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El señor FLORES, don Iván (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Guillermo Teillier .
El señor TEILLIER.-
Señor Presidente, quiero partir dejando en claro que estamos por el aumento inmediato de las pensiones solidarias. Por tanto, si este proyecto fuera rechazado, estamos disponibles para generar un aumento sustantivo e inmediato de las pensiones solidarias, ya sea a través de una ley extraordinaria de reajuste, de una ley específica sobre el pilar solidario o bien en la ley de presupuestos del sector público, a fin de que dicho aumento se haga efectivo en enero de 2020.
No es en el pilar solidario donde radica nuestra mayor diferencia con el Ejecutivo, aunque el aumento es bastante precario y no va a sacar de la pobreza a persona alguna de los que actualmente están bajo esa línea.
Además, el aumento de 10 por ciento para 2020, y de algo más para 2024, llega, en el mejor de los casos, al 46,9 por ciento del salario mínimo, lo que es absolutamente insuficiente.
El punto de desencuentro con el Ejecutivo radica en que este insiste en fortalecer el sistema de capitalización individual a través de un aumento de 4 por ciento de cotización a cargo del empleador, que se haría efectivo en ocho años, bajo la administración de las AFP u otras instituciones.
Ello tendrá un impacto marginal, porque el 4 por ciento de incremento es insuficiente para contrarrestar la baja de fondos de pensiones, que ya conocemos, y también debemos recordar que la ley en proyecto estará ciento por ciento vigente en cuarenta años más. Es decir, estamos ante el peligro de que, así como las AFP, a treinta y ocho años de su creación, se han demostrado absolutamente fracasadas en cuanto a la cuantía de las pensiones que entregan, en cuarenta años más tengamos el mismo resultado, condenando a la presente y a la futura generación de trabajadores a recibir pensiones muy por debajo de sus necesidades.
Lo nuevo: los aportes extraordinarios a la clase media. En realidad, se deja a gran parte de la clase media sin recibir tales aportes.
El sistema de pensiones en nuestro país basa su financiamiento en la capitalización individual de los trabajadores durante toda su vida laboral, la cual es administrada por las AFP, que, luego de treinta y ocho años y de enriquecer a sus creadores, no han hecho más que repartir miseria entre los pensionados.
Así, las pensiones para quienes jubilaron entre 2017 y 2018 solo ascendieron, en promedio, a 78.235 pesos para las mujeres, y a 237.550 pesos para los hombres.
La aplicación de este sistema resulta aún más compleja, ya que en los próximos veinte años jubilarán cerca de tres millones de trabajadores, quienes tendrán una pensión miserable.
Algunos en esta Sala, que defienden los intereses de las AFP -ello fue impuesto bajo la dictadura- y se niegan a considerar formas de reparto, han expresado que el sistema de reparto ha fracasado en el mundo. Sin embargo, contrario a ello, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha informado que entre 1981 y 2014 solo treinta países privatizaron total o parcialmente sus pensiones obligatorias. Es decir, la mayoría de los países han optado por no privatizar, y en la actualidad, dieciocho de esos países ya revirtieron su decisión y volvieron al sistema de reparto. Por lo tanto, el único sistema que fracasa en el mundo es el de capitalización individual.
Si la derecha afirma que el sistema de reparto es tan malo y está fracasado, ¿por qué no propone que las Fuerzas Armadas pasen de su actual sistema de reparto, que les entrega pensiones por sobre las del resto de los chilenos, al sistema de AFP?
Por otra parte, no puedo dejar de denunciar el hecho de que se insista en usar al Estado para aliviar el desastre social que generan las AFP.
Se afirma que tres mil quinientos millones de dólares serán puestos por el Estado para incrementar pensiones, mientras unos pocos dueños de las AFP ganan más de setecientos millones de dólares a1 año.
El gobierno no ha querido discutir el protocolo presentado por el conjunto de la oposición, que mejoraría sustancialmente este proyecto. Ha concedido, unilateralmente, algunas de estas propuestas a dos partidos de la oposición: al Partido Demócrata Cristiano y al Partido Radical, y ya vemos que hay excepciones extraordinarias que igual van a votar en contra.
Expreso que mantendremos nuestra decisión de votar en contra de la idea de legislar, porque los trabajadores y pensionados esperan un incremento real, inmediato, que este proyecto no entrega. La mayoría ha reconocido en esta Sala que se trata de aumento paupérrimo, y algunos, basándose en ello y en el hecho de que las pensiones son tan bajas, apuestan a la resignación de los más pobres, porque por ahora y durante cuarenta años no podrán aspirar a más.
Por último, quiero señalar que cualquiera que sea el resultado de la votación, seguiremos luchando para terminar con el sistema único de cuentas de capitalización individual, a fin de establecer nuevos pilares sustentados en los derechos sociales y en los principios de universalidad, solidaridad y equidad de género.
He dicho.
-Aplausos.
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