. . . . . " El se\u00F1or VAN RYSSELBERGHE.- \nMuchas gracias, Presidenta .\n \nHoy nos corresponde votar un proyecto de ley que desde el pasado 4 de septiembre, tal y como lo mencion\u00F3 mi antecesor, tom\u00F3 una vigencia inusitada, as\u00ED como una urgencia y un apoyo transversal que resultaba impensado antes del plebiscito constitucional de salida. \nMe refiero al proyecto de ley que modifica la Constituci\u00F3n Pol\u00EDtica de la Rep\u00FAblica para restablecer el voto obligatorio en las elecciones populares, cuyo objetivo es claro y puntual: cambiar la regulaci\u00F3n para que todas las votaciones pasen a ser obligatorias, tal como lo fueron antes del a\u00F1o 2009, cuando este mismo Congreso Nacional decidi\u00F3 instaurar el voto voluntario.\n \nEl debate sobre la voluntariedad u obligatoriedad del voto ha acompa\u00F1ado toda la historia de la pol\u00EDtica nacional. Hemos transitado por varios sistemas, llegando a ser obligatorio a mediados del siglo pasado. \nPosteriormente, entre los a\u00F1os 2009 y 2012, se materializaron importantes reformas, que consagraron la voluntariedad del voto, la inscripci\u00F3n autom\u00E1tica y que eliminaron las sanciones asociadas a no sufragar.\n \nSin embargo, para los autores de esta moci\u00F3n, que fue presentada antes del plebiscito constitucional de salida del pasado 4 de septiembre, un factor que ha incidido en la baja participaci\u00F3n de los \u00FAltimos a\u00F1os ha sido justamente la voluntariedad del voto. Argumentan que el hecho de ser obligatorio lo eleva de manera m\u00E1s clara como deber c\u00EDvico, que contribuir\u00EDa a que los grupos m\u00E1s moderados fueran a votar y que otorgar\u00EDa, por tanto, mayor legitimidad democr\u00E1tica a las autoridades electas.\n \nEsas ideas, sin embargo, contradicen de forma directa a los principales argumentos que a partir del a\u00F1o 2009 utilizaron diversos parlamentarios para apoyar la idea del voto voluntario: primero, el respeto a la libertad de participar o no en los procesos electorales; y segundo, que el voto voluntario obligar\u00EDa a los pol\u00EDticos, y autoridades en general, a convencer a los ciudadanos a participar en ellos, puesto que no est\u00E1n obligados a hacerlo.\n \nSin embargo, y luego de m\u00E1s de diez a\u00F1os de vigencia del voto voluntario, hoy podemos decir que vivimos en un pa\u00EDs libre gracias a una democracia fuerte, pero que tal voluntariedad solo la debilita al plantear el voto como algo opcional y sin peso al carecer de sanciones. \nLuego de diez a\u00F1os de voto voluntario se ha llegado al consenso transversal de que la preocupaci\u00F3n por elegir a nuestras autoridades no es solo un derecho, sino tambi\u00E9n un deber ciudadano que tiene que ser ejercido. De esa forma, el \u00E1mbito de la libertad en el contexto de los deberes c\u00EDvicos se traduce en la posibilidad de elegir una opci\u00F3n pol\u00EDtica e incluso de escoger anular el voto, pero en ning\u00FAn caso esa libertad debe traducirse en la existencia de la opci\u00F3n de que el ciudadano puede ejercer el voto o no. \nComo conclusi\u00F3n, Presidenta , el regreso del voto obligatorio forzar\u00E1 a quienes sean candidatos a un cargo de elecci\u00F3n popular a dejar de buscar apoyos m\u00EDnimos para salir electos y a hablar a los fan\u00E1ticos de sus ideas, y les impondr\u00E1 la tarea y el deber de socializar y difundir sus ideas y propuestas al mayor n\u00FAmero de ciudadanos posibles, lo que, entre otras cosas, moderar\u00E1 el debate pol\u00EDtico electoral y le devolver\u00E1 la sensatez y la lucidez que los chilenos reclaman desde hace bastante tiempo.\n \nPor todo lo anterior, Presidenta, votar\u00E9 a favor de este proyecto. \nMuchas gracias. \n " . . .