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- rdf:value = " El señor AEDO (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Luis Malla .
El señor MALLA.-
Señor Presidente, no es ningún cuento ni es exageración decir que la Región de Arica y Parinacota tuvo la papeleta de candidatos más grande en la historia reciente de nuestro país. Es algo insólito si consideramos que Arica es una ciudad pequeña y no supera siquiera los 300.000 habitantes. Para tener una idea, solamente la papeleta de los consejeros regionales tuvo una lista de 125 candidatos, mientras que la de concejales tenía 94 candidatos.
Sea como sea, hay que preguntarse nuevamente: ¿quién asume el costo? ¿Quién paga el pato? Nuevamente, fueron los ciudadanos de a pie. Nuestros jóvenes estudiantes y, en general, los trabajadores y las trabajadoras, esos mismos que día a día se levantan temprano para ir a trabajar, y que luchan y se sacan la mugre por llegar a fin de mes y por llevar el pan a su casa. Por si fuera poco, fueron designados vocales de mesa para cumplir con un deber y un compromiso cívico vital para el funcionamiento de nuestra vida en democracia, esa misma que tanto costó recuperar hace algunas décadas.
Más encima fueron dos días de elecciones. O sea, si trabajaba de lunes a viernes y salía designado como vocal, básicamente tenía que trabajar los siete días de la semana. ¡Y para colmo, con papeletas tan grandes! Si ya era complicado votar y doblar el famoso papelito, imagínense lo complicado que fue abrir y contar cada voto. Una verdadera tortura si consideramos que varios locales de votación, en Arica, tuvieron a sus vocales contando votos hasta las 3 o las 4 de la mañana. Estuvieron sin comer, sin dormir, sin tener alguna pausa activa. Fue una situación verdaderamente indignante.
Además, la mayoría de los locales de votación no estaban adecuados para el desarrollo de la misma, ya que eran lugares con poca iluminación y ventilación, lo que sí afecta en el desarrollo de las votaciones.
Probablemente, ese día más de algún papá o alguna mamá recibió una de las siguientes preguntas: “¿Dónde estuviste el fin de semana, mamá?”. “¿Dónde estuviste este fin de semana, papá?”. “¿Por qué no saliste conmigo?”. “¿Por qué no fuimos a la playa?”. “¿Por qué no salimos a comprar algo?”. “¿Por qué no fuimos a comer alguna cosita?”. Las votaciones les quitaron a esas personas la oportunidad de compartir con sus seres queridos.
Me gustaría recordar que ellas, más que vocales de mesa, son ante todo personas, y si bien debían cumplir con su deber, no se debe pasar por alto sus necesidades básicas.
Hoy, tenemos una deuda que saldar con todas esas personas que se sacrificaron los días 26 y 27 de octubre para sacar el proceso electoral adelante, en particular con todos los ariqueños y las ariqueñas que se fueron a las cuatro de la mañana a sus casas y ese mismo día debían trabajar.
Este proyecto compensa en parte dicha deuda, pero sigue siendo insuficiente. Debemos dignificar la labor de los vocales de mesa y entregar un mayor reconocimiento al rol que cumplen, porque han sido ellos los que han permitido que nuestros procesos electorales sean transparentes, eficientes y reconocidos, incluso, a nivel internacional.
Por eso, votaré a favor el proyecto, pero nuevamente insto al gobierno a que se considere la idea de entregar una compensación económica extraordinaria, solicitud que también fue planteada por el Servel en su momento.
He dicho.
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