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- rdf:value = " RESTABLECIMIENTO DE VOTO OBLIGATORIO EN ELECCIONES POPULARES (TERCER TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETINES NOS 13212-07 Y 13213-07, REFUNDIDOS)El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Corresponde tratar las enmiendas del Senado recaídas en el proyecto de reforma constitucional, iniciado en mociones refundidas, que modifica la Carta Fundamental para restablecer el voto obligatorio en las elecciones populares, correspondiente a los boletines N°s 13212-07 y 13213-07.
Para la discusión de este proyecto se otorgarán tres minutos a cada diputada y diputado que se inscriba para hacer uso de la palabra.
Antecedentes:
-Modificaciones del Senado, sesión 107ª de la presente legislatura, en miércoles 14 diciembre de 2022. Documentos de la Cuenta N° 8.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
En discusión las modificaciones del Senado. Tiene la palabra el diputado Cristhian Moreira .
El señor MOREIRA.-
Señor Presidente, con respecto a este proyecto, señalo que hay quienes se oponen al voto obligatorio principalmente por no contribuir a dos aspectos de la vida democrática.
Primero, ¿respeta finalmente la libertad de participar o no? Pese a la importancia que tiene la vida política, nadie podría ser forzado a participar en ella. Sin embargo, hoy podemos decir que vivimos en un país libre gracias a una democracia fuerte, y el voto voluntario solo la debilita al plantear el sufragio como algo opcional y sin peso, por carecer de sanciones.
La preocupación por elegir a nuestras autoridades no es solo un derecho, sino un deber ciudadano. El ámbito de la libertad en el contexto de los deberes cívicos se traduce en la posibilidad de elegir una opción política u optar por anular el voto; no se debe traducir en la opción de si puede el ciudadano ejercer el voto o no sin una sanción aparejada a su decisión.
Segundo, ¿obliga a los políticos y autoridades en general a convencer a los ciudadanos de participar, puesto que no están obligados a hacerlo? No obstante, esto ha demostrado no ser real, ya que, al no ser tratado el derecho a sufragio como un deber, el ciudadano que no recibe sanción alguna por no votar no necesariamente se interesa en estudiar a fondo los candidatos ni sus programas, más allá de los esfuerzos de aquellos por propender a un voto informado.
A pesar de lo anterior, cabe hacer presente que este proyecto no se hace cargo del funcionamiento de la inscripción. Ello requerirá un estudio bastante más profundo y la posibilidad de que, en caso de que se apruebe el voto obligatorio, las personas puedan desinscribirse voluntariamente. Todo esto, atendiendo a la ley actual, que ordena la inscripción automática en los registros del Servel.
Por lo tanto, obviamente, llamo a aprobar este proyecto.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Jaime Mulet .
El señor MULET.-
Señor Presidente, me alegro como el que más por este proyecto, que viene del Senado con algunas modificaciones, pero que no altera lo sustantivo.
Junto con otros parlamentarios, soy autor de uno de los dos proyectos de reforma constitucional que se fusionaron y han permitido dar luz, por fin, a volver al voto obligatorio en nuestro país.
Cuando presenté dicho proyecto, tenía la convicción absoluta de la necesidad de que el voto sea obligatorio. Y debo decirlo, tuve la misma convicción cuando en 2007, estando yo en este Parlamento, se cambió del voto obligatorio al voto voluntario. Fui uno de los pocos, junto con otros parlamentarios, que se opusieron a ello en aquella oportunidad, y sostuvimos y mantuvimos la posición respecto de que el voto debía ser obligatorio. De esa manera, ahora viene a reponerse algo que nunca debió cambiarse, después de una experiencia que, a la luz de lo que ha pasado, sin lugar a dudas, no fue la mejor: de alguna manera, se separó parte de la ciudadanía del mundo político al no tener la obligación de concurrir a votar.
Creo que se trata de una buena reforma. Obviamente, implica reformas legales para, a través de la ley, implementar el voto obligatorio, pero creo que es el camino correcto. Esto, pese a que, si uno mira el 4 de septiembre, quienes estuvimos por el apruebo podríamos decir que el voto obligatorio a lo mejor nos terminó perjudicando; pero creo que la gran participación que hubo y la que tiene que haber más adelante con el voto obligatorio es de suyo una muestra de participación democrática y de la profundidad que debe tener la democracia.
Sin duda, también el voto obligatorio en aquellas comunas, particularmente lugares o cuerpos electorales relativamente pequeños, me refiero a comunas, por ejemplo, de cinco mil, diez mil habitantes, impide muchas veces la manipulación del cuerpo electoral que rondaba el 30, el 40 por ciento, que era mucho más fácil. Al establecer el voto obligatorio, uno incorpora a todo el cuerpo electoral y, por tanto, también se hace más difícil manipular.
La historia electoral de Chile es clara: mientras mayor grado de obligación en el voto, esto es, mayor participación, se profundiza la democracia. Por eso, en 2007 se cometió un error, el cual hoy se está corrigiendo con el referido proyecto de reforma constitucional, que presenté junto con parlamentarios.
Por eso, con las modificaciones que vienen del honorable Senado, que no cambian lo sustantivo, vamos a aprobar este proyecto, porque nos parece el camino correcto y profundiza la democracia.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Francisco Undurraga .
El señor UNDURRAGA (don Francisco).-
Señor Presidente, la democracia se mejora con más democracia y mayor participación. Hoy día venimos a corregir una grave deficiencia que ha tenido nuestra democracia, que es el desentendernos de la participación ciudadana.
Honestamente, creo que este proyecto, tal como lo dijo mi colega Jaime Mulet , no es que juegue a favor de uno u otro bando, o de una u otra posición política, sino a favor de la democracia. La participación es lo más sano y transparente a que cada uno de nosotros debe aspirar. Desde ese punto de vista, se acabó el clientelismo, se acabó el mínimo esfuerzo, se acabó el desentenderse de la ciudadanía.
Cuando la ciudadanía en su inmensa mayoría fue el 4 de septiembre pasado a pronunciarse en favor de un rechazo o de un apruebo, habló contundentemente. Desde ese punto de vista, nosotros, los políticos, tenemos que escuchar a la ciudadanía. Por eso, desde Evópoli , de acuerdo con nuestro profundo compromiso por la democracia, creemos que es importante remediar este error histórico que era hacer que la ciudadanía se desentendiese de la política y de sus autoridades.
Esto requerirá varios cambios nuestros. De verdad nos vamos a tener que empezar a creer la posición de liderazgo en que nos ponga o nos deje de poner la ciudadanía por cada una de las expresiones que ella señale en los votos. Desde esa perspectiva, ello hace que la política se haga más responsable y que la democracia sea más profunda.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Ericka Ñanco .
La señorita ÑANCO (doña Ericka) .-
Señor Presidente, quiero comentarles que el resultado del 4 de septiembre, ese que la derecha vio como un triunfo para sus ideas conservadoras, es mucho más profundo que un rechazo a la propuesta de la Convención: fue un rechazo a nuestro sistema político, por cierto a nosotros y a los diferentes poderes que componen el Estado. Estar en política es una actividad muy poco atractiva, y lo es cada vez menos para las nuevas generaciones.
Según los resultados de la 10ª Encuesta Nacional de Juventud, menos del 30 por ciento de los jóvenes se interesan en participar en política, y no es precisamente porque no les interese transformar la realidad, que es su realidad, sino más bien porque, lamentablemente, ven en la vida colectiva menos posibilidades de cambio que en la vida individual. Esto es un problema grave si consideramos que vivimos en sociedad.
Hoy, más allá de reafirmar posiciones ideológicas en este hemiciclo, quiero hablar a las personas que normalmente no votan, a aquellas que fueron a votar en el último plebiscito por temor a ser multadas, a los que no están ni ahí porque son -o somos todos iguales y porque nada cambia.
Sepan que los poderosos, por ejemplo, el 1 por ciento más rico de Chile, disfrutan vernos así, desinteresados, desinformados, porque el “no estoy ni ahí” nuestro se transforma en un “estuve ahí”, pero de ellos: “Estuve ahí, haciendo leyes para regalar el mar a todos los chilenos”, dirán los Longueira y los Moreira . “Estuve ahí, haciendo leyes para endeudar a las familias”, dirán aquellos que aprobaron el CAE. “Estuve ahí, haciendo leyes para perjudicar a los trabajadores”, dirán los que legislaron durante años para sus amigos empresarios. Nos dijeron -y les creímos que la política era para los políticos y que los ciudadanos solo debíamos ser observadores. Ahora nos dicen que la política es para los expertos y nos quieren dejar afuera nuevamente. ¿Se lo permitiremos? ¿Seguiremos “no estando ni ahí”, sabiendo que, cuando no estamos, sí están ellos para legislar a su favor?
Por tanto, el voto obligatorio se transforma en un piso y no en un techo, en una condición necesaria para que haya más democracia, pero no es un fin en sí mismo, porque no sirve de nada si no transformamos nuestra voluntad en acción y en cambios. Y para eso no basta con votar; hay que involucrarse. ¡Hay que volver a involucrarse y no soltar la pelota nunca más!
Seguramente, hoy aprobaremos la restitución del voto obligatorio, pero que no celebre la derecha, porque si lo hace estará equivocada, creyendo que una mayoría silenciosa es una fuerza conservadora que le devolverá el oxígeno a sus ideas ya claudicadas.
Confío -y estoy segura de eso en que las grandes mayorías nada tienen que ver con el país conservador que ellos imaginan. Las grandes mayorías siguen viviendo el malestar generado por la desigualdad. Sépanlo , colegas: el malestar sigue presente y seguirá hasta que no mejoren concretamente las condiciones de vida del pueblo.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Tomás Lagomarsino .
El señor LAGOMARSINO.-
Señor Presidente, las sociedades tienen derecho a equivocarse, y la sociedad chilena, hace algunos años, cometió un error, y hoy lo estamos enmendando con la restitución del voto obligatorio, que nos permite participar adecuadamente en la sociedad.
Hace miles de años, la humanidad empezó a organizarse, y lo primero que hizo fue juntarse y vivir en comunidad, por una primera gran razón: tener seguridad, protegiéndonos los unos a los otros. Después, en la antigua Grecia , surgió la democracia, que fue perfeccionándose durante milenios.
Por ello, me gustaría recordar la contribución del Partido Radical en este avance de la democracia, mencionando a correligionarias como Amanda Labarca , que luchó por el voto de las mujeres en nuestro país, y por correligionarios y correligionarias que lograron avanzar hacia un Estado laico.
Así como nuestros predecesores recuperaron la democracia en Chile, creo que cometimos un error -reitero el concepto inicial al establecer el voto voluntario. Vivir en una sociedad implica también participar en dicha sociedad, con los resguardos necesarios, por cierto, como es el caso de esta reforma que tiene especial consideración con los mayores de 75 años.
Con este proyecto estamos enmendando aquella equivocación que tuvimos, y con ello tendremos más y mejor democracia. Es cierto que este cambio, tal vez, sea incomprendido por la ciudadanía que nos observa, pero tengo la convicción de que en el futuro valoraremos positivamente y agradeceremos este nuevo avance.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Ximena Ossandón .
La señora OSSANDÓN (doña Ximena).-
Señor Presidente, me alegra que estemos discutiendo esta iniciativa, porque soy patrocinadora de uno de los proyectos refundidos que firmé con la diputada Érika Olivera y con la diputada Joanna Pérez . Tiempo atrás, en otro proyecto de semejantes características, no se logró restituir el voto obligatorio, y por pocos votos. Por eso, al poco tiempo, se presentaron estas mociones que se fusionaron en este proyecto que hoy votaremos.
He escuchado discursos que muestran algo de rencor, en circunstancias de que, si se revisa el proyecto, hay una transversalidad en quienes están detrás de ambas mociones. Uno puede cambiar de opinión, y me alegra que así sea. Muchos piensan hoy que el voto obligatorio le hace bien a Chile, y es razonable cambiar de opinión, porque tenemos experiencia suficiente para fundamentar dicho cambio, ya que llevamos un tiempo importante con voto voluntario.
Ha quedado claro que una gran participación ciudadana en la elección de las autoridades hace que los resultados sean más robustos, que tengan más base, más cuerpo y más legitimidad. Cuando la gran mayoría habla, quedan pocas dudas al respecto.
Algunos dicen que el voto obligatorio va en contra de la libertad individual, pero creo que no hay nada más contrario a la libertad individual que otro decida por uno.
Otros dicen que es tierra fértil para los discursos populistas, porque tendrán que llegar a una masa más grande de personas, pero claramente el trabajo tendrá que estar centrado en los mismos votantes, que deberán averiguar más antes de discernir por quién votar.
Sí debemos evitar que una minoría decida sobre la mayoría.
Ha quedado muy claro que nuestra experiencia con el voto voluntario no ha sido buena, y prueba de ello es que tenemos autoridades elegidas con muy pocos votos, y eso se nota claramente cuando la gente no se identifica con sus autoridades. Por otro lado, tenemos autoridades que para mantener sus cargos solo trabajan para sus grupos de referencia y no para toda la comunidad. En cambio, con el voto obligatorio, las autoridades deben trabajar para todos y no para ciertos nichos; de ahí su importancia.
Creo que es el tiempo -agradezco a la diputada Joanna Pérez , impulsora de la iniciativa que firmé de que vuelva el voto obligatorio. Ya hemos tenido una mala experiencia con el voto voluntario. A los chilenos nos falta educación cívica, por lo que también espero que, en poco tiempo, estemos conversando sobre nuestro sistema electoral, porque siento que no está dando el ancho.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Félix González .
El señor GONZÁLEZ (don Félix).-
Señor Presidente, alrededor de 5 millones de las personas habilitadas para votar no lo hicieron, salvo en la votación del 4 de septiembre. Y no votan porque no se interesan, no se informan y les da lo mismo -esa es la realidad el resultado. Ojalá todo el mundo quisiera ir a votar -sería lo ideal-, pero no es así, y esos 5 millones de personas no quieren votar y tampoco quieren informarse para tomar una decisión.
Entonces, algunos piensan que la solución es poner multas. ¿Qué podría salir mal? Cinco millones de personas que no se informan, pero que van a tomar decisiones. Ya vivimos la experiencia de la obligación de votar, pero solo para quienes se inscribían de forma voluntaria. ¿Qué ocurría en ese entonces? Era caldo de cultivo para el acarreo, para la compra de votos, a través del pago de las cuentas de la luz, del regalo de lentes o de canastas familiares. Todos quienes estamos en esta Sala conocemos muy bien lo que sucedió.
No va a haber una mejor democracia por tener voto obligatorio, porque de lo que se trata realmente es de tomar decisiones sobre quién presidirá la república, sobre quiénes legislarán, quiénes serán alcaldes y alcaldesas, concejales y gobernadores regionales. Son grandes decisiones. Las democracias más robustas tienen voto voluntario, y para que la democracia sea de calidad, el voto tiene que ser informado. No basta con aumentar la cantidad de votos.
El error ya se cometió porque se aprobó el voto obligatorio y hoy solo votaremos las modificaciones del Senado. Hoy se despachará este proyecto, habiéndose aprobado ya el voto obligatorio.
El voto obligatorio hará que esos 5 millones de personas, sin recibir mayor educación cívica impulsada por el Estado, vayan a votar y distorsionen el resultado de las elecciones, porque van a tender a votar por aquellos candidatos que tengan más carteles, por el nombre que más les suene y también serán susceptibles a las fake news. Y de seguro, esos 5 millones de personas a las que no les interesa la política no están escuchando este debate, porque no están interesadas.
Creo que con el tiempo se va a reconocer que lo que se está haciendo hoy es un error. Será otra generación la que volverá al voto voluntario, porque las verdaderas democracias tienen voto voluntario.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Daniel Lilayu .
El señor LILAYU.-
Señor Presidente, estimados colegas, un factor que incidió en la baja participación en los procesos eleccionarios de los últimos años, sin duda, fue la voluntariedad del voto. El hecho de volver al voto obligatorio eleva de manera más clara este ejercicio, como un deber cívico que contribuye a que los grupos más moderados vayan a votar y otorga mayor legitimidad democrática a las autoridades electas.
Cuando vivimos en una sociedad que exige cada día más derechos sociales y de otra índole, también se deben hacer exigibles sus deberes.
Hoy podemos decir que vivimos en un país libre, gracias a una democracia fuerte, y el voto voluntario solo la debilita al plantear el voto como algo opcional, sin peso, y carecer de sanciones.
La preocupación por elegir a nuestras autoridades no es solo un derecho, sino un deber ciudadano. El ámbito de la libertad en el contexto de los deberes cívicos se traduce en la posibilidad de elegir una opción política u optar por anular el voto. No se debe traducir en la opción de si puede el ciudadano ejercer el voto o no, sin en una sanción aparejada a su decisión.
Solo cabe hacer presente que este proyecto no se hace cargo del funcionamiento de la inscripción. Ello requeriría un estudio bastante más profundo y la posibilidad de que las personas puedan reinscribirse voluntariamente, atendido que la ley ordena la inscripción automática en los registros del Servel.
A pesar de ese reparo, anuncio mi voto a favor del proyecto.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Joanna Pérez .
La señor PÉREZ (doña Joanna) .-
Señor Presidente, este documento tiene tres años. Hace tres años, desde esta Cámara, levantamos la idea de restablecer el voto obligatorio, el que fue eliminado en 2009. En octubre de 2019, en pleno estallido social, plasmamos la idea en un boletín, porque creíamos que también el estallido social tenía que ver con la legitimidad de quienes nos representaban. De hecho, un 30 por ciento de ciudadanos estaba decidiendo por el 70 por ciento restante.
Los ciudadanos tienen deberes y derechos. Sin calculadora en mano, un grupo de parlamentarios, de manera transversal, levantamos este proyecto, el cual valoro. Una vez aprobado en general, el gobierno de turno tuvo miedo y le quitó los votos, y no dejo entrar parlamentarios a esta Sala. Aun así, primó la cordura y muchos de esos parlamentarios han acompañado y apoyado otras mociones que hemos levantado junto a otros diputados y diputadas.
Hoy quiero reconocer a esas parlamentarias y exparlamentarias, como la exdiputada Andrea Parra , con quien trabajamos muchas iniciativas; la exdiputada Marcela Hernando , las diputadas Ximena Ossandón , Érika Olivera , Catalina Pérez , y también al diputado Jaime Mulet . Con todos ellos hemos tratado de aportar a esta discusión y fortalecer la democracia con más participación, a la que no hay que tenerle miedo.
Sin duda que esto, por sí solo, no basta. Se necesita implementar de buena manera la ley de educación cívica, que está vigente, pero que se aplica de manera bien débil. Se necesita generar mayores recursos para garantizar que haya transporte público. El proyecto que acerca las urnas a los domicilios también sirve. Son distintas medidas. La Comisión de Gobierno Interior, desde siempre, ha estado atenta a trabajar fuertemente en esas iniciativas.
Valoro en esta materia la voluntad del senador Matías Walker , presidente de la Comisión de Constitución del Senado. Tuvimos que hacer concesiones, porque también esta Cámara legisló sobre cómo aplicar multas y la forma de implementar esta obligatoriedad. Entendimos que el Senado tenía otra iniciativa, pero ambas se pueden complementar. Lo importante es que gane la democracia, que gane la participación, que la ciudadanía sienta que tenemos oferta, que hay recambio de nombres, que hay alternativas de un país mejor, fortaleciendo la democracia.
Por eso, hago un llamado a todos los parlamentarios a acompañar la iniciativa, teniendo el compromiso férreo de fortalecer la democracia y otorgar más espacio a los ciudadanos y ciudadanas.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tienen la palabra el diputado Mauricio Ojeda .
El señor OJEDA.-
Señor Presidente, la verdad es que los parlamentarios que me antecedieron en el uso de la palabra han sido muy claros respecto de lo que significa la democracia.
El momento de votar es el único instante donde todos los chilenos -el más rico, el más pobre, el católico, el evangélico, el político, el apolítico somos exactamente iguales. Ningún voto vale más que el otro. En ese sentido, hay que saber ejercer ese derecho, que también es un deber.
Lamentablemente, como señaló un parlamentario que me antecedió en el uso de la palabra, a veces es bueno retroceder. Hay que reconocerlo: las sociedades avanzadas, claramente, tienen sistemas de voto voluntario, pero en Chile no estamos preparados para ello. Hay que aprovechar que la mayoría de esta Sala está de acuerdo en aquello y debemos ir por el voto obligatorio.
La libertad de las personas -lo comentábamos un grupo de colegas se ejerce ante las urnas y con una papeleta, la que contiene todas las opciones, incluso la de votar nulo si nadie representa al ciudadano. Ahí está la libertad de cada persona.
Creo que en Chile debemos dar un paso atrás, para, con más impulso, avanzar. Cuando seamos una sociedad más desarrollada; cuando los chilenos entendamos que tenemos derechos, pero también tenemos deberes importantes que cumplir, recién vamos a dar el paso nuevamente para pensar en el voto voluntario.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Jaime Araya .
El señor ARAYA (don Jaime).-
Señor Presidente, quiero partir esta intervención haciendo una reflexión respecto de aquellos a quienes tanto les molesta el sistema de la Organización de Naciones Unidas.
Cuando uno busca información relativa a esta materia, no queda muy claro cuántos países en el mundo tienen voto voluntario. En números redondos, la mayoría de los estudios señalan que hay 200 países con voto voluntario y solo 26 países con voto obligatorio. Entonces, en estos tiempos en que los expertos empiezan a decir que hay que mirar las recomendaciones de otros países, llama muchísimo la atención que no se tome en consideración que los países con voto obligatorio son, por ejemplo, Argentina , Bolivia , Corea del Norte, Congo , Gabón , Líbano , Libia , Panamá , Tailandia y Turquía.
Hago esa reflexión, precisamente, porque creo que una democracia sana es aquella que es capaz, por sus ideas y por sus debates, de movilizar a la ciudadanía, no la que genera camisas de fuerza y obliga a una ciudadanía, cada vez con más distancia de la política, a pronunciarse en un sentido o en otro.
Tengo la sincera y genuina convicción de que lo que aumentó la participación ciudadana en el último plebiscito constitucional fue el cambio de domicilio, ya que vivir lejos del recinto de votación se constituía como un verdadero obstáculo; el costo del transporte público era una verdadera barrera de entrada para quienes querían ejercer su derecho a voto.
La impecable elección que tuvimos en el plebiscito del 4 de septiembre y su lamentable resultado es que la gente, viviendo más cerca de su local de votación y estando interesada, va y vota, pero hay una parte importante de la población que incuba un malestar permanente, que generalmente se va a inclinar por votar en contra de quienes representan la autoridad de turno.
Vamos a entrar en un sistema perverso, donde la gente, mayoritariamente molesta -todos aquellos que dicen que si no trabajan no comen-, se va a manifestar con un voto contrario a quien esté en el gobierno, independientemente del color político que tenga.
Hoy, el gobierno del Presidente Boric lo pagó en el plebiscito. Mañana no sabemos quién va a ser gobierno, pero en cada elección que les toque a sus representantes, van a sufrir el castigo de esa gente que no se interesa por la política y que más bien quiere hacer daño con la manifestación del voto.
Creo que este proyecto puede ser un tremendo error y afectar negativamente la democracia. Si queremos aumentar la participación ciudadana, los responsables de ello estamos acá, en este Parlamento. A través del testimonio, del ejemplo y de las acciones concretas, tenemos que demostrar que la política sí es buena, que la política sí cambia para bien la vida de la gente, y no seguir dando penosos ejemplos que hacen que la gente cada vez más se decepcione de la política.
Finalmente, hago un llamado a reflexionar. Si hay doscientos países modernos con voto voluntario, ¿por qué en Chile vamos a salir de ese espacio que corresponde?
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Nathalie Castillo .
La señorita CASTILLO (doña Nathalie) .-
Señor Presidente, quiero iniciar mi intervención con la premisa de que el voto ha sido una pieza fundamental en la consolidación de nuestra democracia y de las diversas democracias del mundo. Sin embargo, en el año 2012, en nuestro país se estableció el sistema de voto voluntario, dando curso a una escasa participación durante varias elecciones y abriendo durante casi una década el debate respecto de la obligatoriedad o no, el cual también forma parte del proyecto que estamos revisando.
Quiero señalar la importancia que tiene el ejercicio de los derechos civiles y políticos, ya que garantizan la participación de las ciudadanas y los ciudadanos en la vida civil y política del Estado en igualdad de condiciones y sin discriminación. Pero, más que centrar este debate en que el voto debe ser obligatorio o voluntario, deberíamos reflexionar respecto de cómo la ciudadanía ejerce un derecho que tanto costó tener en el caso de las mujeres y que, por cierto, en nuestro país se vio interrumpido por diecisiete años durante la dictadura cívico militar.
En ese sentido, creo que es importante señalar que la causa principal de la baja participación electoral está dada por la falta de educación cívica en los colegios, porque esa es la base de toda sociedad: la educación. Me refiero a una educación que enseña a pensar, el razonamiento crítico, y a aplicar los conocimientos y el sentido común. Por eso, debe haber un esfuerzo superior desde el gobierno y las autoridades para que la asignatura de Educación Cívica o Educación Ciudadana, como se llama ahora, sea obligatoria no solo para terceros y cuartos medios, sino que sea un ramo o una asignatura que se comience a implementar como algo obligatorio en el currículo desde el inicio de la enseñanza básica, la enseñanza inicial, para todos los establecimientos educativos del país.
Así como se ha mencionado en esta Sala que, sin duda, se valora la alta participación ciudadana en la última elección, del 4 de septiembre, debemos hacernos cargo también de que la ciudadanía vote informada, ya que en las últimas elecciones vimos que abundó la desinformación, obviamente, desde los medios y desde algunos sectores que apuntaron a esa estrategia electoral.
Sin embargo, no podemos apuntar solo a los números, a las grandes masas de ciudadanas y ciudadanos votando, sino que debemos ser responsables de que cada persona concurra a emitir su voto o sufragio de manera responsable, informada y oportuna. Así que la clave –insisto está en promover más cultura cívica, más educación y más información, y en limitar las malas prácticas, para desarrollar una democracia más robusta.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Henry Leal .
El señor LEAL.-
Señor Presidente, este es un buen proyecto, porque, a mi juicio, viene a restablecer algo que nunca debió ser eliminado: el voto obligatorio.
Los ciudadanos no solo tenemos derechos, los que, por cierto, somos muy buenos para exigir. Nos olvidamos de los deberes que debemos tener como ciudadanos, uno de los cuales es concurrir a elegir a nuestras autoridades.
El voto obligatorio hace más legítimas a las autoridades. No es lo mismo elegir a un alcalde, a un parlamentario o a un presidente con un 35 por ciento de los votos que elegirlo con 75, 80 o 90 por ciento. Eso le da respaldo y legitimidad.
Por eso, creemos que este es un buen proyecto, porque va a aumentar la participación de los ciudadanos, más aún si trae medidas que acarreen alguna consecuencia por no votar, excluyendo, por cierto, a las personas en situación de discapacidad y a los adultos mayores de avanzada edad.
El voto obligatorio también tiene la virtud de aumentar la voz y la fuerza en los sectores menos poderosos, aquellos sectores que no son radicales, aquellos sectores medios y moderados que muchas veces no concurren a votar. Pues bien, ahora los candidatos deberán esforzarse para atraerlos y convencerlos de que sus ideas son las mejores.
También contribuirá a evitar la polarización que hoy existe. En el caso de los sectores más radicalizados, de izquierda y de derecha, sus electores se sienten más dispuestos y más motivados para ir a votar. La moderación se va a ver favorecida con el sistema del voto obligatorio. Nunca debimos terminar con esa buena idea.
Pero también es bueno pensar que junto con esto necesitamos un urgente cambio a nuestro sistema electoral. No podemos tener parlamentarios o alcaldes elegidos con menos de 0,5 por ciento de los votos. Eso distorsiona la voluntad popular. Necesitamos autoridades que cuenten con respaldo ciudadano, porque eso legitima el uso de la palabra. Es urgente un cambio al sistema electoral y a nuestro sistema político. La dispersión de votos y partidos también merece una revisión.
Hoy, formar un partido es tan fácil como formar una junta de vecinos. Eso no puede ocurrir. Eso está desprestigiando el sistema político. Por eso, espero que nos hagamos cargo también de ese tema.
También es fundamental para ir avanzando en estos temas que vuelva la educación cívica a los colegios, a la enseñanza básica y a la enseñanza media, para que los jóvenes desde pequeños conozcan sus deberes y sus derechos como ciudadanos, de manera que sean ciudadanos informados.
Por eso, con mucho gusto, votaré a favor esta iniciativa.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Miguel Ángel Becker .
El señor BECKER.-
Señor Presidente, el objetivo del proyecto en discusión propone un sentir de la población, atendida la necesidad de restablecer la obligatoriedad del voto en las elecciones populares; y cómo no va a ser así cuando, desde el 2012 a la fecha, las elecciones han demostrado, pese al aumento del padrón electoral, una fuerte baja en la participación electoral.
Ahora bien, los motivos del desincentivo en participar son muchos, y así los identificó el presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel), don Andrés Tagle , quien sostuvo que en ello no solo influye la voluntad de las partes, sino también ciertos problemas estructurales, como la desactualización de los domicilios electorales, lo que juega un rol preponderante en los momentos de concurrir a votar.
No obstante aquello, el presente proyecto ha hecho suya la realidad de la baja participación política en procesos electorales, que no es positiva. Por consiguiente, se necesita refuerzo para contar, en general, con un Estado democrático cuyas autoridades y procesos sean legitimados con una cantidad importante de ciudadanos que participen activamente en las instancias de decisión fundamentales.
En términos generales, estamos de acuerdo con las enmiendas introducidas por el Senado, ya que existe un consenso mayoritario en las diferentes fuerzas políticas para aprobar el voto obligatorio.
Para concluir, el pasado 4 de septiembre, cuando todos concurrieron a votar en el plebiscito de salida de la propuesta constitucional, aquella votación obligatoria con participación histórica no obedeció a caprichos y populismo, sino que atendió a la necesidad de contar con procesos validados por una alta cantidad de ciudadanos, suerte que esperamos que se pueda replicar en las próximas elecciones populares gracias a la presente ley en proyecto.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Marta Bravo .
La señorita BRAVO (doña Marta) .-
Señor Presidente, el voto es la herramienta con la que contamos todos los ciudadanos para manifestar nuestra voluntad respecto de cuál queremos que sea el futuro de nuestro país, lo que toma un rol especial en un contexto de cambios como el que estamos experimentando actualmente. No es ninguna noticia el gran descontento de la población respecto de la clase política. Respecto de ello, me parece que debemos fomentar cambios que permitan mejorar la confianza de la población en sus representantes.
El hecho de que el voto sea voluntario genera que muchas personas no asistan a votar por diferentes motivos, lo cual inhibe el sentimiento republicano y el poder de elección que tiene cada uno de los ciudadanos.
La obligatoriedad del voto constituye un deber para la ciudadanía, pero al mismo tiempo engrandece el derecho de las personas a manifestar su opinión y a dar legitimidad a las autoridades elegidas de manera democrática.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Andrés Jouannet .
El señor JOUANNET.-
Señor Presidente, lo que estamos discutiendo en este proyecto es el voto, pero ¿quiénes votan? Generalmente, en las democracias de alta intensidad, como diría el argentino O ´Donnell , votan normalmente las personas más instruidas, la gente que tiene más conocimiento, no aquellas personas a las que les interesa menos; pero, en general, en las democracias de alta intensidad la mayoría de las personas son instruidas, sea porque tienen acceso a educación gratuita, porque no hay gran diferencia entre los colegios públicos y los privados, etcétera. Estamos hablando, fundamentalmente, de las democracias europeas, donde el voto es voluntario; pero ocurre que en esas democracias de alta intensidad la educación cívica es permanente, y no solo en los colegios, sino también en su cultura política.
En la mayoría de los países europeos todas las universidades que se llaman universidades tienen filosofía, porque para llamarse universidades tienen que tener filosofía; todas esas universidades tienen historia, si no, no se llaman universidades. Por tanto, la diferencia entre ellos y nosotros es bastante grande, porque nosotros hemos sacado de las universidades y de la sociedad el debate de las ideas. Hemos sacado la educación cívica, hemos sacado la historia y hemos sacado la filosofía, que son justamente las áreas que nos ayudan a debatir y a que la sociedad en general se interese en la política.
El tema de fondo es que no hay interés en la política, en circunstancias de que la política es necesaria para cambiar la sociedad a través de las políticas públicas, lo que los norteamericanos llaman politics y policy, la política y las políticas públicas.
Por lo tanto, la pregunta de fondo es si queremos que nuestra democracia se profundice y se consolide. Y si la respuesta es sí, si queremos que nuestra democracia se profundice y se consolide, entonces tenemos que tener el voto obligatorio, porque todavía, lamentablemente, no hemos llegado a la dimensión de esas democracias europeas. Esas democracias se generaron a través de mucho sudor, de mucho dolor y de aprendizajes durísimos, que incluyeron guerras, tras lo cual entendieron que la participación era fundamental. Pero para participar hay que educarse, y como todavía no llegamos a esos niveles de educación y como hay gente que no está interesada, lamentablemente, quienes terminan votando son los instruidos, y como nos falta mucho, tenemos que obligar y tiene que haber voto obligatorio.
Saludo este proyecto, pero lo que no saludo es la votación populista que hubo hace años, cuando esto se votó en contra. Por eso, lo aprobaremos, en la esperanza de que sea por una alta votación.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Terminó su tiempo, diputado. Tiene la palabra el diputado Leonidas Romero .
El señor ROMERO (don Leonidas).-
Señor Presidente, los seres humanos en general, pero particularmente los chilenos tenemos derechos y deberes.
¿Cuáles son nuestros derechos en este país? Educación, salud, seguridad, trabajo, tranquilidad, derechos que están lejos de concretarse, pero que son derechos.
¿Y cuál es nuestro deber? Ir a votar, porque no podemos seguir con esto de que van a votar solo los que quieren, el 30 o 35 por ciento de los electores. He escuchado de los que son acarreados o de aquellos a los que les regalan algo; pero, no, van los que quieren, y normalmente los votantes de nuestro sector, los de derecha, se van al campo o a la playa y no van a votar. Por lo tanto, la obligación de cumplir con este deber tiene que ser para todos exactamente igual.
Quiero contar que la semana pasada, en mi región, escuché a un diputado, que lleva apenas un año acá, en el Congreso Nacional, o sea, este es su primer período, decir lo siguiente: “gracias a mí, hoy tenemos la posibilidad de instaurar el voto obligatorio”.
Le recordé -aprovecho de recordarlo acá que durante el período anterior apoyé varios proyectos sobre esta materia -algunos se olvidan de aquello-, y que en cada votación que tuvimos en Sala estuve de acuerdo con el voto obligatorio, pero también con la inscripción automática; de lo contrario, no tiene sentido. Si dejamos la inscripción a voluntad de la persona que irá a votar, esta norma será letra muerta, por lo que tiene que ser voto obligatorio e inscripción automática.
También, durante el período anterior se sugirió incorporar una indicación para que a todas las personas, hombres y mujeres, mayores de 75 años de edad no se les aplicara la obligatoriedad de ir a votar, sea porque no quieren ir, porque están enfermos, porque no les gustan los candidatos o por cualquier otro motivo.
Por lo tanto, una vez más votaré a favor este proyecto, porque, repito, durante el período anterior, aquí en la Sala, esta idea se sometió tres o cuatro veces a votación, y siempre la voté favorablemente.
Señor Presidente, por su intermedio, y con mucho respeto, llamo a los diputados nuevos, a aquellos para los cuales este es su primer período, a que no se vistan con ropaje ajeno, porque hace muy mal, dado que este tema se viene discutiendo desde hace mucho tiempo.
Lamento que la diputada Joanna Pérez no esté presente, pues ella fue la promotora de esta idea en varias oportunidades. Yo también patrociné un proyecto a este respecto, porque creo que era necesario. Y no me pierdo en esto: no es que vayamos a obligar a la gente a ir a votar. Por algo aprobamos acercar los locales de votación a las casas de los votantes.
Quiero contar que en la última elección mi madre, de más de 90 años de edad, votaba a tres cuadras de su casa…
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Terminó su tiempo, diputado. Tiene la palabra el diputado Raúl Leiva .
El señor LEIVA.-
Señor Presidente, en medio de una crisis de legitimidad de las instituciones y de la democracia, creo que este proyecto de reforma constitucional que restablece el voto obligatorio viene a reforzar el sentido correcto de la participación ciudadana.
Como señalaron muchos de los diputados y muchas de las diputadas que me antecedieron, no solo hay derechos, sino que también hay obligaciones correlativas, y en democracia la principal obligación es votar para elegir a nuestros representantes. Por eso, hay que terminar con esas ideas de que no es problema mío, de que a mí no me importa o de que a mí no me interesa. El voto obligatorio permite justamente hacerse cargo de eso, porque no solo hay que exigir, sino que también hay que ser capaz de concurrir a las urnas a votar.
Esta iniciativa, que establece la votación obligatoria en todas aquellas elecciones populares que se desarrollen en lo sucesivo, llega en un momento muy oportuno, eximiendo de dicha obligación, tal como señala el proyecto, a los mayores de 75 años de edad, a las personas que se encuentren en situación de discapacidad o dependencia, y a los chilenos que residan en el extranjero.
Entiendo que este proyecto de reforma constitucional solucionará gran parte de la problemática que tenemos hoy, obligando a todas y a todos a participar en la elección de sus representantes.
La democracia representativa requiere necesariamente el concurso y la participación del electorado, de la ciudadanía. Por eso, apoyaré esta reforma constitucional, que espero que entre muy pronto en vigencia.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Estimados colegas, hay 18 o 19 diputados inscritos. El Orden del Día termina a las 19:15 horas y, obviamente, queremos que todos y todas puedan hacer uso de la palabra.
¿Habría acuerdo para prorrogar la sesión por diez minutos, de ser necesario? No hay acuerdo.
Entonces, podrán intervenir solo los que alcancen. Ojalá que sean todos los inscritos. Tiene la palabra el diputado Miguel Ángel Calisto .
El señor CALISTO.-
Señor Presidente, el 23 de enero de 2012, durante el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera, se promulgó la norma sobre inscripción automática y voto voluntario.
Ese hecho significó una disminución inmediata de la participación de los electores en las votaciones populares. En ninguna votación se superó el 50 por ciento de participación, lo que, en definitiva, ha afectado gravemente la legitimidad del sistema político.
Por eso, quiero respaldar el proyecto en estudio, que establece la obligatoriedad del voto, y desde ya manifiesto mi apoyo a las enmiendas propuestas por el Senado.
También quiero reconocer el trabajo que realizaron la diputada Joanna Pérez y varios otros mocionantes, porque incluso fueron capaces de anticiparse al sentido común, a lo que estaba ocurriendo en el país.
Señor Presidente, después de tanto luchar por el derecho al voto, ¿vamos a renunciar a este principal derecho ciudadano?
El que cada persona pueda ejercer, libremente y en una urna, su derecho a expresar lo que piensa y decidir por quién votará, es la libertad que valida la democracia.
El voto obligatorio evita que las elecciones sean capturadas por el voto activista, por el voto militante, por el voto capturado por los partidos políticos.
Creo conveniente considerar seriamente la necesidad de reponer el voto obligatorio como una forma de reforzar nuestra democracia y restituir la confianza en nuestras instituciones. Por supuesto, también considero necesario entender que la democracia encierra un conjunto de responsabilidades que están arraigadas también en el campo ético, del comportamiento de cada uno de nosotros como seres sociales y como parte de una comunidad. Además, los desafíos actuales, como el cambio climático, la sobrepoblación y la creciente crisis de agua y de alimentos obligan necesariamente a entender que somos parte de una comunidad y que, evidentemente, tenemos responsabilidades comunes que involucran los deberes cívicos, tales como participar de los procesos eleccionarios con el voto y elegir a nuestros representantes.
Pero eso no solo podemos verlo desde el punto de vista de las tesis, sino también en la práctica. En ese sentido, cabe mencionar que la ciudadanía, los chilenos, participamos masivamente en el plebiscito de salida, en el que cerca de 13 millones de chilenos -más que nunca antes en la historia y más de 50.000 chilenos en el extranjero decidimos rechazar la propuesta constitucional de la Convención.
Entonces, ¿qué demostró el voto obligatorio? Que se impone la sensatez, el sentido común y, por supuesto,…
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Ha concluido su tiempo, señor diputado. Tiene la palabra el diputado Jorge Guzmán .
El señor GUZMÁN.-
Señor Presidente, el gobierno de muchos no puede depender del voto de pocos. La responsabilidad con la construcción de Chile no es solamente de quienes participan en política sino de todos los chilenos. El plebiscito del 4 de septiembre nos demostró que cuando toda la ciudadanía asiste a votar, muchas veces nos podemos llevar más de una sorpresa.
No son las calles, no es Twitter, no son los medios de comunicación ni siquiera las marchas más multitudinarias las que representan más fielmente la voluntad popular. El voto es la forma más tangible e incuestionable en que el pueblo se manifiesta y ejerce su soberanía. Si no aseguramos una buena participación, ese voto es muy susceptible de ser cooptado por las minorías muchas veces sobre ideologizadas, muchas veces poco representativas, con lo que se distorsiona la realidad.
Hace cinco años se dio un gran paso en materia de descentralización democrática cuando se dispuso la elección popular de los gobernadores regionales. Lo que pensamos que sería un paso decisivo en participación ciudadana tuvo una de las más bajas y tristes participaciones. La segunda vuelta de gobernadores regionales se convirtió en la elección con más baja participación desde que se implementó el voto voluntario, pues convocó a menos del 20 por ciento del electorado en las regiones donde se realizó el balotaje. En el caso de la Región del Maule, la participación alcanzó un escaso 13 por ciento de la población. Por eso, valoramos la reposición del voto obligatorio, porque necesitamos mayor participación y representación.
Pero así como la democracia no puede reducirse al voto, la participación electoral no puede reducirse al voto obligatorio. Si realmente queremos re encantar a la ciudadanía con la política, somos nosotros quienes debemos volver y devolver la dignidad y prestigiar nuestra función.
En los últimos días hemos sido testigos de lo mejor y lo peor de la clase política. Mientras la inmensa mayoría de los partidos hizo su tarea, dialogó y logró un acuerdo constitucional, vimos a un parlamentario disfrazándose de cocinero para atraer la atención y hacer un punto político. Guitarras, pelotas, agresiones, garabatos, placas de sheriff se suman al vergonzoso listado de acciones de colegas nuestros que más parecen creer que la política es un show, una performance antes que una labor que, ante todo, debe ser ejercida con seriedad y responsabilidad para mejorar la vida de las personas.
No es justo obligar a votar a alguien cuando estamos ofreciendo este nivel de política a la ciudadanía. Día a día veo vecinos, dirigentes sociales, adultos mayores, mujeres y jóvenes que participan en voluntariados. Son cientos de ciudadanos que no son indiferentes; por el contrario, se involucran y se activan para resolver los problemas de su barrio, de su ciudad, de su región y de su país. La ciudadanía no es indiferente; solo ha perdido la confianza en nosotros.
Estimados colegas, prestigiemos nuestra actividad. No solo fomentemos el voto a través de una multa, sino de un mensaje: que la política importa, que los políticos deben ser responsables con Chile y que el voto realmente vale.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Mónica Arce .
La señora ARCE (doña Mónica).-
Señor Presidente, volver al voto obligatorio es incitar a la ciudadanía a participar bajo la amenaza. Sugieren que reponer el voto obligatorio fortalece la democracia a través de la participación. Considero que la democracia no se trata de votar para elegir autoridades y volver a sufragar en cuatro años; la ciudadanía debe interesarse en el debate público, y nosotros, como autoridades, debemos tener la capacidad de generar espacios y condiciones para que las personas puedan discutir y tener injerencia real en las decisiones para el país.
Anuncio mi voto en contra de este proyecto, porque, en vez de incentivar a la ciudadanía, el sistema en Chile sigue siendo prohibitivo, obligatorio y sancionador.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Daniella Cicardini .
La señorita CICARDINI (doña Daniella) .-
Señor Presidente, me alegro de que estemos discutiendo este proyecto de ley, que retorna del Senado y que restablece el voto obligatorio en todas las elecciones populares que vengan en el futuro, por supuesto considerando los plebiscitos y excluyendo las primarias.
Soy autora de una de las mociones refundidas que nos permiten tener este debate. Lo celebro, en buena hora, porque hace tres años discutimos este mismo proyecto de ley, el cual finalmente fue rechazado. No sé si se rechazó porque algunos tenían miedo a la participación ciudadana o tenían miedo a la voz de la gente que se debía expresar en las elecciones. Por eso, insistimos en esta iniciativa, y hoy tenemos esta tremenda oportunidad. Sin duda, tenemos la convicción de que esta medida fortalece nuestra democracia y sus instituciones.
No obstante, el voto obligatorio no es suficiente; tiene que ir apoyado de otras medidas. En el plebiscito del 4 de septiembre y también en las elecciones pasadas se adoptaron algunas medidas, como acercar los lugares de votación a los domicilios de los ciudadanos y ciudadanas.
También hay otras medidas que son importantes a considerar; por ejemplo, deben generarse mayores facilidades para los trabajadores y trabajadoras. ¿Por qué no pensar en feriados irrenunciables? Hablo de feriados que permitan a la gente ejercer su derecho a voto. También debería disponerse de locomoción gratuita, pero que sea efectiva, y no solo en algunas zonas. Los territorios son distintos, hay particularidades, pero lamentablemente no se cumple con ese objetivo.
Quiero agregar algo más: la educación cívica. Deberíamos regular y sancionar las fake news, que tanto daño han generado en nuestra población.
Invito a los señores parlamentarios a no seguir tapando el sol con un dedo. Hoy más que nunca necesitamos legitimar los procesos eleccionarios y fortalecer nuestra democracia. El voto obligatorio es algo esencial, algo que estábamos esperando desde hace mucho tiempo y que, por fin, se materializará en la discusión que tenemos el día de hoy.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Hotuiti Teao .
El señor TEAO.-
Señor Presidente, iorana.
Tal como indica este proyecto, la necesidad del voto obligatorio se sustenta en la participación de un número creciente de individuos que entreguen garantías de estabilidad institucional en momentos en que las personas pasan a ser los legitimadores de la gestión de los poderes públicos.
Es la gente, según lo que establece este proyecto, la llamada a validar los procesos democráticos de nuestro país. El voto obligatorio es una garantía de participación plena que otorga validez a nuestras autoridades e instituciones.
Ya vimos en las últimas experiencias con voto obligatorio cómo el aumento de la participación genera a su vez un aumento de la discusión política y pública en nuestro país, cosa que eleva la competencia y, por tanto, la calidad de las propuestas.
Decidir quiénes serán nuestros legisladores o quién preside nuestro país debe ser una tarea de todos. La responsabilidad de la forma en que se dirigen los temas principales debe competer a cada uno de los ciudadanos de nuestro país.
Me quiero detener en el concepto de ciudadano. La Real Academia Española define a un ciudadano como “Persona considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes.”. Esto se desprende en dos partes: primero que todo, es miembro activo del Estado, es decir, participa en la vida de este; segundo, es titular de derechos políticos y está sometido a sus leyes. ¿Qué derecho político hay que sea más importante que el voto? Ninguno.
Vislumbro un país con ganas de participar -situación que vimos por lo menos en las dos últimas elecciones-, un país no solo con ganas de ir a votar, sino también de ser escuchado y considerado. Vislumbro un país con ganas de participar en sus procesos, de ser parte de la historia.
Es por lo anterior que votaré a favor de la restitución del voto obligatorio, ya que creo que los ciudadanos son parte fundamental de la vida política. Creo que en ellos está la responsabilidad de elegir el futuro de nuestro país, de colaborar en la discusión y en la elección de autoridades y en la participación en grandes procesos.
Espero que esta idea sea compartida por mis colegas, ya que creo que es un proyecto sumamente importante y oportuno.
Finalmente, no está demás decir que al establecerse que el voto sea obligatorio, como se dijo en esta Sala, la gente se preocupa y empieza a investigar y a preguntar. Esto se transforma en un tema de debate en las familias, en los centros comunales, y todo el mundo comienza a buscar a qué autoridad elegir. Muchas veces la gente también se pone de acuerdo respecto de quién le ofrece mejores garantías para tener una mejor democracia, la cual justamente necesitamos reforzar.
He dicho.
¡Iorana e maururu!
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Felipe Camaño .
El señor CAMAÑO.-
Señor Presidente, estamos en un momento histórico, en que la gente nos pide ser más responsables que nunca a la hora de hacer política. Y quizás una de las cosas más responsables que podemos hacer es volver al voto obligatorio.
En la sociedad no solo hay derechos, sino también deberes, y uno de los principales deberes que tenemos en democracia es votar. Si no te gustan los diputados, los senadores, el alcalde o el Presidente, si no estás conforme con como están las cosas, lo primero que hay que hacer para cambiarlo es votar.
Vivimos en Chile, un país donde el voto se conquistó como un derecho, pero es triste ver cómo ese derecho pasó a casi no tener importancia.
El voto comenzó siendo censitario: solo si eras hombre, si tenías dinero y educación podías votar. Las mujeres recién pudieron votar a partir de 1934, en las elecciones municipales, y recién en 1949 en las elecciones presidenciales.
El voto se conquistó a punta de sangre, sudor y lágrimas de mujeres y hombres que buscaban la oportunidad de participar en la democracia. Ahora que todos tenemos la oportunidad de participar, debemos ser responsables y por lo menos hacer el esfuerzo de votar, pues todos somos parte de esta sociedad y todos tenemos el deber de construirla.
Quiero llamar la atención del Estado: si queremos que la gente vote, no solo tenemos que obligarlos, sino también formarlos ciudadanamente. Debemos volver a impartir clases de educación cívica, a la divulgación de las ideas políticas. Debemos luchar contra las noticias falsas, que se hacen populares en la televisión y en las redes sociales, entre otros medios.
La democracia y los problemas de la democracia los resolvemos votando. Por eso, anuncio mi voto a favor de esta iniciativa.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Andrés Longton .
El señor LONGTON.-
Señor Presidente, primero, quiero destacar la labor que realizó la diputada Joanna Pérez , así como la diputada Ximena Ossandón , en su momento, y la que efectuamos tantos otros diputados que impulsamos este proyecto en 2019, cuando se perdió por pocos votos. No obstante, se abrió, en definitiva, el camino para ponernos hoy en esta situación. Sin duda, el plebiscito de salida fue la gota que rebasó el vaso respecto de la necesidad que teníamos hoy de volver al voto obligatorio.
Muchos hablan de las libertades, y sin duda que el voto obligatorio afecta la libertad de los individuos. Por supuesto que lo hace, pero, desde una perspectiva liberal, cada una o la mayoría de las normas estatales afectan las libertades de los individuos si entendemos por libertad el actuar a nuestro arbitrio sin mayores interferencias.
Sin embargo, incluso los más acérrimos liberales reconocen que hay otros intereses adicionales que proteger, más allá de la libertad individual. Uno de ellos es la libertad política, es decir, la libertad de poder elegir, y sin duda que el voto obligatorio potencia aquello.
La preocupante abstención electoral que hemos tenido en las últimas décadas está afectando la legitimidad de nuestras autoridades, dando con eso espacio al clientelismo y a los políticos de nicho, que con ideas simples o populistas pretenden capturar determinado sector de nuestra sociedad, porque saben precisamente que quienes lo integran son los que se movilizan para ir a votar.
El voto obligatorio permitirá formar políticos y personas que se dediquen a cargos públicos en forma más responsable con el electorado, porque precisamente a través de las ideas, que no serán dirigidas a un grupo específico, sino a la gran generalidad de ellos, a través de la responsabilidad de las mismas, se podrá conquistar un electorado que hoy se queda en su casa, a un electorado quizás más moderado, a un electorado para el cual el sentido común le es más relevante al momento de acudir a las urnas.
Hace algunos años aprobamos acercar los locales de votación al domicilio de los electores. En ese sentido, quiero reconocer la labor de la entonces presidenta de la Comisión de Gobierno Interior, la diputada Daniella Cicardini , que puso nuestro proyecto en tabla, a pesar de que la iniciativa no había sido suscrita por ningún diputado de oposición. Era un proyecto de Renovación Nacional, que fue despachado a ley y que hoy es ley de la república. Eso no solo habla muy bien de la generosidad de la diputada Cicardini , sino que esa normativa permitió combatir la abstención electoral que hoy es uno de los principales problemas que tenemos en nuestra sociedad.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Gastón von Mühlenbrock .
El señor VON MÜHLENBROCK.-
Señor Presidente, estamos en un día histórico para reponer el voto obligatorio. Nuestro objetivo es fortalecer nuestra democracia, no al revés. El 4 de septiembre pasado concurrieron 13 millones de ciudadanos a sufragar en el plebiscito de salida. Ese día, más allá del resultado, los chilenos dimos un ejemplo de espíritu cívico ante el mundo, por una jornada que mezcló la votación más grande en la historia de nuestro país y por la pronta aceptación de los resultados de quienes representaban la opción perdedora.
Pero el plebiscito de salida fue un oasis en un descomunal desierto, porque con anterioridad, especialmente en otras elecciones efectuadas en el pasado, hemos tenido menguados registros de participación. El caso más crítico fue la segunda vuelta de gobernadores regionales, con tan solo un 20 por ciento de participación del registro electoral. El panorama no es muy distinto si observamos otras elecciones pasadas, especialmente debido a la participación muy reducida que se ha registrado en las elecciones municipales, para elegir alcaldes y concejales.
En 2012, se modificó el sistema electoral, donde pasamos de inscripción voluntaria a inscripción automática con voto voluntario. El debut se realizó en las elecciones municipales del 28 de octubre de 2012, y a pesar de los auspiciosos pronósticos que se tenían, ese día terminó con una alta abstención en casi todas las comunas del país. Los votantes efectivos apenas bordearon el 40 por ciento del registro electoral, con tan solo 5.495.929 personas que hicieron uso de su derecho cívico, casi medio millón menos en relación con la elección de 2008, con voto obligatorio.
Por eso, creo estar absolutamente convencido de la reposición del voto obligatorio, que será saludable para nuestra democracia y que reflejará las decisiones de un tamaño mayor del electorado. Pero lo más importante es que el voto obligatorio significa instaurar nuevamente una práctica cívica en nuestro país para que el ciudadano comprenda la importancia de la acción de su voto y lo vea como un derecho y no como un deber. Así podremos caminar hacia un futuro más prometedor, en que las mayorías se reflejen en el país que queremos, respetando, a su vez, a las minorías.
Votaré a favor este proyecto.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Hernán Palma .
El señor PALMA.-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero recordar en nuestra historia quién cerró los registros electorales, proscribió las ideas, terminó con la educación cívica y las clases de filosofía; quiénes tienen miedo a que el pueblo piense, se organice y se movilice.
¿Por qué no vota la gente? ¿Por descrédito de la clase política, por falta de interés, por confort simplemente o por falta de comprensión de los fenómenos políticos?
Creo que hay al menos cuatro imperativos éticos previos al voto obligatorio.
Primero, si algo debe ser obligatorio es la educación cívica. Un pueblo manipulado, mal informado difícilmente va a votar de buena manera.
Segundo, que se penalice, de una vez por todas, el delito del fake news. Parece que hay sectores a los que les quedó gustando el voto obligatorio, porque instalaron el fake news como una modalidad para conducir al electorado.
Tercero, que exista una nueva ley de medios de manera que el periodismo no oficial se valide.
Finalmente, quiero mencionar una causa que no me cansaré de defender, que es la causa electro dependiente. En Chile hay más de 22.000 electro dependientes, y aunque parezca inverosímil, muchos cuidadores han sido multados por no dejar sus puestos de cuidado de las personas a las que deben cuidar. Conozco casos dramáticos.
Por ejemplo, a algunos se les dijo que tenían que acercarse a las comisarías más cercanas a explicar por qué no podían votar. En este caso, es más rápido ir a votar que acercarse a una comisaría y estar largas horas en las filas de espera. Para peor, como señalé, han sido multados, y les han dicho que para sacarse las multas deben acreditar la condición de sus hijos e hijas.
Por tanto, respecto de estos imperativos morales o éticos mínimos, me parece que si esta condición no se cumple, es imposible pensar en un voto obligatorio.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Stephan Schubert .
El señor SCHUBERT.-
Señor Presidente, estimados colegas, hoy es un día importante: hemos hablado de fortalecer la democracia y la participación ciudadana. Por largos años hemos sostenido esta discusión.
Recuerdo que cuando tuvimos el debate que nos llevó al voto voluntario, había un sector importante que, más bien haciendo cálculos, estimaba que era relevante pasar al voto voluntario, porque el obligatorio no lo estaba beneficiando.
Se les dijo que eso no iba a ser positivo, y hoy ellos mismos están argumentando a favor de volver al voto obligatorio. Decían: “Creo en la libertad de los chilenos”, y ahora invierten ese argumento.
Pero ¡qué bueno que nos damos cuenta!, porque es importante la participación. Lo que generó ese proceso fue una desafección en todo lo relativo a la política y la participación.
Eso también produjo una suerte de falta de legitimidad. No es bueno para nuestro sistema el tener, por ejemplo, presidentes de la República elegidos con una participación de la ciudadanía tan baja. Efectivamente, obtienen la mayoría en una segunda vuelta, sacan más de la mitad de la votación, pero esa participación muchas veces es muy baja y eso les resta legitimidad. Necesitamos que los presidentes de la República asuman el cargo habiendo participado en la elección la mayor cantidad de chilenos que están en condiciones de sufragar.
Asimismo, esto solo permite la participación de los que están demasiado afectados políticamente, como activistas, y se restan entonces todos aquellos que no son tan participativos en política. Pero, por cierto, ellos también deben opinar, y es importante que participen para que todos escojan, no solo los que están más interesados en la política, porque no nos hace bien que muy pocos decidan para muchos o para el resto.
Ahora, esta mirada cambió precisamente después del plebiscito de salida del 4 de septiembre, en que nos dimos cuenta de que otra cosa era cuando la mayoría participaba y se manifestaba. Ahí hace notar su forma de ver de la sociedad, y es relevante que ella también esté en todas las tomas de decisiones, por ejemplo, respecto de un texto constitucional, como ocurrió ese día.
No temamos, estimados colegas, a los deberes. Esa es una discusión importante. Creemos que todos son derechos, y, efectivamente, muchas cosas son derechos, pero como chilenos también nos asisten deberes, y uno de los deberes importantes es precisamente participar y no quedarnos abajo en decidir quiénes nos van a gobernar, quiénes van a ser nuestras autoridades locales o qué texto vamos a escoger o modificar de la Constitución, o un eventual nuevo texto constitucional. No temamos a eso.
Este cambio nos obliga a prestigiar la política, a volver a entender que lo que debemos hacer es buscar la participación de todos, no solo la de nuestra barra brava, sino la de todos, incluso la de los que no tienen una afección política, pero que de aquí en adelante van a participar y formar parte de la toma de decisiones.
Es una buena noticia. Vamos a votar a favor.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Andrés Celis .
El señor CELIS.-
Señor Presidente, quiero señalar con convicción que estoy a favor del voto obligatorio, pues tengo la certeza de que se trata de una medida que fortalece el sistema democrático de nuestro país.
A mi juicio, resulta indispensable que los ciudadanos y ciudadanas con derecho a voto participen de manera directa en las elecciones populares de sus autoridades y también en los plebiscitos, ya que ello genera necesariamente una vinculación con el proyecto que se propone para Chile.
Asimismo, creo relevante generar conciencia en las nuevas generaciones en el sentido de que participar de las elecciones resulta sumamente esencial y relevante, de que votar es un acto cívico que lleva consigo un derecho propio de los sistemas democráticos. Hay quienes han dicho que votar debe transformarse en un hábito, y, ¿cómo no?, si de ese acto se devienen consecuencias importantes para cualquier país.
Ahora bien, con la misma fuerza, creo importante señalar que el fortalecimiento de la democracia en un país, y especialmente la temática referida a la participación ciudadana, no solo se debe abordar desde la mirada del establecimiento del voto obligatorio, sino que para ello es menester recurrir a otras instancias de participación ciudadana, como el fortalecimiento de la educación cívica desde el nivel escolar, el establecimiento de programas o capacitaciones a través de las diversas organizaciones vinculadas a la participación ciudadana para que las personas estén informadas de la relevancia del derecho a sufragio en el marco de la vida en sociedad y de la representatividad de las personas elegidas en sus cargos, etcétera.
Por lo mismo, daré mi voto a favor del proyecto, consciente de que el voto obligatorio no será para las primarias. Espero que a través de una ley orgánica constitucional podam os establecer algunas excepciones, principalmente respecto de las personas mayores, como también las sanciones a aquellos que no concurran a votar estando obligados.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Juan Santana .
El señor SANTANA.-
Señor Presidente, nuestra bancada votará a favor este proyecto, cuyo objetivo es que nuestro sistema político incorpore nuevamente el voto obligatorio.
Sin embargo, y con toda claridad, quiero señalar que incurriríamos en un profundo error si este debate se abordara a partir del cálculo electoral o el análisis electoral, porque no se trata del resultado del 4 de septiembre ni de cuán conservador es el estado anímico de nuestra sociedad; en este debate debe primar el principio de quienes creemos que una sociedad se construye cuando quienes forman parte de ella se organizan en torno a deberes y derechos. Porque si no hay claridad en los deberes, que para muchos deben basarse siempre en el principio de la justicia social, no hay país, no hay comunidad, no hay patria que se pueda construir.
Por ejemplo, ¿qué pasaría si no existiera el deber de tributación? ¿Qué pasaría si no fuese una obligación que los ciudadanos y ciudadanas concurran a un esfuerzo como comunidad, a un esfuerzo colectivo? ¿Qué pasaría si no existieran dichas normas para quienes creemos en que el Estado debe proveer los derechos sociales de las personas y que para hacerlo debe contar con una capacidad robusta de recaudación?
Este no es un debate electoral, repito, esta es una discusión que debemos defender quienes estamos por los esfuerzos colectivos, quienes defendemos la organización de las personas, quienes creemos en la organización.
Este es un debate en el cual debemos enfrentar la apatía, el desinterés y la desidia por lo colectivo, pero, principalmente, enfrentar el individualismo, que es el fruto esencial del modelo económico que nos rige y que no solamente tiene efectos materiales, sino también una consecuencia cultural.
Establecer el voto obligatorio no vulnera la libertad de las personas; lo único que hace es determinar un piso mínimo para garantizar el fortalecimiento de nuestra democracia y, por ende, de nuestro sistema político.
Por todas estas razones, nuestra bancada votará a favor el proyecto.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Felipe Donoso .
El señor DONOSO.-
Señor Presidente, la democracia muchas veces se entiende en este Parlamento como fuente de derecho, pero no solamente es fuente de derecho, sino también de obligaciones.
Un derecho consagrado en toda democracia es el voto, pero este derecho tiene implícito un deber: el deber de participar, el deber de ser parte de la democracia, a fin de que los elegidos no busquen solo los votos de la minoría movilizada, de grupos extremos o ansiosos, sino que busquen los votos de las mayorías, de la real existencia de Chile, de esas mayorías que están cuando existe el voto obligatorio.
Cuando todos los ciudadanos se manifiestan, los aquí participantes, los incumbentes, estamos obligados a buscar la esencia de Chile para representarlos, no buscar solamente un nicho, cualquiera que sea este. Cuando las elecciones requieren de menos electores, los candidatos se acercan más a pequeños nichos y no a la realidad de Chile.
La realidad de Chile se pronunció de manera categórica y nos dijo clarito “¡esta es nuestra esencia!”, no aquella que estaba manifestada en los convencionales, donde vimos a un grupo de caudillos, de personas, que buscaban representar pequeños intereses, no representar la realidad de todos los chilenos.
Por eso, creo firmemente que el voto debe ser obligatorio. El voto obligatorio mejorará la democracia, mejorará la representación política, la cual ya tiene grandes incentivos para la fragmentación debido a nuestro sistema electoral, que hace de este Parlamento un sistema multipartidista, donde cada caudillo tiene su partido. Aquí lo vemos, el Presidente hacía referencia a cuatro, cuando hablaba del referente de un partido político con historia, hace menos de dos semanas.
Es importante que la política represente las ideas que queremos que conduzcan a Chile y que esas ideas representen a los chilenos en su esencia.
Creo en la importancia del voto obligatorio. Por eso, votaré a favor este proyecto, para que Chile tenga una democracia buena y sana.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Rubén Darío Oyarzo .
El señor OYARZO.-
Señor Presidente, Chile se sostiene en su gente y en reglas del juego claras, que como sociedad debemos dar.
El restablecer el voto obligatorio nos obliga a dar mayores facilidades a los votantes, entregando media jornada para ir a votar, y, adicionalmente, considerar a quienes desempeñan funciones en el transporte público, la minería, las Fuerzas Armadas y en reparticiones públicas.
El voto obligatorio es importante para la sociedad. Por eso, creemos que la izquierda y la derecha política representadas en esta Sala deben considerar en el Acuerdo por Chile incorporar un plebiscito de entrada. No podemos saltarnos a la gente; a ella hay que preguntarle por este nuevo proceso constitucional. De ahí la importancia del voto obligatorio.
Debemos preguntar a las personas si quieren otro proceso constitucional, porque no nos mandamos solos, somos sus representantes y trabajamos por todas ellas, con las diferencias políticas que, por supuesto, representamos. No preguntarles si quieren un nuevo proceso constitucional es autoritario y dictatorial.
Votaré favorablemente por el voto obligatorio y como bancada y Partido de la Gente, seguiremos insistiendo por el plebiscito de entrada al nuevo proceso constituyente.
¡La democracia no se vende, se defiende!
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Johannes Kaiser .
El señor KAISER.-
Señor Presidente, hace doscientos años, cuando abandonamos la monarquía y nos decidimos por la república, nos decidimos también a cambiar de soberano: reemplazamos a Fernando VII por el pueblo, y el pueblo tiene la misma obligación que tiene todo soberano, es decir, gobernar. Ese es el sentido de la democracia. Por eso estoy a favor del voto obligatorio.
Pero como estamos en una democracia representativa, nosotros tenemos la obligación de representar al soberano. Y, no obstante aquello, veo cómo se ignora el resultado del plebiscito del 4 de septiembre, que fue con voto obligatorio; vo que se mantienen iniciativas de ley en este Congreso Nacional que van en el sentido del proyecto que fue rechazado el 4 de septiembre; veo que se rechaza la posibilidad de solicitar al pueblo de Chile, que es el soberano, su venia para iniciar un nuevo proceso constitucional. Esto me hace preguntarme si el voto obligatorio, así como lo estamos resolviendo, efectivamente tiene como objetivo fortalecer la democracia o es para arrogarnos una legitimidad que de otra manera nos negaría el soberano.
Es una pregunta legítima. Me refiero a la pregunta de hasta qué punto estamos representando como corresponde a nuestros patrones, al pueblo de Chile.
Voy a votar a favor el proyecto, porque creo que el soberano tiene la obligación de pronunciarse en materias de gobierno. Pero, al mismo tiempo, quiero hacer una advertencia: no ignoremos lo que resuelve el pueblo de Chile, no ignoremos sus prioridades, que no son las nuestras, como lo dicen todas las encuestas; no olvidemos que el pueblo no vive de constituciones, el pueblo vive de un buen gobierno, requiere de un buen gobierno, y ese buen gobierno no lo estamos dando.
Por eso, y no por otras razones, tenemos un problema de legitimidad democrática.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Juan Carlos Beltrán .
El señor BELTRÁN.-
Señor Presidente, saludo a cada uno de mis colegas y permítame agradecer a mis colegas y a los funcionarios del Congreso Nacional por sus sinceros saludos, abrazos y buenos deseos que recibí con motivo de celebrar hoy mi cumpleaños.
(Aplausos)
El inapelable triunfo ciudadano del rechazo el pasado 4 de septiembre fue una muestra total, entre otras cosas, de la necesidad de restaurar el voto obligatorio en Chile para todos los nuevos procesos democráticos que vendrán.
Seré sincero: creo que estamos acostumbrados a tener una sociedad en donde luchamos y defendemos nuestros derechos, y eso está muy bien. Sin embargo, cuando de deberes se trata, parece que se nos olvidan y los consideramos menos importantes.
Cada ciudadano, cada chileno, cada compatriota tiene el deber de ir a una urna y expresar su opinión o preferencia y elegir a sus representantes. Una democracia robusta se construye con un fuerte deber cívico, el que hemos ido perdiendo con el tiempo, pero debemos recuperar. Ha llegado el momento de que cada uno de nosotros, sin distinción alguna, con la fuerza de su sufragio, dirima cuáles serán los destinos de Chile, de sus regiones y sus comunas. Espero de todo corazón que sea un futuro lleno de esplendor.
En la Región de La Araucanía y en la provincia de Malleco, que tengo el alto honor de representar, los ciudadanos adultos mayores, especialmente del sector rural, tienen muy clara la obligación de concurrir a votar. Por eso, reafirmo mi convicción democrática y de deber cívico votando a favor del voto obligatorio. Debemos recuperar la legitimidad de nuestro sistema político, debemos recuperar el valor de los deberes ciudadanos y volver a ser un Chile que respete su historia e instituciones.
En mi concepto -lo señalo categóricamente-, hoy estamos frente a una gran decisión, una determinación histórica que puede -por qué no decirlo corregir un error. Las autoridades elegidas debiesen ser realmente representativas. Eso se llama democracia.
Por lo tanto, anuncio mi voto favorable al proyecto.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Christian Matheson .
El señor MATHESON.-
Señor Presidente, estamos frente a una sociedad que cada día es más consciente de sus derechos; exige con mucha vehemencia a sus autoridades, pero poco se habla de deberes. En ese ámbito, es curioso observar que la ciudadanía ve el voto como un derecho, pero no como un deber. Los derechos implican deberes, lo que es básico en cualquier Estado democrático. Ello parece haber sido olvidado en el país.
Por eso, este proyecto es tan necesario para Chile. Como país debemos volver a tener un verdadero sentido de la responsabilidad, porque participar en los destinos de la nación del mañana es algo que les compete a todas las personas.
La política es esencial para contribuir en los cambios que tanto se necesitan. Por eso, jóvenes y adultos deben volver a participar en las decisiones del país. Si seguimos con el voto voluntario es claro que tendremos mucha libertad, pero es una libertad que manifiesta muy poca responsabilidad.
Señor Presidente, tenemos ciertas obligaciones cuando vivimos en comunidad. La principal y la más básica de todas es manifestar, a través del voto, la elección de nuestras autoridades, de aquellos que dirigirán los destinos de nuestro país.
Como la vida en sociedad exige deberes, votaré a favor este proyecto.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Natalia Romero .
La señora ROMERO (doña Natalia).-
Señor Presidente, por su intermedio, saludo a los colegas que se encuentran presentes en la Sala.
Sin duda, este proyecto de reforma constitucional que vamos a votar restablecerá la confianza en nuestras instituciones y, además, restablecerá un ejercicio que debiera ser primordial para todos aquellos que creemos en la democracia.
A pesar de que tenía algunos textos para comentar, solo quiero señalar que me llama profundamente la atención que en este hemiciclo haya diputados que indiquen que la ciudadanía vota por los beneficios que puede entregar un parlamentario, como, por ejemplo -lo escuché en esta Sala-, el pago de una cuenta de luz, la entrega de un hervidor eléctrico, etcétera. Subestimar a la ciudadanía que vota por nosotros, que nos entrega la posibilidad de estar aquí, es un mal síntoma para lo que se viene.
Por eso, agradezco pronunciarme sobre el voto obligatorio, porque ganarán las mayorías. Así, no podrán subestimar a la población que vota en nuestro país.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado René Alinco .
El señor ALINCO.-
Señor Presidente, el voto es un acto de confianza. Cuando un ciudadano vota por un candidato, un dirigente social o un dirigente sindical, le está entregando, a través del voto, su confianza, sus sueños, sus esperanzas y objetivos, ya sea hombre o mujer.
Fui uno de los que se pronunció a favor del voto voluntario. Tenía ciertas aprensiones, pero en su momento se pregonó mucho de que el pueblo chileno necesitaba la libertad de que el voto fuese voluntario. Nos equivocamos. Los dirigentes, los representantes populares, no solamente del mundo político, sino también del mundo social, gremial, sindical, deben tener cierta representatividad. Con esto no solamente digo que en democracia se deben respetar las mayorías, sino también las minorías. Por eso, el sistema debe ser muy democrático en ese tipo de participación.
Ahora bien, nosotros, los políticos, somos los responsables de esta situación. El desprestigio, la poca transparencia, la poca honestidad, la corrupción en la que ha caído el mundo político prácticamente hacen que no merezcamos la confianza de la gente. Es lo que debemos recuperar, porque la democracia y la política, como dijo alguien, es el arte de gobernar, pero parece que en Chile lo hemos entendido mal, ya que algunos creen que la política es el arte de apitutar. Lo hemos visto en muchos gobiernos democráticos, incluido este. Es lamentable, porque ello nos debilita como sociedad. En una sociedad donde la corrupción hace de las suyas, obviamente, se va a producir un desbarajuste, un retroceso en el desarrollo, en la política misma y en la democracia.
Por eso es necesario que, así como tenemos derechos, tengamos obligaciones. Hay que dejar en claro que esto no se trata solamente del voto. Muchos creen que el voto es suficiente en democracia, pero el voto es solo una parte de la participación activa de un pueblo totalmente democrático.
Anuncio mi voto a favor de este proyecto, porque los errores se deben corregir.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Francisco Pulgar .
El señor PULGAR.-
Señor Presidente, la pregunta es para usted: ¿Qué cambia el voto obligatorio en la ciudadanía? Usted tiene más experiencia que quien habla; yo soy nuevo en este negocio, por así decirlo. Con el respeto de mis colegas, ¿qué cambia el voto obligatorio si tenemos una ciudadanía que está defraudada de la clase política? Eso no lo digo yo, sino las encuestas.
Entonces, más allá de competir en las elecciones parlamentarias o en las elecciones populares, siempre vemos que el tema del voto es prácticamente un negocio, pero no es negocio para aquellas pequeñas comunidades que, hasta el día de hoy, siguen con problemáticas, como la gente de Ancoa, en la provincia de Linares, que desde hace cinco meses viven con un camino cortado, sin tener conectividad suficiente. ¿Cambia el voto obligatorio eso? ¿Sus representantes van a ver su problemática? ¿Cambia a aquellos que tienen, hasta el día de hoy, problemas de alcantarillado? ¿Cambia el voto obligatorio la solución a los problemas en la ruralidad? ¿Cambia el voto obligatorio el hecho de que se siga robando al Estado y haciendo negocios?
Para mí, como diputado independiente, claramente fue difícil llegar acá. Tuve que competir con aquellas máquinas políticas que regalaban cajas de mercadería, gift cards, vales de gas, etcétera.
Nuevamente hago la pregunta: ¿cuánto vale un voto? ¿Qué cambia el voto obligatorio? Claramente, tenemos un problema de educación. Nuestra sociedad carece de educación al momento de votar y elegir a sus representantes. Eso está ocurriendo.
Estamos haciendo un cambio recorriendo los territorios. ¿Para qué? Para educar a la ciudadanía, porque, lamentablemente, durante mucho tiempo se ha equivocado en elegir a aquellas y aquellos que hoy están representándola en las distintas regiones.
Finalmente, no quiero caer en ningún tipo de descalificación, pero ¿por qué dejó de votar la gente? ¿Por qué se trata de cambiar el sistema para establecer el voto obligatorio? Porque ya nadie cree en discursos que, a veces, caen en el populismo, pero que, lamentablemente, no dan soluciones a los problemas reales.
Algunos se siguen colgando del 4 de septiembre. Por favor, superemos el tema y miremos hacia adelante. La gente quiere representantes con soluciones concretas, no que señalen cifras con que mezquinamente se acuerdan de ella, porque hoy en realidad se han olvidado de los territorios…
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Ha concluido su tiempo, señor diputado.
Tiene la palabra el diputado Fernando Bórquez .
El señor BÓRQUEZ.-
Señor Presidente, este proyecto de ley busca fortalecer el deber cívico de chilenos y chilenas. Si bien esto se contempla como una obligación, es de público conocimiento que permitirá dar mayor legitimidad a los cargos de elección popular y a otras decisiones que nos competen a todos, pues la participación en procesos electorales es la instancia para que todos los ciudadanos seamos voceros de la voluntad común.
El derecho a voto debe ser venerado como una manifestación del espíritu democrático y republicano de nuestra sociedad. Creo que ese es el sentimiento que debemos inculcar a las futuras generaciones.
La obligatoriedad del voto permitirá fortalecer el interés de todos los chilenos en los asuntos públicos, tal como ocurre en los lugares más aislados de mi querido Chiloé , donde silenciosamente los integrantes de las comunidades rurales asisten a sus locales de votación, pese al sacrificio que ello conlleva, pues saben que eso los hace dueño de su decisión y que no corresponde dejar que otras personas decidan quién es la autoridad que quieren que los represente.
Voy a apoyar este proyecto, pues los ciudadanos pueden y deben cumplir con su deber cívico y celebrar la fiesta de la democracia.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Alejandro Bernales .
El señor BERNALES.-
Señor Presidente, inscripción automática y desinscripción voluntaria: esa fue la propuesta que hicimos desde la bancada del Partido Liberal en la legislatura pasada, pero el proyecto fue rechazado en general y archivado por no alcanzar el quorum suficiente.
Al ver el informe me percaté de que en el Senado hicieron lo mismo, porque un senador propuso la misma fórmula y también se rechazó.
Entiendo que desde el 4 de septiembre todos nos volvimos una especie de “voto obligatoristas”, pero debo decir que en el pasado voté a favor esta medida. Sigo planteando que para que esta medida funcione debemos construir mejores condiciones para robustecer nuestra democracia, porque el voto obligatorio, por sí solo, no es suficiente ni tampoco mágico.
Es cierto que nos preocupa que el voto obligatorio -lo he escuchado de otros colegas hoy sea tierra fértil para populismos, sobre todo acrecentados por la falta de educación cívica.
En esta misma Cámara de Diputados hemos realizado esfuerzos para que existan complementos del voto obligatorio, como, por ejemplo, el establecimiento de medidas para que uno pueda votar en un local de votación cercano a su domicilio o tener media jornada para ir a votar, así como también coordinar instancias para acceder a un transporte público.
Ya que ahora todos somos “voto obligatoristas”, creo que para avanzar en el restablecimiento del voto obligatorio es importante generar las condiciones para la votación. Imagínense un voto obligatorio con varias papeletas, como, por ejemplo, cuando fue la elección de consejeros regionales, de diputados, de senadores y de Presidente de la República. Si ya tuvimos largas votaciones, ahora imagínenlas con voto obligatorio. Por consiguiente, habría que pensar en tener más locales de votación para que la gente vaya cómodamente a votar.
Por lo tanto, si queremos robustecer la democracia, no basta solo con aprobar este proyecto.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Eduardo Durán .
El señor DURÁN (don Eduardo).-
Señor Presidente, en buena hora que tengamos que legislar sobre un proyecto de voto obligatorio, porque, lamentablemente, la participación es muy exigua. En nuestra sociedad debería estar internalizado que votar es un compromiso con el país, un deber personal de cada uno de los ciudadanos. Ellos deberían concurrir con credibilidad y esperanza a cada acto cívico.
Fortalecer la democracia es una necesidad primordial. Legitimar a las autoridades en los diferentes cargos de elección popular y hacer consultas tan importantes como la redacción de una Constitución para Chile, todo eso, debe construirse con el concurso de todas las chilenas y los chilenos.
Muchas veces las autoridades resultan electas con el 25 por ciento del padrón electoral habilitado para votar. Eso no es lo mejor cuando queremos fortalecer las instituciones políticas del Estado de Chile.
Sin embargo, también es lamentable la calidad del debate político, que está muy deteriorado, con guerras de trincheras que persisten y no terminan, e, incluso, con faltas de respeto entre nosotros mismos en esta Sala. Lo mismo ocurre cuando se forma parte de redes de negocios entre las empresas y la política.
También es lamentable el espectáculo que muchas veces se propone en los medios de comunicación, desfigurando la función parlamentaria y política en general.
La gente nos dice: “¿Qué saco con ir a votar?”. Esta y otras situaciones también cometidas desde el Ejecutivo en distintos gobiernos han hecho que la gente se desinterese de participar, porque está desilusionada.
Hagamos un mea culpa. En este punto quiero pedir disculpas por lo que estuvo de mi parte en haber contribuido a esa desafección ciudadana.
Votaré a favor del voto obligatorio. Espero que la gente recupere la confianza en las autoridades, en el gobierno, en el Congreso y en sus instituciones.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Agustín Romero .
El señor ROMERO (don Agustín).-
Señor Presidente, sufragar es un derecho, pero en el fondo también es una obligación porque “El país tiene derecho a pedirle a cada chileno que piense cinco minutos qué es lo mejor para Chile”. Estas son palabras del ex -Presidente Ricardo Lagos , quien en múltiples ocasiones ha hecho un llamado a corregir este error.
Recuerdo que muchos políticos estuvieron a favor del voto voluntario, convencidos de que la voluntariedad del voto lo consagraba como un derecho. Craso error, porque los derechos siempre tienen una obligación correlativa.
Creo que estamos contestes en que la voluntariedad del voto no ha favorecido la calidad de la política. Lo peor es que las cifras de participación bajaron y se estancaron en menos de 50 por ciento. Nuestra sociedad no puede construirse sobre la base de puros derechos y ninguna obligación.
Después escuchamos a muchos que hablan de la ilegitimidad de algunas decisiones populares o de que el plebiscito de entrada del proceso constituyente fracasado es ilegítimo o vale menos que el plebiscito de salida, en el que votaron casi trece millones de chilenos, frente a los apenas cerca de siete millones y medio de votos del plebiscito de entrada. Incluso hablan de ilegitimidad de las autoridades, puesto que dicen: “Ese no es mi Presidente”, “Este no es mi parlamentario” o “Esa autoridad es ilegítima”. ¡No corresponde! Debemos ir primero a votar.
Hoy, la democracia es débil, porque somos pocos quienes respondemos por las autoridades que elegimos. Eso no es justo.
Por eso, para fortalecer la democracia debemos asumir entre todos las decisiones y, por ende, las autoridades que elegimos. Esa es una obligación de todos los chilenos.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Para plantear un punto de Reglamento, tiene la palabra el diputado Johannes Kaiser .
El señor KAISER.-
Señor Presidente, pido que señale a los colegas que quieran tener conversaciones mientras están interviniendo los parlamentarios que hagan abandono de la Sala.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Llamo a las señoras diputadas y a los señores diputados a permanecer en sus pupitres.
Tiene la palabra el diputado Víctor Pino .
El señor PINO.-
Señor Presidente, hace diez años, cuando se estableció el voto voluntario, pensamos que era una solución para nuestra gente, a efectos de que pudiera escoger y dirimir todos los aspectos importantes que necesitábamos como sociedad.
Tristemente, hace muy poco tiempo, nos dimos cuenta de que ese voto voluntario no era suficiente. Hoy, tres meses después de haber utilizado por primera vez y para aquella vez el voto obligatorio, luego de diez años, analizamos la posibilidad seria y real de volver a instaurarlo para todas las elecciones.
Muchas veces, cuando hablamos en representación de nuestra gente, en nombre de quienes votaron por nosotros, nos olvidamos de lo que nos dicen cuando estamos con ellos en las calles o cuando compartimos en las diferentes instancias de participación ciudadana en las que nos comprometemos a diario.
Por su intermedio, señor Presidente, hago un llamado a los diputados de esta Sala a poner atención a los ciudadanos que representan; a quienes los escogieron en sus regiones, a algunos con amplias mayorías, de manera que cuando discutamos el acuerdo que se celebró hace algunos días lo hagamos con conciencia, sabiendo que somos representantes de los ciudadanos del pueblo de Chile y no de nuestros partidos políticos.
Como diputado, considero fundamental saber que la gente confía en mí, que quienes votaron por Víctor Pino sabían por quién lo estaban haciendo.
Por lo tanto, votaré a favor esta iniciativa, que restablece el voto obligatorio en las elecciones populares, pese a que no estoy de acuerdo con lo que votaron los partidos políticos hace algunos días, porque la gente a la que represento merece mi respaldo hoy, mañana y siempre.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Para plantear un punto de Reglamento, tiene la palabra el diputado Johannes Kaiser .
El señor KAISER.-
Señor Presidente, dado que estamos hablando de democracia, recordemos que cada uno de los miembros de este honorable Congreso que se está pronunciando en esta Sala representa a sus votantes. Por ello, si no le damos el debido respeto a la persona que se está pronunciando aquí, al menos respetemos a sus votantes.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Concuerdo con lo señalado por su señoría. Tiene la palabra la diputada Flor Weisse .
La señora WEISSE (doña Flor).-
Señor Presidente, si bien creo en la libertad de decidir lo que hacemos, también creo que la democracia se debe fortalecer, y que cuando nos organizamos como sociedad establecemos derechos y deberes.
En ese contexto, respecto de nuestros deberes, lamentablemente estamos evidenciando que todavía no tenemos la madurez cívica necesaria para demostrar que nos interesa la participación o que somos parte de ella cuando se trata de fortalecer nuestra democracia.
La experiencia nos ha demostrado que cuando se intentó avanzar en esta materia, sea porque íbamos camino a la modernización o porque apuntábamos a igualarnos con otros países que tienen votación voluntaria, resultó que los porcentajes de participación fueron bastante más bajos de lo que vimos en el reciente proceso de la convención.
En el caso del proceso electoral de los gobernadores regionales, del cual fui parte, hubo una participación de menos del 40 por ciento, y qué decir de la segunda vuelta, que tuvo una participación de alrededor de 10 por ciento. Si bien, obviamente, desde la legalidad, el resultado se reconoce, no tiene la legitimidad suficiente ni la representatividad, aspecto que hoy buscamos fortalecer.
El voto obligatorio busca que nos hagamos responsables, que maduremos fortaleciendo nuestra democracia, de manera que las autoridades que tengamos que elegir tengan mayor representatividad al haber mayor participación ciudadana.
Insisto: desde lo legal, hay legitimidad con el voto voluntario, pero también la hay desde la participación y representatividad ciudadana, que con el voto obligatorio buscamos consolidar.
En resumen, anuncio mi voto favorable, porque estoy convencida de que el voto obligatorio fortalece la democracia.
Como país, aún no hemos madurado lo suficiente en este aspecto, y si bien soy una defensora de la libertad, hay momentos en los que debemos legislar para robustecer nuestra democracia a través de la participación.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Roberto Arroyo .
El señor ARROYO.-
Señor Presidente, me gustaría cambiar el concepto de voto obligatorio por el de voto de compromiso, ya que sufragar no debe ser una obligación. La democracia es el gobierno del pueblo; por lo tanto, debemos dejar que este ejerza libremente su derecho a voto.
Sin duda, algunos sectores rechazarán esta iniciativa, porque quieren mantener sus privilegios electorales y que no sea la gente la que elija. ¿O no es verdad que a todos nosotros nos representa un partido político? Así ocurre cuando se postula al fiscal nacional, que se cae por falta de acuerdo político, o cuando se logra un acuerdo constitucional cocinado por unos pocos. Así se elige también a los miembros del Tribunal Constitucional, lo que hace que sus decisiones estén basadas en intereses políticos y no en el derecho constitucional. Lo mismo ocurre con la elección del contralor, del director del Servicio de Impuestos Internos y del presidente del BancoEstado, banco que nunca ha estado con la gente, que se transforma en un lobbista de los otros bancos privados, y que no tiene aranceles para ayudar a la gente.
Espero que este voto de compromiso permita elegir a representantes que busquen verdaderamente lo que la gente necesita: seguridad, combatir la delincuencia, estudiar cómo ocurren nuevos delitos, como secuestros, sicariatos, portonazos, encerronas, y otros; seguridad en lo económico para llegar a fin de mes, asegurar que las personas puedan llevar a salvo a su casa, etcétera.
Ciudadanos de Chile, los llamo a que ejerzan su derecho a elegir a quienes los representen de verdad y hagan frente a sus verdaderas necesidades.
He dicho.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre las modificaciones del Senado en los siguientes términos:
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Corresponde votar las modificaciones del Senado recaídas en el proyecto de reforma constitucional, iniciado en mociones refundidas, que modifica la Carta Fundamental para restablecer el voto obligatorio en las elecciones populares.
Para su aprobación se requiere el voto favorable de 89 señoras diputadas y señores diputados, en virtud de lo dispuesto en el artículo 127 de la Constitución Política de la República.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 124 votos; por la negativa, 6 votos. Hubo 3 abstenciones.
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Aprobadas.
-Votaron por la afirmativa:
Acevedo Sáez , María Candelaria , Cuello Peña y Lillo , Luis Alberto , Mellado Suazo , Miguel , Rivas Sánchez , Gaspar , Aedo Jeldres , Eric , De Rementería Venegas , Tomás , Melo Contreras , Daniel , Rojas Valderrama , Camila , Ahumada Palma , Yovana , Donoso Castro , Felipe , Meza Pereira , José Carlos , Romero Leiva , Agustín , Alinco Bustos , René , Durán Espinoza , Jorge , Mix Jiménez , Claudia , Romero Sáez , Leonidas , Arroyo Muñoz , Roberto , Durán Salinas , Eduardo , Molina Milman , Helia , Romero Talguia , Natalia , Astudillo Peiretti , Danisa , Fuenzalida Cobo, Juan , Moreira Barros , Cristhian , Sáez Quiroz , Jaime , Barchiesi Chávez , Chiara , González Olea , Marta , Moreno Bascur , Benjamín , Saffirio Espinoza , Jorge , Barría Angulo , Héctor , González Villarroel , Mauro , Mulet Martínez , Jaime , Sagardia Cabezas, Clara , Becker Alvear , Miguel Ángel , Guzmán Zepeda , Jorge , Muñoz González , Francesca , Sánchez Ossa , Luis , Bello Campos , María Francisca , Hirsch Goldschmidt , Tomás , Musante Müller , Camila , Santana Castillo, Juan , Beltrán Silva, Juan Carlos , Ibáñez Cotroneo , Diego , Naranjo Ortiz , Jaime , Santibáñez Novoa , Marisela , Benavente Vergara , Gustavo , Ilabaca Cerda , Marcos , Naveillan Arriagada , Gloria, Sauerbaum Muñoz , Frank , Bernales Maldonado , Alejandro , Jiles Moreno , Pamela , Ñanco Vásquez , Ericka , Schalper Sepúlveda , Diego , Bianchi Chelech , Carlos , Jouannet Valderrama , Andrés , Ojeda Rebolledo , Mauricio , Schneider Videla , Emilia , Bobadilla Muñoz , Sergio , Jürgensen Rundshagen , Harry , Olivera De La Fuente , Erika , Schubert Rubio , Stephan , Bórquez Montecinos , Fernando , Kaiser Barents-Von Hohenhagen , Johannes , Orsini Pascal , Maite , Soto Ferrada , Leonardo , Bravo Salinas , Marta , Labbé Martínez , Cristian , Ossandón Irarrázabal , Ximena , Soto Mardones, Raúl , Bugueño Sotelo , Félix , Labra Besserer , Paula , Oyarzo Figueroa , Rubén Darío , Sulantay Olivares, Marco Antonio , Bulnes Núñez , Mercedes , Lagomarsino Guzmán , Tomás , Pérez Cartes , Marlene , Tapia Ramos , Cristián , Calisto Águila , Miguel Ángel , Lavín León , Joaquín , Pérez Olea , Joanna , Teao Drago , Hotuiti , Camaño Cárdenas , Felipe , Leal Bizama , Henry , Pérez Salinas , Catalina , Tello Rojas , Carolina , Cariola Oliva , Karol, Lee Flores , Enrique , Pino Fuentes , Víctor Alejandro , Trisotti Martínez , Renzo , Carter Fernández , Álvaro , Leiva Carvajal, Raúl , Pizarro Sierra , Lorena , Ulloa Aguilera , Héctor , Castillo Rojas , Nathalie , Lilayu Vivanco , Daniel , Placencia Cabello , Alejandra , Undurraga Gazitúa , Francisco , Celis Montt , Andrés , Longton Herrera , Andrés , Pulgar Castillo , Francisco , Undurraga Vicuña , Alberto , Cicardini Milla , Daniella , Manouchehri Lobos , Daniel , Ramírez Diez , Guillermo , Urruticoechea Ríos , Cristóbal , Cid Versalovic , Sofía , Martínez Ramírez , Cristóbal , Ramírez Pascal , Matías , Veloso Ávila , Consuelo , Cifuentes Lillo , Ricardo , Marzán Pinto , Carolina , Raphael Mora , Marcia , Venegas Salazar , Nelson , Coloma Álamos, Juan Antonio , Matheson Villán , Christian , Rathgeb Schifferli , Jorge , Von Mühlenbrock Zamora , Gastón , Concha Smith, Sara , Medina Vásquez , Karen , Rey Martínez, Hugo , Weisse Novoa , Flor , Cordero Velásquez , María Luisa , Mellado Pino , Cosme , Riquelme Aliaga , Marcela , Yeomans Araya, Gael .
-Votaron por la negativa:
Araya Guerrero , Jaime , Delgado Riquelme , Viviana , Palma Pérez , Hernán , Winter Etcheberry , Gonzalo , Arce Castro , Mónica , González Gatica, Félix
-Se abstuvieron:
Malla Valenzuela , Luis , Mirosevic Verdugo , Vlado , Videla Castillo, Sebastián
El señor MIROSEVIC (Presidente).-
Despachado el proyecto. Por haber cumplido con su objeto, se levanta la sesión.
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