-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/645513/seccion/akn645513-ds41-ds49
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Homenaje
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2425
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2425
- rdf:value = " El señor ARANCIBIA.-
Señor Presidente; señoras Senadoras y señores Senadores; mi muy estimado amigo Eduardo Gordon ; queridos familiares del General Bernales y de los miembros de la comitiva que lo acompañaba en el momento del accidente:
En representación de los Senadores de la Unión Demócrata Independiente, tengo el privilegio de participar en el homenaje que el Senado de la República les rinde al General señor Alejandro Bernales y a los integrantes de la comitiva que lo acompañaba cuando se produjo el fatal accidente; homenaje que, ciertamente, quedará impreso en la historia de esta Corporación; homenaje originado en un hecho triste, penoso, pero de toda justicia en su fondo.
"Los grandes Generales no mueren, sólo sus cuerpos se desvanecen". Esta antigua frase de la cultura militar alude a la huella ejemplar que personalidades de excepción dejan como legado a sus instituciones y a sus comunidades.
Es el caso de José Alejandro Bernales Ramírez , General Director de Carabineros de Chile, cuyo trágico deceso conmovió a todo nuestro país. Y el pueblo chileno, intuitivo como es, percibió que la muerte le había quitado a un varón excepcional.
Al enterarse del suceso, surgieron en la memoria colectiva las conductas, lealtades, corajes y firmezas que le habían visto mostrar desde el más alto cargo de Carabineros de Chile, institución a la que el mismo pueblo califica como "la más abnegadamente servicial".
Y la gente se estremeció ante la pérdida de un hombre de esa jerarquía.
Pero los hombres de esa jerarquía no se improvisan. Y, por lo tanto, una somera referencia a los distintos pasos que marcaron su vida servirá para hacer justicia y justificar el sentido de este homenaje en el Senado de la República.
José Alejandro nació en Santiago el 29 de enero de 1949, en un luminoso día de verano capitalino. Luego de recibir en su hogar una formación cristiana y humana que le permitió ingresar a la Escuela de Carabineros de Chile a comienzos de 1970, egresó de ella el 16 de enero de 1972, tras superar con éxito las duras exigencias que demanda la formación de los futuros oficiales durante sus dos años en el alma máter institucional.
El inicio de su carrera como Oficial lo acerca a nuestro primer puerto, al ser destinado a la 7ª Comisaría de Valparaíso, y luego sube a la cordillera, a Los Andes, donde pienso que debe de haber conocido a la joven Teresa Bianchini Frost , su compañera de toda la vida, con quien se casa en 1975. De esa unión nacen sus tres hijos: Alejandro Javier , Cristián Antonio y Francisco Tomás .
En lo académico, el Oficial de Carabineros Alejandro Bernales es graduado de la Academia de Ciencias Políticas, Profesor Institucional y Magíster en Ciencias Policiales y Seguridad Pública, por mencionar las calificaciones más complejas de obtener. Y créanme que algún grado de autoridad me asiste en los méritos que se requieren para obtener estos logros.
En lo profesional, el Coronel Bernales asume la gran responsabilidad formadora de sus subordinados al ser designado Director de la Escuela de Suboficiales de la Institución y, posteriormente, de la Escuela de Carabineros de Chile, dos destinaciones de privilegio que corona con su ascenso a General el 2 de noviembre de 1999 y, cuatro años más tarde, a General Inspector.
Culmina su carrera al ser designado General Director de Carabineros de Chile el 27 de noviembre de 2005.
Al margen de esta información biográfica, impresionaron las muchas formas que tomó su cariño por aquellos a quienes siempre llamó "sus" carabineros, posesivo que los hombres suelen guardar solo para sus familiares más cercanos y que nos muestra que sintió por ellos lo que un buen padre: responsabilidad por hacerlos mejores, respaldo en los tiempos difíciles, resolución cuando los atacaban, felicidad cuando lograban un éxito. Con un agregado valioso: inalterablemente dispuesto a castigar con la ley a quien los maltratara mientras cumplían su deber de resguardar el orden de la Patria.
"Que no se duerman... Que no se duerman, porque los vamos a encontrar", dijo, con los ojos húmedos de pena, pero con tono firme y resuelto, respecto de quienes habían asesinado a uno de "sus" carabineros. Desde ese momento, adquirió una estatura especial para los chilenos.
La gente no se equivocó en absoluto y su juicio sobre el General hizo que su fallecimiento fuera causa de profunda pena en todo el cuerpo social de la Patria. El golpe de la noticia sobre las imágenes guardadas en millones de memorias conmovidas fue seguido de una caudalosa información sobre aspectos más personales del General Bernales.
En ese cúmulo de informaciones resaltan los aspectos especialmente relevantes de su esposa, dama que no le iba en zaga en jerarquía espiritual. Católicos practicantes ambos, crearon una familia con tres hijos que mostraron su recia formación al enfrentar estoicamente el terrible drama de perder a sus padres en un accidente absurdo.
Pero el matrimonio Bernales Bianchini fue más allá de su hogar para expandir su experiencia de vida espiritual. Ambos organizaban y conducían las reuniones de reflexión para matrimonios de oficiales y personal de Carabineros aportando el consejo elocuente de su propio ejemplo. Todo ello, quitando tiempo a su descanso y sin descuidar los deberes abrumadores de él, como General Director, y de ella, como conductora personal de diferentes programas en beneficio de las mujeres de la Institución, de las esposas y viudas de carabineros, de sus hijos y de niños discapacitados a quienes se les entregaban cuidados y tratamientos especiales, entre los que cabe destacar el llevarlos a las unidades policiales que disponían de caballos para brindarles tratamientos de hipoterapia que tanto bien les procuran.
He querido dejar para el final el tratar de reseñar los rasgos que diseñaron la excepcional familia que formó el General Bernales, porque quienes conocemos la vida militar sabemos lo que es hacer familia en una sucesión de ausencias y destinaciones inexorables, y valoramos mucho los notables logros obtenidos por el General y su esposa, Teresita . La actitud de sus tres hijos durante las exequias que conmovieron a Chile nos mostraron con elocuencia lo que se consigue de estos cuando los padres constituyen una estructura moral y espiritual de depurados caracteres.
No podría terminar mis palabras sin hacer una referencia a los integrantes de su delegación: el Comandante Oscar Tapia y su esposa, Carolina Reyes ; el Comandante Ricardo Orozco y el Capitán Mauricio Fuenzalida, a quienes el destino se llevó en la plenitud de sus existencias y cuando el futuro predecible les auguraba éxitos profesionales y venturas personales y familiares. Vayan para sus familias nuestras sentidas condolencias.
Finalmente, quisiera expresar que el General Bernales le dio un significado trascendente a su existencia en el legado que entregó a su Institución, Carabineros de Chile, y en sus tres hijos, que ya demuestran ser sus dignos herederos.
En consecuencia, se le puede aplicar con justicia lo dicho al comienzo: "Los grandes generales no mueren, sólo sus cuerpos se desvanecen."
Gracias.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/645513
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/645513/seccion/akn645513-ds41