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- rdf:value = " El señor CHAHUÁN.-
Señora Presidenta , Honorable Sala, esta es una larga aspiración de aquellos que presentamos tempranamente proyectos de reforma constitucional, los cuales estaban justamente en la Comisión de Constitución del Senado y que su Presidente , Matías Walker , ha tenido a bien enunciarlos durante la tramitación de esta iniciativa de reforma constitucional.
Además, para darle más celeridad, logramos que el proyecto que venía desde la Cámara de Diputados finalmente fuera el que discutiéramos hoy en esta Sala, respecto del cual había una voluntad transversal.
Quiero recordar que anteriormente se presentaron dos proyectos, de los que soy coautor: uno con el Senador Coloma y con varios Senadores del frente, como el entonces Senador Tuma; y otro con también un grupo transversal de parlamentarios.
Creemos que es fundamental construir una sociedad de derechos y deberes. En algún minuto se sostuvo que Chile estaba preparado para un voto voluntario, pero ciertamente hoy día se requiere más que nunca legitimidad de las autoridades públicas y además que las propuestas de las distintas candidaturas sean atractivas para los ciudadanos.
Aquello involucraba una serie de temáticas.
Primero, se modificó el sistema electoral, y eso abrió las capacidades para tener más propuestas sobre la mesa.
Segundo, la necesidad ineludible de acercar la toma de decisiones a las personas, y que estas entiendan que tienen derechos, pero también deberes.
Por eso es tan importante que hoy día, en que nuestra democracia se ha visto debilitada y donde en algún minuto se validó la violencia como método de acción política, sea el llamado al sentido común, característica de Chile, el que impere a través del voto obligatorio para todas y cada una de las elecciones. Esto es fundamental.
Le quiero comentar a la Sala -por su intermedio, Presidenta - que la negociación más rápida del 15 de noviembre fue justamente la del voto obligatorio para el plebiscito de salida. Y le quiero contar además quién la planteó: fue Fuad Chaín quien en aquel entonces hizo la propuesta a los que éramos oficialismo.
Esa negociación duró prácticamente treinta segundos.
Nosotros señalamos que, efectivamente, el plebiscito de salida para terminar el proceso constituyente debía hacerse con voto obligatorio. Por tanto, la historia recordará ese encuentro entre Allamand , el que habla y Fuad Chaín , en que se selló la posibilidad de que eso ocurriera.
También creemos, sin lugar a dudas, que el voto obligatorio es fundamental para lo que viene por delante. Es fundamental porque creemos, sin lugar a duda, que para tener alcaldes empoderados, concejales empoderados, gobernadores regionales empoderados, para tener, del mismo modo, capacidades desde el Ejecutivo y desde el Parlamento realmente legitimadas, el voto obligatorio tiene la fuerza necesaria para aquello. Y también va a movilizar a las propias fuerzas políticas a multiplicar la oferta electoral.
Eso también dice relación con cómo acercamos los sueños, las aspiraciones de los chilenos a las propuestas que se hagan por parte de aquellos que pretendan representar a la ciudadanía.
La democracia representativa necesita urgentemente que el voto obligatorio sea restablecido. Y así lo creo, y no solamente por haber sido coautor de dos de los proyectos que fueron recogidos en esta moción, en segundo trámite, no solamente porque las sociedades de derechos y deberes son importantes, no solamente porque los cambios en nuestro país y las crisis institucionales son cíclicos. Cada cuarenta años tenemos un quiebre institucional. Lo tuvimos con las guerras de la Independencia; luego vino la batalla de Lircay; después, la guerra civil del 91; entre medio tuvimos la matanza de Santa María y la matanza de El Mercurio de Valparaíso, la primera huelga general de trabajadores; por supuesto, también lo tuvimos, después de cuarenta años de la guerra civil del 91, con las batallas de Concón y Placilla , así como el 24, con la caída de Arturo Alessandri. Recuerdo que Arturo Alessandri gobernó un año, prácticamente un año y medio, por decretos, hasta que se legitimó el proceso de la Constitución del 25. Del mismo modo, lo tuvimos con la matanza del Seguro Obrero; luego con el golpe militar, y finalmente, con el quiebre institucional de 2019.
Por eso es tan importante entender que hay que reconstruir la historia. Aquellos que conocen la historia son capaces de evitar que se vuelva a repetir.
Ciertamente, lo que necesitamos es que esa generación que se resetea cada cuarenta años, esa generación que vuelve finalmente a edificar en base a proyectos refundacionales, entienda que los países se construyen con el día a día. ¡Esa es la clave! ¡Eso es lo fundamental!
Hay que entender que Chile necesita reconocer que los treinta años de gobiernos democráticos fueron determinantes para dar un salto cualitativo y cuantitativo. Todavía se requiere una mayor profundización para los efectos de dar mayor equidad y disminuir sustantivamente las desigualdades. Y eso pasa por un proyecto colectivo de nación, en que los chilenos vuelvan a levantar el mentón, con una mirada de mediano y largo plazo que le permita a Chile recuperar las confianzas. ¿Cómo recuperamos las confianzas? Sintiéndonos parte del proyecto colectivo. ¿Cómo nos sentimos parte de ese proyecto colectivo? Votando en las elecciones, pero también entendiendo que se requiere una democracia activa, presente, una democracia que no solamente sea un mecanismo, sino que efectivamente requiera la opinión de cada uno de los chilenos.
Por eso nosotros hemos planteado que no solo haya voto obligatorio, sino también otros proyectos, como los que están en la Comisión de Constitución, que espero que en algún minuto se pongan en tabla. Por ejemplo, la iniciativa popular de ley; también temas relacionados con la ineludible necesidad de los plebiscitos con efecto vinculante, para que en definitiva podamos hacer un llamado de atención y los ciudadanos se puedan pronunciar respecto de la planificación urbana de sus respectivas comunas o sobre temas de interés nacional. Acá se requiere urgentemente aterrizar, acercar la toma de decisiones a los ciudadanos. Eso es clave y determinante.
Por eso votamos favorablemente este proyecto, el cual estamos convencidos de que va a generar un antes y un después.
Estamos convencidos, además, de los sectores de convergencia, de centro, de la flexibilización de los sistemas de alianza, de entender claramente que el sentido común debe comenzar a primar, y la polarización del país, acabar.
Las democracias tienen desafíos: tienen desafíos urgentes y apuntan a cómo enfrentar los populismos de derecha y de izquierda.
Es un tema no menor.
En España se vivió con Vox por parte del Partido Popular y Podemos. También se vive en Argentina, con Milei, e incluso en nuestro país, con el surgimiento de movimientos de carácter populista de izquierdas y de derechas.
Cuando uno hace el llamado a los ciudadanos a movilizarse, a pronunciarse, a dejar la comodidad de sus casas y ser protagonistas, es para entender, básicamente, que no solamente mueven la polarización y la atomización, sino también el sentido común, el sentido identitario, el proyecto colectivo de nación.
Quiero agradecer a Matías Walker , por haber puesto en votación el proyecto, por haber recogido las iniciativas y también por mencionar a los Senadores que lo empujamos con mucha fuerza, y por supuesto manifestar que Chile requiere del compromiso de todos y de cada uno.
Chile lo construimos entre todos.
Chile debe ser una mesa donde quepan todos.
Gracias, Presidenta .
Voto favorablemente.
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