fin de que se establezca la dignidad de la persona humana. El acceso a la implementación de higiene que requieren las personas menstruantes subsana la brecha que existe entre aquellas personas que tienen acceso y quienes no.
Es sabida la situación de que muchas adolescentes, por no contar con dichos implementos, no pueden asistir al colegio, por ejemplo, como también es un problema para las personas más vulnerables, debido al costo económico que implica versus las prioridades que deben fijar las personas en el día a día, como es, por ejemplo, el acceso a la comida, a la calefacción, al transporte, entre otras, por lo que muchos implementos no serían una prioridad ante las necesidades requeridas.
Por todo lo planteado, votaré a favor esta iniciativa, porque debemos seguir avanzando en el catálogo de derechos a impulsar. Lo anterior es la única forma de ir normalizando lo que es cotidiano, pero que por razones de creencias e invisibilización se han generado tabúes que no corresponden y que debemos desarmar.
Por esto, la bancada del Partido Socialista votará a favor este proyecto de ley.
He dicho.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el diputado Diego Schalper .
El señor SCHALPER.-
Señora Presidenta, en agosto del año 2021 se contactó conmigo la directora regional de Integra, doña Yenny Villanueva , ocasión en que me puso en conocimiento de un informe de gestión menstrual emitido por el Servicio Nacional del Consumidor.
A partir de ahí, nos reunimos con un grupo de mujeres para indagar sobre el tema de la gestión menstrual. Además, constituimos una organización en Rancagua, Región de O’Higgins, llamada Mujer Salud Menstrual (Musame), porque los testimonios que me tocó escuchar en esas reuniones hablaban de personas que por el manchado sufren bullying en los colegios, de ausentismo escolar asociado a la menstruación, de ausentismo laboral y la falta de criterios precisos en la licencia médica en el caso de los dolores ováricos intensos, de falta de acceso a los productos de gestión menstrual por quienes viven en sectores rurales y así tantas problemáticas asociadas a la menstruación que yo creo que dan para tomarse este asunto muy en serio, tanto hombres como mujeres.
Usted, señor Presidente, se acordará de que en la tramitación del proyecto de ley de presupuestos el año pasado el diputado que habla ingresó una indicación a la partida de Salud, a propósito de la atención primaria de salud, lo que me generó un conflicto con mi gobierno en ese entonces. Mediante dicha indicación solicité que en la canasta básica de la atención primaria hubiera productos de gestión menstrual para aquellas mujeres que no los pudieran adquirir por sí mismas. Esa indicación se aprobó por unanimidad. Entonces, el primer llamado al gobierno del Presidente Boric para que proyectos como este se traduzcan en realidades concretas es que lleve eso a la práctica: que especialmente las mujeres de sectores rurales que no tienen apoyo ginecológico ni farmacológico encuentren en la canasta menstrual básica un apoyo real en materia de gestión menstrual.
A continuación, daré algunos datos que permiten dimensionar la materia que nos ocupa.
Hoy, en términos de gestión menstrual, el 44 por ciento de las mujeres en Chile usa toallitas higiénicas y solo el 8,5 por ciento, mecanismos más sustentables, como pueden ser las copas menstruales.
El período promedio implica para las mujeres un gasto mensual de 10.514 a 15.615 pesos; por lo tanto, si en el núcleo familiar hay tres mujeres, ello equivale al 10 por ciento del sueldo mínimo.
El 40 por ciento de las mujeres sufre de dolores intensos durante su período menstrual, lo que se traduce no solo en la necesidad de un apoyo farmacológico que incrementa el costo que ello significa, sino que muchas mujeres, especialmente las de sectores rurales, no acceden a aquel. Y qué decir de la incomprensión de muchos empleadores respecto de esta situación que, o no la consideran, o simplemente la toman como algo menor.
Me parece que este proyecto va bien encaminado, y al menos yo lo aprobaré, entendiendo que recién se trata de un marco general. Ello, porque me preocupa cómo hacer para que lo que aquí se menciona se materialice, por ejemplo, en programas de educación menstrual dirigidos especialmente a los sectores más jóvenes, porque tanto hombres como mujeres tienen muchas dudas en esta materia; cómo generar criterios comunes en la Inspección del Trabajo para determinar cuándo un dolor ovárico intenso tiene que dar pie a una licencia médica que permita a la mujer conciliar la menstruación con el trabajo; cómo contar en los colegios y otros establecimientos de educación con los espacios necesarios para cuando se suscite alguna situación en materia de menstruación, dispensadores de insumos de gestión menstrual, y así tantas cosas más.
Por lo tanto, me parece muy oportuno este proyecto, y felicito a sus autores por promover esta conversación. Ojalá trabajemos esto como lo que es: un problema que involucra temas de salud, educacionales y laborales tremendamente delicados para las mujeres más pobres de Chile.
He dicho.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra, por cinco minutos, la diputada señora Chiara Barchiesi .
La señora BARCHIESI (doña Chiara).-
Señora Presidenta, como mujer, me parece, por lo bajo, denigrante que se nos trate como personas con capacidad para menstruar; por tanto, señalo que estamos frente a un proyecto ideológico a tal punto que se omite la palabra “mujer”. El mismo nombre de esta iniciativa propende al avance de un discurso que se niega a reconocer la evidencia científica y, al mismo tiempo, la naturaleza humana, y es que proyectos como este nos ponen frente a una situación sumamente paradójica.
La necesidad legislativa nace de un proceso biológico como es la menstruación, que, insisto, es un proceso biológico y no un derecho, pero los promotores de la ley en proyecto renuncian a hablar de las mujeres como las principales beneficiadas por ella. ¿Será que les damos miedo? ¿No somos las mujeres las que menstruamos? Son cosas que ni siquiera tienen resueltas antes de salir con estas nuevas chambonadas.
Este proyecto en ningún momento habla de mujer. Sacar adelante legislaciones de este tipo omitiendo cualquier referencia a las mujeres es socavar cualquier avance. ¿De qué sirve hablar de la supuesta equidad de género y avanzar en una agenda mujer si al final del día no podemos referirnos a las mujeres por su nombre en un proceso biológico característico de nosotras? Las contradicciones abundan, y hablar de “personas menstruantes” para evitar hablar de “mujeres” es otra contradicción de esta nueva izquierda, una izquierda que promueve un feminismo neomarxista al cual nunca le han interesado las mujeres: nos niegan hasta el nombre.
La bandera de la equidad entre hombres y mujeres puede esperar si se trata de avanzar en seguir instalando que una persona es lo que cree que es, se construye según su pensamiento o como se autopercibe más allá de la realidad, y es que, obviamente, hombres y mujeres somos diferentes.
Conforme a todo lo anteriormente señalado, se trata de un proyecto innecesario. Si bien ninguna ley aborda con la especificidad con que trataría este tema el proyecto, ninguna de las cuestiones contenidas en él hoy representan realmente un problema que requiera la intervención del Estado.
Hoy, la ley de presupuestos tiene una glosa para productos de gestión menstrual que la Cenabast puede distribuir a los servicios de salud. Sin embargo, si queremos preocuparnos de este asunto, debemos tener claro que hoy más que nunca la menstruación en mujeres representa un problema adicional cuando no hay acompañamiento de los padres ni de la comunidad escolar. Y no solo eso: también debemos ser cuidadosos con qué regulamos y qué no; no queremos que el Estado tenga tentáculos en toda la existencia humana. ¿Queremos un Estado fuerte? Sí, por supuesto. ¿Queremos un Estado que se meta en todos los asuntos? Por ningún motivo. No queremos un “papi Estado”, sino un Estado presente y que haga su trabajo. No lo queremos preocupado de la buena gestión menstrual, sino que se aboque a temas en los que aún está al debe, como es la seguridad y el orden público.
Si de verdad nos preocupan los procesos biológicos que forman parte del ser mujer y que han permitido procrear en su vientre a los chilenos, tenemos que avanzar en dos puntos: educar a la comunidad escolar y potenciar el núcleo fundamental de la sociedad para que los padres puedan acompañar a sus hijas en este proceso que muchas veces no entendemos inicialmente.
Los republicanos presentamos una indicación para que el proyecto vuelva a la Comisión de Mujeres y Equidad de Género, ya que solicitamos que se cambie la expresión “personas menstruantes” por “mujeres”, lo que somos, y para que se agregue el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos.
Para cerrar, insisto en que nada bueno puede salir de un proyecto de ley que nos niega hasta el nombre a las mujeres.
He dicho.
-Aplausos.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra, por cinco minutos, la diputada Lorena Fries .
La señora FRIES (doña Lorena).-
Señora Presidenta, respecto del proyecto de ley en discusión quiero destacar la importancia de reconocer expresamente los derechos de las personas menstruantes y los deberes del Estado en esta materia.
Desde una perspectiva de derechos humanos, este reconocimiento resulta necesario, considerando las diversas circunstancias que contribuyen a reproducir la desigualdad de género que enfrentamos las personas menstruantes, en general, y las mujeres, en particular. Sin duda, el proyecto busca responder a una problemática de derechos humanos. De hecho, el fondo de esta materia dice relación con el respeto a la dignidad humana, base de todos los derechos humanos, y el acceso y ejercicio de un conjunto de derechos fundamentales de las personas menstruantes, las cuales en muchos casos están en riesgo ante la discriminación sobre la base del género, la pobreza extrema y el conjunto de tradiciones que estigmatizan este proceso biológico.
Sabemos que la desigualdad de género se manifiesta de muchas maneras: desde las formas más brutales de violencia hasta los actos o conductas más sutiles, lo que atenta contra la idea de igualdad y el respeto a la dignidad y a la autopercepción de cada persona.
Durante la sesión pasada -ello también se ha hecho en esta oportunidad- se cuestionó la redacción de este proyecto y la eventual utilización que este generaría del concepto “invisibilización de las mujeres”. Tras escuchar algunas intervenciones, creo que es importante reivindicar el uso del concepto “personas menstruantes”, que se justifica desde una perspectiva de género.
Desde el derecho y la legislación debemos reconocer que hay mujeres que no menstrúan y son tan mujeres como cualquier otra, y que hay personas que menstrúan y que no desean ser mujeres, como los varones trans.
Históricamente, este hecho biológico ha sido tratado desde una perspectiva sexista; por un lado, como tabú, con un velo de vergüenza, de pudor, y, por otro, desde un punto de vista que hace equivalente la menstruación a ser mujer madre.
El no llamar las cosas por su nombre y la falta de consideración de las percepciones personales desde diversas construcciones sociales hacen que este tema sea invisibilizado y marginado de la esfera pública.
Hoy en día es una lamentable realidad constatar que desde las instituciones públicas este problema no es abordado de manera adecuada, pues los productos de gestión menstrual no se consideran de primera necesidad, pagan impuestos generales y el acceso resulta particularmente complejo en ciertos sectores de la población, como, por ejemplo, las personas menstruantes privadas de libertad o en situación de pobreza.
Por último, la aprobación de este proyecto supone garantizar no solo el derecho a una menstruación digna, sino también el pleno ejercicio de otros derechos humanos, como lo señalaba el diputado Diego Schalper : el derecho a la salud, a la educación, al trabajo, al agua y al saneamiento, además de la igualdad y no discriminación.
Apoyo este proyecto por su contribución al cambio de paradigma que genera en torno a la igualdad de género, cambio que debe ir acompañado de otras políticas públicas tales como la educación sexual integral, el nuevo modelo de gestión del agua y una nueva perspectiva de política fiscal.
He dicho.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra la diputada Emilia Nuyado .
La señorita NUYADO (doña Emilia) .-
Señorita Presidenta, por su intermedio, quiero responder a un parlamentario de mi distrito, de mi región, quien señaló que este proyecto le da vergüenza, y le da vergüenza porque no lo entiende, porque además fue presentado por un grupo de izquierda, y se refiere a los derechos de las “entes menstruantes”, tal como señaló en un medio de comunicación.
Lamentablemente, demuestra una ignorancia absoluta respecto de lo que significa la realidad que él representa. Seguramente también él estuvo en muchas poblaciones pidiéndoles el voto a aquellas mujeres menstruantes y personas menstruantes; sin embargo, hoy va a votar en contra de ellas. Me refiero específicamente al diputado Daniel Lilayu , quien dio a conocer su opinión del proyecto en un medio de comunicación.
Un representante de la ciudadanía no se puede burlar de un proyecto que da cuenta de la desigualdad en este país; que da cuenta de gente que no tiene acceso a la salud ni al trabajo. Nuestra intención es que a las personas menstruantes se les garantice que la salud sea un derecho. Los derechos menstruales son derechos humanos respecto de los cuales todas las instituciones deben adecuarse. En ese sentido, el Congreso Nacional debe legislar respetando los derechos de las personas menstruantes.
Escuché la intervención del diputado Diego Schalper , quien representa a un conglomerado de una elite que seguramente tiene resuelta la situación económica de las personas menstruantes; sin embargo, él ha señalado conocer la realidad de las mujeres rurales, de las mujeres que sufren mayor pobreza, de aquellas personas que no tienen acceso a la salud, a las que les cuesta juntar su dinero durante el mes para adquirir otros productos y que, lamentablemente, no pueden enfrentar una menstruación digna, segura y sin miedo, donde nadie pueda dejar huellas con manchas de sangre.
Esa no es la realidad de quienes estamos sentados aquí, pero debo decir que quienes recorrieron diversos barrios y poblaciones para pedirles el voto a aquellas personas a las que hoy les quieren negar sus derechos, están equivocados. A ellos los llamó a que, sin miedo, sin temor, puedan rectificar su equivocación y su mirada sobre la realidad de este país.
Mientras no tengamos establecido en la Constitución el derecho garantizado a la salud, deberemos seguir presentando estos proyectos de ley, que debieran haber estado dentro de la política pública de salud, pero, sin embargo, no lo están, y ha pasado tanto tiempo. Por eso es tan importante que las diputadas de la Comisión de Mujeres y Equidad de Género hayan apostado por esta discusión, que revela claramente la desigualdad que sienten en este país todas las mujeres y todas las personas menstruantes.
Tenemos que avanzar en esa dirección y no quedarnos cegados muchas veces debido a nuestra situación acomodada.
El llamado es a que con mucha fuerza todos votemos favorablemente la iniciativa, sobre todo, quienes decimos representar y conocer la realidad de nuestros territorios, de las comunidades de pueblos indígenas y de la ruralidad.
He dicho.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el diputado Juan Antonio Coloma .
El señor COLOMA.-
Señora Presidenta, quiero partir por lamentar la ausencia de la ministra de la Mujer en esta Sala.
La ministra lleva un mes en su cargo, y probablemente este es el primer proyecto de ley de su gestión relacionado con su cartera, por lo que cabe preguntarse dónde está la ministra. ¿Por qué la ministra de la Mujer no vino a defender un proyecto de esta relevancia?
También lamento que, en el proyecto que estamos tramitando hoy, el Ejecutivo no se haya hecho parte. ¿Por qué lo digo? Porque es evidente que en Chile necesitamos mejorar el acceso a todos los productos para la menstruación de las mujeres. Reitero: es evidente. Sin embargo, en el proyecto se señala que son obligaciones del Estado: a) fomentar una buena salud, b) facilitar el derecho, c) fomentar la implementación, d) propender a la erradicación, e) promover el uso, f) facilitar la capacitación. Nos damos cuenta de que solo son palabras, en que el Estado no se obliga a nada, por lo que es el típico proyecto de ley en el que el Parlamento genera la sensación de que está haciendo algo, pero en realidad no está haciendo nada, porque facilitar, promover y propender son verbos que se utilizan para intentar hacerle trampa a la iniciativa exclusiva presidencial sobre determinadas materias.
En tercer lugar, se otorgan al ISP atribuciones que en realidad no puede utilizar, y como no las tiene y no se las pueden dar, caen en la forma de calificar las atribuciones, lo que hace que sea imposible aplicarlas. El ISP no podrá velar por la importación, tenencia y distribución de los productos de gestión menstrual. Esa no es labor del ISP, pero como necesitan armar una apariencia de proyecto de ley, lo que terminan haciendo es darle facultades que el ISP no puede cumplir.
Esta iniciativa adolece de dos grandes problemas. El primero es que no solamente no deja de ser interpretativo, sino que todo lo que han dicho varios diputados que me antecedieron en el uso de la palabra, en el sentido de que por fin las mujeres van a poder tener acceso a productos de gestión menstrual, es falso, porque con este proyecto de ley las mujeres no tienen acceso a nada.
Si queremos una ley que apoye a las mujeres, entre ellas a las del mundo rural, que les facilite el acceso a los productos de gestión menstrual, elaboremos una norma que sirva a ese objetivo, porque -reitero- este proyecto no sirve. Si se señala que es deber del Estado facilitar el acceso o el derecho, no hay ninguna obligación del Estado; distinto sería que el Estado garantice el acceso, pero para eso se necesita un informe financiero, se necesita que el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Hacienda, se haga parte del proyecto de ley; significa que la ministra de la Mujer esté presente, que venga al Parlamento a defender su proyecto de ley, porque de lo contrario estamos cayendo en la típica trampa de un proyecto de resolución, donde todos sabemos que se hacen grandes anuncios, pero que no llegan a nada.
Entonces, este proyecto de ley, así como está, no llega a nada, y solo va derecho a ser olvidado en el Senado.
Si se quiere avanzar en productos de gestión menstrual, se debe avanzar bien. Y para eso, para facilitarles a las mujeres el acceso a la gestión menstrual, hagamos que el Ejecutivo se involucre, que la ministra haga la pega, que se consiga la plata con Hacienda, que la autorice la Dipres, que venga el ministro de Hacienda y que haya recursos económicos, porque para una familia de 3 o 4 mujeres en edad de menstruar, hablamos de 40.000, 50.000 o 60.000 pesos mensuales, que para las familias más modestas es mucha plata. Si queremos hacer de verdad la pega, necesitamos una ministra que venga con un documento que diga “aquí está la plata del gobierno para ayudar en gestión menstrual”.
Lamento que este proyecto tenga como única y real finalidad hablar de la agenda de ideología de género, porque el resto me parece bueno. Cuando uno ve que lo único que les importa es la ideología de género y los recursos no están, uno se pregunta cuál es el verdadero fin de la iniciativa.
Espero que la próxima vez que venga la ministra, lo haga con el papelito donde diga que el Estado se va a meter la mano al bolsillo y que de verdad va a financiar este tipo de necesidades.
He dicho.
-Aplausos.
La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).- Señor diputado, para su conocimiento, la ministra de la Mujer y la Equidad de Género se encuentra en este momento en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, contestándoles precisamente a los diputados de su sector político aquello que se debate en esa instancia. Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre este proyecto de ley en los siguientes términos:
El señor SOTO, don Raúl (Presidente).-
Corresponde votar en general el proyecto de ley, iniciado en moción, que promueve, resguarda y garantiza los derechos de las personas menstruantes.
Cabe hacer presente que el proyecto trata materias propias de ley simple o común. En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 110 votos; por la negativa, 24 votos. Hubo 8 abstenciones.
El señor SOTO, don Raúl (Presidente).-
Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Acevedo Sáez , María Candelaria Cuello Peña y Lillo , Luis Alberto Mellado Pino , Cosme Rey Martínez , Hugo Aedo Jeldres , Eric De Rementería Venegas , Tomás Mellado Suazo , Miguel Riquelme Aliaga , Marcela Alinco Bustos , René Delgado Riquelme , Viviana Melo Contreras , Daniel Romero Talguia , Natalia Araya Guerrero , Jaime Donoso Castro , Felipe Mirosevic Verdugo , Vlado Rosas Barrientos , Patricio Astudillo Peiretti , Danisa Durán Espinoza , Jorge Mix Jiménez , Claudia Sáez Quiroz , Jaime Barrera Moreno , Boris Durán Salinas , Eduardo Molina Milman , Helia Saffirio Espinoza , Jorge Barría Angulo, Héctor Flores Oporto , Camila Morales Alvarado , Javiera Sagardia Cabezas, Clara Becker Alvear , Miguel Ángel Fries Monleón , Lorena Morales Maldonado , Carla Santana Castillo, Juan Bello Campos , María Francisca Gazmuri Vieira , Ana María Moreira Barros , Cristhian Santibáñez Novoa , Marisela Beltrán Silva, Juan Carlos Giordano Salazar , Andrés Mulet Martínez , Jaime Sauerbaum Muñoz , Frank Berger Fett , Bernardo González Olea , Marta Musante Müller , Camila Schalper Sepúlveda , Diego Bernales Maldonado , Alejandro González Villarroel , Mauro Naranjo Ortiz , Jaime Schneider Videla , Emilia Bianchi Chelech , Carlos Guzmán Zepeda , Jorge Nuyado Ancapichún , Emilia Sepúlveda Soto , Alexis Bravo Castro , Ana María Hertz Cádiz , Carmen Ñanco Vásquez , Ericka Serrano Salazar , Daniela Brito Hasbún , Jorge Ilabaca Cerda , Marcos Olivera De La Fuente , Erika Soto Ferrada , Leonardo Bugueño Sotelo , Félix Jiles Moreno , Pamela Orsini Pascal , Maite Soto Mardones , Raúl Bulnes Núñez , Mercedes Jouannet Valderrama , Andrés Ossandón Irarrázabal , Ximena Tapia Ramos , Cristián Calisto Águila , Miguel Ángel Labra Besserer , Paula Palma Pérez , Hernán Tello Rojas , Carolina Camaño Cárdenas , Felipe Lagomarsino Guzmán , Tomás Pérez Cartes , Marlene Trisotti Martínez , Renzo Cariola Oliva , Karol Lavín León , Joaquín Pérez Olea , Joanna Ulloa Aguilera , Héctor Castillo Rojas , Nathalie Lee Flores , Enrique Pérez Salinas , Catalina Undurraga Vicuña , Alberto Castro Bascuñán, José Miguel Leiva Carvajal , Raúl Pizarro Sierra , Lorena Veloso Ávila, Consuelo Celis Montt , Andrés Longton Herrera , Andrés Placencia Cabello , Alejandra Venegas Salazar , Nelson Cicardini Milla , Daniella Malla Valenzuela, Luis Pulgar Castillo , Francisco Videla Castillo , Sebastián Cid Versalovic , Sofía Manouchehri Lobos , Daniel Ramírez Pascal , Matías Weisse Novoa , Flor Cifuentes Lillo , Ricardo Martínez Ramírez , Cristóbal Raphael Mora , Marcia Winter Etcheberry , Gonzalo Cordero Velásquez , María Luisa Marzán Pinto , Carolina Rathgeb Schifferli , Jorge Yeomans Araya , Gael Cornejo Lagos , Eduardo Matheson Villán, Christian
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Ahumada Palma , Yovana Coloma Álamos, Juan Antonio Medina Vásquez , Karen Romero Leiva , Agustín Araya Lerdo de Tejada, Cristián De la Carrera Correa , Gonzalo Meza Pereira , José Carlos Romero Sáez , Leonidas Arroyo Muñoz , Roberto Irarrázaval Rossel, Juan Moreno Bascur , Benjamín Sánchez Ossa , Luis Barchiesi Chávez , Chiara Jürgensen Rundshagen , Harry Ojeda Rebolledo , Mauricio Schubert Rubio , Stephan Benavente Vergara , Gustavo Kaiser BarentsVon Hohenhagen , Johannes Oyarzo Figueroa , Rubén Darío Sulantay Olivares, Marco Antonio Bórquez Montecinos , Fernando Lilayu Vivanco , Daniel Pino Fuentes , Víctor Alejandro Urruticoechea Ríos, Cristóbal
-Se abstuvieron los diputados señores:
Alessandri Vergara , Jorge Labbé Martínez , Cristian Muñoz González , Francesca Rivas Sánchez , Gaspar Concha Smith , Sara Leal Bizama , Hen-ry Ramírez Diez , Guillermo Von Mühlenbrock Zamora, Gastón
El señor SOTO, don Raúl (Presidente).-
Por haber sido objeto de indicaciones, el proyecto vuelve a la Comisión de Mujeres y Equidad de Género para su discusión particular.
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